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Mi dolorosa primera vez

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Hace 10 años ya, sucedió lo que les contaré:     

Me llamo Ana María actualmente tengo 28 años, no soy muy buena escribiendo historias, pero quiero contar la mía. Mi madre es chilena y mi padre colombiano, papá decidió quedarse a vivir en Chile con mi mamá y decidieron formar una familia, luego nací yo y era la alegría de ellos, era costumbre viajar a Colombia a pasar la navidad con mis abuelos paternos y regresar en enero.

Tenía 18 ya era navidad y la navidad pasada no había ido a Colombia y mis padres me convencieron de ir a Colombia, a decir verdad, yo no quería ir sentía una mala sensación sin saber porque era como si presintiera lo que me iba a pasar.

Finalmente llegamos a Colombia, no quiero decir la ciudad, nos hospedamos en una casa grande y amoblada que habían alquilado mis padres para pasar la navidad y unas semanas más, en la casa nos esperaban dos hombres nunca voy a olvidarlos uno era alto de cabello negro y ojos cafés y el otro alto de pelo negro hasta los hombros y ojos negros, solo recuerdo que subí las escaleras y llegue al lugar que decidieron mis padres que sería mi cuarto, para no alargarles la historia les diré que mis abuelos una tía y sus dos hijas gemelas fueron a la casa a celebrar navidad y llevarnos algunos dulces típicos de Colombia.

Si bien lo recuerdo la noche del 28 de diciembre mis padres y mi tía habían estado bebiendo por lo que yo me acosté a dormir en mi cuarto y no supe más de ellos, cuando desperté me sentía cansada así que arregle el cuarto y me adentre en la ducha, me bañe, vestí y peine mi cabello, y baje a la cocina para ver que me prepararía de desayuno porque supuse que mis padres estarían profundos después de lo de anoche, pero sentí el impulso de ir a la sala a ver si se habían quedado dormidos allí cuando fui pude observar que mis padres estaban amarrados de pies y manos en unas sillas cuando me vieron empezaron a gemir, unos hombres me habían tomado de los brazos y me llevaron a mi cuarto, hay me amarraron los brazos los pies y me amordazaron, para después dejarme hay tirada en la cama, yo me sentía muy mal, era obvio estábamos secuestrados, pensaba en lo que podía pasar, me podrían matar torturar o quizás violar estuve pensando en que haría para evitar que me hicieran alguna de las cosas mencionadas, había pensado, pero casualmente mis pensamientos fueron interrumpidos por unos gritos que escuche, parecían ser mis padres en ese momento  empecé a llorar estuve llorando por mucho tiempo tal vez solo dos horas, entonces empecé a pensar que nada tendría sentido sin mis padres por lo que empecé a sentirme tan vacía y triste tanto que busque la forma de suicidarme, era imposible estaba atada de manos y pies.

Me había quedado dormida y desperté porque había sentido que alguien abría la puerta, no podía ver muy bien estaba oscuro y solo se veía la luz de una linterna, después me di cuenta de que era un hombre, seguramente uno de los secuestradores, yo me exalte y trate de hablar pero lógicamente no podía hablar estaba amordazada, solo recuerdo que me dijo que no hiciera ruido alguno que quería estar conmigo, yo no quería que me violara porque sabía que era eso lo que me esperaba así que decidí que iba a ser sumisa, me soltó las piernas y me bajo los pantalones que traía puestos y se quitó el pasamontañas, no lo quería ver, pero era inevitable era el hombre de pelo y ojos negros que le había rentado la casa a mi padre, me empezó a besar las piernas el abdomen me subió la blusa, el sostén y beso mis senos después se bajó los pantalones y bóxer yo empecé a gemir tratando de decirle que me quitara la mordaza que hablaría bajo, no lo hizo entonces yo como pude le trate de decir que fuera delicado que no me lastimara que era virgen, creo que fue peor aún porque me quito la mordaza empezó a besarme la boca y finalmente me penetro sentí mucho dolor, pero trate de soportarlo, cuando termino me planto un último beso en la boca y me dijo al oído que era muy linda y tierna y que nunca había estado con una chica virgen, me ayudo a ponerme los pantalones y acomodarme, para después irse y dejarme a oscuras, pase el resto de la noche en vela y llorando.

Pasaron muchas horas para que llegaran las autoridades a esa casa, a mis padres y a mí nos desataron, mi padre hizo la denuncia, lógicamente a mí me preguntaron si me habían hecho algo, yo por vergüenza por el hecho de haber sido sumisa dije que no, mi vida no volvió a ser la misma, mis abuelos y resto de la familia se enteraron de lo sucedido, finalmente volvimos a Chile, yo a escondidas de mis padres asistí a terapias psicológicas, pero nunca volví a ser la misma. Actualmente trabajo en una empresa en un buen puesto, pero lo que me paso en el pasado me volvió fría, nunca le conté a nadie lo sucedido en realidad nadie además de la psicóloga que me atendió sabe.

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