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Cristina y nuestro amor juvenil

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Mi nombre es Gabriel en ese momento tenía 18 años, al lado de mi casa vivían Cristina 20 años y Silvia de 16, amigas de toda la vida, crecimos y nos criamos juntos. Yo tenía buena relación con ambas, pero todos decían que Silvia y yo éramos novios y no buenos amigos.

Ellas si bien eran hermanas no se parecían demasiado, Silvia era de piel blanca, cabello corto castaño muy buen cuerpo y muy caprichosa. Cristina era de piel morena, cabello largo negro azabache, buen cuerpo muy dulce y suave en todo.

Esa mañana de febrero se presentaba muy calurosa, yo venía de comprar el diario cuando Cristina salía de su casa iba a unas cuadras de casa y me pidió si la podía acompañar ella llevaba una remera color blanca ajustada con escote cuadrado que le marcaban su buen par de tetas y una minifalda rosa tipo jean ajustada 10 cm por encima de sus rodillas que mostraba sus excelentes piernas resaltadas más aún por unas sandalias blancas abiertas de taco alto.

Volvimos a la hora y ella dijo:

C- Hice un bizcochuelo anoche, venís a tomar mate

G- Voy al almacén a buscar algo que me pidió mi vieja y voy

A los 10 minutos toqué el timbre ella abrió la puerta y yo entre, quedé impactado se había cambiado de ropa si bien la había visto a Cristina en otros momentos llevando menos ropa (bikini) se la notaba muy sensual, casi provocativa llevaba su cabello negro largo y suelto, sus ojos negros y vivaces, sin maquillaje salvo un rouge rosado en sus labios carnosos. Tenía puesta una camisa con flores multicolor corta y ajustada, abotonada por delante que dejaba al descubierto buena parte de su vientre y llevaba además un short de jean blanco muy corto y muy ajustado, de forma tal que su excelente cola resaltaba más que de costumbre y por momentos al caminar podía verse sus nalgas asomando levemente a través de él, el blanco de su short hacia que sus torneadas piernas apareciesen más aterciopeladas y tersas.

Cristina estaba anímicamente caída ya que llevaba un mes de haber finalizado un noviazgo de varios meses Tomamos mate charlamos e intente animarla un poco, luego fuimos al fondo de su casa la que tenía un parque aproximado de 8 m. x 8 m. que tenía pasto con dos árboles y flores y plantas a los costados, ella regaba las plantas y al agacharse su pequeño short me dejaba ver más las redondeces de sus nalgas lo que me excitaba en demasía.

En un momento me salpicó a propósito con la manguera, ella se reía a carcajadas y yo corrí hasta donde Cris estaba mientras ella continuaba mojándome, llegue a su lado y le quite la manguera luego de forcejear con ella la moje un poco, Cris corrió hasta ubicarse detrás de un árbol la manguera y el chorro de agua no llegaba hasta allí, ella se asomaba y se reía diciendo ¡no me podés mojar!

Yo arrojé la manguera y la comencé a correr, ella iba de un árbol a otro y no podía agarrarla salvo algún que otro manotazo, llevamos así un par de minutos, hasta que una de los zigzagueos pude tomarla de un brazo y en su intento por zafar de mi resbaló y cayó sobre el césped y yo con ella.

Cris quedo boca arriba y yo sobre ella sosteniéndola por sus muñecas una de sus piernas quedó entre las mías, ella se revolcaba intento salir de esa situación y continuaba riéndose y moviéndose y esa situación provocó mi excitación… poco a poco sentí que mi pene se iba endureciendo, yo intentaba no pensar en la situación para evitar el endurecimiento de mi pene , pero cada vez estaba más lejos de lograr mi objetivo y mucho más cuando vi su pequeña blusa totalmente desabotonada producto del forcejeo y vi su pequeño corpiño blanco que cubría muy poco de sus senos los cuales se veían magníficos no solo por el tamaño de ellos sino por su firmeza y su redondez. Quedé impactado por lo que veía y aflojé un tanto mi presión sobre ella, lo que le permitió salir de esa situación, entonces ella pasó a dominar la situación, ahora yo estaba debajo de su cuerpo y quedé paralizado cuando escuché su voz diciendo:

C- Ya no estamos para jugar así, ya no somos chicos te excitaste por mí y yo por vos, el juego me volvió loca…te deseo

Yo quedé inmóvil por lo que había dicho, ella aflojó su tensión sobre mis manos y acostándose sobre mí me dio dos o tres piquitos antes de que yo pudiese reaccionar, entonces la tome por su cuerpo colocando mis manos sobre el short entre sus nalgas y sus piernas sentí su piel suave y tersa eso me estremeció y nos unimos en un beso que se prolongó por varios minutos, en un comienzo suave hasta transformarse en un beso violento… ardiente… apasionado con nuestras lenguas unidas en una inusitada pasión que se prolongó por varios minutos.

Luego ella desabotonó mi camisa, la retiró de mi cuerpo, ella ya se había sacado la suya, yo llevé mis manos a su espalda y desprendí su corpiño, ella bajo suavemente sus breteles hasta dejar sus senos al descubierto. Se veían imponentes, redondos cual pomelos con sus pezones rosados y duros deslice mis manos por ellos, mis manos se estremecieron al sentir su tersura su firmeza y antes de que pudiese besarlos Cristina comenzó a deslizarlos por mi pecho, sentía su piel suave, sus redondeces, y sus pezones duros al contacto con mi piel, y al tiempo que esto sucedía ella decía:

C- Sentí mis pechos, te gusta.... mis pezones se hinchan más y más.... jamás me calenté tanto.

G- Vaya que los siento, nunca sentí algo igual… te deseo

Luego de recorrer con ellos todo mi pecho, se acostó sobre el piso al lado mío y dijo:

C- Ahora mis pechos son tuyos, haceme vibrar, quiero sentí tu deseo por ellos.

D- Son preciosos, pero no solo tus pechos, sos hermosa me gusta tu cara, tu cola, tus piernas, todo tu cuerpo y tu forma de ser, Cristina siempre te desee, me gustas tanto.

C- Me encanta que te guste…quiero ser tuya

Entonces me dirigí a sus senos, los tome con mis manos, los acaricie, su suavidad y tersura me estremecían, los besé y los lamí, succioné sus pezones, los pellizque suavemente con mis dientes, los aprisioné con mis labios sentí como se hinchaban cada vez más al contacto con mi boca, su cuerpo vibraba a cada instante, gemía y gritaba ante cada nueva caricia, mientras sus manos jugueteaban con mi cabellera. Pasé varios minutos disfrutando sus pechos, luego fui en busca de su boca hundiendo mis labios con los suyos. Ese beso apasionado se prolongó por varios minutos.

Luego ella desprendió mi pantalón hasta quitarlo y yo desabotoné su short y ayudado por sus manos quité esa prenda de su cuerpo. Estaba esplendorosa sobre el césped, con su tanguita blanca de encajes y su cola lees por el que asomaban las redondeces de sus nalgas aterciopeladas, de una redondez extrema y sumamente paradita.

Ella dijo:

C- Vamos a mi cama

Nos levantamos, ella me tomó por la cintura y yo la tome por sus nalgas y fuimos hasta su pieza besándonos constantemente, llegamos a la habitación y nos sacamos yo el slip y ella su bombachita.

Cris acarició mi pene con sus manos y dijo:

C- Ay Gabi esto es maravilloso, me estas volviendo loca, al principio creí que debutarías conmigo, pero me encanta que no sea así… quiero que me hagas todo quiero ser tuya quiero gozar en tus brazos.

Mi mano incursionó en su entrepierna sentí su vagina depilada y los labios de su concha excitados y húmedos, su boca gimió al sentir mi mano en ella, jugueteando con ella. Me arrodillé delante de ella, la apreté contra mi mientras, mi boca y mis labios besaron sus labios vaginales en medio de un concierto de gemidos de su boca mientras su mano jugaba con mi cabellera, después de un par de minutos ella me tomo por la mano rumbo a su cama.

Nos acostamos en ella se acomodó con mi cuerpo entre sus piernas, nos besamos dulcemente. Luego se subió sobre mí y volvió a deslizar sus senos por mi pecho empezando desde mi cintura, al tiempo que besaba mi pecho besó suavemente mi boca para luego entregar sus senos a mi sedienta boca y los besé y succioné sus pezones rosados mientras su boca gemía de placer y mis manos sujetaban su cola nos besamos en la boca, Cristina era muy tierna. Ella se retiró un poco de mi para luego volver y besarnos muy dulcemente.

Luego bajó un poco por mi cuerpo hasta volver a mi cintura, ahí beso mi vientre  subió por mi pene lamiéndolo con su lengua, mi excitación a esta altura era total, ella parecía dispuesta a tomar la iniciativa y yo la deje hacer al llegar a la punta de mi pene ella tomo la punta con sus labios y lo saboreó ambos gemíamos constantemente , ella lo saboreaba lenta y dulcemente mientras yo acariciaba su cara y poco a poco empezó a hacerlo con más profundidad y de a poco lo iba introduciendo en su boca mientras yo jugueteaba con su cabello ella poco a poco lo introdujo totalmente en su boca lo recorría en su totalidad cada tanto me miraba a los ojos y notaba en ellos su pasión abrasadora, mi pene duro por demás entraba y salía de su boca.

Se levantó de la cama ella se arrodilló y yo me senté en un costado, y volvió a lamer mi pene, lo lamió con su boca lo mordisqueo suavemente con sus dientes y sus labios eso duró algunos minutos luego la tome por las manos y la levante. Se recostó sobre la cama dándome la espalda, yo casi con desesperación besaba y mordisqueaba sus nalgas, las acariciaba su piel era suave y fresca, ella gemía constantemente, después de varios minutos la gire bese su boca y baje en busca de su vagina abrí sus piernas e introduje mi boca en su vagina la lamí mientras su boca no paraba de gemir así durante un tiempo luego me incorpore y fui en busca de su boca para besarnos profundamente para luego en esa posición entreabrir sus piernas e introducir mi pene en su vagina ella gemía daba pequeños gritos de placer, sus ojos se los notaba sedientos de sexo.

Mi pene entraba y salía de su vagina súper lubricada mientras mi mano acariciaba sus senos, ella con sus manos sujetaba las sábanas de su cama, se acomodó más sobre la cama y mi pene pistoneaba en su vagina, pero ella se incorporó retirando mi pene de su vagina.

Ahora fue ella la que se subió sobre mi introduciendo mi pene en su vagina su boca gemía… sus ojos estaban brillando de placer y su boca cada tanto iba en busca de la mía para besarnos apasionadamente, no paraba de gemir y gritar de placer Cris en esa posición dominaba la situación y demoraba ese momento final; hasta que nuestros cuerpos no pudieron contenerse más y explotaron al mismo tiempo en apasionadas convulsiones de placer sus gritos alaridos y gemidos invadieron la habitación su cuerpo se sacudía en mis manos y nuestras bocas unidas intentaban sellar ese instante glorioso de placer mientras mi pene lanzaba su cálido semen a torrentes, ella se agitaba, se sacudía, su vagina se contraía y su cuerpo se apoderó de un orgasmo infernal. Permanecimos así durante largos instantes nuestros cuerpos se aquietaron y reinó la calma, pero ambos continuábamos besándonos como si no quisiéramos que ese instante finalizara nunca. Luego nuestras bocas se separaron y ella dijo:

C- Gabriel, fue el instante más maravilloso de mi vida, es maravilloso lo que viví con vos, jamás me sentí, tan caliente, jamás sentí tanta excitación, jamás me sentí tan amada como en estos momentos, viviría tan solo para que vos me poseas.

D- Cristina sos maravillosa, siempre te desee, ¡te amo!!!

Nos fuimos a duchar juntos.

Ese día no volvimos a tener sexo, su madre volvería en cualquier momento, ella preparó el almuerzo, yo besaba cada rincón de su cuerpo era algo maravilloso sentirla así.

Ese verano la pasamos juntos, luego su trabajo y mis estudios nos alejaron, ella y yo tomamos rumbos diferentes, los años pasaron seguimos siendo amigos y algo más; ella está casada y tiene un hijo, pero lo nuestro nunca tuvo un final… nunca dimos por terminado lo nuestro nosotros nos seguimos viendo a veces en reuniones de amigos, en otras en intimas reuniones, la pasión y el deseo nunca se aplacó, cuando nuestros cuerpos se unen en el mundo existimos solo nosotros dos.

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