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Me inició un delincuente I

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Mario era un chico retraído, con 18 años no aparentaba más de 15, flaquito, lampiño de no más de 1.64 de altura.

Parecía siempre con miedo, delicado, muy pocos amigos, casi ninguno y lo peor es que a pesar de su edad aún no tenía bien definido sus gustos sexuales.

Nunca había tenido contacto sexual con una chica o chico. Encontraba que a veces le atraía alguna de las chicas que compartían sus actividades sociales o estudiantiles y se masturbaba pensando en ella, sin embargo, también en muchas ocasiones lo hacía pensando en algún compañero o conocido que evidentemente le atraía. Según su pensamiento se definía como bisexual, sin experiencia.

Compartía su existencia con su madre Cristina, viuda de 45 años de edad y su tía Clara, de 30 años, hermana de su fallecido padre.

Ellas eran muy amigas, casi diríamos compinches. Su madre una mujer de 1.70 de altura, de muy buen busto aún bastante parado, cola grande, cintura muy marcada lo que hacía que pareciera de hermosas curvas. Su tía más joven con algo menos de busto, pero no de cadera la hacía una mujer muy hermosa de esas que provocan que los hombres se den vuelta cuando se la cruzan en la calle.

Los tres vivían juntos en un viejo edificio muy descuidado de apartamentos de tres pisos sin ascensor, muchos de ellos ya vacíos. Según se rumoreaba, Mario había escuchado que en algún momento seguramente deberían abandonarlos y su destino sería la demolición, para dar lugar a nuevas construcciones, pero la realidad es que eso aún no había llegado.

Esa mañana de sábado Mario se levantó, se higienizó y dijo a su madre que saldría a caminar al parque cercano. Al bajar las escaleras se cruza en el pasillo el piso debajo del suyo con un muchacho que vivía en uno de los apartamentos. Mario ya lo había visto en varias oportunidades y realmente le atraía mucho, aparentaba unos 23 años de edad, de buen cuerpo casi deportivo, facciones muy agradables. Al pasar lo saludó por primera vez y el corazón de Mario se aceleró.

hola - le dijo

hola - le contesto Mario

- tú vives en el piso de arriba, no es cierto - le preguntó a Mario, - yo soy Carlos y vivo en este piso en el 24 - dijo señalando una puerta cercana.

sí, vivo en el 36 - respondió Mario pensando en que siempre la había gustado ese muchacho

¿sales?, te acompaño - le dijo Carlos, - aprovecho ya que mi padre salió a trabajar y no vuelve hasta tarde -

 Salieron caminando juntos.

vas a algún lado en particular - preguntó Carlos

no, solo a caminar un poco por el parque - contestó Mario

te gusta jugar con la play - le dijo Carlos

nunca he jugado, la verdad es que no sé - respondió Mario

ven entonces, subamos a mi apartamento y jugamos un poco - agregó Carlos, a lo que contestó Mario - bueno, pero recuerda que nunca jugué -

Subieron nuevamente y entraron al apartamento 24, donde Carlos vivía.

El apartamento estaba casi vacío, tenía pocos muebles. Un par de colchones con ropa de cama por arriba, unas valijas abiertas con ropa.

Una mesa y 4 sillas viejas, un televisor y muy pocas cosas más.

-perdona el desorden, pero aún no hemos traído las cosas de nuestra anterior vivienda, aún no tenemos la plata suficiente para pagar el flete, aunque nos falta muy poco -

Carlos acerco el televisor a uno de los colchones y y lo encendió, Mario se sentó a su lado.

Le alcanzó uno de los controles de la play y empezó a mostrarle como jugar al juego que estaba colocado.

Mario trató de jugar, pero su inexperiencia hacía que rápidamente fallara varias veces, entonces Carlos se pegara mucho a él y le ayudaba con los controles.

Mario se dio cuenta que Carlos tenía una erección que aumentaba a medida que lo tocaba, y le impresionó el tamaño del pene que daba a entender ese bulto frente a sus 15 cm de máxima expresión.

No podía sacarle la vista de encima y Carlos se dio cuenta. Sin darle demasiada importancia, como si fuese algo normal mientras jugaban Carlos tomo la mano de Mario sin sacar su vista del televisor y la apoyó sobre su paquete. Carlos sintió el pedazo de carne debajo de su mano e instintivamente apretó.

Carlos dejó el joystick y mirándolo le dijo - ¿quieres verla? -

Mario con vergüenza no contestó, así que Carlos abrió su bragueta y saco una pija parada de 19 cm, apoyándola sobre la mano de Mario, quién se asombró del tamaño y se estremeció al sentir el calor de ese miembro sobre la palma de su mano.

Era la primera vez que tocaba una pija que no fuese la suya y le gustaba, quería mirarla y tocarla toda. Estaba excitadísimo y se notaba.

Carlos pasó su mano por debajo de la suya y cerrándola cerró la de él, quedando el miembro en su interior. Empezó a moverla como masturbándose, al hacerlo arrastraba la mano de Mario, o sea, él estaba masturbando a Carlos.

Carlos retiró su mano, pero Mario siguió con la tarea y sintió como Carlos le abría su bragueta e iniciaba la misma tarea en él.

Pronto ambos estaban sin pantalones y masturbándose mutuamente. Mientras eso pasaba, Carlos se recostaba y cerraba los ojos, pero Mario miraba fijamente y asombrado aún la herramienta del acompañante. De pronto siente que la mano de Carlos se apoya en su nuca y muy despacio empuja su cabeza hacia abajo, hacia la pija. Sabe lo que Carlos quiere, y no le disgusta, es más lo desea, entonces no ofrece resistencia.

Mario acerca la cabeza y le da un beso en la punta de la pija que tiene entre sus manos, siente que está húmeda, le gusta el sabor saladito que le queda en los labios.

Siente que la mano en su nuca empuja un poco más, entonces abre la boca y deja que la pija lo penetre oralmente. Le entra casi hasta la mitad, cierra los labios y se dedica a chupar cerrando también los ojos para concentrarse más. Le agrada, lo que siente es nuevo y excitante. Con una de sus manos acaricia los testículos de su compañero y con la lengua trata de chupar y lamer lo más posible, mientras Carlos ya usa sus dos manos sobre su nuca para empujar y sacar.

La pija entra y sale, a veces llega a la garganta y lo deja sin aire.

Mario está muy excitado, tanto que nada dice cuando percibe que una de las manos de Carlos juega en su colita y empieza a meter un dedo. Le gusta, lo desea, es más, se arrodilla para que la mano de Carlos trabaje con más sencillez. Siente que ya son varios dedos, le extraña que no sienta dolor sino solo un inmenso placer.

La pija de Carlos comienza a largar chorros de semen dentro de la boca de Mario, este no se da por enterado y sigue chupando y tragando a tal punto que la pija nunca decae en tamaño, aun después de haber acabado.

Mario está frenético, siente que Carlos se levanta, se coloca detrás suyo, le levanta la cola.

Piensa que ya va a ser penetrado, mil ideas le pasan por la cabeza, pero no hace ni un solo movimiento. Sin embargo, no es la pija la que se acerca a la colita de Mario, sino una lengua ávida y juguetona que comienza a recorrerla, los cachetes, el agujerito, trata de entrar salivando todo. La excitación de Mario es ya enorme, no sabe qué pasará aunque se lo imagina, lo desea todo, cualquier cosa.

Siente que le apoya la cabeza de la pija y que empieza a empujar despacio. Toca atrás con su mano y se da cuenta que Carlos lubricó la pija con alguna crema o líquido que hace que entre más fácilmente.

Siente dolor, pero aceptable, igual la desea adentro. La pija entra entera y Carlos espera un poco, no sabe que a Mario casi ni le duele y la desea enormemente. Carlos empieza a moverse, la pija entra y sale de su culo, puede sentirlo, así como siente que se inicia una oleada de placer cada vez que la pija entra. Siente que la quiere más adentro, que quiere más y se lo dice.

Se da cuenta, toma conciencia que lo están cogiendo y le gusta. Le gusta el placer, los olores que percibe y el ruido que hacen las bolas de Carlos cuando golpean en sus nalgas.

Justo en ese momento ambos escuchan que se abre la puerta del departamento.

Es el padre de Carlos que entra y ve la imagen de ambos, Carlos detrás de Mario enculándoselo.

epa que pasa aquí - dice mirando al hijo

nada, es un vecino y jugábamos a la play - contestó Carlos riéndose, sin sacarla de la cola de Mario, sin dejar de moverse

Ante la situación, Mario se queda quieto, no sabe cómo reaccionar pero pierde parte de la excitación y comienza a tener miedo.

El padre se acerca a la cabeza de Mario, abre la bragueta, saca una pija del mismo tamaño que la de su hijo y la apunta a la boca diciendo - bueno me integro a la fiestita -

Mario siente que le apoya la pija obre la boca y empuja, no la abre, entonces recibe un cachetazo que le obliga a hacerlo. Siente que la pija entra hasta la garganta y escucha - ni se te ocurra morder o lastimar porque te cago a palos pendejo de mierda - que dice el padre de Carlos.

Deja que haga. Se da cuenta que Carlos lo sigue cogiendo y el padre mete y saca la pija de su boca.

En ese momento Carlos llega al clímax y termina dentro de Mario. Él lo siente, siente le semen caliente que queda en sus entrañas, pero lamentablemente no puede sentir el placer que debería debido a su temor ante la violencia que sobre el ejercieron y que generó temor, además el padre de Carlos no le gusta, es un hombre desaliñado y sucio, tiene más la imagen de un delincuente que de un trabajador.

Al darse cuenta que Carlos había terminado, su padre le dice - salí de ahí, córrete y déjame a mí, así me cojo yo también a este pendejo -

Saca la pija de la boca de Mario y colocándose detrás de él se la mete en un solo golpe que le provoca bastante dolor y nada de placer.

El hombre comienza a moverse en forma muy brusca, agarrando a Mario de la cintura, a veces lo agarra del cuello o del cabello tirando hacia atrás.

De pronto se deja caer sobre la cama boca arriba sin sacarla, entonces Mario cae sentado sobre la pija y siente que le entra hasta donde nunca había entrado.

Movete pendejo dale - escucha y comienza entonces a saltar sobre la pija pero ante la falta de experiencia y sumado el temor evidentemente lo hace mal, lo que provoca el malestar de quien se lo está cogiendo. Es movido bruscamente y acostado boca abajo en la cama, siente que el hombre se le acuesta arriba y lo penetra casi sin darle posibilidad a moverse por el peso que sobre él ejerce.

Varios minutos después también siente que acaban en su culo nuevamente, pero esta vez le duele y bastante, supone que hasta debe estar sangrando por la violencia usada, pero al no poder ver no sabe.

El hombre se levanta y se dirige al baño - prepáralo para una segunda vuelta - le dice a Carlos y desaparece al cerrar la puerta

Carlos le da a Mario su ropa y le dice - vístete y sal rápido o terminará lastimándote-

 Mario se viste rápidamente y sale por la puerta mientras escucha a Carlos decir - perdoname, lo lamento no sabía que volvería tan rápido -

Sale al pasillo y sube rápidamente para entrar en su apartamento.

Al entrar se cruza con su tía que le pregunta - que te pasa, estas agitado -

- es que subí corriendo, estoy apurado por el baño - contesta Mario y entra al baño rápidamente sin que la tía se dé cuenta de nada.

Ya en él, Mario se desviste y se cuenta que no tiene sangre, que solo está manchado de semen y se lava.

Está asustado pero contento, ha sentido un placer que ninguna masturbación anterior le dio. Es cierto no llego a terminar pero no fue necesario, estaba igualmente satisfecho. Se lo habían cogido y le había gustado, incluso mientras se lo cogían chupaba otra pija.

Recordando eso tuvo que masturbarse para tranquilizarse. Fue rápido, estaba aún muy excitado.

Pasaron unos días, Mario se cuidaba de no cruzarse con el hombre del 26, aunque deseaba encontrarse con Carlos.

Un día, caminando por el parque (actividad que le encantaba) se cruza con Carlos que se le acerca

- te quería pedir disculpas por lo del otro día - le dijo, - realmente no debería haber vuelto hasta las 5 de la tarde, no sé aún que pasó que volvió antes. Es un hombre muy violento -

Ya pasó - respondió Mario - dejémoslo así -

es que me gustas mucho - dijo Carlos - y no quiero perderte por culpa de ese tipo -

Escuchar eso le agradó a Mario y siguió caminando con él un rato.

Ambos se contaron cosas, Carlos que estaba solo con ese hombre que en realidad no era su padre sino su padrastro, que su madre estaba en la cárcel por prostitución y que en cuanto pudiese dejaría esa vida. Mario le contó sobre su entorno, de su madre y su tía, del fallecimiento de su padre y que estaban solos cuidándose entre ellos.

Se besaron cuando pudieron ocultándose a la vista de todos y finalmente quedaron en que Carlos visitaría a la casa de Mario el siguiente sábado en la noche ya que su madre y su tía saldrían a una fiesta de despedida de una compañera de trabajo de su tía, y de esa manera podrían tener algo de intimidad.

Llegó el sábado, Mario estaba excitadísimo. Cristina y Clara salieron. Media hora después entraba Carlos a la casa de Mario.

15 minutos después ya estaba Mario desnudo, chupándole la pija a Carlos en la práctica de su primer 69.

Al fin podía hacerlo tranquilo y gozarlo, sintió que le acababan en la boca mientras él también tenía un orgasmo dentro de la boca de Carlos. Se sentía en el cielo.

Luego Carlos volvió a penetrarlo. lo gozó aún más que la vez anterior y al finalizar quedo recostado en la cama.

Carlos fue al baño, o al menos eso era lo que el suponía. En realidad Carlos fue a abrir la puerta de entrada y dejar entrar a Luis, el supuesto padrastro pero en realidad compañero de fechorías.

Grande fue el asombro de Mario cuando ve entrar a ambos en su habitación.

Mirámelo al putito, hola - dijo Luis tirándose sobre Mario quien rápidamente es sometido, atado y amordazado.

Lo que a partir de allí pasó lo dejamos para una segunda sesión que muy pronto llegará.

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