Nuevos relatos publicados: 11

Regalo no deseado, pero si disfrutado

  • 5
  • 13.410
  • 9,19 (16 Val.)
  • 0

Estamos en una bonita y cálida habitación de hotel, tú tienes el pensamiento de que será otra noche de pasión donde nuestros cuerpos se van a entregar al placer, pero al mirar hacia la cama, ves que hay un regalo. Te digo que vayas a hacia él y lo abras.

Abres el regalo, ves lo que es y me miras con cara de circunstancias. Una parte de ti, quiere tirarme el regalo a la cabeza, pero la mayor parte de ti se muere de ganas por ver que tengo pensando hacer con él. Sin dejarte pensar mucho más, te pregunto:

—¿No te lo vas a poner?

Vuelves a mirar el regalo, te quedas en silencio unos segundos, y te decides a cogerlo, pero cuando vas a ponértelo, te digo:

—Si te lo vas a poner, tiene que ser de rodillas, y si no mejor déjalo donde estaba.

Ese comentario te cabrea, sin embargo, un extraño calor recorre tu cuerpo, y te das cuenta que el fondo deseas ponerte. Sin dudar mucho más, te arrodillas y te colocas alrededor te tu cuello el bonito collar con correa que te he regalado, mientras agachas la cabeza algo avergonzada.  Una vez el collar luce alrededor de tu cuello, levantas la cabeza, me miras y ves que me quitado toda la ropa menos un slip de color negro. Lentamente me acerco a ti, cojo la correa y te llevo caminando a gatas hacia una butaca situada al otro lado de la habitación. Me siento en ella, y tirando de ti sitúo tu cabeza entre mis piernas, al mismo tiempo que te digo:

—Vas ser buena y me la vas a chupar.

Aunque la situación no acaba de gustarte, te tiene extrañamente excitada, y cada vez que tiro de la correa un fuerte impulso recorre todo cuerpo. Sin saber bien que hacer, te dejas llevar, retiras el slip a un lado y empiezas a chupármela. Enseguida notas que estoy muy caliente, y sigues chupando suave, con movimientos lentos, pero con fuerza.

Después de varios minutos, empiezo a tirar de la correa, haciendo que mi polla te penetre por completo y no te permita respirar, tienes que abrir la boca por completo para dejar entrar algo de aire, al mismo tiempo que tu saliva cae sin control sobre mis huevos, cosa que hace que se me escapen varios suspiros de placer.

Tiro de la correa hacia fuera, me pongo de pie, te llevo gateando hacia la cama, y sin permitir que te pongas de pie, te hago subir a ella y te coloco a 4 patas. Suelto la correa, y te doy unos cuantos azotes mientras mi polla recorre tu entrepierna sin penetrarte. Luego me separo de ti, y mi lengua entra entre tus glúteos, y muy lentamente baja entre tus piernas, haciendo una larga parada que hace que te estremezcas de placer.

Cuando noto que estas realmente húmeda, cojo de nuevo la correa, te penetro, y tirando de ti suavemente hago que te muevas contra mis caderas con un ritmo suave pero constante. Pasados varios minutos, vuelvo a dejar la correa, te cojo por los hombros y te obligo a inclinarte presionándote con fuerza contra la cama, a la par que comienzo a follarte con fuerza. Esto hace que no tardes en comenzar a gemir de placer, instante justo en el que dejo de moverme, para que de forma incontrolable seas tú la que no cese de golpear tus glúteos contra mí. Al cabo de unos instantes, dejas de gritar, te quedas quieta recuperando el aire, mientras yo me separo de ti, cojo de nuevo la correa, te hago sentar contra el cabezal de la cama y ato la correa a él, dejando tu cabeza inmóvil contra él.

Acto seguido, me coloco de pie delante de ti situando tu cuerpo entre mis piernas y dejando mi polla frente tu boca, te pido que cojas mis glúteos con tus manos y me la chupes. Tu sitúas tus manos detrás de mí y empujas para poder chupármela, al mismo tiempo tiras de la correa para poder chupar con más fuerza, pero esta apenas te lo te permite y cada vez que notas como presiona tu cuello, te excitas más, y tú sigues tirando de ella una y otra vez.

Unos minutos más tarde, cojo con mis manos las tuyas, las coloco por encima de tu cabeza, y si sin soltarlas, comienzo a follarte la boca muy suavemente, introduciendo mi polla hasta que noto una pequeña y sutil arcada, para luego sacarla rápidamente de un solo movimiento. Repito esta acción varias veces, luego me separo, te abro tus piernas me coloco de rodillas entre ellas, coloco mis manos bajo tus glúteos, levanto tus caderas y comienzo a follarte con mis labios y lengua, mientras coges mi cabeza con tus manos, y empiezas a gemir de placer. Por acto reflejo, intentas inclinarte hacia delante, pero la correa te lo impide, presionando de nuevo tu cuello, esta situación te enloquece y no tardas en volver a gemir de placer. Cuando tu cuerpo deja de palpitar, te libero del collar, me tumbo a tu lado, y te digo:

—Chúpamela libremente hasta te que pida que me masturbes con fuerza con una mano, mientras con la otra presionas suavemente mis huevos.

Antes de que pueda acabar de decírtelo, mi polla ya está en tu boca. Primero comienzas con movimientos suaves, haciendo pausas para dedicarte también a mis huevos. Te dejo disfrutar durante varios minutos, pero estoy demasiado excitado para poder aguantar mucho más, y antes de que pueda decirte nada, comienzas a masturbarme al mismo tiempo que presionas mis huevos. Apenas tardo en correrme, te sorprende la fuerza con la que lo hago, mientras mi cuerpo se retuerce de placer.

Poco a poco, mi cuerpo se relaja, notas como mi polla palpita en tu mano sobre la cual desliza mi pasión. En ese momento me miras, estoy con los ojos cerrados y la respiración acelerada, sonríes… descubres el collar colgado del cabezal, y por un instante un extraño calor recorre cada uno de los rinconcitos de tu cuerpo.

(9,19)