Nuevos relatos publicados: 13

Por entrar sin golpear

  • 4
  • 21.638
  • 9,28 (32 Val.)
  • 0

Llegué a la casa de mi cuñado, el hermano de mi novia. Habíamos acordado anteriormente de que yo iba a ir como a las 3 de la tarde, pero me desocupé más temprano y fui eso de las dos y media.

Esa maldita costumbre que poseemos nosotros de entrar a la casa sin golpear debido a nuestra gran confianza, ese día me jugó una mala pasada. No tanto a mi si no a ellos.

Abrí la puerta y ahí los vi. Él tirado en el sofá con su enorme pija parada y ella en cuatro patas metiéndosela toda en la boca.

Él se levantó asustado, sorprendido y se fue para el baño. Ella se dio vuelta y se quedó muda.

Yo reaccioné bajándome los pantalones y poniéndole mi pija delante de la cara de ella y ella sin dudarlo, excitada como estaba me empezó a chupar el pedazo muy profundo.

Mi cuñado volvió al living queriéndome explicar algo y cuando vio semejante escena me miro, lo miré y cerré los ojos con una guiñada como para darle el okay de todo lo que estaba pasando.

Se bajó nuevamente el pantalón, y se paró detrás de mi novia, la cual estaba en cuatro patas con su culito en pompa moviéndolo de un lado para el otro entretenida con mi verga en su boca chupando y chupando.

El sacó su verga que ya estaba más que parada, y se la enterró en la conchita húmeda ya de tanta excitación.

En ese momento parece como que me calenté más aun, me parecía muy loco lo que estaba viviendo, me excitaba muchísimo ver como se la cogían a mi novia y más ante el morbo de saber que era su propio hermano quien se la movía.

Ante tal calentura empecé a bombear más fuerte dentro de su boca, tan fuerte y tan profundo que le dieron arcadas, cosa que no me importó y seguí.-

Después, él se tiró en el suelo boca arriba y ella se sentó literalmente sobre su pija y empezó a cabalgar muy alocada.

Yo me dispuse a lubricarle bien el culito con saliva, escupiéndoselo y a dilatar su ano con mi mano mientras con la otra me masturbaba.

Ella me pidió por favor que le metiera la verga en el culo, que ya no aguantaba más que sentía morir entre orgasmo y orgasmo. Me pare, le abrí aún más las nalgas y se la metí despacito esperando que se dilate ese culito redondito.

Y así estuvimos un rato, era penetrada por nosotros dos, castigada muy duramente por nuestros penes que entraban y salían de su cuerpo.

Ella muy muy loca gritaba y jadeaba como una perra en celo, desesperada y pidiendo más y más.

En un momento, paramos, ella se puso de pie, con los brazos abiertos contra la pared, y con el culo paradito y dijo: "Acá estoy, como una putita esperando que me rompan bien el culo…". Solo eso fue necesario para entender la consigna… Me paré detrás de ella y se la metí nuevamente en su culito dilatado ya… le di y luego bruscamente me separe de ella, no quería acabar aun…

Ahí aprovecho mi cuñado y se la metió también en el culo y empezó a hacer el trabajo duro con ella…

Ella estaba desconocida, gritaba como nunca con los ojos cerrados se refregaba contra la pared y pedía aún más…

Nos estuvimos turnando un par de veces en esa posición y luego si me canse de que tanto pidiera tanto gritara más y más y decidí hacer algo que siempre le había pedido yo y jamás había aceptado… Practica "fisting"… con ella…

Me arremangue y comencé a meterle la mano en la concha… ella gritaba de dolor y placer.

Después de bombear un rato y de intentar e intentar lo había logrado, tenía toda la mano dentro de su conchita, hasta el puño… muy doloroso y muy excitante para ambos…

Hasta que aflojo y me dijo "basta por favor…basta!!!".

"No mamita, ahora no me pidas que afloje, aún falta lo mejor…"

Y comencé a hacer lo mismo con su culito… empecé metiendo un dedo, luego dos, tres… hasta llegar también a meter la mano completa en su culito que ya estaba destruido.

Mi cuñado se masturbaba desde el sillón mirando tal acto morboso delante de sus ojos.

Saque la mano de su culo, ella se dio vuelta, le hice seña a mi cuñado para que viniera y acabamos casi juntos en la cara de ella… El semen de ambos recorría sus labios, su cara, para llegar luego a sus tetas… Me miro a los ojos se sonrió y me dijo…"te amo".

(9,28)