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Yo y mis hermanas gemelas

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Me llamo Hernán y vivía con mis padres y mis dos hermanas. Yo en ese momento tenía 19 años y mis hermanas 18, si, son gemelas. Era una edad en que todo era juego y las hormonas nos aventajaban, la razón se dejaba a un lado, nos hacía perder los limites inhibitorios que nos impone la sociedad, creo que era algo más animal que racional.

Mis hermanas se llaman Romina y Alicia. Son las dos rubiecitas, de tez clara, ojos verdes, tetas normales y culos rellenitos. Yo las diferenciaba con facilidad, pero para alguien que no las conociera como yo, era prácticamente imposible.

Mis padres trabajaban todo el día, tenían que alimentar tres bocas en casa, nosotros tres estudiábamos. Cursábamos los estudios secundarios, por suerte y como pasaba todos los años, teníamos vacaciones de verano y estábamos un mes en casa después de terminar las clases, los tres solos, luego de lo cual tomaban vacaciones mis padres y casi siempre íbamos a una casa que teníamos en la costa.

Mi mamá llegaba a eso de las seis de la tarde del trabajo, mi padre a las siete u ocho.

Nuestra casa era grande, teníamos una pileta de natación en el jardín del fondo de casa donde pasábamos gran parte del día.

A mis hermanas nunca las vi como mujeres hasta ese año, ellas siempre andaban con poca ropa en verano, pero a mí no me llamaban la atención. Lo que es cierto, ellas comenzaron a tener, el último año, otro tipo de actitud conmigo. Los juegos eran un poco más osados con los toqueteos, me golpeaban como siempre, yo reaccionaba pero enseguida me abrazaban y me querían besar o se colgaba de mi espalda. Igualmente yo las apartaba haciéndome el enojado, cosa que parecía que en ella despertaba las ganas de seguir con más intensidad con sus juegos. En ese momento yo no pensaba que se excitaban conmigo, pero fue algo que fui descubriendo con el tiempo.

Como estábamos en los primeros días del verano el calor comenzaba a ser insoportable. Yo por casa siempre andaba con traje de baño, las mellizas hacían lo mismo. Nos metíamos a la pileta y tomábamos sol tirados en el pasto o en alguna reposera.

Yo comenzaba a observar sus cuerpos, ya con sus 18 años, sus tetas sobresalían de sus biquinis, cosa que el año anterior no eran tan notables, Romina era más vergonzosa, pero a su vez más inteligente, todo lo planeaba ella, usaba una biquini blanca no muy chica, pero le quedaba muy bien, más ese año en que su cuerpo la completaba gratamente. Alicia era más tonta, más atrevida, obedecía todo lo que Romina le mandaba, era su mano derecha.

Ellas se estaban preparando para la costa, se acostaban a tomar sol todo el día, querían llegar broceadas. Yo me tiraba un rato pero después me aburría y entraba a la casa y me entretenía jugando con la Play. Desde la habitación en que estaba jugando podía ver a las dos acostadas tomando sol.

Alicia le pasaba protector solar a Romina, primero por el frente y luego por su espalda y piernas. Romina hacia lo mismo con Alicia, pero pude observar que lo hacía con mayor lentitud y luego cuando la pone de espaldas le desabrocha la parte superior del biquini, le coloca la crema en su espada y baja hasta su cintura, allí veo que le dice algo al oído y luego tira del biquini y se la mete entre sus nalgas, deja al aire ese hermoso culo, lo acaricia con sus manos mientras le pasa crema hasta que se desvanece en su piel. Esa imagen me excitó, mi pene quedó erecto en el acto, se mantuvo de esa forma mientras las dos quedaron acostadas tomando sol, Romina como siempre más recatada y pudorosa, Alicia con el culo al aire.

Al otro día como todos los días me meto en la pileta y me pongo a tomar sol, mis hermanas salen de la pileta y me tiran agua, yo me enojo y lo hacen peor, esta vez con un balde. Romina al ver mi enojo trata de cambiar de tema y me pregunta si ya me iba a jugar adentro. Le pregunto porque quería saber y me dice que ellas querían tomar sol tranquilas. Les dije que yo no las molestaba y Romina me dijo que querían hacer topless y conmigo mirando no se atrevían, yo miraba la cara de Alicia que estaba como sorprendida, ahí me di cuenta que era toda una maniobra de Romina. Yo haciéndome el inocente le dije que me iba con la condición de que no me molestasen, creo que Romina sabía que yo las podía ver desde mi habitación, fuimos cómplices en silencio.

Subí a mi habitación, el observatorio, el palco de honor para observar la función de las gemelas. Las dos quedaron en tetas, Romina tomo la iniciativa con el protector solar, empezó a untar las tetas de Alicia, las frotaba con las dos manos a la vez, eran movimientos circulares, los círculos terminaban y empezaban en el medio de sus pechos, más frotaba más blancas quedaban, sólo sobresalían sus rosados pezones, se la veía totalmente excitada, la areola hinchada alrededor de sus pezones lo demostraban. Después de largos minutos el trabajo continúo con Romina, quedaron las dos excitadas y así se recostaron a tomar sol. Yo así como estaba apoyado en la ventana tenía el miembro erecto en mi mano derecha, la imagen hizo que acabara con un gran chorro de leche, momento en el que entré en razón como para darme cuenta que me estaba pajeando con mis hermanas, la culpa hizo que me alejara de la ventana y limpiara lo que había chorreado.

Las dos siguieron toda la tarde en tetas, no podía dejar de espiarlas, pero antes de que llegara mi madre a casa se pusieron la parte de arriba y siguieron en la pileta. El juego era conmigo, tal vez querían que fuese un secreto o sabían que mi madre se enojaría si las viera desnudas en la pileta.

Al otro día nos encontramos los tres en la pileta, me preguntaron si me iría rápido, yo les conteste que quería tomar sol. Romina me dijo que querían tomar sol igual que el día anterior, en topless que no podían si yo estaba ahí, me negué y le pregunto para que querían hacer topless a lo que Romina me contesto que no querían llevar marcas a la playa. Les dije que hagan topless igual, como en las playas europeas que para mí era lo mismo, Romina enseguida me contestó que no querían porque yo le iba a contar a mamá. Yo les propuse que hagan lo que quieran que yo no contaría nada.

Las dos se miraron un segundo y Romina tomo de los hombros a Alicia, la pone de espaldas, le desabrocha el corpiño y se lo saca.

Saltan sus tetas y rebotan en el aire, casi podía ver como se excitaba en el acto. Alicia queda parada esperando el manoseo de Romina con la crema, cosa que hace. Con las primeras pasadas se hacen muy notables sus hinchados pezones, sobresalían unos tres centímetros, su cara colorada la delataba. Cuando termina Romina le toca a Alicia, el resultado es el mismo, las dos se acuestan con sus erectos pezones al sol, mi pija estaba atrapada en mi traje de baño, si no fuera por la posición en que estaba ya hubiese escapado por la entrepierna del short.

Luego de un rato las dos entraron en confianza, la vergüenza había quedado a un lado y comienzan a caminar por todos lados en tetas, se metían y salían del agua, yo no podía creer lo que veía. Como siempre esperaban una reacción mía a sus juegos, tomaron una botella de la heladera con agua fría y me mojaron con esta cuando estaba tomando sol, salte de golpe y las empecé a correr, la agarre a Romina por la cintura cuando estaba corriendo delante de mí, en eso siento que Alicia me rodea con sus brazos por la espalda y me apoya sus tetas, siento sus dos pezones muy duros empujando sobre mis omoplatos, casi de inmediato repercute en mi pija con extrema dureza. No quería mostrar mi excitación y las empujo a la pileta, caemos los tres, el agua fue el mejor remedio para nuestra calentura. Nadamos un rato y salgo para secarme y entrar a la casa casi era hora de que llegara nuestra madre.

Al otro día nos encontramos para desayunar, Romina estaba en la cocina preparando el desayuno con el  biquini puesto, no me sorprendió se metería en la pileta en un rato más, después de un rato entra Alicia, sólo con la tanga, entraba con su bamboleantes tetas al aire, quede heleado mirándola, ella actuó con total normalidad, Romina la mira y le da un beso y sigue preparando el desayuno, era como si yo fuese invisible, Alicia se sienta enfrente mío y como si nada toma con sus manos sus tetas y las levanta para mostrarlas, y nos dice que miremos como se están bronceando parejas, hasta me pregunta que me parecía. Yo casi no podía contestar pero balbucee que sin marcas parecen más grandes, algo que no tenía ninguna lógica, pero me salió eso en ese momento. Las dos empezaron a reír, yo estaba medio avergonzado, entonces Romina, como siempre tomando la iniciativa, me dice que si eso fuera verdad conviene que tomemos el sol desnudas así nos crece el culo. Las dos rían y se miraron en forma cómplice, luego de desayunar salieron a la pileta.

Las dos paradas a un lado de la pileta se preparaban para tomar sol, Romina le dice a su hermana que se pare y levante los brazos y mire el cielo, ella ingenua como era le hace caso, de pronto toma de los costados de su tanga y se la baja de golpe, queda completamente desnuda ante mis ojos. La reacción de Alicia no fue subirla, sino fue empezar a correr así desnuda como estaba a Romina por el jardín hasta que la puede atrapar, cuando lo logra tira de su biquini y se la arranca con fuerza, la deja completamente desnuda también, las dos ahora estaban desnudas y corriéndose una a la otra, yo no lo podía creer pero parecía que no les importaba.

Corrían desnudas con sus saltarinas tetas, su parado culo y unas hermosas vaginas perfectamente depiladas, perfectas, sus labios menores asomaban como pliegues de piel serpenteante, rosados y brillosos, lubricados por el calor.

Así como estaban se tiran en la pileta, yo no podía dejar de mirarlas, se ponen al lado de las reposeras y comienzan con el protector solar. Era increíble como Romina se lo pasaba por todo el cuerpo, así parada como estaba le metía las manos bien adentro del culo, Alicia disfrutaba. Luego el turno fue de Alicia y veo que los manoseos sobre el cuerpo de Romina fueron más intensos. De masajear las tetas pasó a su culo, la manos no solo lo tocan, casi lo viola, le hunde bien profundo los dedos por su raya, así parada como estaba la hace girar y comienza con un intenso manoseo en su vagina, el protector solar pasó a ser un lubricante, el mejor lubricante, los dedos de Alicia desaparecían y aparecían, Romina comienza  a levantar la cabeza como mirando el cielo, pero con los ojos cerrados, estaba por explotar de la excitación, Alicia sabía y acelera sus movimientos sobre el clítoris hasta que Romina pega un gemido y abre las piernas, acaba de pronto con un largo chorro de flujo sobre la mano de su hermana. Se calma abre los ojos y me mira, así como estaba me dice que ahora era mi turno, yo me paro y le digo que está mal, pero no pude contra dos amazonas.

Alicia me toma los brazos por detrás, aunque forcejeo no logró zafar de Romina, ella por delante toma mi short con las dos manos y me lo baja, mi pene explota, salta erecto frente a su cara, ella se queda mirando arrodillada, ella era la de la idea, Alicia la de la acción. Alicia se arrodilla al lado de Romina y sin decir palabra toma mi pene con sus dos manos lubricadas por el protector solar, mi pene comienza a tomar brillo, un tronco venoso coronado por una gran cabeza morada, acerca su boca y se lo mete con dificultada en la boca, Romina la ayuda empujando su cabeza con fuerza, sólo paraba cuando se ahogaba y daba arcadas. Yo las miraba desde arriba, imaginaba que esa puede ser la vista de Dios desde arriba de los humanos o por lo menos sería eso lo que yo haría todo el día si fuese Dios.

Después de Romina siguió Alicia, ella lo saboreaba con delicadeza, Alicia con locura, pasaron cinco minutos recorriendo con sus lenguas mí pija, se alternaban en succionarme los huevos, cuando no puedo aguantar más, acabo en sus caras, leche blanca resbala en sus mejillas, ellas gustosas se chupan y tragan todo el semen, pero no parecían satisfechas.

Quedo rendido al sol al borde de la pileta, recostado en el pasto, cierro los ojos y una sombra eclipsa la visión roja de mis parpados, abro los ojos y veo a unos centímetros de mi cara el culo de Alicia, de a poco se acerca a mi boca, saco mi lengua y empiezo a chupar, al mismo tiempo comienzo a sentir nuevamente la succión de la boca de Romina en mi pene. Éramos una máquina perfecta del sexo, estuvimos así y otras configuraciones como una hora, luego para aliviar nuestra calentura nos tiramos a la pileta, teníamos que parar antes de que llegase mamá.

Como todos los días mamá llega del trabajo y nosotros actuamos como si no hubiese pasado nada. Una cosa sí había cambiado, cuando mi madre no miraba y pasaban mis hermanas a mi lado yo les tocaba el culo con descaro, ellas se dejaban. Mientras mi madre estaba lavando los platos en la cocina, Alicia le estaba comentando algo de sus de sus amigas, mi madre le daba la espalda mientras ella hablaba con los codos apoyados sobre una pequeña mesa que había en la cocina, yo la veo y muy despacio me acerco y le deslizo la mano dentro de un short que llevaba puesto, ella no podía parar de hablar, lentamente le fui bajando el dedo índice entre sus glúteos buscando el ano, cuando encuentro la rugosidad empujo y se lo meto, luego lo saco y lo chupo, ella me mira y sonríe pero sigue hablando, no quería despertar sospechas en mamá. Algo raro pasó la escena me excito y ver a mi madre de espaldas también, nunca preste tanta atención en su culo como en aquel momento, mientras tenía el dedo adentro de mi hermana imagina que ese era el de mi madre, no me podía sacar la idea de la cabeza. Mi madre tenía 38 años y su cuerpo era espectacular, estaba completa, culo, tetas, cintura, todo en su lugar era un deleite para los ojos, pero era mi madre.

El día pasó, yo casi no podía dormir esperando al otro día. Me duermo muy tarde a la madrugada. A la mañana temprano, siento que me están mamando el pene, me despabilo y no era un sueño, era mi hermana Alicia, a su lado Romina la miraba y cuando la veo ella se agacha para ayudarla, querían tomar leche en el desayuno, no me resistí por mucho tiempo y le acabo en sus bocas.

Fuimos a la pileta a tomar sol los tres desnudos, así pasamos todo el día, no metíamos a la pileta salíamos y nos chupábamos mutuamente. Mi madre llegaría a eso de las cinco ese día del trabajo eran aproximadamente las tres de la tarde así que seguimos con los juegos sexuales sin preocupación. En eso mientras los tres hablábamos de que cosas nos gusta del sexo, Romina me propone que le meta la pija a Alicia, que la desvirgue. Yo quede mudo, ellas esperaban respuesta. Pero no acepto, les digo que era muy peligroso que era su hermano y no quería dejarla embarazada, sería una catástrofe, que no podía.

Romina no tardo en tener una propuesta que saltaría ese obstáculo, pero siempre sería Alicia el cobayo para sus experimentos. Me propone que se la meta por el culo. Yo no tenía opción la respuesta tenía que ser afirmativa pero tenía que advertirle que no era algo fácil de hacer con alguien que no tiene experiencia. Romina busca el consentimiento de Alicia, la que acepta con ganas y valentía, ya era mi víctima.

Les explico que primero hay que acostumbrar el esfínter, ir ablandándolo, agrandarlo y que podía doler mucho. Como el tiempo que teníamos no era mucho y como Romina no era el objeto del experimento, ella acepta y apura el trámite, dice que en el baño hay un pote de vaselina y que con eso podemos empezar a dilatar a mi hermana.

Para mí todo era una locura, pero ni quería pensar, sólo quería penetrar. Romina llega con el pote y se unta los dedos en vaselina, empieza con uno y luego dos a hurgar en el ano de Alicia, las dos eran un dúo perfecto, dos gemelas que parecían una sola metiéndose el dedo en su propio culo, casi como un espectáculo de ciencia ficción, yo no paraba de frotarme la pija buscando la mejor erección.

Romina cree haber ablandado el esfínter y me propone que pruebe, yo me unto el pene con vaselina y lo arrimo. Hago un primer intento, pero la cabeza de mi pene es muy grande, casi de 7 centímetros de diámetro, cuando está en plena erección. Empujo pero no entra y le digo a Romina que pruebe de nuevo con sus dedos. El tiempo pasaba y se acercaba la hora en que regresaba mi madre. Romina me insiste a que pruebe, empujo nuevamente pero su ano estaba muy apretado, Romina insiste, me alienta a empujar con fuerza, dice que tenemos poco tiempo. Decido tomar a Alicia de sus hombros y empujar con fuerza, de a poco el culo cede, pero no del todo, sentía como si una frontera lo impedía, tomo coraje y le doy un empujón y la cabeza entra de golpe, Alicia pega un grito que me detiene, le pregunto si sigo pero no contesta, pero Romina me alienta a que siga, empujo más fuerte y tengo la mitad de mi pene adentro, sentía que me lo apretaba con mucha fuerza, decido empezar a sacarlo muy despacio pero aunque intento muy lentamente para ella el dolor era insoportable, y sigue gritando, Romina intenta calmarla pero ella se asusta y empieza a llorar, yo no sabía qué hacer, la dureza de mi pene no cedía, parecía que la presión de su esfínter no dejaba circular la sangre con normalidad y la mantenía en el glande, comenzaba a dolerme el pene, era una situación que se aceleraba por el miedo de la llegada de mi madre. Trataba de sacarlo y parecía imposible, entramos en pánico, mis dos hermanas lloraban y yo con el pene adentro de mi hermana. Los tres desnudos al sol, yo con la pija adentro del culo de mi hermana, abotonados sin poder despegarnos y el tiempo que se aceleraba. No sabíamos que hacer. Romina trae un balde con agua y nos lo tira, pero no éramos perros, su experimento no funcionaba.

Ya eran aproximadamente las cuatro y media y la situación no cambiaba, ya casi no sentía mi miembro, estaba empezando a tener miedo, si se enteraba mi padre, literalmente me mataba.

Pasan diez minutos y escuchamos la puerta de entrada de casa. Romina salto de golpe y fue corriendo a cubrirse con unas toallas, nos tira otra para que nos cubramos, pero la posición de perrito era imposible de disimular. Rezábamos a que fuera mi madre, sería el mal menor.

Romina sale corriendo como un misil a intersectar a su víctima, quiere prevenir a mi madre, le cuenta que tuvimos un accidente en la pileta, no sé si fue lo mejor para decirle, lo que sí hizo fue acelerar su salida al patio, salió corriendo esperando lo peor y nos ve tapados con una toalla, gritando que nos pasó, nos saca la toalla de golpe y ahí estábamos los dos abotonados frente a sus ojos. Al instante su preocupación se convirtió en furia, me pega un cachetazo y me grita hijo de puta, a mi hermana sólo puta, mientras mis dos hermanas lloraban sin consuelo.

Después de los gritos se fue calmando y ante la súplica de Alicia y Romina se fue calmando. Comenzó a aceptar la situación. Empezó a mirar mi pene en el culo de Alicia, miraba su brillo y grosor, parecía que la imagen la estaba calentando. Mis hermanas no paraban de pedirle perdón, que ellas eran las culpables, como se fueron dando las cosas, mi mamá se fue calmando y nos dijo que tuvimos suerte de que no haya sido papá el que nos descubriera, nos hubiera matado en esa posición y nos tendrían que enterrar pegados. Nos fuimos relajando después de esa frase esbozo una sonrisa y me dijo que si no la tuviera tan grande esto no hubiese pasado. Casi mi culpa era un elogio. Entonces decidió ayudarnos y que le prometiéramos que esto quedaría entre nosotros cuatro. Todos juramos cumplir con el pacto.

Ya más relajados, comienza a acercar la cara a la zona, y nos explica la situación con ojo de médica cosa que no era. Nos dice que no sabíamos tener sexo anal, que necesitábamos práctica para eso, que el pene se había hinchado porque no circulaba sangre, el ano de Alicia era como un torniquete, palabra que causó gracia en Romina la que largo una carcajada. Nos miramos y empezamos a reír los cuatro. Una situación muy rara.

Mi madre propone que trate de eyacular adentro así se puede desinflamar naturalmente. Le digo que ya probé y no pude acabar, que tenía miedo y que me empieza a doler mucho. Entonces propone que me tengo que excitar de alguna forma. Le pregunto que cómo puedo hacer, de qué forma, que si no acabo así no podre nunca. Me dice que tienes que mirar a otra mujer y que ella me ayudaría. Yo la miro esperando al igual que mis hermanas, una acción de parte de ella, esperamos a que nos desasne, que nos muestre una respuesta. Entonces vemos que se baja el jean que llevaba puesto y la tanga, dejando el culo al aire, y me lo ofrece para que se lo chupe. Yo no podía creer lo que estaba viendo era el mejor sueño de mi vida. Comienzo a chupar sus labios y le meto le lengua en su vagina, luego sigo con su ano, el gusto era intenso hasta el olor era excitante, llevaba puesto ese pantalón toda la mañana, sus olores eran un extracto de todos los aromas de mi madre, un resumen de su intimidad, no pasaron muchas lamidas hasta que siento que me empieza a brotar el semen con gran fuerza en el culo de mi hermana. De repente empiezo a sentir un alivio, el tamaño empieza a disminuir lentamente, empiezo a retirarlo con suavidad y por fin sale con el sonido del descorche de una botella. 

Alicia queda en esa posición chorreado semen por su ano, Romina atenta se agacha y casi por instinto lo chupa todo ante la mirada de mi madre.

Mi madre se da vueltas y toma mi pene, no flácido del todo, con una mano. Nos mira y nos dice que nos va a enseñar cómo se hace. De repente se termina de desnudar se arrodilla y empieza a chupar mi pene, comienzo nuevamente con una erección. Mis hermanas se ponen a su lado y entre las tres me lo chupan hasta que logro nuevamente una erección plena.

Mi madre ahora toma el papel de Romina, toma la iniciativa y comienza a darles explicaciones de cómo tenían que hacer para dilatar el culo. Me sentía en el paraíso era un Adán con tres Eva. Mi madre toma la posición de una perrita y me instruye a que le enseñemos a mis hermanas como coger por el culo. Mi pene entró con facilidad, mi vigor estaba pleno, la embestía con mucha fuerza, mis hermanas pasaban de chuparme los huevos a chuparle las tetas, mi madre aprovechaba su lengua para chuparles el culo a mis hermanas. Creo que baje como tres kilos, fue un maratón, seguimos como una hora más, acabe en su culo. El límite lo ponía la llegada de mi padre.

Cuando terminamos quedamos en repetir al otro día y con más tiempo, pero siempre deberíamos mantener nuestro secreto, así fue. Por cuatro años cogíamos casi todos los días, luego el sueño se fue desvaneciendo pero siempre nos hacíamos algún tiempo para tomar sol y disfrutar de nuestros cuerpos.

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