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La noche que me quedé en tu casa (Segunda parte)

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Esta es la continuación de la "fantasía" que tuve muchísimas veces, de la vez que me quedé en la casa de ustedes....

Amado Primo….

Después de chuparte todo tu pedazo y dejártelo completamente seco, sin ni una gota de leche, ya que me la tomaba toda, fui haciendo el camino inverso, Luego de tragarme toda tu leche, te pasaba la lengua por todo el "tronco" de tu pedazo, e iba subiendo con mi lengua, hasta llegar a tu ombligo, donde pasaba jugando introduciéndotela en él. Después seguí subiendo pasándote la lengua por tus "ravioles", tu pecho, la tetilla derecha luego la izquierda y me quedaba chupándote esta tetilla, te lamía tu cuello hasta llegar a tu boca, la cual tú me la abrías, para que yo fuera poniendo de a poquito, mi lengua, y darnos unos besos más que apasionados con nuestras masculinas lenguas, duras y fuertes. Mientras nos besábamos con muchísimo amor y deseo, con mi mano izquierda, te acariciaba el pecho, la cintura, tu muslo derecho, tratando de llegar a tu culito, y para eso levantabas un poquito tu cintura, para así poder hacerlo. Luego de jugar un poco con mi dedo mayor sobre tu culito, volvía a tu cintura, y mi mano se dirigía casi en forma autónoma hacia tu pedazo, que en esos momentos estaba un poco "flojo", por lo que lo agarraba en mi mano y empezaba a pajearte, hasta que en un par de segundos, ya estaba duro otra vez. Y nos besábamos y yo te pajeaba y pajeaba, hasta volver a tener ese pene tuyo, bien húmedo otra vez.

Entonces yo me salía de arriba tuyo y me ponía de costado, mirando hacia la pared nuevamente, pero esta vez, tú te acercabas a mí, con toda tu pene bien duro y húmedo y querías ponérmelo adentro de mi culito. Como no entraba, me pusiste un poco de tu saliva en mi culito, y seguiste tratando y tratando, pero como veías que seguía costando un poco que entrara tu enorme pedazo, te levantabas de la cama, ibas a la cocina y traías un poco de manteca en la mano, la cual me embadurnaste todo mi culito, para poder penetrarme.

Y entonces, ahí sí.....¡¡ay!! mi amor !!!! Tu pene fue entrando más y más adentro mío. En cada empujón que me dabas para que entrara semejante pedazo, me preguntabas:

-      “¿Te duele?”

-      “Sí.. me duele.. aayyy… bastante”.

-      “¿Querés que pare? ¿Te lo saco?”

-       "Noo, noo mi amor, seguí, metémelo todo, todo, hasta el fondo hasta sentirte que estás contra mis nalgas".

Como verás, los dos estábamos re-calientes, por lo que me diste vuelta la cabeza hacia tu lado y me diste un hermoso beso lleno de amor con esa lengua de hombre, fuerte y dura, agarrabas mi cintura y me apretabas hacia vos, por lo que cada vez sentía más y más cómo iba entrando toda tu pene en mi culito. Hasta que el dolor era tan intenso que me preguntaste otra vez:

-      ¿Te duele mucho? Mirá que paro. No quiero que sufras"

-      “ NOOOO...seguí", y ahí empujaste, me metiste todo tu pedazo y yo lancé un gritito de placentero dolor.

Y ahí sí, empezaste a moverte, más y más.

-      “Ponete boca abajo”, me dijiste.

A lo que accedí de inmediato y sin oposición alguna. Y otra vez empezaste a cojerme, bien adentro, subiendo y bajando subiendo y bajando. A veces subías tanto, que dejabas la puntita de tu pene apenas dentro de mi culito y bajabas bien fuerte hacia abajo, para que yo sintiera ese más que placentero dolor, de sentir que me metías absolutamente todo tu pene. ¡¡¡Ay cómo me dolía !!! Pero cómo gozaba !!! Nadie se hace una idea del placer enorme que se siente, el tener todo el pedazo de pene bien adentro del culito, de la persona que más amás. Porque de eso no había ni hay dudas hoy en día. Estaba y estoy totalmente enamorado de vos.

Y me cojías más y más, yo levantaba mis caderas para que tú pudieras entrar mucho más fácilmente en mi culito para cojerme. Y mientras tú me cojías, yo movía mi cintura para ambos lados, para arriba, para abajo, para ambos lados y para arriba y para abajo. Hasta que me dijiste:

-      “Ahí voooyyy",

y entonces yo me movía más, y más, y más, mientras me llenabas con toda tu lechita adentro mío, yo apretaba y aflojaba tu pene con mi culito, para que desagotaras toda tu leche adentro mío. Que no te quedara ni una sola gota......

Mientras, en esta fantasía, S.  aún dormía...

CONTINUARÁ....

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