Nuevos relatos publicados: 16

La noche que me quedé en tu casa - Tercera Parte

  • 10
  • 10.682
  • 9,00 (9 Val.)
  • 1

Amado Primo F.:

Así terminé mi anterior confesión de una de mis tantas fantasías:

Y me cogías más y más, yo levantaba mis caderas para que tú pudieras entrar mucho más fácilmente en mi culito para cogerme. Y mientras tú me cogías, yo movía mi cintura para ambos lados, para arriba, para abajo, para ambos lados y para arriba y para abajo. Hasta que tú en un momento me decías: "Ahí voooyyy", y entonces yo me movía más y más y más y mientras me acababas toda tu lechita adentro mío, yo apretaba y aflojaba tu pija con mi culito, para desagotaras toda tu leche adentro mío. Que no te quedara ni una sola gota......

Mientras, en esta fantasía, S. aún dormía...

CONTINUARÁ…

***********************

Volviendo a esta tercera fantasía, lo que sucedía era que cuando tú me decías "Ahí voooyyy", yo pensaba que S. aún dormía, pero no fue así.

Él te escuchó decir eso, se despertó, entreabrió los ojos, y como no veía muy bien por lo dormido que estaba, levantó la cabeza de la almohada muy despacio, y no podía creer lo que estaba viendo. Yo moviendo mi cadera y mi colita y vos cogiéndome bien de bien, "enterrándome" tu enorme pedazo, y notando que ya me habías acabado en mi colita, por lo que finalmente nos quedábamos quietos en la cama contigo arriba mío, pues habíamos quedado súper cansados después de tanto coger. Dicho sea de paso, yo me sentía en las nubes por el goce que me habías hecho sentir.

Al ver todo esto, S., en voz muy baja nos decía:

—"F., C. (yo), ¿qué están haciendo? ¡¡CUIDADO, LOS VAN A OIR!!" 

Al decirnos que tuviéramos cuidado que nos iban a oír, nos dimos cuenta los dos, que él no iba a decir nada. Todo lo contrario. 

—"Me estoy cogiendo a C., mi putito”, le respondías. "¿Puedo decirte, Mi Putito?”, me preguntabas.

—“Sí. Por supuesto, mi amor”, te respondía, y le decía a S.: “No te imaginás, lo que me encanta. Es delicioso, Nunca me sentí tan genial y nunca gocé tanto como en estos momentos que por primera vez F. me cogió de verdad. Ahora sé lo que es coger, pero más que nada, que ME COJAN".

—"¿Hace tiempo que están haciendo esto?", nos preguntó él.

—"Sí, más o menos", les respondimos los dos.

—"Pero nunca me había llegado a coger", agregaba yo. - "Siempre fue por arriba de la ropa, y a veces él me ponía el pene sobre mi colita, pero nunca llegó a metérmelo, hasta esta noche."

—"¿Y te gustó, C.?", me preguntó S.

—"La verdad que sí. Me dolió bastante cuando me lo metió por primera vez, pero una vez que lo tenía adentro, ni te imaginás el goce que sentí. Es re-delicioso. Además, lo amo muchísimo a F."

—"¿Y a mí no me amás?", me preguntó S., al mismo tiempo que nos miraba primero a mí y luego a ti.

—"Sí, por supuesto que sí", le respondí.

Y me lo quedé mirando, pues él me estaba mirando con unos ojos muy especiales y no me quitaba la vista de mis ojos. Fue tanto lo que me miró, que creía saber qué era lo que él me quería preguntar, por lo que te miré antes a vos, vi que en tus ojos había como cierta autorización, y me animé a preguntarle:

—"¿Por qué? ¿Querés hacerme lo mismo que me hace F.?"

—"Síiii", fue la respuesta inmediata de él.

—"Bueno, pasate a nuestra cama", le dije, "pero díganme ustedes qué hago, porque es la primera vez que me coge un hombre, y ya de golpe estar con dos hombres y con dos penes al mismo tiempo, no sé qué es lo que tengo que hacer. Aunque estoy temblando de nervios, también estoy temblando del goce que puedo llegar a sentir."

—"Te podemos asegurar que vas a gozar como nunca antes", me dijiste vos.

—"Te lo podemos asegurar", aseveró S. 

—"Bueno, como F. me dijo desde que empezó a seducirme que me iba a gustar todo lo que me iba a hacer, y realmente, hoy me hizo sentir que era tal como me lo dijo, ahora también les creo lo que me aseguran los dos. ¿Qué hago?"

En eso, vos te arrodillaste en tu cama sobre la parte de los pies de la cama y me dijiste:

—"Primero arrodillate frente mío y bien cerca, y S. se va a poner también de rodillas, pero detrás tuyo."

Y como ya sabés, es tan inmenso el amor que siento por vos, que sin chistar, pero temblando de nervios y sabiendo que esta vez iban a ser los dos los que me iban a hacer gozar a lo grande, me acerqué a vos arrodillado, me tomaste de mis mejillas y fuiste acercando mi boca a la tuya, me diste unos hermosos besos en mis mejillas, cuello, ojos, labios, y empezaste a pasarme tu dura lengua por mis labios, para que abriera mi boca para así poderme dar un hermoso y fuerte beso de lengua. Sentir nuevamente tu dura lengua dentro de mi boca y sentir tus ásperas manos sobre mis mejillas, mis hombros hasta llegar a mi cintura, me hicieron sentir unos deseos tremendos de que me penetraras otra vez.

En eso que me estás besando y llevándome con tus manos fuertemente hacia vos, y empezar a sentir tu pene contra mi pene, siento otro par de manos que me toman de la cintura, me acarician hacia arriba, me acarician las tetillas, y comienzo a sentir otros besos en mi nuca y espalda. Son las manos, la boca y la lengua de S. Me besa la oreja derecha, me pasa la lengua por ella, luego me besa la oreja izquierda y me dice:

—"Te quiero, C., te quiero",

A lo que le respondo: "Yo también te quiero S.. Los amo, los deseo a los dos. Son divinos. no dejen de tocarme y besarme, por favoooor".

En eso que S. me acaricia y me besa, aprecio que él se acerca más hacia mí, y empiezo a sentir su pedazo duro, durísimo, contra mi cola. Siento que él se lo agarra y me lo pasa por mis nalgas, por la línea de mi colita, de abajo hacia arriba, de arriba hacia abajo, y cada vez que pasa por mi ano, lo deja unos segundos y sigue pasándomelo por toda mi cola. 

Vos me seguís besando con tu lengua y S. besándome la nuca por detrás. Es tanta la calentura que tengo, que retiro mi boca de la tuya, y doblo mi cabeza para que Sergio también pueda darme un buen beso de lengua. Lengua de hombres. Fuertes, duras. ¡¡Qué placer!! ¡¡No te hacés una idea!! En eso, tú te acostás en la cama y S. se separa de detrás mío, y también se acuesta. Quedo arrodillado solo, contigo a un lado mío y S. al otro lado. Arrodillado como estaba giro sobre mí mismo, y retrocedo hacia los pies de la cama, pero ahora los tengo a los dos, frente a mí, acostados, mirándome y los dos agarrándose cada uno su pene. 

—"Chupanos la pija", me decís.

—"Lo que digas mi amor", te respondo, me agacho y agarro tu pija con mi mano izquierda y empiezo a chupártela a vos. Siento ese sabor exquisito, te la estrujo, te la rechupo, te paso la lengua desde el tronco hasta la punta de esa pija enorme. En eso oigo, que S. me dice, que ahora se la chupe a él. Le agarro la pija con mi mano derecha, y guau, también es flor de pija, y me la llevo toda a la boca, y se la empiezo a chupar, a lamer, a llevármela hasta la garganta. Y chupo una, chupo la otra, chupo una otra vez y la otra vez. 

—"Ponete arrodillado entre nuestras cabezas, mirando hacia nuestros pies y tragate las pijas", me decís vos.

Tus deseos son órdenes, avanzo arrodillado como estoy hasta la altura de los hombros de ustedes, giro nuevamente unos 180º y quedo mirando hacia los pies de la cama. Me inclino, quedando en posición de perrito con mi cola a la altura de los codos de ustedes, y agarro con mi boca la enorme pija de S. primero, chupándosela con tremendo deseo y luego paso a chuparte la tuya, cuando de repente, siento un dedo, que empieza a jugar alrededor de mi ano, elevándome el deseo a mil veces más al deseo que tenía hasta ese momento. De repente, el dedo se va, pero vuelvo a sentirlo otra vez sobre mi ano, pero esta vez como si tuviera saliva, y empieza a moverse para poder entrar en mi culito. Dejo de chuparte la pija y veo que sos vos con el dedo mayor que me estás haciendo eso. ¡¡Otra vez...qué placer!! Sin dejar de chupártela, abro mis nalgas con mis manos, y siento la mano de S. también abriendo una de mis nalgas, y tú empezás a meterme el dedo. Un poquito adentro, un poquito más, un poquito más hasta que me metés todo el dedo en mi culo. Me das un placer enorme, por lo que chupo y chupo y chupo tu pija, y vos como yo te la chupo con muchísimas ganas, rápido y cada vez tragándomela hasta mi garganta, empezás a "cogerme" por el culo con a tu dedo, también rapidísimo. 

—"Seguí... más fuerte... más rápido", te pido, "Aaayy... seguí, por favor... no pares".

Y en eso me largás toda tu leche calentita adentro de mi boca que trago con placer. ¡¡Qué delicia!!

Estoy tragándome toda tu leche, cuando de repente siento otro dedo que quiere entrar dentro de mi culo, junto al tuyo. Es un dedo de S., que está re-caliente también él. Como lo veo tan deseoso, le agarro la pija con una mano y me la llevo a la boca y se la empiezo a chupar, lamer, y mientras, siento los dos dedos, el tuyo y el de él, "cogiéndome" en mi culito.

—“¡¡Ay... tenían razón!!! ¡¡¡Me están haciendo gozar de una manera fabulosaaaaa!!”, comento.  

Por lo que cada vez con más pasión me agarro a la pija de S. y se la chupo, subiendo y bajando, subiendo y bajando, cuando rapidísimo, Sergio me larga toda la lechita de él en mi boca. Riquísima. Sabrosísima. Y me trago toda la leche de a poquito, de a sorbitos. Quiero sentir ese elixir masculino que es el semen, el esperma, la secreción, la simiente, el líquido seminal, la leche, la lechita.... 

—"Cómo me están haciendo gozar!!!! ¡Los amo!!!! ¡Los adoro!!! ¡Háganme esto toda la vida, por favor!!! ¡NO DEJEN DE COGERME NUNCA...!!!!

Te aseguro, que las fantasías de esa noche con ustedes dos, todavía no terminó… 

(9,00)