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Una tarde calurosa de ayo en el metro

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Nunca olvidaré esa tarde calurosa, un viernes ...  Regresaba de mi trabajo, el reloj marcaba las cinco de la tarde aproximadamente.

La gente venía sofocada por el intenso calor... Podía ver los rostros desencajados, sudorosos y con la

Mirada perdida al infinito cual zombis y la gran mayoría dormida.  se podía ver por todo el vagón, Gente apretujada, sudando a mares y en forma escandalosa por el mar de gente, el aire acondicionado era insuficiente ahí en esos vagones. No había espacio para moverse. 

Yo venía pegado a la puerta del vagón y delante de mi tenía muchas personas que me tenían contra la puerta sin poderme mover siquiera y con la espalda empapada por el excesivo sudor mi camisa ya estaba arrugada...

Venía absorto en mis pensamientos y el metro venía atascado como siempre.

Hacía mucho calor de por sí y el metro sin ventilación suficiente hacia que uno sudara más, todo un baño sauna capitalino. Venía Checa si mi celular y marcaba los 35 grados, pero podría jurar que estábamos a 40 auténtico bochorno.

Venía recargado en la puerta hasta atrás, aún me faltaban como 6 estaciones. Cuando bajé la mirada del lado del asiento reservado a mujeres/ minusválidos/ ancianos etc.   lo único que podía ver es un par de hermosos pies en unas zapatillas de tiritas negros (mi fetiche son los pies de mujer) Unos hermosos pies morenos llamaron mi atención. ¿Quién era la dueña de tan hermosos pies me preguntaba??

No traía las uñas pintadas como a mí me gustaban, pero aun así se veían hermosos al natural.

Un señor obeso que estaba a mi lado me tapaba a la dueña de esos pies

Veía de reojo para ver mejor y vi que traía unos pantalones negros zancudos de abajo pero no alcanzaba a ver más. Hasta qué esta persona se bajó en la siguiente estación y yo en aproximé para poder ver mejor a esa mujer. No pude verle el rostro ya que iba recargada con la cabeza ladeada hacia abajo, venía dormida con su brazo recargado en su barbilla y aún no podía ver su cara y me os por su largo pelo negro.

Pero mientras tanto yo me deleitaba como hipnotizado por sus bellos pies, alcancé a ver sus senos ya que su blusa se había abierto un poco, dejaba ver un hermoso par de senos de piel tostada.  Podía ver que sus piernas eran torneadas y se veía de buenas curvas. Valla que delicia esa morena era todo un manjar.

Decidí acercarme más para ver esos senos que se meneaban al vaivén del tren en movimiento, en el pantalón se me hacía un bulto y me acerque para echar un vistazo más descarados. (me entro el remordimiento) por que seguro esta mujer c no andaba en busca de sexo o una aventura. Regresaba cansada como todos en el vagón y venía dormida por lo mismo. Así qué me sentí una especie de pervertido. Traía una blusa blanca que dejaba ver unas hermosas tetas que podía ser hasta el encaje de su brasier debajo de la finísima y delgada blusa que era tapada por un saco negro.

No sé si fueron mis miradas insistentes las que la despertaron o qué, pero se despertó y levantó su mirada hacia todos lados buscando la estación, al percatarse y cuál fue mi sorpresa.

Esa mujer no era una mujer joven si no por contrario, era una mujer de edad madura.

Podía ver sus patas de gallo y arrugas en los ojos pertinentes de la edad de una mujer pasada de los cuarenta y tantos.  Me atrevería a decir que rondaba ya los cincuenta, n. Lo más excitante fue que era una mujer físicamente no muy atractiva en cuanto al rostro. ¡Poseía unos ojos color miel que contrastaban con sus facciones algo   Cautivador! Tenía labios muy gruesos y nariz prominente, aunque para mis todas las mujeres son bellas.  Era desconcertante ver una mujer madura con un cuerpo tan bien conservado. Eso era lo que   me excitaba más en el fondo ver que no era atractiva de cara, pero tenía un cuerpo deseable. 

Se paró para bajar siguiente estación y al pasar a mi lado descaradamente dejé que me rozara con su y raawro enorme y buen paradito como mi paquete que iba creciendo y no le quedo opción ya que el vagón venía muy lleno y la gente ni dejaba espacio suficiente para bajar y me pegue detrás de ella. Para poder sentir en plenitud ese hermoso y curveado trasero de señora madura que se veía muy entallado en ese pantalón tan ajustado. Antes de que se bajar, para mi buena suerte el tren se quedó parado en pleno túnel y el tiempo se hizo más largo. Ella se trataba de zafar de esa prisión que era mi cuerpo hasta que molesta me miró y dijo, ¿me permites??

Si claro dije yo nervioso! 

Podía verle la ropa interior a través del pantalón como sí trajera visión de rayos X.

Podía ver sus pantaletas ajustadas de mujer madura.

Al principio se molestó porque no me moví y tuvo que pasar detrás mío rodeándome y dándome la espalda porque venía pegado a ella rozándole el pantalón con mi tranca erecta, pegado detrás de ella abriéndome paso al mismo tiempo. Ella adivinaba mis intenciones. Y su trasero venía pegado a mi espalda y sus enormes nalgas venían pegadas a las mías por la gente que no se movía. Así qué no tuvo opción a moverse y así seguimos uno detrás del otro espalda con espalda ,  durante el trayecto que se hacía más largo  .y eso me excitó más ya que pude sentir a todo detalle el volumen de sus nalgas tan grandes y tan firmes a pesar de la edad y con tremenda erección me contuve para no  voltearme en ese instante así que decidí disfrutar de ese momento tan rico y podía sentir su trasero detrás del mío tan pegados uno del otro y decidí poner una mano rozando de vez en cuando para poder sentir mejor ese culo .

Y ella Volteaba esporádicamente y no se movía a pesar de que ya había un poco de espacio entre nosotros y nos quedamos así un poco más cuidándonos de las miradas, pero pareció percatarse ya que el bochorno era mayor. Y todos estaban en sus asuntos. Podía sentir el calor de nuestros cuerpos pegados uno al otro y me dio la impresión de que empezaba a disfrutarlo ya que cada vez se pegaba más y más a pesar de estar el vagón sin movimiento.  Y cuando se movía al brincar el vagón era delicioso sentir esas nalgas brincar y el bamboleo.  A mí me faltaban una estación para bajar, pero ella no se movía y parecía que tal vez iría más estaciones o al final. ¿Qué haría yo? Quería seguir disfrutando de ese enorme trasero que me rozaba la espalda y mis nalgas cada vez más. Estaba seguro de que habría algo más y si me bajaba ahí terminaría todo. Decidí dejar pasar mi bajada y seguimos así dos estaciones más, creo que ya iba bajarse, pero hasta que se dirigió a la puerta pasada una estación más y yo detrás de ella. Quería saber hasta dónde me dejaría llegar.  Descaradamente me pegue detrás de ella para que sintiera mi tranca y se volteó discretamente para ver quién era y sólo me miro a través del reflejo del vidrio y no dijo nada. Solo vi su mirada y esos grandes ojos color miel viéndome a través   del reflejo de la puerta. Sentó como sí atravesará mi alma, tenía una mirada muy fuerte y penetrante, casi animalesca. La comparan con un León. Se abrieron las puertas. Ella abriéndose paso a empujones, yo la tomé por la cintura como si viniera con ella para ayudarla y ni siquiera volteo a ver quién era su acomedido anónimo.

La empecé a seguir entre la gente, pero huía de mí y a que a pesar de los tacones se movía bastante rápido y podía ver como se bamboleaban esas enormes nalgas delante de mí y como se iban alejando entre la gente. (Siempre me ha sorprendido lo rápido que caminan y corren al mismo tiempo las mujeres de un acosador) en este caso Yo.

Decidido a seguir hasta el final, veía como no era el único que se percataba de su curvilíneo cuerpo ya que un sujeto que venía bajando las escaleras eléctricas, la volteo a ver con descaro, no me había visto y se subió a las escaleras en dirección a ella, la empezó a seguirla también y eso me sorprendió. Ya que se descaro y la venia del otro lado, pero al ver tremendo trasero se volteo en dirección contraria y se puso a seguirla. Y yo no pensaba compartir el trofeo. En ciertas estaciones los pasillos son largos y profundos y hay que subir hasta dos escaleras eléctricas. por lo regular a esas horas están vacíos por no ser la hora pico.  El tipo la alcanzo y camino a su par. Además, fue ignorado por ella ya que él le venía diciéndole cosas de cerca y ella sólo lo ignoraba.  Yo venía arras se ellos y m e acerqué lo más que pude para escuchar mejor y sólo alcancé a escuchar que le dijo;

¡Andale no te hagas de rogar!!

Él se cansó de ser ignorado y se dio la media vuelta en medio de palabras altisonantes. ¡Allá tú puta! ¡Tú te lo pierdes! Al tiempo que decía eso se me quedo mirando fijamente y adivino que yo haría lo mismo. Lo curioso es que era un hombre trajeado y bien arreglado.  ¡Caras vemos!   El tramo de pasillo tan largo del metro y tan sólo me dio valor para seguirla hasta la calle. Quería ver donde vivía o algo por el estilo.  La seguí durante tres cuadras más y se dúo cuenta ya que volteó y se me quedo mirando retadora mente y se fue más rápido. Yo me quede ahí parado pensando, quizás sea hora de regresar. Pero algo dentro de mi como una especie de presentimiento me dio valor para seguir adelante. La alcanzó y le hablé y no volteo hasta que le dije. Ya no hullas de mi hermosa y sexy mujer.  Que me traes loco desde el vagón.

¿Y se volteó mirándome furiosa, así que eres tú el que venía pegado a mi como sanguijuela? 

¡El mismo! ¡Y que ya no aguanta más! 

¡Le dije sinceramente y tal vez quiero creer que eso fue lo que hizo que me aceptara tal vez por lástima o por calentura o por ambas, pero le dije en un tono de desesperación lo mucho que me excitaba! 

La tomé por las manos y la miré directamente a los ojos y le dije lo mucho que me excitaban las mujeres maduras. 

Y ella me dijo en tono de burla. Si ya lo comprobé y me miró el paquete. (Le dije con gran nerviosismo y con voz temblorosa) que yo no acostumbraba a hacer ese tipo de locuras ni tener esas actitudes, pero una mujer como ella no se veía todos los días! 

Y ella recapacitó y me miró con una ternura casi maternal. (Increíble pero así fue). Me dijo volteando a ver su reloj, ven acompáñame aquí hay un parque cerca. Y nos sentamos como si fuéramos los mejores amigos y ella me tomaba de las manos sin soltármelas, yo no dejaba de acariciarlas y que casa centímetro se su piel era irresistible para mí. Le pedí disculpas por mi actitud. Sentía arrepentimiento por haberle faltado al respeto, pero mi adrenalina me había invadido y ella se había dado cuenta de ello y lo comprendió. Me dijo que un principio pensaba denunciarme con un policía, pero al no ver a ninguno desistió y dijo que era cosa de diaria que el faltarán al respeto pero que ya se había acostumbrado.

Además, base insiste tanto si no quiere algo a cambio. Ella dijo entre risas; realmente le gustó y le halagaba que un joven se fijara en ella ya que (venía la confesión) de que ella era una mujer con hijos grandes y con un marido infiel.

Tremendo imbécil con ese mujerona. Así qué le excitó la idea de sentirse aún deseada y más por un joven que le parecía atractivo a la vista. Y que yo era su escape para realizar sus fantasías frustradas. 

Para ese entonces yo ya estaba más excitado tenía gran erección cosa que el fascinaba ya que durante todo el tiempo veía que no perdía.  Y eso era algo que Quería en el fondo aprovechar.

Yo le tenía mis manos en sus muslos y tocaba sus piensa cruzadas con descaro y discreción ya que pasaba la gente de vez en cuando y no queríamos dar espectáculos en plena vía pública.  Ella tocaba y rozaba mi cara y barba se dos días y m dejaba se mirarme fijamente con esos ojos color miel.   ¡Yo me decidí y la tomé por sorpresa besándola con gran pasión y ella sólo se hizo para atrás! 

¡No! ¡Dijo en un susurro! Él hablaba muy suavemente y con una voz que pareciera una serpiente siseando. 

Y lo volví a intentar y esta es no encontré resistencia se su aparté, por el contrario, recibí una pequeña mordida en mi labio inferior que me hizo comprender que llegaríamos hasta el final. A Pesar de que el parque era enorme ella misma me dijo que estaba anocheciendo y los policías no tardarían en hacer su aparición por las parejas nocturnas. Así qué acabaría nuestro encuentro. 

Pero ya había llegado demasiado lejos tanto en distancia como en la situación para dejarlo todo ahí. 

Estaba con una completa desconocida en un rumbo ajeno y tenía que aprovechar.

La volví a besar con gran pasión y esta vez rocé sus senos por encima de la blusa y dijo:

¡Por dios! ¿Hasta dónde quieres llegar??

¡Contigo hasta el final! ¡Le respondí! 

¡Pero si podría ser tu madre!! 

Y sólo la seguí besando al tiempo que le dije en el oído: ¡Pero no lo eres!!

Así qué la convencí de ir a un hotel a pesar de sus negativas. Me esperan en casa dijo ella, pero yo no escuchaba y la traía agarrada de la cintura cono no queriendo que se me escapara y la abrace. ¡No espera! ¡La diferencia de edades! ¡Que va a decir la gente! ¡Y estos son mis rumbos! ¡Alguien nos puede ver!!

Entonces le propuse entrar en un hotel que estaba a unas cuadras de su casa.

Nos metimos a un hotel del rumbo para dar rienda suelta a nuestras fantasías ...

Ella en la puerta me dijo que estaba mal lo que hacíamos y que mejor se iría, pero abrí la puerta y sin escucharla la tomé de la mano y la introduje a la habitación cerrándola tras de sí. Sin decir nada la empezó a besar con ternura y con pasión.

Tuvimos un encuentro lleno de sexo pasional y en forma extraña con ternura a la vez.

Terminamos agotados, bañados en sudor ...

Nos besamos y abrazados uno del otro nos dimos cuenta del lugar en el que estábamos y rápidamente nos empezamos a vestir.

Le dije que en gustaría verla bailar alguna vez y sólo saco su celular para mostrarme vídeos y fotos bailando en plazas públicas. Era una auténtica belleza. Vestida así ataviada con sus plumas y cascabeles, y taparrabos.

Toda esa parafernalia la hacía ver más atractiva. En medio de lao tambores y todo ese humo de incienso a copal y a almizcle. Lo a por que me dio una pequeña bolsa con unos unos de incienso y unas pulseras de protección confeccionadas por ella misma. 

Me dijo que así nunca la olvidaría, cada que prendiera un incienso ella estaría ahí y la recordaría.

debí sospechar que era una despedida, yo aún era joven e inocente. Se hacía llamar así misma Meztli, que significa Luna en Nahuatl.   Nos dimos nuestros teléfonos y un último beso con la promesa de volver a vernos.

¡Esa de la última vez que la vi!! 

Después de varias llamadas, descubrí que no habría un segundo encuentro. Promesas para vernos, pero nunca más se dio otro encuentro. 

Ella cambio el teléfono y ya no pude tener más contacto con ella, solo por Email. Pero mis cartas ya no tenían contestación …obvio que nunca más la volvería a ver. ¿Una aventura más en su vida quizás? ¿Quizás se arrepintió, Era más su remordimiento? 

Nunca lo sabré ...

todos los días la buscaba con la mirada en el vagón, con la vaga esperanza de verla de nuevo, pero tenía que comer a la realidad de que no la volvería a ver... Me había enamorado o más bien me

¿Obsesioné con esa diosa de la danza azteca? . Quizás ella hablé de mí en algo relato como este. Quizás nunca lo sabré ...

Han pasado 10 años de ese encuentro y aún la busco con esperanza en calles y plazas públicas donde halla danzarines, pero nunca más la he vuelto a ver. Como un fantasma, en el vagón del metro la busco aún con esperanza de volver a ver a esa mujer enigmática con piel color de bronce....

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