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Aventura en la terminal de autobuses

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Esto me sucedió hace unos años... recién cumplía 22... Me encontraba en una de mis interminables rupturas con A.C. (Elena) (historia que relataré en su momento), así que, sin quererlo, tuve una pequeña aventura. Espero les guste...

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Para mí fortuna o desgracia mi primera vez fue con una mujer ampliamente conocedora de sexo, pero con tendencias sado. Me enseñó muchas cosas y hasta ahora nadie se ha quejado de mi desempeño en la cama…

Es curioso cómo es que uno se encuentra con personas afines y que comparten los mismos gustos. Fuera de algunas novias que he tenido (un tanto fresas y por lo tanto les gusta el sexo común y corriente), las compañeras de cama y orgías que he tenido, han tenido la misma tendencia. Y este encuentro casual, que me encantaría repetir, no fue la excepción. (desgraciadamente no he encontrado una mujer con esos gustos…)

 Por cuestiones económicas, mi madre cambió su residencia a un estado de la república mexicana, muy famoso por su chorizo. De vez en cuando la visitaba, pues yo vivo en la Ciudad de México. Y un jueves, después de visitar a mi madre, me disponía a regresar, pues tenía una cena importante al siguiente día. Eran alrededor de las 7 de la noche y en la taquilla de la terminal encontré una mirada cómplice.

Ella no era bonita y por lo que dejaba ver su uniforme, tampoco era una diosa. Pero algo en su mirada me excitó. Involuntariamente sonreí y ella devolvió la sonrisa. La terminal estaba un poco vacía y no había fila en donde estaba pidiendo mi boleto.

(Yo siempre he tenido la mentalidad de que el físico no importa, cuando existen cosas mucho más importantes. Podría follarme a cualquiera, siempre y cuando tengan la mente abierta, sean inteligentes y muy, muy perversas. No me interesa si están hechas un palo, están buenas o son muy gordas, si son bonitas o son feas. A mí, lo que realmente me importa es su mentalidad)

- Escucha, salgo en una hora. Si quieres te puedo dar el boleto gratis a cambio de otra cosa… - me dijo ella tras el mostrador con una sonrisa

- Siempre y cuando sea “cuerpomatico”, puedo manejarlo – le respondí

 

Se mordió el labio inferior, de esa manera tan sexy que lo hacen las mujeres. “Jamás pensé ligar tan rápido. Entonces, ¿te veo en una hora?” Respondí que sí. Así que me dispuse a esperar pacientemente a una mujer que ni siquiera conocía, pero que con una sola mirada me había empalmado. Me senté cerca de ahí para observarla. Era sencilla. Se comportaba natural, sin miedos y esbozaba una sonrisa cada vez que me volteaba a ver. El tiempo paso bastante rápido y cuando la relevaron de su puesto, se acercó a mí.

- ¿Cómo te llamas? – me preguntó

- Pablo, ¿tú?

- Alicia. ¿Cómo es que piensas pagarme?

- Tú dirás – le respondí y agregué – no conozco mucho por aquí

- ¿Te parece si vamos a un hotel cerca de aquí? – me dijo sin miramientos

- Jajajajaja – reí sorprendido, pero feliz de que no hubiera pena – claro. Yo te sigo.

Sorprendidos mutuamente ante nuestra propia actitud caminamos en silencio. El hotel estaba cerca y se veía que era barato. Ella pago todo. Yo compre un six de cervezas para no quedar tan mal. Ya en la habitación se sentó y comenzamos a platicar.

- ¿Es la primera vez que haces esto? Es decir, ¿con una persona que acabas de conocer? – le pregunté curioso

- Es la primera vez

- Orale que loco – dije – también es la primera vez que me pasa a mi

- ¿En serio? No pensé que aceptaras. No soy muy bonita… - dijo evitando mi mirada.

- Oye, oye… deja eso… para ser honesto, me excitaste con solo mirarme. Además yo tampoco soy un adonis.

- No mames, si estás muy bien… - comenzó a decir, pero la interrumpí

- Te propongo verdad o reto.

- O.K. Yo empiezo, ¿verdad o reto? – me preguntó abriendo su segunda cerveza

- Verdad – respondí haciendo lo propio con mi segunda chela

- ¿Te parezco bonita y buena?

- Jajajajaja… o.k. seré honesto- respondí – la verdad no, para mí no eres bonita. Pero me gustas. Creo que por algo estoy aquí y lo de buena… pues en unos momentos lo veremos.

- Eso fue honesto – me dijo ofendida, pero con una sonrisa y me dedicó esa mirada que me excitó

- Muy bien,¿ verdad o reto?

- Verdad

- ¿Qué te atrajo de mí para intentar lograr lo que estamos haciendo ahora?

- Me gustó tu cara. Eres guapo. Y también traes como una mirada… pícara…

- Jajajajaja… orale… - dije sorprendido - jajajajajaja

- ¿Verdad o reto?

- Verdad

- ¿Cuántos años tienes?

- 22

- No te creo. Eso es mentira – me dijo incrédula – pareces como de 27 o 28…

- ¡Ah caray! ¿Tan viejo me veo? Tengo 22, te lo prometo. Jajajajaja… no mames… 28… que acabado me veré… jajajaja… ¿tu cuantos tienes?

- 25 – respondió ella algo apenada

- O.k. Mi turno, ¿verdad o reto?

- Verdad

- Perfecto. ¿Cómo te gusta el sexo? Pero se honesta…

- Más bien es cómo quieres que te coja, no? – me dijo sonriendo – jajajaja mejor respóndeme esa tu primero

- Esa no es la mecánica del juego, pero va. Para romper un poco más el hielo. Yo me acoplo a la mujer con la que me encuentre, pero para ser honesto tengo tendencias sado. Me agrada y me atrae eso…

- ¿En serio? – dijo casi escupiéndome la cerveza que estaba tomando – No te creo

- Es en serio. No te voy a hacer nada si no te gusta ni nada. Terminé hace unos meses con mi novia y ella era fresa… le gustaba lo romántico y lo cursi y demás… jamás le toqué un pelo… pero he estado con mujeres que les gusta eso…

- Jajajaja… - rió nerviosa - ¿Y a ti que te gusta? ¿Dar o recibir dolor? – me preguntó

- Ya van muchas preguntas tuyas y tú no me has respondido como te gusta el sexo.

- No, dime – me suplicó

- O.k. pero después me dices tú – dije sonriendo – no me molesta que me causen dolor, pero prefiero infringirlo.

- Jajajajajajajajaj… jajajajajajajaja…

- ¿Por qué te ríes? Yo fui completamente honesto… - estaba comenzando a molestarme

- Que cagado… neta que cagado…

- Chale… dije un poco enojado

- Oye, calma, calma. Es cagado porque… a mí también me gusta eso…

- No me mientas… - dije yo sorprendido

- En serio, me gusta el sadomasoquismo.

- No mames, ¿en serio? Jajajajaja… y, ¿Qué te gusta más? ¿Dominar o ser dominada?

- Jajajajaja… la verdad… solo me excito “recibiendo”… pero me gusta lo extremo…

Hubo silencio. No me lo podía creer. Estaba frente a una mujer que acababa de conocer, pero que tenía los mismos gustos. ¿Coincidencia o destino? Seguimos tomando y le propuse un fondo. Fondeamos lo que quedaba de nuestra última cerveza. Y le propuse nuevamente verdad o reto.

- Reto – me respondió

- Jajajajaja – excelente, probaría su honestidad – Desnúdate

- ¿Es en serio? – me dijo sorprendida

- Si – respondí autoritariamente – ahora.

Lo hizo rápido, sencillo, pero siempre observándome. Se puso completamente roja, pero no despegó sus ojos de los míos. Y la pude ver. Tenía razón. No era una diosa, pero vaya que me excité. Vientre muy plano y algo de cadera. Su pubis estaba completamente rasurado y tenía un tatuaje ahí mismo de unas grecas con espinas. De tetas, no tenía mucho y las tenía pequeñas y como caídas, pero me llamaron la atención sus pezones: estaban perforados. Su piel morena… era demasiado sexy. Sus piernas eran realmente buenas y sus pies pequeños. 1. 75 aprox de estatura. Estaba buena. Después ella misma se dio una vuelta lentamente y me dejó ver un trasero normal, un poco plano, pero rico.

Se sentó en la cama dándome una vista de su concha, ya un poco mojada. Ella notó que mi pantalón estaba estorbando un poco a mi entrepierna. Habló.

- Te toca a ti – me dijo sin apartar sus ojos de los míos, los cuales la recorrían de arriba abajo y de vez en cuando regresaban a los suyos.

- No me lo creo… - dije sonriendo

- ¿Qué es lo que no te crees? – me preguntó

- Estas buenísima mujer y además te gusta lo mismo que a mi…

- Yo tampoco me lo creo… hasta que me folles… y espero que no te midas… puedes hacerme lo que quieras…

- Jajajaja… ¿qué es lo que quieres que te haga…? - le pregunté

- Porque no te desnudas y me follas de una buena vez. Mira, ya estoy mojada – me dijo tocándose

No pude evitar el impulso de besarla. Nos fundimos en un beso mientras nuestras manos pasaban rápidamente por nuestros cuerpos. Me despegue de ella, aventándola a la cama y me desnudé rápidamente exhibiendo mi inhiesta polla. Se relamió los labios y se abalanzó sobre mi aparato.

Arriba y abajo. Sus labios y su boca eran realmente excelentes. Me estaba llevando al cielo. Tenía tiempo que una mujer no me la mamaba de esa manera. Uff… suave y a la vez rápido y fuerte… no… es difícil de describir (las mujeres con las que había estado hacían unos orales normalones, pero hay mujeres que tienen un don y saben cómo hacer gozar a un hombre con una buena felación…). Me agarraba los huevos y en un momento sentí un par de dedos en mi ano. Que atrevimiento, pero me agradó y la deje hacer. A los diez minutos de esa mamada, comencé yo a moverla, en lugar de que ella lo hiciera. Probaría su resistencia y si tenía experiencia en aquello.

Tome sus cabellos y la jalé para que viera mi cara y le dije: “ahora veremos qué tan puta eres. Abre la boca”. Obedeció al instante y abrió de par en par su boca y lentamente fui introduciendo mi polla en ella hasta llegar a la base. No se resistió. La deje unos instantes ahí y la volví a sacar completamente (he de decir que no tengo un aparato muy grande, 18 cm… yo diría que es normal, ni muy grande, ni muy pequeño… pero bien usado… jejejeje). Ella me volteo otra vez con una sonrisa y repetí la jugada, lentamente, pero tarde un poco más en retirarla. Nuevamente miró mis ojos y su sonrisa no había desaparecido. “Muy bien, le dije. Ahora veamos…” comencé a decir y moví nuevamente su cabeza para que se tragara mi aparato. Pero esta vez iba con ritmo. Empecé lento y poco a poco aumente el ritmo. Conforme fui más rápido a ella le daban arcadas, pero al fin y al cabo, le gustaba. Yo tenía tres dedos ya en mi culo y de vez en vez sentía una nalgada. Que excitante.

Después de 10 minutos de ese tratamiento, prácticamente me la estaba follando por la boca. Ella se dejaba hacer. Era brutal el ritmo y además hacía un sonido extraño que me volvía loco. Estaba por terminar, pero no quería hacerlo en su boca. Así que paré, tomé su cara y la aventé a la cama. Ella sabía lo que quería y abrió sus piernas. “Así no, ponte como la perra que eres”. Entendió sin más y se colocó de “perrito”. Estaba demasiado mojada, tanto que casi goteaba. Entró sin dificultad alguna. Comencé un ritmo frenético casi al momento de entrar y aproveche para devolverle las caricias que hizo a mis glúteos.

Como cinco minutos después… o quizá menos, terminé dentro de ella. Ella terminó con el culo bastante rojo de todas las nalgadas que le di y también tuvo uno o dos orgasmos aunque un poco antes que yo. Caímos rendidos a la cama. Ella me mostró los tres dedos que había metido en mi culo y me apené de verlos con un poco de mierda. Ella, sin miramientos y con una cara de tremenda excitación se los llevo a la boca y los lamió.

Si me había cohibido ante tal revelación, el hecho de que le gustara la mierda me dejo totalmente pasmado… pero morbosamente excitado. Había leído sobre eso, pero jamás lo había vivido… de hecho no imaginé que fuera real. Pero vaya que lo es y vaya que es excitante. “La noche aún es joven” me dijo al ver como mi miembro reaccionaba ante el espectáculo coprofágico. Abrió las piernas. Pero no quería penetrarla, quería probar ese delicioso coño (por desgracia, había estado últimamente con chicas fresas y… pues nunca me dejaron hacerles un oral y extrañaba ese sabor tremendamente). Así que me acerqué a aquel coñito y a disfrutar. ¡Que delicioso sabor es aquel que portan las mujeres en ese lugar! Mientras le arrancaba gemidos, decidí, una vez más, devolverle el trato a mi culo. Un par de dedos perforaron su sucio agujero al mismo tiempo que con la otra mano aprisionaba uno de sus pechos.

También ya tenía rato que no probaba mi semen y gracias a esa lamida disfruté mi sabor una vez más después de algo de tiempo. Ella se vino y me inundó la cara de sus jugos. Me relamí y continué con mi mamada. Pasaron como 20 min en los cuales tuvo ella dos orgasmos y 4 dedos en el ano. Para ese tiempo estaba que explotaba. No podía aguantar más y me levanté. Al sacar mis dedos de su orto, me di cuenta de que también venían manchados. Jajajajaja... “Abre la boca” le ordené y gustosamente lamió su propia mierda. Vaya zorra… me calentó como hacía tiempo no lo lograba nadie… “Quiero tu culo puta. Colócate en posición”. Ella obedeció y se colocó nuevamente de “perrito” y le metí mi polla. Nuevamente entró sin problemas, quizá porque ya la había dilatado…

Sin más comencé un ritmo rápido, pero acompasado, mientras de nuevo trataba brutalmente sus lindos glúteos. Estuvimos diez minutos así cuando recordé que tenía perforados los pezones. Quería también trabajarlos un poco, así que se la saque y le dije que se sentara en ella, porque quería probar la elasticidad de sus pezones. Sonriendo se colocó de espaldas y se sentó sin problemas en mi polla ya cubierta de sus heces. Sin miramientos tiraba de sus pezones y de repente soltaba una que otra cachetada sobre sus senos. Ella solo gemía y gritaba como una loca. No pude aguantar más de cinco minutos, pues ella saltaba rápido y el hecho de tener mi polla llena de mierda y estar trabajando así a una mujer después de mucho tiempo de no hacerlo, menguaron mi resistencia y terminé de vaciarme en sus intestinos.

Recostó su espalda en mi pecho mientras jugueteaba aún con sus pezones. “Gracias” me dijo jadeando. Se levantó y observé mi polla reduciendo su tamaño, pero casi completamente café. “No te preocupes, que yo te la limpio” me dijo y me la chupó a pesar de que estuviera llena de su mierda y estuviera pequeña y morcillona. En efecto, la dejó limpia. En el proceso mi polla estaba nuevamente en pie, pues el hecho de saber que a una persona le guste algo tan enfermo y se excite con ello, me excitó a mí también.

Le propuse otro anal, con toda la intención de que se volviera a comer su mierda. Ni presta ni perezosa se colocó en posición y repetimos el acto. Veinte minutos después, terminé nuevamente y ella acabó con el culo al rojo vivo. Agradecida por el tratamiento, me volvió a limpiar la polla…

- Perdona, debería de tener más energía – le dije

- No te preocupes, ha sido de los mejores polvos que he tenido en un buen rato – dijo y se levantó con la boca un poco llena de mierda y me agregó – además, no hay mucha gente que me deje hacer mis cochinadas… y que se excite con ellas, jejejeje

- Puta… jajaja… jamás había conocido a alguien que le gustara esto… obviando el olor… - hice un gesto de asco – creo que me excita…

- Jajajaja… pues entonces no te pierdas esto…

Acto seguido, se dirigió hacia el baño, dejando la puerta abierta. Sin sentarse en la taza comenzó a cagar. Vaya escatológico espectáculo. Cuando termino, se llevó tres dedos al culo y se limpió con ellos. Dejándome ver un buen grumo de su mierda en sus dedos, se los llevo a la boca y degustó nuevamente de su propia mierda. Nos bañamos juntos y conversamos un buen rato.

A las 6 de la mañana estaba en un camión, con un boleto que me salió prácticamente gratis… “¿COINCIDENCIA O DESTINO?”

(He buscado a esa chica varias veces en la terminal de autobuses de la capital del “Establo de México”, pero ya no la he encontrado... ni tampoco he encontrado a una mujer con dichas tendencias… triste… pero que se le hará…)

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