Uno fue una tarde tras la merienda con leche y tostadas, donde Juan Carlos se excitó con ella, la llevó al baño y le dio hasta llenarla por la vagina y luego por la cola. A la noche, bañados y tras la cena, garcharon con tutti y Tere recibió montonazo de esperma. Quiso más, se puso boca abajo, su marido se le subió y le dio eyaculando más semen. A la mañana siguiente, tras desayunar y antes de irse al trabajo, Teresa le rogó aunque sea sexo oral.
Juan no tuvo problema, le dio sexo oral y para que estuviera satisfecha hasta su vuelta, la penetró con violencia y le llenó la vagina. Al volver, la besó, la mimó, se puso cómodo, Teresa preparó la merienda, tomaron la leche con tostadas, él se tentó al verla en vestidito y apenas terminaron, la sujetó, la arrastró a la cocina, le levantó el vestido y se la metió con bombacha y todo bañándola de semen. Y como al día siguiente él se tomó libre, se dieron desde la mañana: MaríaTeresa se puso malla de lycra, cremita, desayunaron y Juan se la dio primero con malla mojándosela, y luego desnuda volviéndola a llenar. Hicieron de nuevo dos veces en la siesta y antes de la merienda.
A las 5, Teresa se puso otra vez una malla de lycra sexy, se colocó cremita, hizo tostadas y se las untó a su marido en malla, éste se sacó y le dio con todo. Y para cerrar, el viernes a la noche fueron muy elegantes, María Teresa vestida con ropa de cuero y tacos altos y muy maquillada y perfumada, con cartera de cuero fina y demás, a una cena, luego a un hotel y Juan Carlos, con una potencia como si no hubiera hecho nada, le dio con todo a María Teresa y la llenó de abundantísimo semen por vagina, cola, boca, pechos, pelo y demás. María Teresa, de ropita erótica, excitada, jadeante y mimosa, pidió más y más y su marido la complació hasta el amanecer.
Como para demostrarle su amor, María Teresa se entregó al pene de su marido. Y quedó chocha de semen.