La profesión de fotógrafo aporta la experiencia de poder mirar donde otros solo ven, poder intuir el interior de los sentimientos donde los otros solo ven la fachada.
Sabiendo mirar en lo profundo de una mujer es posible descubrir esa fantasía que esconde bajo la piel de señora respetable, esa imagen prohibida que representa sus fantasías más recónditas y prohibidas.Descifrar la clave, abrir el cofre de sus deseos y sacar a volar esa fantasía que la acosa en la soledad de sus sueños.
Esta fue mi aventura, fotógrafo de profesión, amante por vocación.Esta historia tiene un doble propósito, contar un momento de placer y motivar a esa mujer madura que tal vez no se ha animado a comentar con nadie sus fantasías de sentir el placer de gozar y hacerse gozar, que se atreva a contarme de forma directa y compartir su fantasía o realización conmigo, cuya dirección de correo encontrarás al pie del relato. Espero encontrarte al concluir el relato de mi historia que comienza así:
La señora Nina, se presentó en mi estudio para retirar las fotos del viaje de fin de curso de su hijo, las necesitaba con la urgencia de tener que viajar dos días después a Italia, para reunirse con su marido.
No mucho más de cuarenta y pocos, muy bien puestos, cuerpo cuidado por la rutina del gym semanal, todo firme y paradito, elegante y sugerente.La mirada del fotógrafo pudo descubrir esa sombra que le restaba brillo al rostro de ángel.
Al inclinarse sobre la mesa de montaje, para seleccionar los negativos, pude ver desde el balcón de la escotada camisa, el nacimiento y buena parte de tetas que la tela pugnaba por contener.Con el rabillo del ojo tomó debida nota de cómo examiné su “tetamen”, se hizo la tonta pero sin dejar de expresar en su gestualidad las gracias por el mimo de admirar sus “lolas”, que ostentaba como nave insignia.Terminada la selección me acompañó al taller para ordenar las copias.
- En dos o tres horas tendré tu trabajo.
- ¡Qué bien, cuánto te lo agradezco!- sonrió complacida.
- Esperás en el estudio o... ¿prefería que te las lleve a tu casa?
- Como vos dispongas.– jugando de seductora- No tengo mucho apuro por volver…
- ¿Te sentís sola? Perdón por la pregunta tan íntima…, pero… lo noto en tu mirada.– no pudo sostener la mirada sin que notara que había dado justo en el flanco débil, un disparo certero sobre la línea de flotación...– Puedes quedarte mientras te preparo las fotos, claro que no será gratis… tendrás que hacer el café…
- ¿Vos que sabés?¿Tanto se me nota?- la noté entregada y apuré con el acoso.
- ¡Sí!Viste como te miré los hermosos pechos, como aspiré el perfume que irradias, como entendía el lenguaje de tus gestualidad...
- ¡Touché!Es cierto, buen observador de los detalles, claro… por eso eres fotógrafo.¿Y eres tan bueno para todo?
- ¡Probame!
- ¡Por qué no! Hace mucho calor.– se abanica con la mano.– pero que sea un lugar que tenga aire acondicionado…
-Mira tu lo que son las causalidades… tengo una habitación arriba con todas esas comodidades que dices… ¿Subimos?- asiente con un guiño…
Nos conocimos y besamos bajo la lluvia de la ducha, la pasión y la calentura nos envolvió como toalla.
Contra el respaldo de la cama, brindamos con whisky por el encuentro, habló de la soledad de tres años de dormir sin alegrías, salvo alguna esporádica atención manual para paliar la agotadora abstinencia de sexo, y ahora así de golpe, próxima a tener nuevamente a su marido… mi invitación la atacó como un lobo hambriento y despertaron estas ganas de tener un permisivo recreo de disfrute.De golpe estaba sintiendo una calentura como no recordaba, será la primera vez que pondría los cuernos, pero era consciente que esta transgresión tenía una justificada motivación.Un segundo trago de whisky reforzaba sus justificaciones y abría sus confidencias…
- Siempre tuve la secreta fantasía de tener una aventura con un desconocido, y de pronto se dio esta situación, mi voluntad flaquea, estoy dispuesta a dejar que esa fantasía sea consumada, estoy entregada.
El primer beso acalló sus cuitas, el segundo aceleró el pulso, los demás fueron excitación pura.
Recorrí la geografía del magnífico cuerpo, estremece a cada beso, me ofrece en la bandeja de sus manos el premio de sus pechos, vibra en cada lamida, pezones erizados en cada succión, rodando por las arenas de su vientre caí en el monte de Venus.Guiado por el perfume de hembra en celo, con labios y lengua desbrocé el peludo camino a la caverna jugosa, tomé por asalto la propiedad ajena, usurpé ese sitio prohibido con el propósito de hacerme amo y señor.
No podía controlar los temblores producidos por el primer orgasmo, impetuoso y explosivo, gemía y gemía, sudores y estertores nuevos agitaban como una hoja en la tormenta.Con el segundo quedó desarticulada como muñeca de trapo, babeando y con la mirada perdida.
Después la guié para atender al “amigo” que esperaba, impaciente, su turno para entrar en juego, besarlo y darle breves lamidas, vistió con un preservativos para visitar su intimidad vaginal.
Se dejó penetras, resistía con gemidos la penetración de mi verga un tanto gruesa que parecía aún más por tanto tiempo “sin nadie que le destape la chimenea”.La calentura de ambos acortó demasiado el tiempo, solo un cambio de postura y acabamos casi juntos.
Para el segundo, boca abajo, bien prolongado, como media hora de machacarla, dominando y sometiendo a la mujer que se había revelado como una salvaje hembra.Acabó dos veces antes de llenar el preservativo.
Ducha reparadora, un nuevo trago y más diálogo, sobre todo eso, necesitaba ser escuchada, quería tener el recuerdo de esta fantasía hecha realidad, me pidió que tomara un par de fotos de ella totalmente desnuda y otras haciendo el acto, necesitaba que esa imagen quedara en mi poder para cuando estuviera lejos pudiera sentir como su presencia seguiría latiendo en mí.
Frente al espejo, el rouge da tono a los labios, la magnífica retaguardia ofrece la tanga metida en la raya, primero una foto, después apoyarle la verga, meneo y franela.La tomé desde atrás,tiré sobre la cama, saqué el pantalón, a caballito, separé los cachetes, corrí la tanga, arrimé el choto ensalivado a la zanja, entré suave casi a fondo. Sin preservativo, sin preparación, todo sorpresa y prisa para vencer las prevenciones, someter su voluntad y arrasar con mis ganas de ser dueño de esa hermosa cola, hollar ese culo que imaginaba virgen, que fuera mío ahí y ahora!!!
Querer zafar incentiva a seguir el jueguito de la violación, más se agita, más a fondo.Rendición incondicional, se dejó hacer pero que no le acabara adentro,no hay más forros (preservativos).Consiguió ese orgasmo estrepitoso y gemido como si fuera el último de su vida, yo seguía con el miembro más erguido, más duro y con crecientes ganas de venirme.
En el recreo del orgasmo, sin sacarla, solo movimientos de “mantenimiento” le voy acariciando, preparando “el marrón.No entiende del todo mis ocultas intenciones, aunque intuye que el jugueteo es algo más que acariciar el esfínter con el dedo ensalivado…
- ¡Pará, pará! me lo vas a romper, él solo lo intentó una vez...–¡tarde piaste!, sintió la carne pugnando sobre el hoyo y gritó:– ¡Ah!, ah, despacio, por fa...vor.¡Ah, ah!
Sabía que era una batalle perdida, entendía que no volvería atrás, entendió que sería hasta el final, resignada dijo:
- Si no se puede evitar…, voy a tratar de relajarme y ¡A gozar!Con cuidado, ¿sí?
- Te la saco cuando digas. – mentí.
- Sí, Son todos iguales, cuando la meten hasta acabar no paran. – trepada al tren del goce, pedía más acción. ¡Dame con todo!- gozaba- ¡Soy perra! ¡Tu perra! ¡Dame más!
Y le di, cuando llegó el momento sublime grité como Tarzán al vencer al león, ¡Qué polvo! Desmonté el orto queda abierto, rosadito, y el moco blanquecino de la acabada esparcido apenas asomando en él.
Al día siguiente llevé las fotos y las que tomé para que las viera.Como era casi obvio hubo una encamada, un par de polvo, volví cantando bajito por la buena acción, cumplirle la fantasía.Nina, ¡buen viaje!
A la lectora madura le recuerdo que estoy en [email protected] esperándote, atrévete!!
Nazareno Cruz