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Mi amigo: fiambre con una señora y sexo salvaje

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Continuando con mi amigo, un tremendo loco sacado y potente de los que a mí me gustan, ahora se comió a una señora amiga que lo invitó a su casa... No la de la ropa de cuero, sino otra que es conocida suya, con la que él charla por teléfono o a veces la ve cuando sale a hacer trámites o compras. Una mujer elegante, de unos 60 pero bonita, fina, por lo que él se tentó y primero escribió porquerías sobre ella en su computadora. Y no contento con eso, la llamó con no sé qué excusa y en la charla le preguntó esas cosas de él, si usaba ropa de cuero, si se pintaba y si le gustaba comer fiambre, a lo que la señora, muy sociable y gaucha, le contó todo y terminaron charlando de jamón, salame y demás. Él le sugirió que se juntaran a comer y la tipa le dijo que sí, que lo esperaba en su casa y que le compraba lo que él quisiera. Así que el hombre se vistió elegante, se perfumó con tutti, zapatos y a la casa de la mujer, que lo recibió muy bien vestida y maquillada con todo preparado para unos buenos sandwichitos.

Comieron, degustaron buen queso y fiambre, charlaron de eso y de otras cosas, y él fue subiendo de temperatura entre el olorcito del fiambre, la pintura y el perfume de la señora y el suyo. Y luego de hacer realidad su idea de comer con ella, mi amigo insaciable quiso ir por más y empezó a acosarla mimándola y pidiéndole besos. La mujer no entendía mucho, menos cuando él le pidió ver su ropa de cuero. Pero accedió, lo llevó a su habitación y le abrió el placard para mostrarle una campera de cuero negra y una pollera finísima, más sus carteras y botas. Ni se imaginaba que mi amigo, excitado de la nada, más bien alimentado y estimuladito, iba a entrarle con tutti. No pudo más, dijo “que sea lo que sea”, aprovechó que la mujer estaba de espaldas mostrándole la ropa y la pechó tirándola adentro del placard. Cuando la mujer se quiso incorporar no pudo, porque mi amigo la sujetó, la manoseó, la mimó, la toqueteó y por supuesto la obligó a sacarse la ropa, lo que ella hizo de mala gana y hasta asustada. Le pidió que no le hiciera nada, mi amigo se hizo el boludo diciéndole que sólo quería acariciarla. Ma que´caricia: le desabrochó el corpiño, se quitó su ropa y su calzón, se le reparó el superpene y le dijo que se sacara la bombacha. Como la señora no quería, él le pasó la pija por la panza mientras le arrancaba la chabomba de una.

Y ahí sí, el desbande: se acostó sobre la mujer, la abrió de piernas y le metió el salchichón por la vagina, frotando con gusto y ganas a pesar de las súplicas de la tipa, que le pedía que no la cogiera. El otro le chupó un huevo, frotó fuerte mientras le exprimía las gomas y el resto del cuerpo, y eyaculó montonazo de semen en la vagina de la tipa. Y no quedó ahí, no. Después, jadeo, porquerías, puteada, pene acá y allá, semen por todo el cuerpo, sexo oral, vaginal y anal, hasta la penetró y violó con elementos de la cartera de la mujer, como que sacó el lápiz de labios y se lo metió en la concha, mientras eyaculaba su semen a borbotones. Tras la garchada, el hombre se fue rápido y la dejó tirada en la cama llena de semen y placer. La tipa lo reputeó y amenazó con denunciarlo, después no hizo nada. Capaz que le gustó. Por lo menos, mi amigo se dio el gustazo con una buena penetración y mejor eyaculación.

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