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Las tetas de mi amiga

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Yo estaba en mis 20 años, ya avanzada mi carrera en la universidad, cuando conozco a una chava de 18, recién entrada en la universidad, Claudia se llamaba. Nos hicimos amigos a los pocos meses, teníamos tanta confianza, que hasta ella me contaba cuándo le llegaba su período y cosas por el estilo.

Después de varios meses de escucharla quejarse de que sus senos eran muy pequeños, cosa que yo no apoyaba, decidí invitarla a un lugar apartado y solos para convencerla de que me mostrara sus senos para comprobar su tamaño.

En esa época cuidaba una casa de unos amigos de mis padres que vivían en Estado Unidos y me pedía a mí que de vez en cuando fuera a limpiar, regar las plantas y cosas por el estilo.

Decidí un día irme de pinta con ella a esa casa, comprar algunas cervezas y así poder convencerla más fácilmente de que me muestre sus senos. La esperé en la parada del autobús urbano, cuando llegó le dije que no tenía ganas de entrar a clases, que estaba muy cansado de eso, que si quería ser mi cómplice e irnos de pinta, aceptó, fuimos a un establecimiento por unas bebidas alcohólicas de sabor y nos dirigimos a la casa que cuido.

Después de varias bebidas, por fin me atreví a comentarle de sus senos, de por qué creía ella que estaban muy pequeños, si desde afuera se veían bien, ella se quejó de nuevo y le pedí que me los dejara ver, al cabo estábamos nada más nosotros; un poco a regañadientes aceptó, se quitó la blusa, tímidamente se quitó el sostén y tapándose los senos me preguntó que cómo los veía, yo le dije que no se veía bien que los mostrara todo, entonces bajó sus manos y me mostró dos senos de tamaño mediano pero muy bonitos, con un pezón rosado.

Me acerqué a ella y le pedí me dejara tocarlos para examinarlos mejor, no quiso muy bien al principio, pero me dejó hacerlo; esa fue su perdición, comencé a tocarlos suavemente desde la parte superior, luego bajé un poco hasta sentir su tamaño, vi cómo su cara iba transformándose, vi cómo iba excitándose; rocé un poco uno de sus pezones y soltó un suspiro, después pellizqué el otro y ella gimió más fuerte.

Después de eso comencé a besarlos, a chuparlos, mordelos y ella sólo gemía sin decir nada, entonces bajé una de mis manos a su vagina y ahí dio un grito de placer, primero la acaricié por encima del pantalón, después lo desabroché y metí mi mano en su pantaleta para sentir su humedad, se sentía delicioso, pude penetrarla con un dedo y se dobló de placer por el primer orgasmo.

Cuando se recuperó comenzó a desvestirme, yo mientras no dejaba de tocar sus senos y su vagina, cuando quedé totalmente desnudo, saqué un condón, me le puse (un poco torpe) y ella me dijo muy excitada que se lo metiera, comencé a penetrarla lentamente, después aceleré el ritmo hasta no poder más, terminé al mismo tiempo que ella tuvo su segundo orgasmo.

Fue bastante bueno, terminamos la bebida, nos vestimos y le dije que tenía unos senos hermosos, que no tiene de qué quejarse, ella sólo me sonrió; la llevé a la parada del autobús y nos despedimos.

Durante el resto del año seguimos igual de amigos, no volvimos a hablar de ese día y jamás volvimos a hacerlo, pero los recuerdos quedan.

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