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Me entregó mi marido − IV Parte

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Desde ese día Edu, paso a ser mi amante diario, cuando cerraba la oficina, nos poníamos a cachondear y terminábamos cogiendo apasionadamente. Me prohibía lavarme la cajeta, quería que llegara a mi casa rozagante de su lechita. A efectos evitar que mi marido advirtiera los olores a sexo que yo llevaba, me bañaba en perfume y entraba en casa sin saludar pidiendo permiso para ir al baño, con urgencia. Ya dentro de este orinaba y después el bidé hacia su labor, quitándome los restos de semen. Prácticamente la rutina era día tras día. Mi concha atendida por Edu, siempre estaba inflamadita y mi marido no daba señales de notar que su mujer era cogida por otro macho.

Cierto día, Edu me pidió la cola, atento a su gran miembro, me asusté un poco, no era que nunca lo hubiera hecho por el ano, simplemente que cierta vez lo hice con un hombre con el miembro bien desarrollado y si bien lo disfruté, me dolió bastante, pero estaba tan cachonda que accedí. Me colocó en el esfínter una cremita para el caso, con algo anestésico y comenzó su faena de abrirme el orto, primero un dedo, cuando este entraba y salía fácilmente, fueron dos los que horadaron mi intimidad y luego un tercero, hizo que mi esfínter se estirara lo necesario, para dejarme el culo bien abierto, allí saco sus dedos y lentamente me fue penetrando, sentí un poco de dolor´, cuando su glande fue ingresando, le pedí un minuto a que mi ano se adaptara al intruso y luego centímetro a centímetro me fue sodomizando, hasta que sus testículos golpearon en mis nalgas. Desde ese momento todo fue gozo tanto para mí como para él. Mis gemidos de placer retumbaban por toda la oficina y supongo por los pasillos. El mete y saca era infernal, me cansé, literalmente de tener un orgasmo detrás del otro, hasta que su lechita tibia invadió mi recto, lo que me hizo tener un orgasmo, que yo considero, por su tamaño y sensación, uno de los más grandes de mi vida.

Nunca con mi marido había llegado a sentir un orgasmo así, ni aun cuando de novios teníamos sexo.

Luego de ello, con la excusa de salir como guía a distintos destinos, viajaba de escondida con Edu y disfrutábamos del lecho muchas noches juntos. De aquellas maravillosas noches, las que más recuerdos dulces me han quedado, es posiblemente de la localidad de esquel. Alquilamos un chalet a orillas del maravilloso lago futalaufquen, de nuestra habitación, los días de lunas teníamos a la vista, por la ventana de la habitación el hermoso panorama del lago, lo que hacía confluir en nosotros un clima de excitación y teníamos sexo por todos mis agujeros. Las mamadas de poronga, muchas veces terminaban llenándome la boca de exquisito semen, que yo tragaba golosa, los 69 estaban al orden de la noche, las enculadas eran diarias. Mi concha mi culo y mi boca rezumaban lechita. A la mañana, cuando íbamos a buscar los turistas estábamos rendidos de tanto sueño atrasado. Pero como dice el refrán "quien nos quita lo bailado".

Realmente cuando volvía a casa a mi marido y a los críos, me alegraba enormemente de verlos, pero extrañaba la solicitud de mi amante.

Estando unos días en baires, Edu me propuso blanquear nuestra relación, yo preocupada le pregunté cómo iba a ser, ya que yo a mi marido lo quería, lo mismo que a mis hijos y no quería quebrar nunca la familia.

Me empezó diciendo que se había enamorado de mí, que pese a ello y como viniera ocurriendo, no celaba de mi esposo, que no tenía inconveniente en seguir compartiendo mi persona con él. Pero que quería sentirme su mujer y que compartiera su lecho en su casa, alguna semana tres días y otros cuatro días. Yo inocente respondí que no creí bajo ningún punto de vista que mi cónyuge aceptara, es más consideré que si nos franqueáramos se desataría con gran dolor mi matrimonio. No concluyó su proposición ahi´.me dijo que quería tener un hijo conmigo, para sentirme más su mujer y consolidar nuestra unión. Quedé fría, no sabía que contestar, tener un hijo con él sería el sumun, si lo quería, pero que diría a familia y amigos ¡es hijo de mi amante! Inaudito. Siguió diciendo que si el ADN, demostraba ser él el padre, nos entregaría u$u 3000 dólares al mes para gastos, asimismo al nacer u$u 20.000, continuando con los usu 3000 mensuales, hasta los 18 años, a partir de los cuales, lo integraría a la empresa con carácter de socio/a. Que la criatura tendría el apellido de mi marido y que él saldría de padrino de bautizo. Que los pagos estarían refrendador ante un escribano para que me asegurara su cumplimiento ingenuo que creí que la oferta estaba dirigida solamente a mí. Ya había sido planteada a mi marido. Luego me enteré que había aceptado sus condiciones, agregando un clausula, para no perjudicar a nuestros hijos verdadero, ya que el nuevo tendría derecho a la herencia, que pusiera un bien inmueble a nombre de mi cónyuge, el que sería intangible mientras viviera Edu.

Pasaron los días, deje por consejo médico de dejar de tomar la famosa pastilla y un día mi marido me propone ir a un boliche swinger, en el cual ese fin de semana se debía concurrir en pomposa ropa interior. Yo elegí una bombachita rosa, semi cola less, donde se veía claramente que tenía toda la zona depilada y se traslucía la raya de la cola, mientras que arriba llevaba puesto una prenda haciendo juego, que tenía formato de sitien, cubría algo mi estómago y tenía tirantes para sostener mis medias del mismo color. No habíamos dispuesto compartir, solo mirar, calentarnos y si se daba el caso tener sexo entre nosotros dos. Entramos, fuimos al guardarropa dejamos las prendas que nos cubrían y yo con esa ropita interior que describí y mi marido en sunga negra, entramos propiamente al boliche, mi marido fue a la barra y yo para empezar a entonarme y cachondearme me dirigí a bailar sola a la pista de baile. Me rodearon varios chicos, que bailaron a mi alrededor, me decidí por un rubio, de aproximadamente 1,80 m. el cual estaba en una mini sunga y al que se le advertía que estaba totalmente excitado, su bulto era muy importante. Mientras bailábamos me apoyaba en mi pubis su herramienta, yo no hacía nada para evitarla, es más en un momento mientras bailábamos abrazados, bajé mi mano, la introduje en su sunga y le acaricié en vivo su miembro, lo descabecé y comprobé que su líquido pre seminal mojaba mis manos pegajosamente. En ese lapso, el introdujo dos dedos en mi vagina, arrancándome un hermoso orgasmo. Después de ello me dirigí a la butaca donde se encontraba mi marido, acompañada del rubio. Los presentes, se saludaron, el chico le dijo a mi marido que tiene una hermosa mujer y que, si no le molestaba, volvería por mi para seguir bailando. Mi marido asintió. Cuando se retiró el joven, mi marido me dijo como comentario, no como reproche "veo que has comenzado muy bien la noche, vi como bailabas con el rubio, como apretaban y como metiste la mano dentro de la sunga, pajeando al chico y como él te metía manos entre las piernas, por lo que, conociéndote de años, es que estoy seguro que te ha hecho acabar, sonriendo le dije, que veía muy bien y que lo que dijo era muy cierto.

Tenía calor, por lo cual prácticamente bebí mi bebida casi de un trago, lo que al rato hizo sus efectos, sintiéndome más alegre y con menos prejuicios. Por efecto del ambiente, de haber calentado con el rubio y la bebida, me entraron muchas ganas de culear, en ese momento no hacía asco a nada. Cualquiera que tuviera una buena verga era candidato. Eran aproximadamente las 24 has. Y mi marido me bajo la prenda superior, dejando mis dos tetas al aire, mamando una de ellas, mientras acariciaba la otra, yo volaba de calentura, cuando siento una voz conocida que nos dice hola, no sabía que eran swingers, levantamos la vista y era Eduardo en sunga. Me atreví a responder, no somos swinger, tal vez nos animemos, pero vinimos solamente a ver y realmente nos pusimos cachondos. Mi marido le espetó ¡y tú que haces por aquí? Respondió: buscando a unas parejas conocidas, pero parece que no vinieron y me dejaron solo. Mi marido se apresuró a decir, que se sentara con nosotros, Edu dijo voy a buscar unas bebidas para los tres y ahora vuelvo, al rato llegó con una bandejita con tres bebidas alcohólicas, se sentó con nosotros, quedando yo en el medio de los dos, se imaginaran que la butaca era para dos personas, por lo cual quedamos bastante apretados, su pierna desnuda estaban apretando mi pierna, sentía su calor de hombre, que no era nuevo para mí, pero quería aparentar que me incomodaba (no era cierto, pero sentía la obligación). Mi esposo, me bajó la prenda superior nuevamente, dejando mis tetas al aire y se posicionó en una, lamiéndomela con mucha fruición, Edu ni lerdo ni perezoso me tomó la otra, no sabiendo que hacer se lo comenté al oído a mi marido, el que me respondió "aprovecha, tenés a dos machos para vos sola". Mi calentura iba en aumento, siento que las manos de Edu, comienzan a hurgar debajo de mi bombachita, le digo nuevamente a mi marido tal circunstancia, pero ya entre gemidos de placer, la respuesta fue ¿te gusta? Tímidamente le respondí que sí. Me respondió entonces dejalo hacer, está solo y quiere estar bien. Las caricias de Eduardo en mi concha, acariciándome el clítoris y metiendo hasta tres dedos en mi vagina me llevaron a dos orgasmos. Viendo esta situación mi marido nos dijo, vayan a un reservado, que yo iré primero al baño y luego pasaré por la barra y llevaré tres bebidas, mientras gocen de la noche.

Fuimos inmediatamente a un reservado, teníamos realmente calentura, me sacó la bombachita, se quitó el sunga y me la enterró piel a piel, le dije que tuviera cuidado, que en esa fecha estaba ovulando y que había suspendido las pastillas, a todo esto pasó el rubio que me reconoció instantáneamente pese a la poca luz existentes, yo estaba gozando como perra en celo, él se acercó a mi boca y me puso el pene en mis labios, rápidamente lo devoré, en ese instantes llegó mi marido, viendo como Edu me llenaba la concha, mientras que el rubio me daba poronga en mi boca, le dijo al rubio que a esta mina hay que acabarle en la boca, bien profundo así se traga toda la lechita, y así fue que cuando acabo lo hizo en el fondo, en mi garganta, no pudiendo respirar trague todo el semen. En ese lapso tuve varios orgasmos, cuando siento que Edu acaba dentro de mi vagina, sentí el calo de su lechita, yo acabé instantáneamente y le dije "me has preñado"- luego me enteré que ir al boliche swinger había sido idea de mi cónyuge, que Edu era mentira que esperaba a otras parejas y que me cogiera sin profiláctico, también era idea de los dos.

Después de haber cogido brillantemente, Edu, guiñando un ojo a mi marido, dijo para asegurar su fertilidad, me llevo a Lorena por unos días, mientras le dure la fertilidad y me aseguraré que quede encinta, claro dirás a tu familia que se fue de urgencia como guía en una excursión. Estuve cuatro días en bolas en casa de Edu, prácticamente cogiendo día y noche (en pelo). La conchita me quedó dolorida, pero yo feliz. Hoy estoy en el 8vo.mes de embarazo, las pruebas a las que fui sometida, indican que la nena es de Edu. Todos felices.

Todo el encuentro en el bar y lo demás sucedido fue tramado por mi esposo y Edu, realmente no me arrepiento de nada de lo sucedido.

Debo agradecer a Mony, que me prestó su internet para escribir la presente.

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