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Algo anormalmente normal
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Capítulo 1. El hombre de la casa.

Desde pequeño, yo siempre tuve la facilidad para caerles bien a las mujeres y no me voy al hecho de que me crea un galán o un conquistador, llamémosle suerte.

Tuve buenas relaciones con mis tías y tíos, con primas y primos, en fin, digamos que era esa pieza en la familia que todos extrañaban cuando faltaba pero que tampoco era el alma de la fiesta.

En mis años, tuve muchas experiencias de diferentes tipos, está vez, contaré el caso con mi madre, y es que no solo es por el éxtasis del incesto, sino que va mas allá de un simple deseo carnal, a lo que me refiero, es que todo lo que pasó viene de un amor sincero y puro como solo una madre puede darlo.

Soy un hombre que me considero normal, 1.80 de estatura, tez blanca, pelo castaño y ojos iguales, físicamente soy robusto, no de exceso de peso, pero si en forma, en cuanto a lo otro, también me considero normal, 17 cm en forma normal y muy excitado hasta los 19 cm, y un grosor favorable.

Mi madre y el platillo principal de este relato es una mujer que a mí parecer es sumamente hermosa.

Ella es de tez blanca igual que yo, pero su piel es delicada, por eso, cualquier golpe ligero se marca en su tersa piel, tiene facciones finas en su rostro que acompañan una cabellera negra hasta la cintura, y unos ojos aceituna que realzan toda su belleza.

Cuenta con 1.61 de altura, es un poco delgada, tiene unos pechos del tamaño justo y bastante firmes que para ese entonces tendría unos 46 años y la edad no le pasaba factura, fácilmente podría pasar por los veintes; ahora sí el deleite de mucho era su culo, algo que encajaba bien, pero sin duda era grande, redondo y firme, cómo les dije es sumamente hermosa.

Cuando esto ocurrió, ella como dije tenía 46 años, y yo por ese entonces tendría 20 años, y ya llevaba mis experiencias con las chicas, una que otra chica y novia, pero eso sí, experimentos por doquier.

Mi madre, solía vestir muy ligera en casa y no me resultaba extraño ya que desde pequeño como dije, tuve suerte con las mujeres, con mi mamá me tenía tanta confianza que incluso me metía a la ducha detrás de ella aún a mi edad, pero jamás rondó por mi alguna idea morbosa.

Todo esto cambia un día cerca del verano, la verdad que la relación entre mis padres era monótona y aburrida, cómo muchos matrimonios, muy de vez en cuando escuchaba que tenían sexo, pero más que nada a papá y bueno mamá no hacía mucho ruido.

Yo había concluido la universidad y estaba listo para las vacaciones de verano, sin embargo mi padre tenía aún muchos compromisos del trabajo y debía salir de la ciudad de viaje; mi esperanza era mi madre pero tenía más problemas que mi padre, ella era maestra de posgrado y debía aplicar algunos exámenes y supervisar unos proyectos, por ende estaba hasta el tope de estrés.

La noche que mi padre se iría, ella se quedó hasta altas horas de la noche trabajando en su compu, y 2 horas antes de la partida de mi padre, oí como mi madre entro a su cuarto y hablo con el, nuestros cuartos estaban juntos y se oía todo, ella le comento lo que pasaba y que necesitaba hacer el amor con el antes de que se fuera, que hacía un par de meses que no tenían nada de nada y el se marcharia por más tiempo.

—Mujer está noche no, yo sé que saldré de viaje por 3 meses, pero el trabajo me tiene agotado y más encima me acabo de bañar— alegaba mi padre.

—Por eso mismo, hace meses que no me tocas y por el baño nos podemos bañar juntos o es acaso que ya no te gusto? O que tienes tus ojos en alguien más?— dijo mi madre en un tono de tristeza y semillanto.

—Ya vas a empezar con tus locuras, y la verdad es que no tengo ni el tiempo ni las ganas de discutir, puedes pensar lo que quieras mujer—mi padre lo dijo en un tono molesto.

Mi madre solo se echó a llorar un poco y mi padre sin paciencia tomo sus cosas y se dispuso a irse, paso por mi cuarto y se despidió, me encargo cuidara de mi madre y se fue.

Cuando entre al cuarto, estaba mi madre sentada en el piso con las manos en el rostro llorando, estaba en ropa interior que en ese momento no le di importancia pero dios, llevaba un conjunto de encaje negro con medias largas unidas al cachetero por unas ligas, que le daría un infarto a cualquier hombre, sin embargo por la situación yo no preste atención a eso y solo me acerque a consolarla.

Tenía yo plan con una chica ese día, y mi madre se iría a su colegio para concluir algunos pendientes; llegada la hora, se fue en su típico uniforme de maestra, una falda con mayas y tacones, su blusa blanca y un saco a juego, su chongo o coleta según el día. No provocaba mucho, esa falda disimulaba el suculento culo que se cargaba, una vez que se fue, le hable a la chica, organice la casa, compré unas bebidas y espere a que llegara. Le había comprado una lencería similar a la que tenía mi madre en la mañana, solo que de un color rojo.

Comparada con mi madre, al menos era 5 tallas más chica de todos lados, pero para mí calentura y pasarla bien era la indicada; la hora llego y la chica no aparecia, y después de casi 2 horas, pude comunicarme con ella, al parecer sus padres habían llegado cambiando todos sus planes, y los míos por supuesto.

Estaba la sala con unas velas aromáticas que provocan el éxtasis, unas copas con un poco de vino burbujeante, un poco de mochi dulce y el regalo envuelto, yo con una ropa suelta pero acordé y un perfume que mi madre me había dicho que olía exquisito.

Estaba en la sala, con una pequeña erección, asi que decidí hacerme una paja para bajarme la calentura y resignarme, en eso estaba con los shorts en los tobillos, cuando abre la puerta de la sala mi madre quien venía con una cara de agotamiento y tristeza, cuando cruzamos miradas solo note sorpresa en su rostro y pronto un color rojo le llenos su linda cara.

Me subí los shorts y me disculpé con ella, quien lejos de mostrarse incómoda o algo así, solo tenía una sonrisa, al parecer pensó que todo lo que estaba en la sala era para ella, se acercó a mi y me dio un dulce besos en los labios, se sentó en el sofá y me dio mi copa y tomo la otra.

Al parecer le gustó el vino y la vela hizo efecto porque se desabotono los primeros 3 botones de su blusa dejando un escote perfecto, me miró y sonrió.

—Muchas gracias por esto hijo— me tomo de la mano— lamento si escuchaste lo de tu padre en la mañana, tenemos nuestros problemas, pero me alegra saber que hay al menos un hombre en la casa que se preocupa por mi.

—No es nada ma' creí que esto te alegraría un poco— dije sabiendo que realmente era un regalo para coger con otra chica.

—Pero mira! Encima me compraste un regalo! Eres mi sol cariño— dijo tomando la caja del centro— Wow! Es muy lindo el conjunto, aunque creo que un poco pequeño jaja

Lo tomo y lo miro detenidamente, me miró y lo miro de nuevo —Bueno parece que necesitaré ayuda para ponermelo— dicho esto se levantó y empezó a desabotonar su blusa, la saco y siguió con la falda, lo hacía de manera sensual y dios que mujer, estaba hermosa.

Luego se quitó el sostén y siguió con su cachetero, pude notar que al quitarse su calzon dejo una línea muy delgada de flujo, luego tomo el sostén y se lo puso —ay, cariño puedes ayudarme— me coloque tras ella y lo trate de abotonar pero no cerraba, encima tenía una erección como nunca, luego tomo el cachetero rojo y trato de subirlo, pero por más que trataba no le quedaba.

—Ay cariño, pues está hermoso el conjunto pero no me queda, tendremos que cambiarlo— se dio la vuelta y me dio otro beso luego me abrazo estando totalmente desnuda— no se que haría sin ti, gracias por esto, no sabes cuánto te amo mi amor.

Supongo que sintió mi erección porque se separó un poco y miro abajo.

—Dios mío pero mira cómo estás— dijo abriendo los ojos.

—Lo siento ma' no sé que paso— dije intentando decirlo lo más natural.

—Tranquilo cariño es algo normal, además te has portado conmigo como un sol, déjame ayudarte ahora—

Dicho esto, se arrodillo y bajandome los shorts, dejo a la vista mi erecta verga, la tomo como un niño a una paleta, la miro, la beso y luego comenzó a lamerla en su totalidad.

Yo no daba a crédito a lo que veia, mi madre arrodillada delante mío, totalmente desnuda y dándome una mamada única, de vez en cuando miraba hacia arriba cómo buscando una señal de aprobación.

Yo solo la miraba extasiado; después de un rato, la detuve antes de venirme, la levante y la bese apasionadamente, ella se dejaba hacer, recorría todas sus carnes con mis manos, ella solo respiraba más agitada pero seguía besándome.

Me aleje un poco de ella solo para admirar a semejante mujer, con un poco de sudor en el canalillo de sus magníficas tetas, puso una posa de lo más tierna, cruzando su mano derecha hacia la izquierda y sobandose el brazo, tenía una carita adorable, entre exitacion y deseo.

La tome, la lleve hasta su habitación y la tumbe en la cama, la bese de nuevo y poco a poco fui besando, lamiendo y mordiendo cada parte desde el cuello hasta su ombligo, deteniendome en sus ricos pezones, que hasta ese momento supe, era hipersensible en esa zona, con el primer lengüetazo se estremeció y soltó un ligero gemido, esa fue mi señal para darles mordiscos suaves y chuparlos cómo bebé.

Cuando llegue a su conchita la cuál tenía totalmente depilada y sumamente mojada, bese toda la zona alrededor provocandole más deseo, luego me acerque y con mis dedos abrí un poco sus labios y comencé a lamer como desesperado.

Ella no hacía más que gemir y sujetarse a las sábanas, se retorcía del placer y de vez en cuando apretaba mi cabeza hacia ella tomándome de los pelos.

—ay mi vida que ricooo!!— exclamaba mi madre—ahhhh n-n-no pares ahhhh si así bebé ahhhh dios que rico—

Sabía que ella está por terminar, así que metí un par de dedos en su humeda concha y junto con mi lengua la hice venir en cascadas, jamás había visto una corrida de ese tamaño, al menos no con mis otras relaciones.

Acto seguido, me acerque a ella y rozando mi glande con su concha, humecte muy bien la cabeza de mi verga y poco a poco se la fui metiendo

—ohhh si bebe que rica verga tienes—decia esto mientras sujetaba sus tetas y pellizcaba sus pezones— está mucho más grande que la de tu padre ohhh si así bebé síguete moviendo así ahhh si si

Comencé lento pero luego la exitacion me gano y aumente el ritmo, suerte que para afuera de casa no se oye nada, porque sus gemidos ya no eran bajos, sino gritos descomunales, no tardó mucho en volverse a correr, le di la vuelta y sin dejarla descansar puse una almohada bajo su cadera y la volví a coger así, me encantaba esa vista, su redondo culito, siento embestido por mi, me provocaba darle unas nalgadas y así lo hice, quedando rojo.

Mi madre perdida en el deseo ya no decía palabra alguna sonó gemía, en un momento crei que algo le pasaba porque dejo de gemir y se puso floja, ahí me di cuenta que se desmayo del placer.

Seguí cogiéndola y mordiendo su espalda hasta que reacciono y volvió a gemir, no se cuánto estaríamos así, pero se corrió al menos dos veces más y en cada una soltaba una cantidad de líquido que mojaba todo a su paso.

Una punzada me avisó que yo estaba por terminar igual y sin preguntar nada sujete fuerte sus caderas, la enterré a fondo y me vine dentro de ella, una vez más gimió fuerte y se desmayo.

Yo estaba bastante cansado y solo atiné a acostarme a su lado y me quedé profundamente dormido.

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