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Angela mi ex compañera de trabajo

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Esto pasó hace algunos años con una ex compañera de trabajo, a la cual llamaremos "Ángela".

En esos tiempos trabajábamos en un contact center para un banco muy importante aquí en México, para mi era una mujer inalcanzable; la describiré (1.68 de estatura, casi al uno ochenta con tacones una cara haciéndole énfasis a su nombre, como un ángel, piernas esculturales, un par de pechos proporcionados a su tamaño, cintura muy pequeña y eso sí, un culo de aquellos que necesitas un par de manos para sostener una sola de sus nalgas). Ella era amiga de una exnovia con la que salía en ese tiempo (de la cual les platicaré en otro relato).

Y todo pasó así:

Al no tener planes ese viernes, se me ocurrió decirle que me acompañara a una reunión en el sur de la ciudad con unos amigos; no lo pensó mucho para aceptar la salida, ella salía un par de horas más tarde que yo, así que decidí ir por los suministros para no perder tiempo, en anteriores pláticas me había comentado que era fan del tequila, así que como buen caballero le compre su respectivo litro de Don Julio, aparte de que me gusta quedar bien con ese tipo de detalles, y pues yo austeramente me compre un Bacardi, y claro una promo de Oxxo de Jack Daniels para no hacer tan tardada la espera en fin,

A eso de las 19:00 h me marcó preguntándome donde estaba, a lo cual le respondí que en el estacionamiento, entre dimes y diretes llegamos medio jalados a la reunión, en la cual pues ya estaban mis amigos, a lo cual todos la chulearon y por detrás de ella me decían que si había modo. Y pues yo en ese momento les dije que no había problema.

Por supuesto pasó la noche y bailábamos y bailábamos hasta que pusieron un poco de merengue, ya casi con media botella de tequila tomada ella sola, pues me anime a acercarla más en el baile y relegarla a mi, obviamente yo ya estaba muy caliente y ella lo noto, al oído me dijo "entonces es cierto lo que me dijo Lucia" con voz pícara y mordiéndose el labio, yo solo sonreí y sin pensarlo la besé, yo solo sentía su lengua atravesar mi garganta, mientras sobaba como podía ese perfecto culo, la siguiente frase que me dijo fue “vámonos de aquí”, mientras manejaba me besaba y besaba, y pues abrió mi cinturón y sacó mi miembro (he de decirles que es un poco grande 21 cm x 6 de diámetro, algo superior al promedio mexicano) solo sonrió y empezó a mamármela de una forma única, era una experta en el arte de la felación.

Llegamos a un hotel el mismísimo Picasso en periférico, nos asignaron cuarto justo íbamos entrando y se me subió encima solo escuche salir de sus labios, "ahora si vas a ver qué es una mujer de verdad" se hincó y me chupo los huevos de una forma única masajeando mi glande, mientras chupaba mi escroto, antes de venirme apretó mi pito y se lo metió a la boca, sin dejar una gota de semen salir por sus labios, la levante y la senté en el potro del amor, quitándole esos jeans que se le veían exquisitos, y dejándola solo con su hilo dental negro el cual aún conservo, metí mi rostro en su entre pierna y empecé a besarle su zona pélvica, desde el beso suave hasta terminar con mordidas en su clítoris el cual está ya duro mientras más jugueteaba con el más gritaba, hasta que sin más sentí como se venía en mi rostro.

Fue tan delicioso, deje que disfrutara de su orgasmo, y me senté en el potro la hice sentarse en mi, para esto ya estaba nuevamente empalmado, y dándome la espalda se dejó caer de una forma tan violenta que entró sin ningún problema, mientras más brincaba, más disfrutaba de la escena de ese precioso culo rebotar en mi abdomen mientras yo le sostenía esas deliciosas lolas, solo sentí como gritaba u se retorcía con cada orgasmo, fue momento de pasar a la cama y me metí ente sus piernas, en ese momento las subí a mis hombros y empecé a bombear de una forma única parecíamos perros en celó, era tan delicioso el cachetearla, morderla, hacerla mi puta, sin más la volteé dándome ese precioso culo, inicie de un perrito inigualable.

Solo sentía como tronaban mis huevos con su clítoris, y fue cuando metí mi dedo en su delicioso ano, ella solo dijo "métemelo ahí métemelo ahí" no dude ni dos minutos, cuando metí de un solo golpe mi pito en su ano solo gritaba como perra en celo, cogimos de una forma perversa hasta que le llene de semen el ano ya no fue mucho, pero poco pero bien atendido, fue cuando el cansancio y la peda nos dejó muertos, recién habíamos dormido cuando nos marcaron a la habitación, indicando que ya se había acabado el tiempo.

En ese momento nos vestimos y la lleve a su casa sin antes decirle que era la mejor de mis putas, ella solo volteó me beso y me dejo su tanga de recuerdo.

Saludos.

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