Nuevos relatos publicados: 18

Ángela se enferma y la cura es mi verga

  • 13
  • 19.103
  • 9,50 (18 Val.)
  • 0

Hola a toda la comunidad hoy continuaré con otro de los encuentros que tuve con Ángela, pues de más está decir que después de esa noche sensacional no terminó todo.

Al otro día como les había dicho no pudimos levantarnos de la magnífica noche que pasamos, nos tomó las 11:00 amen la cama y nos despertó Diana, al regresar de sus clases.

Nosotros aun seguíamos desnudos y enrollados en la cama. Cuando nos despertó nos sobresaltamos, pero todo continuó normal, ella nos juró que no contaría nada, pues también había tenido sus noches de pasión, y durante el tiempo que duró la conversación nos fijamos tanto Anye como yo que ella no paraba de observar nuestros sexos aun un poco viscosos de la noche que habíamos tenido, y a partir de ese día cambio su actitud hacia nosotros, que siempre había sido distante empezó a ser más apegada sobre todo a Anye con la que se hacía súper amiga.

Ese día terminó normal Anye se fue para su casa a seguir trayendo cosas que necesitaría en la residencia para terminar de instalarse lo más rápido posible, la tarde y la noche la pasamos Diana y yo juntos, principalmente estudiando y de vez en cuando ella me lanzaba alguna pregunta sobre la noche anterior, yo le contesté todas con el mayor número de detalles e incluso en algunos casos agregué algún detalle picante para mejorar el momento, y ella no paraba de lanzar miradas a mi entrepierna, después de haberme visto desnudo había pasado así el día y como a mí me encanta provocar ese día especialmente usé mis shorts más cortos y reveladores y por supuesto sin ropa interior.

Aun así, no pasó nada entre nosotros ese día, aunque en la noche si sentí algunos gemidos provenientes del baño después de haberme “acostado a dormir” sin darme cuenta que era me acerque a la puerta y pregunte que pasaba y con voz entrecortada respondió que nada, y fue ahí cuando caí que se estaba masturbando o algo así.

Bueno esa semana terminó y el fin de semana todos nos retiramos a nuestras casas nos incorporamos el lunes nuevamente, las cosas siguieron normal entre nosotros Anye y yo en las noches si podíamos nos acostábamos sino, solo dormíamos. Hasta que llegó el miércoles, ese día me tocaba guardia, como de costumbre me levanté temprano me di un bañito, pero antes de salir entró ella, casi que corriendo pues necesitaba hacer pis, y al final no pudo aguantar y un chorrito le mojó un pie termino, y aquejándose del asco me pidió espacio en la ducha, eso si no era común entre nosotros, a esa hora los calentadores solares aún no han tenido tiempo de calentar el agua y cuando sintió el agua fría sobre su piel me abrazó por la espalda y de más está decir que ese gesto me excitó, junto al contraste frio del agua con su piel, lo que provocó una erección en mí que no tenía manera de disimular, fui a salir pero me detuvo –eso no estaba ahí cuando yo entré- me dijo, -eh bueno esas cosas pasan- le respondí, -¿no necesitas ayuda?-, -la verdad si pero se me haría tarde-, -eso tiene solución me dijo- y comenzó a mamármela sin decir una palabra más.

De sobra está decir que ella lo hacía genial empezó tomándola por la base e hizo una garganta profunda, y otra, y otra… después me masturbaba con una mano, mientras metía y sacaba mi glande de su boca y jugueteaba con su lengua en él. Perdí el control y la sujeté de la cabeza, y comencé a follarle su boquita linda, me detuvo y me dijo –te vienes en mi boca no lo pienses, que no hay nada mejor que empezar el día tomando leche- ese comentario me puso a 1000 y seguí fallándole la boca hasta venirme, y ella como toda una experta se tragó hasta la última gota y seguía chupando, yo creo que quería más de la que le di.

Al terminar se puso de pie se enjuagó la cara y me pegó un súper beso entre manoseo mutuo, que evito que se me relajara por completo la verga, pero viendo la hora salí corriendo del baño nada más terminarlo, sin ropa solo con la toalla sobre los hombros, al salir Diana estaba despierta y como su cama queda frente a la entrada del baño me vio -pero hombre, ahora vamos a estar exhibiendo la mercancía a esta hora, ¿no ves que hay personas que llevamos tiempo sin probarla?-, me dijo –sino la haz probado es porque no has querido, porque dormimos en el mismo cuarto hace ya dos años- le contesté –esa respuesta te la vas a comer, cuando te coja y te folle-, -tal vez, puede ser, pero no me voy a arrepentir-, se sacó la colcha para descubrirse desnuda en la cama y se señaló la tota que llevaba depiladita, diciendo: -cuando pruebes esta no vas a querer más ninguna otra, pero va a ser tarde, porque solo te voy a follar para dejarte con las ganas de mas-, en eso desde el baño gritó Anye: -no me dejéis afuera también me dan a mí, yo también quiero quedarme con ganas de más-, mi mente en ese momento se volvió loca y empezó a volar trayendo al momento no sé cuántas fantasías.

Pero me terminé de vestir agarré mis cosas y despidiéndome de ambas hice ademan en retirarme, pero al salir por la puerta oigo que Anye me grita que había olvidado la bata, regreso corriendo y me las encuentro a ambas en la cama de Anye desnudas, y tocándose mutuamente sus sexos hice por no mirar la escena recogí la bata y cuando fui a salir ambas se pararon frente a la puerta, diciendo –para salir tienes que pagar peaje.

La verdad estaba flipando con esa situación sino hubiese tenido guardia a la mierda el trabajo me quedaría con esas dos bellezas, pero las guardias son sagradas, intenté salir y me detuvieron la verdad yo hubiese podido quitarlas muy fácilmente pero no quería entonces Anye salto arriba de mí y me pegó un beso de esos que te dejan sin aire, mientras Diana se acercó a nosotros y empezó a tocar el sexo de Anye que estaba a horcajadas encima de mí, en eso Anye se baja y entonces Diana, se acercó y esta vez ella me besó, uff por dios que beso, admito que Anye es mejor pero ese también estaba para libros, al soltarme casi que salí corriendo de la habitación, mientras las oía reír y con una erección que me duró casi que tres cuadras.

Mi guardia transcurrió normal como de costumbre mucho trabajo, un par de cirugías y varios pacientes que van al hospital solo por tener un pretexto para salir de la casa o a pedir una recete de paracetamol. Ya marcaban las 12:00 am y me tocaba mi turno de la noche. Me senté en la consulta a esperar por si alguien llega cuando tocan la puerta para mi sorpresa era Anye.

Entra y se sienta como si estuviera enferma, la interrogo y me inventa un cuadro clínico como si en serio tuviera algo, le pido que se acueste en la camilla para examinarla al acercarme le descubro el abdomen, y comienzo a palpar, pero me dice –doctor mi dolor es más abajo- y toma mi mano y la lleva a su sexo, que estaba cubierto por una licra gris yo la retiro rápidamente y le mando unos complementarios ya sabía que no tenía nada, le pedí a la enfermera que la acompañara y una vez esta había salido la tomé por la espalda y le dije al oído: -deshazte de la enfermera al llegar al laboratorio y vuelve aquí-.

La enfermera la dejó en el laboratorio y regresó rápido diciéndome que la paciente no necesitaba acompañante la mandé a ver a los pacientes ingresados y un par de procederes tontos para que demorara, casi no había salido y ya Anye regresaba.

Entro a la consulta y cerré la puerta tras de sí, la sujeté fuerte y la pegué contra la puerta pegándole un beso en los labios que aún debe tener falta de aire, me separé un segundo y le dije: -así que mi niña está enfermita-, -si mi doctor- me dijo –el problema está en que te extraño allá abajo y no podía dormir por lo que vine por una dosis de tu calmante- esto último lo dijo apretándome la verga por encima del pijama de trabajo.

De sobra está decir que yo estaba a punto de explotar, por lo que volví a besarla, en eso ella se separó de mi empujándome hacia atrás y me detuvo el buró ella aprovechó para bajarme el pantalón y el bóxer, y arrodillándose frente a mi empezó a mamarme la verga que estaba súper hinchada, primero beso el glande y dijo: -como te extrañé, sino es porque en la mañana Diana me quitó la calentura que me dejaste no sé qué me haría sin ti, y sin más hizo una garganta profunda al sacarlo un hilo de saliva quedó entre su boca y el glande, que estaba de un rojo intenso en ese momento, entonces me pajeo un momento y empezó a mamármelo, intercalando las mamadas con lambidas, chupones de bolas y gargantas profundas.

Si les soy sincero me costó bastante controlarme para no venirme, cuando pensé que iba a estallar la tome por los brazos y la levanté, le di un beso y la acosté sobre el buró, quitando la licra y el hilo que llevaba dejando al descubierto ese conejito afeitado y ya bastante mojado, sin más salté a mamarlo y lamí todo los labios mayores aun sin dejar que mi lengua tocara los menores o el clítoris, entonces recorrí toda su rajita con mi lengua y presionándola bastante lo que hizo que se estremeciera, y comenzara a soltar más jugos, entonces empecé a jugar con su clítoris le daba vueltas con mi lengua, y lo apretaba entre mis dientes, después lamia de arriba hacia abajo y de un lado a otro entonces ayudándome con una mano tensé la piel encima de él dejándolo aún más al descubierto, cosa que ya había aprendido que le gustaba y entonces succioné ese pequeño botón rosado ya dentro de mi boca le di lengüetazos en todas las direcciones que se me ocurrió, y con la otra mano empecé a introducir un dedo en su vagina esto hizo que sus respiraciones entrecortadas se convirtieran en gemidos.

Agité un poco mis dedos, pero no le di mucho placer entonces solté el clítoris y aproveché para meter mi lengua en su vagina, mientras con la mano que ahora tenía libre pasé a jugar con su clítoris con el pulgar le dibujaba círculos mientras mi lengua entraba y salía de su vagina, así hasta que se corrió en mi boca llenando mi cara de sus juguitos, y comenzando a contraerse sus muslos se pegaron a su abdomen y ahí estaba boca arriba en mi escritorio semidesnuda y tan mojada que tenía un charquito de sus jugos bajo de ella sobre el buró, y con una vista perfecta de su sexo.

Sin pensarlo la sujeté por la cintura ella aún no se recuperaba del todo, y la atraje al borde, introduciendo mi miembro en su sexo de una sola embestida, de más está decir que entro sin dificultad, y ahí empecé a bombearle, ella gemía y de vez en cuando se le escapa un gritico, sin parar de bombearle una de mis manos fue subiendo pasando por debajo de su blusa hasta encontrar un seno apreté el pezón entre mi pulgar y el dedo índice y después apreté toda la teta con la mano, usándola como apoyo para seguir con mis embestidas, e hice lo mismo con la otra ella levantó sus pies poniéndolos sobre mis hombros, lo que me permitió darle más duro aun que es como a ella le encanta, la llevé al orgasmo en un minuto, y ahí entre contracciones soltó mis manos de sus tetas y se agarró de mi cuello para acercarse a besarme los pies de ella se interponían pero haciendo un esfuerzo lo consiguió.

Yo aproveché para levantarla y la llevé a la camilla donde la acosté y cuando me disponía a continuar me empujó y se puso en cuatro, pero no levantada sino con los muslos pegados al vientre, dejando un sexo bien hinchado y mojado a la vista al borde la camilla y cuando me dispuse a seguir cogiéndola me dijo: -por lo necesitada que me has tenido todo el día te permito encularme-, la verdad me moría por hacer eso desde la primera noche cuando me lo había negado, así que no lo pensé a pesar de lo lubricado que se encontraba su orto por sus jugos que habían chorreado yo embarré mi dedos de saliva y los llevé hacia su agujerito, como le costó un poco de trabajo entrar, los llevé a su rajita y los embadurné bien de sus juguitos y volví a meterle uno como ya esta vez entró bien, le metí otro más.

Entonces me le acerqué y le di una lamida a su orto, dejando bastante saliva en el di otra y otra, y me decidí a comenzar con mi trabajo, cuando presenté mi glande a su orto, me detuvo y me dijo por favor empieza suave que hace bastante que no lo uso, eso me encendió más aún, si era posible, y comencé a introducirla, soltó un pequeño chillido, pero fue aguantando hasta que estuvo todo adentro, en lo que se iba acostumbrando su orto a mi verga me encorvé un poco hacia adelante y le di unos besos en la espalda mientras jugaba con sus tetas y las apretaba en mis manos ella se erizó y se encorvó un poco, entonces cuando creí que ya estaba lista, comencé a bombearla suavemente.

Empezó con chillidos y al cabo de unos minutos ya gemía, por lo que me dispuse a aumentar mi ritmo, y así fui haciendo poco a poco, subiendo mi intensidad, ella gemía, y de pronto gritó: -¡durooo!!!-, entonces solté sus senos y me aferré a su cintura con mis dos manos, embistiendo todo lo duro que pude clavando mi verga hasta lo último en su culito, esto provocó un grito de dolor mezclado con placer, y volvió y gritó: -¡más duro, mas, dame maaas!!!

Yo estaba que flipaba con aquella reacción y no podía controlarme por lo que seguía embistiendo con todo mi ser sin parar, cada vez tan duro como me lo permitían mis manos, ella no paraba de gritar hasta que me dijo: -me vengo ahora no pares- yo aceleré aún más mis embestidas para poder venirnos juntos, y así lo hicimos descargué mis jugos en su culete, y ella primero la reacción la llevó al arquearse sobre su espalda, a mi medio se me aflojaron mis pies, así que la cargué aun empotrada en mi verga que ya iba perdiendo dureza.

Y así con ella sobre mí me senté en la silla que estaba a mis espaldas, ahí la abracé fuertemente y la con el abrazo a la vez la sujetaba, ella recargó su cabeza sobre mi hombro al tirarla hacia atrás y la giró de manera que me besó la mejilla y yo respondí girando mi cara para besarla también y nos fundimos en un rico beso.

Cuando pudo levantarse se vistió al igual que yo. La acompañé hasta la salida y le pedí un taxi para que no regresara sola, en lo que yo terminaba mi guardia.

Sus últimas palabras antes de irse y después de besarme fueron:

-mañana te vamos a dar una sorpresa así que descansa todo lo que puedas hoy.

(9,50)