Nuevos relatos publicados: 6

Bettina ya no es virgen

  • 5
  • 18.243
  • 9,22 (18 Val.)
  • 0

Desde esa noche en que Bettina me vendió su culo me hice adicto a él, y no había día que no pensara en ese culo redondito con su agujerito chiquito y apretado y mi verga, mis dedos y mi lengua entrando en sus profundidades.

Ya no tenía que esperar mi turno de trabajar hasta las 20 de la noche para culearme a Bettina, ahora nos encontrábamos fuera de la oficina y lo hacíamos en mi departamento y a veces en hoteles especiales que agregaban a la culeada una acción extra.

Pese al pasar de las semanas y de disfrutar de su culo en todas las posiciones imaginables no había forma de convencer a Bettina de dejarse coger como dios manda y dejar esa ridícula virginidad de su concha rosadita y mojada que conservaba con tanto ahínco.

No entendía si era temor o un verdadero deseo de conservar su conchita intocable por el momento.

Por cuestiones de trabajo tenía que viajar de Barcelona a Madrid por unos días y se lo conté a Belinda pues su culo descansaría unos días sin la presencia de mi verga en su interior.

Bettina reacciono con una expresión de tristeza pero al cabo de unos segundos me pregunto por qué no la llevaba conmigo a Madrid y saltándome alrededor entre besitos y carcajadas trataba de convencerme

Así que en medio de la jarana le tire… "te llevo si me das tu conchita a cambio".

Se hizo un largo silencio y no me contestó ni que si ni que no, se sentó en un sillón y se quedó pensativa ante mi repentino ofrecimiento.

Al cabo de unos minutos se paró y me dijo:

-Rubén estoy lista ya para darte mi virginidad, confió en ti y sé que me cuidaras.

Les voy a ahorrar los días que pasaron hasta el viaje entre culeadas y culeadas.

La primera noche en Madrid luego de que finalizara todas mis reuniones nos encontramos a cenar en un bonito lugar frente a nuestro hotel.

Al finalizar la cena le pregunté si estaba lista lo que asintió con la cabeza, pagué la cuenta y fuimos a nuestra habitación.

Mientras subíamos en el ascensor me contó que se masturba más de una vez por día y últimamente pensando en mi polla e imaginándola dentro de su coñito caliente y de solo pensarlo acababa.

La bese largamente mientras mis manos recorrieron su cuerpo entre suspiros y gemidos...

La tomé de la mano y fuimos al dormitorio. La desnudé y ella me desnudó a mí, nuestros cuerpos ya eran conocidos el uno con el otro, pero como siempre se me endureció rápidamente al ver su cuerpo delgado y juvenil frente a mí.

Nos acostamos y entre besos y toqueteos nos pusimos en un 69 que esta vez fue especial pues no como siempre esta vez mi lengua entró en su coño un par de centímetros abriéndolo un poquito, además del juego de lengua sobre su inflamado clítoris, acompañando esto con un dedo metido en la profundidad de su mini culito que ya he follado y abierto en tantas ocasiones.

Pasado unos 10 minutos de 69, Bettina explotó con un orgasmo que me llenó la cara de jugos calientes que lamí hasta la última gota.

Ya era el momento...

Puse a Bettina de espalda y abrí sus piernas casi 180 grados, me puse un condón y lo lubriquó con una gran cantidad de gel KY.

Puse la punta de mi polla en la entrada de su concha y le pregunte "estás lista para recibirla".

Su respuesta fue una gran sonrisa y un ‘Siii!’

Empujé un poco y con mucha dificultad la cabeza de mi polla entro en ese volcán caliente en erupción.

No era fácil. Bettina se movía pues le dolía un poco y yo no sabía si metérsela de un golpe y listo o ir avanzando centímetro a centímetro hasta romper su himen y entrar en la profundidad de su concha ardiente.

Pero no hubo necesidad de tomar decisiones pues Bettina en un movimiento brusco e involuntario hizo que mi polla se hundiera en su cuerpo hasta el final.

Pegó un grito y las lágrimas corrían por su rostro, un pequeño hilo de sangre manchó las sábanas de la cama, me extrañó, pero no fueron más que unas gotas, imaginé mucha más sangre al perder la virginidad.

La cosa que yo estaba dentro de ella y la besé hasta que se tranquilizó sin moverme y sin sacarla. Lentamente comencé a moverme afuera y adentro follandola por primera vez en su coñito apretado e hirviente. Bettina se retorcía entre gemidos de placer y dolor pero gozaba cada instante...

Estaba a punto de acabar y la saque de su conchita caliente y me saque el condón y acabe sobre su estómago un chorro impresionante de semen caliente y espeso. Rápidamente Bettina pasó sus dedos por el semen llevándoselo a la boca y lamiendo sus dedos lo que quedo en su estómago yo se lo esparcí sobre sus pezones que estaban salidos y duros y se los chupe mordiéndolos un poquito entre grititos y gemidos.

Sentía mi polla ponerse dura nuevamente entre sus piernitas y en forma instintiva la frotaba entre sus labios vaginales y el culito. Cuando estuve listo para otra vuelta puse a Bettina en 4 patas y me puse otro condón y comencé a follarla nuevamente en esa posición dogy que tanto me gusta, metiéndosela profundo hasta que mis huevos golpeaban su culo.

Los suspiros y gemidos de Bettina se volvían cada segundo más intensos y cuando le puse un dedo en su culo explotó con otro orgasmo, se le doblaron las piernas y cayó boca abajo en la cama, sacando mi polla de su coño.

Aún estaba dura y no había acabado, así que así, como estaba, boca abajo, abrí con mi mano su culito, me saqué el condón y se la metí en el culo lentamente, abriéndolo al paso de mi polla en su interior.

Cuando estuvo toda dentro, le pedí que apretara y aflojara el culo y así, sin moverme, sentí ese movimiento de aprieta y afloja. Había leído sobre esto y me encantó la sensación de su culito apretando mi polla caliente, hasta que acabe llenándole el hoyito con mucho semen pastoso.

Se la saqué del culo, la hice volverse y se la metí en la boca, estando ella acostada y yo arrodillado sobre ella. Me lamió los huevos y la polla por un largo rato, y en un momento, sin previo aviso, me metió un dedo en el culo!

¡¡¡Mira vos la niña que sorpresa me dio!!! ¡La verdad que me gustó!

Comentarios a [email protected].

 

(9,22)