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Celebrando con un buen culo mi cumpleaños

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Cuando llegaron las 9:30 a.m. me había convencido de que la cita concertada con esta otra chica también había sido una pérdida de tiempo, pero para mi sorpresa, cinco minutos para las diez me llamaba el guardia de seguridad de esta colonia informándome que Amy estaba a la entrada.

Llegó conduciendo un vehículo alemán de lujo y aunque era muy temprano por la mañana, parecía que estaba vestida para la mejor noche de gala. Un atuendo turquesa que le llegaba unos 10 a 12 centímetros por sobre la rodilla, con estampados dorados que definía muy bien un cuello alargado y sedoso, zapatos dorados de tacón que le daban presencia a su escasa altura de un metro con 55 y que le hacían lucir unas piernas sedosas cubiertas de una pantimedias color piel. Realmente se miraba muy elegante, muy juvenil, aunque sus aires de seriedad provenían de ese collar de diamantes en su cuello, unos aretes y pulsera que se le miraban hermosos que le hacían juego y posteriormente descubrí otra pulsera en uno de sus pies y otro arete en su ombligo del mismo material.

Originalmente cuando concerté la cita estaba pactada para las siete, pero por esas condiciones que pasa una mujer a cada mes, la chica me cancelaba un día antes y me recomendaba a una amiga que estaba disponible a dar los mismos servicios de compañía acordados y me daría un descuento de $200.00 por la inconveniencia. El trato era de seis horas por $1200.00 y aquí estaba este día de mi cumpleaños un tanto decepcionado, pues ya se acercaban las diez y nadie me había hablado.

Tres días antes había hecho esta cita, pues en los últimos 7 años, me he dado la libertad de contratar a una chica de compañía para pasarla teniendo un buen sexo en la mañana de mí cumpleaños y un día antes la chica originalmente contratada me estaba enviando las fotos de Amy, una chica que ella misma me describió de 20 años, petit, de aproximadamente 110 libras de peso y originaria de Malasia. Hablaba el suficiente inglés para comunicarse y que anteriormente había vivido sus últimos años de preparatoria en Barcelona España. También agregaba que había sido gimnasta y que le gustaba el tenis.

Me envió las fotos mostrándome su cuerpo semi desnudo, pero nunca me mostró su rostro, pues es algo que Amy nunca hace. Le hice saber de mis dudas, pues si voy a pagar este dinero, quiero estar satisfecho en todos los aspectos. Ella reforzó mi confianza diciéndome lo siguiente:

-Si te gusta mi rostro, te gustará también ella… es más, Amy cobra más que yo, pues solo tiene apenas 20 años y lo está haciendo porque me debe unos favores a mí y sí en caso no te llegara a gustar, solo dile que lo sientes mucho, que no es de tu gusto: dudo que eso pase. -Me dijo.

La verdad que no se equivocaba: ¿Quién enviaría de regreso o no quisiese coger con Amy? Parecía una diva del cine asiático… la verdad que estaba totalmente impresionado cuando la vi bajar de su auto. Ojos alargados oscuros típicos de una chica asiática con un maquillaje impecable. Esa fue parte de su excusa por llegar tarde y la otra se la adjudicó a su amiga por no ser muy precisa con la hora. Me vi obligado a extenderle algunos cumplidos o algunos piropos y ella me correspondió con el suyo propio:

-Pensé encontrarme con un hombre en sus cincuentas, pero veo que mi amiga me mintió… usted debe estar empezando su cuarta década. -Me decía.

Llevaba una pequeña maleta como si fuese a quedarse ese día, pero luego descubrí una serie se sorpresas que guardaba en ella. Quedaba sorprendida con mi casa y sus jardines y le había gustado la vista desde mi balcón de donde se puede apreciar el patio trasero, un río y su bosque.

Caminamos por los alrededores para sentirnos confortables el uno con el otro y de esa manera había transcurrido la primera media hora, conociéndonos y haciendo plática. De repente me hizo la pregunta:

-¿Qué le parezco, le soy de su agrado?

Le respondí con un gozoso “Si” y mientras le dejaba a solas en la sala, me fui por el dinero acordado y no le desconté los $200.00, le di los $1200.00 originalmente acordados por las seis horas. Ella le dio una vista al sobre y con una dulce sonrisa me dijo lo siguiente:

-¡Ok, su tiempo comienza desde ahora y todo está incluido, con la excepción de que yo no hago sadomasoquismo, de ahí todo lo demás es posible!

Estábamos en una de las salas sentados en un sofá y se me acercó y con una voz muy sensual donde pude disfrutar de su perfume y olor de su aliento y su piel me dijo al oído:

-¿Qué le pasa por esa mente que hagamos señor Zena?

La verdad que dan ganas en írsele encima a una chica tan bella y sensual como esta. Ya había visto su cuerpo semi desnudo con solo un diminuto bikini y realmente quería sentir esa conchita húmeda y caliente y ver qué tan reducida era, pues es por esta razón que me gustan las chicas petit y las asiáticas en mi experiencia con algún par de ellas en mi pasado, he sentido que han sido las más reducidas en todo. Cuando me hacía aquella pregunta pensaba en llevármela lento, disfrutando de una forma tranquila la belleza de esta linda mujer y le pedí que me hiciera un “strip tease” y que solo se quedara con su prenda íntima y su joyería, pues le enfaticé que quería tener el honor de quitarle su prenda íntima con mis propias manos.

De su maleta sacó uno de esos parlantes con bluetooth y puso algo de música muy de ella, de esa región del mundo que ella me introducía y me invitaba a conocer. Siendo gimnasta, porque según ella todavía lo había practicado en el último año, tiene una rutina muy bien mentalizada y sensualmente comenzó con esos movimientos muy femeninos al ritmo de esa música. Aun vestida, se acercó hacia mi mostrándome su bonito y redondo trasero y se sentaba sobre mis piernas friccionando mi paquete en el proceso. Me mostraba sus bonitos muslos y se desabotonó la parte frontal de su vestido y que me diera en algo el gusto en ver su busto, que realmente eran impresionantes y quería descubrir si eran totalmente naturales.

En sus fotos los muestra desnudos y se miran tan perfectos y solidos que dan la impresión de que tienen el trabajo de algún cirujano y al igual que sus glúteos, son pequeños pero puntiagudos que hacen una linda curvilínea si se le mira de perfil, pues su cintura es tan delgada y es por eso por lo que sus caderas se miran impresionantes, aunque ella sea una chica petit. Proporcionalmente su físico es perfecto, pero nunca imaginé que ese lindo y sensual rostro fuera parte de un perfecto paquete. No podría dejar de hablar de sus muslos, pues que se puede esperar de una gimnasta, tiene unos muslos más pronunciados que la típica asiática y realmente deseo tocarlos cuando Amy me los muestra aun vistiendo su vestido turquesa y llevando todavía sus pantimedias.

Comenzó otra melodía y ya en esta me mostró más de su piel, las pantimedias las removió donde apenas pude ver un diminuto bikini color azul marino. Su vestido no requiere llevar sostén, así que en un movimiento me muestra esos dos precioso melones y me los pone en la cara y los acaricio por primera vez. Ella se ha apretado sus pezones y estos me los muestra erectos y los inspecciono ligeramente y en ese primer contacto se sienten sólidos y no puedo ver ninguna cicatriz, pero sigo dudando si son naturales. He metido mis manos entre su vestido para sentir sus muslos y sus nalgas y definitivamente se sienten que son de una atleta.

Ella se separa coquetamente y vuelve al centro de la sala y se remueve totalmente su vestido y solo queda con sus zapatos de tacón alto, su collar y pulseras con sus diamantes que irradian ese brillo profundo y también descubro ese arete o piedra en su ombligo, un tatuaje de un colibrí que parcialmente veo entre su ombligo y su conchita, pues todavía lleva ese diminuto bikini que deseo yo remover, también descubro otro colibrí a un lado de su glúteo derecho y unas letras del alfabeto latino en malayo en su espalda baja o donde comienza ese camino a la gloria que Amy posteriormente me traduce y dice con un sonrisa maliciosa:

-Significa: ¡Disfrútalo!

Por más está decir que mi verga comenzó a gotear ese líquido pre seminal y a crecer entre mis entrepiernas pues esta chica me está excitando. Ahí la tenía frente a mí, moviendo su cola, insinuándome sus pechos y realmente esta pequeña mujer es hermosa, es linda y su coquetería se le da al natural pues, aunque sus labios son delgados, ese color rojo le da un no sé qué, que dan ganas de comerlos y gozarlos. La música continúa y se acerca a mi sobre el sofá, se sienta sobre mis piernas frente a frente y me llega a susurrar al oído mientras me acaricia la oreja con su lengua:

-Eres un hombre muy guapo y elegante, yo también quiero ver algo de ti. -me dijo.

Cuando Amy me vio al llegar a casa, lo primero que le impresionó fue mi altura, pues lo único que conocía de mí fue una foto que le envié a su amiga por correo electrónico. No sabía nada más de mí y ahora estaba semi desnuda sobre mis rodillas friccionando mi paquete que estaba aprisionado entre mi prenda íntima estilo bikini de color negro semi transparente. Literalmente se me puede ver la verga y muchas chicas me han dicho que les gusta verme usando este tipo de ropa interior, pues les excita verme la verga entre esta tela trasluciente. Les creo, pues sé que Johana y Diana no me mentirían y en los últimos dos años los he comenzado a usar, especialmente cuando sé que habrá acción de este tipo. Amy me asiste en removerme la camisa deportiva y comienza a besar mi cuello, mis lóbulos, los pectorales y se dobla para alcanzar con sus dos pequeños labios las tetillas. Obviamente esto hace que mi verga tome más volumen y creo que Amy comienza a sentir esos efectos cuando roza su conchita sobre mis pantalones.

Se pone de pie y me pide que levante mi pelvis del sofá para ella poderme remover los pantalones. Me remueve el cinto primero, luego los zapatos y luego abajo mis pantalones y Amy puede ver mi paquete, el cual creo que le sorprende pues, aunque la tela lo aprieta, este se ha levantado lo suficiente para causar una inquieta impresión:

-¡Eres grande, tienes una verga hermosa y muy grande! -Me dijo admirada subiendo los músculos de su sien. También fue cuando me dijo:- Me puedes llevar a tu habitación? ¡Creo que estaremos más cómodos!

Me he levantado y la he tomado entre mis brazos a esta pequeña chica y la he llevado cargando hasta el segundo piso hacia mi habitación. Ya Amy me lo había dicho, le había gustado toda mi casa y más que todo la vista desde mi cuarto y el balcón frente a él.

Verdaderamente estas chicas asiáticas saben muy bien a lo que se dedican. Desde que la pose en la cama, Amy se dedicó a darme placer de una y mil formas. Me dio un masaje relajante con sus manos, con sus pies y piernas, con su boca, con sus preciosas nalgas, con su rica y diminuta conchita, aunque este último masaje tuvo que esperar hasta que le removiera su diminuto bikini azul. Sabe lo que hace, no tuve que pedirle nada, ella lo iba intuyendo y me iba complaciendo a una perfecta medida. Con sus pechos masajeó mis pectorales mis espaldas, mis entrepiernas y mi erecto falo. De una manera muy delicada comenzó una felación divina que tomó cierto tiempo para que se convirtiera en una mamada más agresiva.

Amy maneja muy bien los tiempos y las expectativas de su cliente. Me mamó la verga de diferentes ángulos con la misión que me diera gusto de ver esas escenas de cómo me causaba placer. Incluso aun todavía con su bikini, se puso en posición de 69, ella sobre mí, dejándome ver sus ricas nalgas y ver como ella misma llenaba su bikini de sus jugos vaginales. Fue un gusto verla a ella también excitada, literalmente tenía bien mojado su bikini. Fue en esa posición que le pregunté por esas letras latinas que llevaba arriba de sus nalgas y su significado:

-¡Disfrútalo! -me dijo.

Pensé que no me había entendido, pero ella me corroboró que ese era el significado. De antesala me dio una rica mamada en los testículos y literalmente me comió el culo como quiso. Ella es una experta en esto y en esa maleta que llevaba, de ahí sacó toallas para ir limpiándose o limpiando en todo ese masaje. Llegó el momento de comerme a esta niña y sí ella no me hizo correr en esa media hora de eróticos masajes, es debido a que Amy sabe manejar los tiempos y que yo tengo 53 años, y tengo también experiencia en estos trotes.

Comencé a acariciar su cuello, a estimular sus lóbulos. Le pedí que se quedara puesta con toda su joyería que después me di cuenta de que eran unos 80 mil dólares en diamantes. Su piel se erizaba y Amy comenzaba a jadear tiernamente. Llegué a sus pechos perfectos… se sentían sólidos, con unos pezones de color miel y sabían cómo miel. Los mamé, mordisqué en todo su entorno y nunca logré encontrar evidencias de alguna cirugía. La verdad estaba sorprendido y no le pregunté, pues me parece algo muy personal, privado, aunque sea una chica de alquiler. Le acaricio su abdomen plano, perfecto y le lengüeteo su ombligo a placer y nuevamente los gemidos se elevan. Ella sabe que me dirijo a la fruta prohibida y me asiste subiendo su pelvis para que le despoje de su bikini azul. Estaba totalmente mojado y veo esos jugos espesos haciendo un hilo como si fuese tela de araña cuando se los he quitado. Me doy gusto con lo que veo: una pequeña conchita, con un clítoris expuesto y que brilla de lo mojado que está toda aquella zona. Veo completamente su tatuaje del colibrí y también veo que en su monte venus ha dejado un pequeño arbusto de vellos negros y espesos. Delicadamente bien recortado, aquello parece una pirámide o triangulo a la inversa.

Comencé a lamer su entrepierna y toda esa zona del monte venus regresando a su ombligo. Solo escucho los jadeos y gemidos de placer de esta linda chica asiática. Sé que lo está gozando, conozco esa mirada y es brillar en los ojos cuando una chica está hirviendo del placer. Me dejo su conchita para lo último, así que me dedico a besar su zona del perineo, pues como dije, esta chica sabe lo que uno quiere y busca y ella me eleva las piernas para que yo tenga acceso a lo que yo quiero. En esa posición le he dado algunos besos en las nalgas y uno que otro en su ojete. Veo como lo contrae, y escucho esos gemidos de placer nuevamente. Siento ese olor que me atrae… ¡Que rico es comerse una conchita fresca!

Creo que la conchita de Amy es la panocha más pequeña que he visto por mucho. Del clítoris hacia abajo, quizá haya una distancia de unos seis centímetros a lo máximo. Realmente esto me había impresionado y realmente excitado. Esta chica tiene una de las conchitas más excitantes que he visto y probado. La verdad que me dediqué a chuparle esa rica concha por unos 20 minutos donde la hice vivir algún par de orgasmos. Esta chica gime, jadea y me doy cuenta de sus orgasmos porque tensa los muslos de sus piernas y por sus expresiones eróticas en su rostro. Ella intuye mis deseos y se coordina conmigo y en esa posición donde le he estado dando sexo oral, así la dejo acostada sobre sus espaldas y subo a mamarle los pechos y aprovecho de tocar esa pequeña concha y poco a poco le voy metiendo uno de mis dedos. Su vagina se siente apretada, súper apretada y solo porque conozco algo de anatomía sé que ella podrá con mis 22 centímetros de mi verga y su grosor de unos 4.5 centímetros o circunferencia de 10.5.

Puse a Amy con su absoluta disposición en esa posición de “la profunda” la cual consiste en algo así como el misionero, pero con las piernas de Amy apoyándose en mi pecho. Le sobé por unos minutos el clítoris a Amy con mi glande que solo me miraba el rostro para luego fijar sus lindos ojos oscuros llenos de erotismo, de cómo mi glande le frotaba su clítoris. Esto le habrá excitado enormemente que no me lo pidió con su voz, me lo dijo con su mirada. Mi glande desapareció entre esos labios delgados de su concha y lentamente mi verga desapareció en sus 22 centímetros hasta que mis testículos golpearon sus nalgas. Amy creo que gimió de placer profundamente y yo solo sentí esas paredes de su vagina que exageradamente me apretaban el falo. La comencé a pompear con un ritmo semi lento y me anuncio su próximo orgasmo tomando con sus manos mi cintura, las cuales después se llevó para apretarse los pezones de sus lindos pechos. Se los mamé como pude y la pompeé para alargar el efecto de su orgasmo y pude ver su frente con una especie de rocío de su sudor. Solo gemía diciéndome:

-¡Que rico coges!

Recuerdo que le di una embestida más violenta que me hizo que le dejara ir mi primera corrida del día.

Le llené su pequeño agujero y donde antes que le sacara mi verga todavía semi erecta, ya buena parte de ese contenido blanco yacía por sobre las sabanas de mi cama. Le saqué mi verga la cual se puso flácida con los minutos y Amy se dedicó a mamármela en esa condición. Nos fuimos a tomar una ducha, donde le ayudé a remover su lindo collar y las pulseras que llevaba puestas. Es ahí donde realmente me doy cuenta de que son diamantes reales y no vidrios brillantes. No soy un experto en joyas, pero mi cálculo eran unos 80 mil dólares en diamantes que le daban un toque sensual a esta pequeña mujer. Como no quise cambiar las sabanas, nos fuimos hacia el balcón donde tengo una silla reclinable para dos, que tiene un colchón y solo le pusimos unas toallas playeras encima. En esta ocasión Amy se fue por sobre mí y comenzó con una nueva y excitante felación. Es una delicia ver como esta chica intenta meterse toda mi verga en esa bonita boca. Tiene buena técnica y se mira muy sensual con esa linda carita mamando.

Debo mencionar que cuando salimos de la ducha, Amy se roció con un perfume delicioso y se llevó su maleta cerca de donde estaba la silla. Al principio pensé que me tenía desconfianza con su joyería, pero luego ella me respondía a mi interrogación interna. En aquella maleta además de llevar más ropa, llevaba juguetes sexuales, lociones, lubricantes. Después de una mamada más corta, Amy se puso frente a mi dándome el trasero en esa posición que algunos conocen como la “cucharita”. Fue de aquella manera como me entregó su rico y espectacular trasero. Pensé por un momento que se negaría a hacerlo, pues muchas chicas al ver el tamaño de mi verga y su grosor más que todo, como que dudan y les da miedo según me han contado ellas mismas. Amy es toda un profesional del sexo que no hubo discusión de nada, ella sabía que lo deseaba y de esa manera sutil me lo entregaba. Me ofreció su trasero y ni tan siquiera se puso nada de lubricante. Ella sabía que mi verga producía enorme cantidad de lubricante que era cuestión de algunos minutos y de hablarme eróticamente para que se escuchara ese chasquido que producía mi verga entre sus dos ricas nalgas.

-Sabes Tony, tienes una hermosa verga que realmente excita a cualquier mujer. Quiero sentirla en todas partes de mi cuerpo y quiero que con ella le des gusto a mi culito que realmente está desesperado por probarla. ¿Deseas follarme el culo Tony?

-Si Amy… deseo estar adentro de ese rico culo que tienes.

-¿Lo disfrutarás?

-¡Eso es lo que indican esas letras! ¿Verdad?

-Disfrútalo, Tony y quiero que me lo hagas gozar a mí también.

La verdad que esta chica sabe lo que hace y cuando y como lo hace. Como dije, mi verga masajeaba ese canal de sus nalgas que, en término de unos pocos minutos, se deslizaba haciendo ese chasquido erótico. Levantó su pierna y la apoyó contra mi rodilla. Su mano apareció por debajo y tomando mi pene se lo llevó apuntando con mi glande la entrada de ese rico culo. En eso pasó por otros minutos empujando mi glande y dilatando su esfínter en el proceso. Realmente pensé que se echaría hacia atrás y desistir, pues ese ojete si que apretaba y rechazaba la entrada. Pero bien dicen que la gota de agua rompe una roca por su constancia y persistencia y Amy era eso, como esa gota de agua que de repente sentí que su ojete me apretó con su anillo mi glande y se tomó su tiempo para que su culo asimilara mi grosor. En esa posición también toqué su conchita y esta estaba emanando tanto liquido vaginal que me dio esa seguridad, que esta chica no lo hacía porque simplemente uno le pagaba para hacerlo, tengo la certeza que ella gozaba con todo aquello. Con los minutos mi verga estaba en su totalidad en su apretado culo y pensé como sentía esa sensación de cómo apretaba su vagina, ahora imagínense de cómo se sentía su rico culo.

En esa posición, de su maleta sacó un pequeño vibrador. No muy grueso ni tampoco tan grande… quizá de unos 10 centímetros. Lo echó a vibrar y en esa posición comenzó a masturbarse su conchita mientras le tenía sembrado mi falo en su rico culo. Yo no me movía mucho, pues era impresionante su presión en mi falo, que pensé que le podía causar algún daño. Fue Amy quien comenzó con un vaivén semi lento y eso me dio un poco de confianza en comenzar a mover mi pelvis con el mismo ritmo. De repente sentí ese vibrar de su juguetito, pues ahora tenía mi verga en su culo y su vibrador adentro de su conchita. ¡Que rica esa sensación! Y que rica sensación debió experimentar esta linda asiática que de repente sacudió sus caderas logrando un intenso orgasmo que se lo intensifiqué con una embestida un poco más violenta. Se ríe y me dice en forma de broma:

-Tony, coges tan rico que quizá voy a ser yo quien terminará pagando por tan rica cogida. ¡Me has hecho correr 5 veces ya!

La verdad que oír eso me encantó. Obviamente le llena el ego de cualquier hombre, aunque eso de pagarme a mí, era una falacia o una verdadera fantasía. Cambiamos de posición y analmente hicimos en esa misma silla reclinable, la posición de la “plancha”, la cual es una versión de perrito, pero la mujer se acuesta sobre sus pechos solo elevando un poco el trasero. De esa manera esta chica se volvió a ir después de una embestida de unos minutos. Esta vez me lo anunció con sus gemidos y jadeos y pude sentir como sus nalgas temblaban sin control. Igual ocurrió cuando la puse de perrito y diez minutos después me comenzó a cantar su próxima corrida. Esta vez se sonríe y me dice:

-¿No te puedes correr?

Ya había pasado más de una hora después de la ducha, pero mis contemporáneos deben identificarse conmigo, pues para un hombre que cumple sus 53 años, no solo tenemos mejor control de la eyaculación, y eso se debe no solo a la experiencia, sino que anatómicamente ya no producimos las mismas cantidades de esperma y, por ende, no conllevamos la misma presión. Mi respuesta a Amy fue que lo estaba disfrutando, pero la verdad que, si le dejaba ir el segundo, pasarían algunos minutos o una hora para poderme recuperar. Soy honesto, no tengo la habilidad de recuperación de un adolescente, pero a mi favor, tengo el vigor de un hombre mayor saludable.

Hicimos algunas otras posiciones hasta que Amy me invita a lo que ella le dio un nombre asiático difícil para mí de pronunciar, pero que algunos han de conocer como “Ojos al cielo” y consiste en que Amy se acuesta sobre mi dándome sus nalgas, ella apoya sus piernas sobre mis rodillas y en ocasiones eleva sus piernas verticalmente y siempre analmente, en esa posición acostados, ella por sobre mí, le taladreo ese rico culo y ella vuelve a alcanzar otro orgasmo y me hace acabar a mi nuevamente y esta vez le lleno el culo con mi leche. La eyaculación fue tan rica que hizo que me temblaran las piernas y eso pocas veces me ha ocurrido.

Tomamos un pequeño descanso donde platicamos gratamente por una hora, fue cuando cambiamos de idioma, pues esta chica de Malasia también ha vivido en Barcelona y habla muy bien el español y no lo había hecho antes, pues ella no lo sabía y lo descubrió hasta que mi hermana me llamó y aunque Kashira es persa, ella habla mejor el español que yo.

Era el día de mi cumpleaños y mi hermana me comunicaba que se haría la misma fiesta de otros años, pues con este covid-19 solo vendrían a cenar los amigos más cercanos y me dio una cuenta de unos 8. En ese receso Amy solo vestía un nuevo bikini de color rosa. Se miraba espectacular y de esa manera caminó por todos los cuartos de la casa, excepto los del sótano, pues ahí es el paraíso privado de mi hermana. Realmente me había dejado boquiabierta de cómo había manejado analmente mi falo. Me pidió que se lo hiciera en la piscina, pues ella nunca lo había hecho en una piscina.

Nos fuimos a la piscina y ella sobre mi en las gradas en posición de “flor de loto” que consiste que Amy se sienta frente a mí y yo penetrándola por la conchita. Esta chica es multiorgásmica, pues así me dijo que se había ido dos veces seguidas y sin mucho movimiento. Le creí, pues su vagina se contrae más de lo usual cuando experimenta un orgasmo. Ya había vivido algunos con ella y ya en la tercera hora sabía cómo su cuerpo reaccionaba. En la piscina al aire libre me dio otra rica felación. Quería volver a cogerme su culo, pues esa sensación de lo apretado que lo tiene, esa una sensación que quiero repetir.

Nuevamente en la habitación analmente me la cogí en posición de la vaquera, ella montándome. Lo hizo de frente donde me di gusto mamando sus lindos melones redondos, pero a la inversa, esta chica tiene una buenas piernas que es impresionante su aguante de cómo flexionaba sus rodillas para darme tremendo sentones dejándome ver como mi verga se hundía y desaparecía en su rico culo. Esa exquisita escena me llevó a mi tercera corrida y aunque no era la más abundante, fue quizá la más rica. Sentí un choque eléctrico recorriéndome desde la columna hasta los dedos de los pies. ¡Realmente delicioso ese orgasmo! Amy me acompañó en esta corrida y podía notar esas gotas de sudor en su frente y parte de su espalda. Nos volvimos a bañar, tomar un descanso y donde nos sorprendió la última hora del contrato.

Eran ya las cuatro de la tarde y Amy me la volvió a parar y esta vez no me hacía una felación, ella se masturbaba con un vibrador y me dejaba ver ese espectáculo. Sus expresiones, sus gemidos me hicieron regresar al ruedo y penetrarle esa rica concha que tiene. En esta ocasión sentía la vibración en su rica y estrecha concha, porque tenía el vibrador en su rico culo. Un tanto incomodo porque algunas veces debía de sostenerle el vibrador pues su ojete lo expulsaba por la presión que ejerce. La puse de perrito sobre la cama y con mi verga en su concha y con su vibrador en el culo, de esa manera Amy volvió a alcanzar otro orgasmo y cuyos gemidos y jadeos me hicieron llegar a mi cuarta corrida.

Faltaban quizá unos veinte minutos para que terminara mi tiempo, pero la invité a unos bocadillos y a un refresco para recuperar energías. Se había bañado y maquillado nuevamente y esta vez tenía puesto un vestido blanco del cual le ayudé a subir su cierra por la espalda. Como el otro, no requería sostén. Esta vez no llevaba pantimedias y solo se puso unas sandalias casuales y toda su joyería. Me regaló algunos cuantos besos en la plática y de repente me mostró ese bikini azul con el que había llegado y me lo puso en mi mano diciendo.

-Toma, para que lo tengas de recuerdo… créeme que me gustaría quedarme un poco más, pero me has dado tremenda follada (esa palabra ocupó) que tengo las piernas acalambradas.

Salió vistiendo ese bonito vestido blanco, se subió a su auto de lujo y me arrojó un beso diciendo:

-¡Tienes una hermosa polla Tony, que alguno de estos días te llamo para ver cuánto me cuesta una rica cogida! -me parpadeó coquetamente y desapareció de mi vista.

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