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Cita con la psicóloga

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Trataré de ser breve, todo empezó cuando conocí a la hija de la dueña de un inmueble donde yo trabajo. Ella una chica contemporánea a mi edad, de cuerpo delgado, pequeña, atractiva y sobre todo de perfil bajo en todos los aspectos, me refiero a su demonio sexual dormido que llevaba por dentro.

Todo empieza cuando me pide una cita para con la psicóloga de mi trabajo y esta se encontraba ocupada, así que la invite a esperar en mi oficina y empezamos hablar de distintos temas y sin querer llegamos hablar de las relaciones amorosas y que esto era el motivo de la visita con la psicóloga ya que tenía problemas con su pareja.

Sin querer se nos pasó el tiempo conversando y la psicóloga se retiró y nos quedamos solos, intercambiamos números y en eso me nace la malicia de querer ahondar en la conversación y llevar la conversación al tema más sexual, al cual sin querer le atine como posible problema en su relación de pareja.

Al principio ella un poco cohibida y tímida me hablaba con mucho respeto y a la vez algo temerosa, ya que, de pasar hacer un extraño, se creó una confianza como para hablar de estos temas, tal es así que yo le empiezo a dar sugerencias de como encender el deseo sexual para con su pareja. Ideas que iban desde ver películas xxx, lencería sexy, juguetes sexuales y de diferentes posiciones para la alcoba, cosas que a ella sonrojaban pero que para mí eran normal.

Parte de los tips fue empezar a realizar texting y luego subirlo a sexting, pero ella me indicaba que su pareja no era participe a este tipo de juegos, así que no me quedo mejor idea que decirle que practicara conmigo. Un día x, por la tarde le escribí y le dije que hoy empezaríamos con las practicas, así que yo empecé el texting cuando ella se encontraba viajando en el transporte urbano y le empezaba a describir situaciones que podían suscitarse si yo estuviese a su lado, para lo cual ella me respondía de manera cándida y sutil que le estaba gustando. Ya con eso el texting se convirtió a sexting y le empecé a mandar fotos de lo que le haría si la tuviese en mi oficina, a lo que ella me respondió… que se sentía rara, que se sentía acalorada y que sentía como que algo le recorría su cuerpo y le humedecía las entrepiernas.

Para todo esto, estaba aún en verano, así que le pedí que apenas llegue a su casa fuese y se cambiara de ropa y que vaya a mi oficina con un vestido corto y sin ropa interior, a lo cual no se negó. Y le dije dejare la puerta entre abierta, solo pasa y no te preocupes, yo me encargo de todo.

Así fue como ella llego a mi oficina y apenas cruzo la puerta, estando ella de espaldas, me le acercó y le susurró al oído!! hasta que llegaste, hoy te cogeré como no lo hace tu marido, en eso deslizo mi mano entre sus piernas y logro confirmar que no llevaba ropa interior y a la vez confirmo como esos labios estaban empapados por ese jugo que emanaban de su suave y deliciosa concha, la cual empecé a frotar y masajear, haciendo que escape un gemido rico y placentero para mis oídos. Con la otra mano agarraba sus senos, los cuales estaban duros y con los pezones que parecían que iban a reventar.

Así que sin pensarlo mucho la gire, me arrodille ante ella y le empecé a chupar de manera desenfrenada toda esa delicia de concha, empecé metiendo mi lengua, succione su clítoris y seguía bebiendo los jugos que se salían dentro de ella. Al escuchar que empieza a gemir más fuerte, le escupo la vagina y le introduzco dos dedos, provocando que sus piernas empiecen a temblar, lo hago una y otra vez hasta sentir que con eso se vino. Así que ahora es mi turno la jalo del cabello y la obligo arrodillarse, ella con deseos demás, saco mi pinga que estaba dura como piedra y se lo pongo en la boca, a lo cual ella con tal hambre, empieza a succionar y empapar con su saliva, lo hacía también, que sentía que en cualquier momento podría reventar y sobretodo que se lo introducía y de una manera tan lujuriosa que no aguante más y la levante, la pude de contra a la pared y la empecé a embestir con una fuerza que sus gemidos se transformaron en gritos, yo la bombeaba una y otra vez a tal punto que sentía que ya salía la primera ola de leche, así que la gire la puse de rodillas y le llene de leche toda su boca a lo cual ella entendió y empezó a mamar y tragarse todo lo que me salía.

Era tanta nuestra arrechura que ella siguió chupándome la pinga a tal punto de dejármela al 100% para después yo cargarla encima de mío, subirla y hacerla que se moje y se venga una vez más. Así la pasamos un rato, hasta que sentí sus nalgas firmes y duras y se me dio por querer penetrarla y sin pensarlo de una la baje, me tire al piso y pedí que se siente encima mío, la volví a penetrar con mi pinga entre sus labios húmedos y con dedos dentro de su culo, algo que ella no me negó y así estuvimos un rato para después sacar mi pinga y metérsela por ese culo estrecho y apretado. Sus gemidos y gritos, asían que me mueva mas rápido y mas fuerte, cosa que en unos instantes logre soltar otra descarga de leche y ella termino con sus piernas temblando y con una cara de éxtasis total.

Terminamos de vestirnos y de manera dulce y picara le dije “nos vemos en la siguiente consulta”.

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