MI historia comienza como muchas otras con ciertos tópicos comunes que parecerían que son un cliché.
Recuerdo bien ese día, era un viernes como cualquier otro, apure los pendientes de la oficina para irme a mi casa y trabajar desde allá.
Mi esposa Vero saldría con su amiga a comer por lo que no la esperaba hasta la noche, mi plan era llegar y estar tranquilo haciendo mis cosas sin nadie que me molestara, tal vez hasta tendría tiempo de ver un poco de porno en la pantalla de la sala.
Vivimos en una casa que fue adaptada por lo que solo es son dos casas amplias como si fueran departamentos, una frente al otra, compartimos un jardín en la parte trasera con los vecinos y entre ellos y nosotros hemos planeado poner una piscina, pero eso es otra historia.
Entre a mi casa sin preocupación y lo primero que me llamo la atención fue el bolso de mi mujer sobre una mesita, “¿ya ha regresado?, no fue a trabajar o aún no se va?” temí que mis planes se arruinaran, pero me fijé en algo más, un saco sobre el sillón.
Sabía lo que me esperaba, me quité los zapatos para que no hacer ruido y subí despacio las escaleras hacia la habitación, iba la mitad y sus gemidos ya los escucha perfectamente “a que cabrona” fue lo primero que pensé mientras seguía subiendo. Mi primer impulso fue entrar y hacer un escándalo, pero a pesar de todo iba calmado y me asome un poco por la puerta.
MI mujer estaba sobre alguien que no veía, lo montaba con ganas, las manos de su amante apretándole una teta y ella gemía y decía algo que no alcance a entender. Llegue tarde al espectáculo porque al poco tiempo ella se quitó para darle una mamada, se la tragaba completa y su cabeza subía y bajaba como desesperada “ni a mí me hace eso”. Me quede mirando como mi esposa, con la que tenía sexo monótono, estaba tragándose otra verga como actriz porno. Tuve que quitarme de la puerta porque ella se movió, pero solo fue para cambiar de posición, ahora ella tenía el culo hacia mí, por lo me tapo la vista, pero escuchaba los ruidos y las arcadas que hacía con boca.
Desconocido: así putita, trágatela toda ¿te gusta más que la de tu marido? Porque se ve que te falta verga.
Vero: no te engañes, la de mi marido me gusta más. – y escuche nuevamente como se la volvía a chupar.
Desconocido: te voy a dar por el culo.
Vero: no, por el culo no.
Automáticamente mi mirada se dirigió hacia su cadera. No tiene un cuerpo de modelo de esos esculturales, pero para mí seguía siendo uno de sus atractivos, aunque, ¿hace cuanto no la ponía yo en 4? ¿hace cuanto no me hacia una mamada a mí? ¿Es más, hace cuanto no le hacia una yo a ella? Ni siquiera me había dado cuenta de que se había depilado. jamás se había depilado completamente, normalmente se recortaba el vello, pero nunca completo.
Me quite de la puerta, durante pocos segundo me quede pensando que hacer, honestamente no estaba enojado, estaba cachondo y tenía la verga durísima, como hace mucho no la tenia.
Cuando los hombres estamos calientes no pensamos, así que solo me deje llevar, rápidamente me quite la ropa y entre en la habitación, Vero estaba tan concentrada que no noto mi presencia, su amante tenia los ojos cerrados. La tomé fuerte por la cadera y sin darle tiempo a nada se la metí de golpe. Mi esposa dio un grito, creo que mas fue por la sorpresa, se quiso quitar, pero la sujeté más fuerte y no se lo permití, Me miro abriendo los ojos totalmente, tenía la boca abierta y le temblaba, con una expresión de pánico y sus labios movían, pero no decía nada.
Sigue mamando – le dije con un tono de voz irreconocible para mí, que sonó como una orden.
Desconocido: ¿y este quién es?
-Mi marido -contesto ella sin apartar sus ojos de mí. Sus propias palabras parecieron hacerla reaccionar y su mirada cambio a una que nunca había visto, de lujuria. Dibujo media sonrisa y volvió a meterse la verga de su amante a la boca
Desconocido: ya lo escuchaste – la tomo de la cabeza presionandola contra él, haciendo que se la tragara toda mientras yo la cogía con fuerza rebotando en sus nalgas.
MI mujer gemía cada vez más fuerte, solo dejaba de gemir cuando tenía una arcada, mamaba la verga de su amante disfrutando de lo que hacia.
Vero: así cabron cógeme con ganas– mi única respuesta fue darle una nalgada que sonó por toda la habitación provocándole un gemido mas fuerte. -así, así, dame más – estiré un brazo y ahora fui yo quien presiono su cabeza contra su amante, la solté hasta que manoteo porque necesitaba respirar.
– súbete en él, cógetelo de nuevo.
Se acomodo sobre su amante, yo le puse mi verga enfrente y también la metió completa a la boca mirándome. El otro tipo no decía nada, disfrutaba la cogida, le pellizcaba las tetas, se las golpeaba con la palma de la mano, a lo que ella solo indicaba que sí con un sonido de su garganta.
No podía creer su forma en que me la chupaba, me hubiera quedado hasta correrme en su boca, pero mi objetivo era otro, me aparte y aunque quería impedírmelo me quite, fui por el bote de crema y me lo unte en toda la verga y en su culo, “seré yo quien te la meta por ahí” pensaba mientras mis manos se lo recorrían centrándome en su agujero.
Yo: sujetala fuerte.
-no… eso no…sabes que nunca… -decía casi desesperada queriéndose quitar, pero su amante no la dejaba mover.
-¿querías verga o no? Vero dio un gruñido cuando sintió que le metí apenas la punta.
-no, no, no, sácala, sácala- metí un poco más, sus manos agarraban fuerte las sábanas, ya tenía la mitad adentro.
– HAY NO MAMES!!! – me decía casi gritando, pero ya no intentaba quitarse. Me quede quieto, sentía como presionaba la otra verga metida en la concha, ella dejo de quejarse y sus gemidos ya eran de gusto, por lo que volví a presionar para meterla mas.
-ay dios, ay dios-respiraba fuerte, se recostó sobre el pecho de su amante y su cuerpo comenzó a temblar
-métela toda, YAA! – se la di con empujón, arqueo la espalda dando un gemido ronco y seguía temblando por el orgasmo.
No pudo más, se dejo caer sobre su amante, pero ni él ni yo íbamos a darle descanso, nos movíamos lento hasta que logramos tomar ritmo, mis embestidas la presionaban contra él, Vero estaba inmóvil dejando cogerse por los dos, lo apretado de su culo me hicieron aguantar poco, le abrí las nalgas con las manos y se la metí toda, empujando más y quedándome quieto para correrme, provocándole otro pequeño grito.
Vi que escurría semen de su culo mezclando con un poco de sangre, seguía inmóvil, su amante se quitó el condón y busco mas.
Desconocido: me toca cogerla por el culo.
Yo: es solo mío.
Me miro y asintió, nos quedamos los tres en silencio, ahora se estaba volviendo incomodo el momento, saco un cigarro y le pedí uno, aunque hacía años que dejé de fumar ahora lo necesitaba, mi esposa poco a poco se recuperaba y nos miraba a los dos sin saber que hacer.
-es hora de que te vayas.
Desconocido: si, entiendo, por eso me dijiste que sería la despedida. Estaba planeado todo, era una fantasía que querían cumplir y fui yo el afortunado, gracias por eso – me miro- Vero es increíble.
Termino de vestirse y se fue, Vero y yo nos quedamos solos en silencio, estaba sentada con la mirada hacia abajo, el pelo le cubría el rostro, ni ella se atrevía a verme, ni yo a decir algo.
Dándose valor se levantó dando un suspiro.
-¿Tengo que darme un baño… -trago saliva -vienes?
-Te alcanzo en un momento. Pero primero lávate la boca- soltó una carcajada por mi ocurrencia y eso ayudo a aliviar la tensión, la vi entrar en el baño y me quedé ordenando mi cabeza.
Pocos minutos después entre en la ducha, me recibió con un beso abrazándome del cuello, “¿hace cuanto no nos bañamos juntos?” volvían los pensamientos a mi mente, es cierto que caímos en la monotonía, aunque nunca fuimos una pareja de sexo desenfrenado pasamos de hacerlo diario a solo tenerlo cada tres o cuatro días, “el reglamentario” y a dormir.
Pero esta vez era distinto, la forma de besarnos, de recorrerle el cuello y los hombros con mis labios, de morder sus tetas, con una cachondearía que no habíamos tenido antes.
Sin que yo se lo pidiera se hinco, tomo mi verga con la mano y volvió a chupármela, la recorrió con la lengua desde la base hasta la punta, succiono una de mis bolas.
-a partir de hoy te rasuras esto- me dijo con una sonrisa y volvió a usar la boca hasta que se me puso dura de nuevo, se levantó y la coloque de cara contra la pared recargando mi pecho en su espalda.
-por fin te cogí el culo – le susurre al oído y ella levanto la cadera un poco.
-aquí lo tienes, me porte mal. Castígame.
Volvimos a coger en la ducha y terminamos en la cama, hasta me pidió que me corriera en su boca tragándoselo todo.
Ya era de noche, pero no supe la hora, ni si quiera tenía la mínima por ver el reloj, estábamos acostado, su cabeza recargada en mi pecho y volvía el silencio.
-¿cuántas veces? Le pregunte sin saber si estaba preparado para la respuesta.
Ella se incorporo un poco para mirarme a los ojos -solo fueron dos, te lo juro.
-¿hubo alguien más?
-no, solo fue él y esta era la última vez que nos veríamos… créeme, te juro que es verdad… te amo.
Limpie las lágrimas de su rostro.
-por ahora estoy muerto, vamos a dormir.
Nos acomodamos “de cucharita”, otra vez los pensamientos, ¿hace cuanto no dormíamos desnudos y abrazados?
No sabía hasta donde podía reclamarle algo, es cierto que la encontré con otro, pero yo aproveche la situación, además paso de ser una mujer con muchos complejos sexuales a una mujer cachonda y lujuriosa… pero que ¿Qué paso para que tuviera ese cambio?, mi mente divagaba en esos pensamientos hasta que me que dormido.
No supe cuánto tiempo dormí, pero algo me hizo despertar poco a poco, me sentía descansado y aún no había amanecido, pero eso era lo menos importante, mi mujer estaba frente a mi dándome una mamada mañanera.
Como cambian las cosas.
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Si te diste el tiempo de llegar hasta aqui michas gracias por leerme, no soy un escritor e intento relatarlo de la mejor manera posible, esta historia tiene un mucho de real con un poco de fantasia, pero la historia no termina aqui, aun hay mucho que contar, si les gusto la continuare. Acepto cualquier comentario, critca o sugerencia que tengan para la posible segunda parte.