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Cómo probar por detrás sin mucho trauma

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Aquí os dejo unos consejos que creo os ayudarán si estáis pensando en probar sexo anal.

Hace año y medio probé con un conocido y aunque al principio me costó (física y mentalmente), hoy día seguimos haciéndolo una vez por semana o dos, cuando se puede.

1. Elige bien.

El señor con el que probé tenía 52 años (yo 35), casado y con tres hijas. Lo conozco desde los 10 años, cuando la familia nos mudamos a esa calle. Este hombre, además, es familia política aunque lejana de mi padre. Todo empezó con conversaciones de un supuesto compañero de trabajo de él, que le contaba que se había follado a un chaval. Nos veíamos todos los días y eso sólo lo sacaba muy de vez en cuando. Lo contaba como dando apariencia de "fíjate cómo está el mundo". Un día entro un poco más en detalle y la imagen mental que me creó no me disgustó. Tanta insistencia, precavida, eso sí, me acabó por hacer dudar si me quería decir algo o estaba probando a ver.

Yo por aquél entonces no había pensado seriamente lo de hacerlo con un tío, pero de vez en cuando se me venía a la cabeza. Un día, por probar, le saqué el tema yo por primera vez, también "de broma". Poco a poco, los temas de los que hablábamos fueron desapareciendo y se iban centrando en "el tema". Para entonces creo que los dos queríamos ir un poco más allá pero ninguno se atrevía. Es muy largo de contar, fueron meses, muchos, así que lo resumiré en que un día me dijo que no se lo contara a nadie, pero que le gustaría darle a algún "chaval". Yo me terminé lanzando unos días después y le dije que yo también tenía ganas de que algún "hombre" me diera. Me dijo que qué me parecía probar los dos y yo, con el corazón a mil le dije que estupendo. Pusimos fecha (súper extraña sensación.

Tardé mucho en elegir y decidirme y creo que compensa.

2. Prepárate bien.

No tenía apenas vello pero me lo depilé todo, hasta el último. Unos días antes de la cita empecé a echarme crema en los cachetes para estar lo más suave posible. El día antes me tomé unos sobres para estar limpio por dentro. Compré lubricante (vuestro mejor amigo) e intenté relajarme. Me sentí un poco gilipollas pensando en cómo iba a recibirlo y hasta me miré en el espejo con varios atuendos. Al final decidí ponerme un pijama por aquello de que no habría problema de quitarse zapatos y demás.

3. Es muy raro.

Cuando llegó el día estaba nervioso a tope y cuando llega la hora y suena el timbre, te das cuenta de que un tío viene a follarte, y es una sensación extraña.

4. Supera el momento y quítale hierro al asunto.

Cuando abrí la puerta a él se le notaba nervioso. Yo le dije que me había probado varias cosas y que me había sentido un gilipollas, nos reímos y eso relaja un poco.

5. No habléis demasiado pero si lo importante.

Antes de ponernos a hablar, le dije que si íbamos a la habitación. El me bajó un poco el pantalón del pijama por el camino y yo le sonreí. Al llegar a la habitación me dijo directamente que tenía muchas ganas de llenarme. Eso confirmó que no pensaba utilizar condón y me alegró que no hubiéramos tocado antes ese tema.

Se acercó para besarme y yo le dije que no, que nada de besos ni caricias, que no me gustaba. Se ralló un poco en plan no sé qué hacer y empezó a hablar. No le respondí y le bajé los pantalones y calzoncillos. El tamaño no era muy grande, bastante gorda, pero estándar. Me puse bastante nervioso porque aunque no fuera muy grande, sabía que no iba a caber, y si cabía, iba a doler.

6 Tranquilízate.

En ese momento estuve a punto de anular, pero me dije a mí mismo que no pasaba nada, que ya que había empezado... Así que estuve un buen rato chupándosela para que me diera tiempo a relajarme. Al cabo de un rato, el hombre me dijo que me la quería meter. Me puse a cuatro patas y empezó a intentar meterla (con mucho lubricante). Poco a poco, me pareció una eternidad, por fin entró la punta. Suele, y es buen momento para que pare un poco y tú te relajes. Cuando estuve listo volvió a empujar. Cada centímetro que entra, te da sensación de que es media polla. Al cabo de un buen rato y más lubricante, ya entraba y salía más o menos bien. Después de otro buen rato, el tío ya estaba dando puntazos y follándome casi a placer (cuando me la metía entera todavía dolía demasiado). Yo luchaba por relajarme e intentar disfrutar a pesar del dolor.

Llegó un momento en el que por fin me estaba follando bien y como quería. Para entonces yo tenía los brazos cansados de estar a cuatro patas y puse la cabeza y los hombros en la cama (lo cual hace que el culo esté más en pompa. Parece que eso le gustó porque empezó a dar empujones, me cogió de las caderas, me apretó fuerte y se corrió todo lo dentro y fuerte que pudo. Es curioso como no noté el semen entrando (yo creía que se notaba), sólo tres o cuatro pulsaciones de la polla echándomelo.

7. El post polvo es incómodo.

Y ahí estás tú. A cuatro patas y con la polla de un tío que se acaba de correr en tu culo. Al terminar, él empezó a decir lo que le había gustado y demás pero le dije que no hacía falta. Me la sacó, se limpió, se vistió y se fue.

Yo me quedé echado boca abajo un rato digiriendo la situación y fui a lavarme. Ahí es cuando notas el semen. Te sientas y cuando crees que no te queda más, a los diez minutos te vuelve a chorrear.

8. Repite y experimenta.

Después de año y medio quedan pocas cosas que probar. Hay que dar con lo que os mole a los dos.

Se me ha corrido en todos lados y a mí me gusta dentro, lo que más. Dentro de la boca me gusta, en la cara no me importa. En los cachetes también me gusta. En cambio, no me gusta que me salpique la espalda ni el pecho.

En cuanto a posturas, el misionero no me gusta, hay que abrir mucho las piernas y me resulta incómodo. De lado no me importa, tumbado boca abajo está bien y yo montado encima con el mirándome el culo, lo utilizo cuando quiero controlar y tener la polla más rato y más tranquilo. La que más utilizamos es a cuatro patas, con los tobillos y rodillas juntas y la cabeza apoyada en la cama. En esa postura, un día que le dio por correrse en la nalga derecha, la corrida acabó goteando en la planta del pie y me encantó, no sé porqué tanto.

Hemos probado lo de los tomates para aumentar la cantidad y mejorar el sabor del semen pero no notamos diferencia. Al final es como el venga. A veces sale mucho semen y disparado (lo que más me gusta); y otras veces se derrama.

Unos días me folla en tres minutos y otras veces se recrea. Eso sí, yo siempre termino chupándosela para que no se pierda nada y dejársela limpia.

En fin. Espero haberos ayudado y terminaré diciendo que sí, merece la pena y dejaos de historias raras, si no le haces daño a nadie, adelante.

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