Nuevos relatos publicados: 13

Con la novia de mi mejor amigo

  • 10
  • 28.369
  • 9,27 (11 Val.)
  • 1

Comenzaré diciendo que esta es una historia real y no me enorgullece decir que hice lo que hice, sin embargo no me arrepiento y lo volvería a hacer jajajaja.

Cuando entré al bachillerato tuve muchos enamoramientos, o lo que en ese momento creía que era enamorarse. Cada que veía una chica linda pensaba que me estaba enamorado de ella, sin embargo sólo es una etapa en la cual uno comienza a saber que le gusta y que no.

Aquí entra esta chica, que llamaré Karim, Karim era una chica de 1.58 m aproximadamente, muy rubia, cara bonita, tetas pequeñas y en ese entonces un par de nalgas redondas y algo grandes.

Desde que la vi nuevamente pensé que estaba enamorado de ella, hecho que me di cuenta que no era así porque a las pocas semanas ella comenzó una relación con el que después se volvería mi mejor amigo, y yo no me sentí mal para nada, al contrario pensaba que su relación era muy tierna. Seguí mi ciclo y me volví a fijar en otras chicas.

No pasó nada hasta casi saliendo, en el último semestre ella se comenzó a acercar más a mi, en plan de amigos y yo era feliz con eso ya que ella era muy agradable. Sin embargo, poco a poco sentí unas cuantas insinuaciones de su parte, me tomaba de las manos, se despedía de besos casi en la boca y en una ocasión mientras estábamos con otros amigos se sentó en mis piernas. Yo trataba de indicarle que esas actitudes no estaban bien, pero cuando se sentó en mis piernas no pude hacer nada, era mucha tentación sentir ese par de nalgotas sobre mi.

Con los años esas nalgas redonditas se convirtieron en un perro culazo cómo decimos por acá, a base de ejercicio y dieta Karim se había puesto súper buena, y aunque nunca me volvió a gustar, siempre me imaginaba cómo sería tener sexo con ella. De cierto modo sentía celos por mi amigo.

Cierto día teníamos clases de educación física, generalmente era teoría pero a fuerzas debíamos ir con ropa deportiva. Como en mi escuela no había uniforme sólo llevábamos pants o ropa floja, pero absolutamente todas las chicas llevaban leggings o pants súper pegados, así que los martes se convirtieron en el día favorito de los varones.

Ese martes no le podía quitar los ojos de encima a Karim, ella se sentó dos butacas delante de mí y una a la derecha, así que sin necesidad de disimular mucho podía apreciar su culo durante toda la clase.

La segunda hora para sorpresa de todos fue práctica, salimos al patio y primero debíamos de calentar. Karim se fue con sus amigas y yo me fui con los chicos, pero clarísimo vi como ella le cambió el lugar a una de sus amigas para quedar más o menos enfrente de mi.

El calentamiento constaba de saltar en el mismo lugar, luego estirarse y sin doblar las rodillas debíamos de tocar el piso. Yo me dispuse a disfrutar la vista, nuevamente no tenía que disimular mucho, pero hubo algo que lo cambió todo; cuando ella se agachó para estirarse, me miró a los ojos fijamente, su mirada de cabeza me asustó un poco y de inmediato sentí vergüenza ya que había notado que le veía el culo, pero antes de desviar la mirada pude distinguir como ella me sonrió y guiñó un ojo.

Todo el día siguió normal hasta la hora de salida, en ese entonces yo tomaba un camión que me dejaba a diez minutos de mi casa, entonces tenía que caminar un poco, y sabía que a Karim también la dejaba sin embargo ella tenía que caminar más.

Cómo todos los días yo iba sólo en esa ruta, me subí al camión con audífonos y me senté viendo a la ventana, sólo para que a los pocos minutos alguien me tocara el hombro y al voltear vi que era ella sentada junto a mi.

K: Hola jajaja, perdón, ¿te asusté?

M: Para nada jajaja, es que normalmente nadie me habla cuando voy de regreso, ¿por qué vienes en esta ruta?

K: Es que hoy no voy a ir directo a mi casa, voy a ir primero a la casa de mi tía y de ahí a la mía.

La conversación duró hasta casi bajando del camión, hablamos de muchas cosas hasta que ella tocó el tema.

K: Hoy prestaste mucha atención a educación física eh.

M: Bueno jajaja, es que hoy la clase estuvo más interesante.

K: Si vi, estabas muy entretenido, a ver cuando volvemos a tener otra clase así de buena.

M: Buena tú dirás, a ver cuándo me dejas ver otra vez.

K: Cuando tú quieras, yo siempre estoy dispuesta.

En cuánto dijo eso le puse una mano en su pierna y nos besamos. Al separarnos me sentí mal por mi amigo, hasta ese momento me había olvidado de él, pero el sentí de culpa estaba presente.

K: ¿Qué te parece si nos bajamos un poco antes para caminar mientras platicamos?

Se acercó a mi oído y me susurró:

K: Y si nos cansamos de caminar podemos descansar en el Fantasy.

El Fantasy era un motel conocido por sus precios baratos y porque todo el mundo había echado pasión por lo menos una vez ahí, yo había ido un par de veces así que sabía que estaba como a 3 cuadras de la ruta del camión.

M: Me cansé mucho por la clase de hoy, ¿que te parece si vamos a descansar directo?

Un poco antes de dónde era mi parada nos bajamos y caminamos al Fantasy, era un edificio algo viejo, con habitaciones viejas pero sumamente barato.

Ella me llevaba de la mano, pedimos la habitación y mientras subíamos las escaleras me comencé a sentir mal. Una cosa era coquetear de a mentis con la novia de mi amigo, eso me hacía sentir muy mal, yo sabía lo mucho que él estaba enamorado de ella y lo mucho que trabajaba por su relación. Ella jamás me volvió a gustar, y sin embargo ahí estaba caminando a un cuarto de un motel para cogérmela, estaba siendo una mierda de amigo, debí decirle desde un principio que ella estaba tirándome la onda.

Tenía todos esos pensamientos en la cabeza hasta que llegamos, abrimos la puerta y estábamos enfrente de la cama, estaba a punto de decirle que mejor no hiciéramos nada cuando se abalanzó sobre mi, me dejé tumbar en la cama boca arriba y ella saltó sobre mi.

K: Hazme tuya, acábame, hoy sólo estamos tú y yo.

Comenzó a besarme el cuello, yo aún sentía culpa pero era muy difícil resistirme a eso. Me estaba comenzando a excitar mucho y empecé a tener una erección.

Antes de ceder aún pude decir algo para detener eso

M: Oye esto está mal, ¿qué pasaría con Santi (mi amigo)? No puedo hacerle esto, no PODEMOS.

Ella tomó su celular que había arrojado a la cama, se levantó un poco y aún encima de mi me mostró su celular, lo apagó.

K: Él nunca se va a enterar, nadie se va a enterar.

Entonces no pude dar marcha atrás, ella volvió a agacharse y nos empezamos a besar apasionadamente. Puse mis manos sobre su trasero y las metí por debajo de sus mallas, sentía su calzón calientito.

Ella se hizo hacia atrás y bajo mis pants con todo y boxers, se amarró el cabello con una liga que llevaba en la muñeca y para hacerlo corto me hizo la mejor mamada que había recibido hasta entonces. Abría la boca en forma de o y se la metía hasta la garganta, bajaba hasta mis huevos y de igual manera se los metía en la boca. No sé detenía, daba arcadas pero ella seguía y seguía, así hasta que ya estaba por venirme.

K: Échamelos en la cara.

Me senté al borde de la cama y ella se puso de rodillas, me empecé a masturbar para terminar de sacar mi leche, mi pene erecto estaba lleno de su saliva y palpitando.

Ella cerró los ojos y con una sonrisa recibió mi chorro que le llenó la cara, los ojos y el cabello. Ella se rio y se limpió.

K: Te vienes muy fuerte, ya quiero que me cojas.

M: ¿Qué esperas? Quítate la ropa.

Nos desnudamos. Ella se puso boca arriba y levantando las piernas me permitió ver su culito y su concha perfectamente rasurada, rosadita y mojada. Mientras esperaba a tener otra erección le comencé a hacer un oral, ella gemía muy rico, palpitaba todo. Ella apretaba las manos en las sábanas, y cerraba las piernas empujando mi cara contra ella.

Cuando estaba listo me puse el condón y en esa misma posición la comencé a penetrar de misionero.

Tenía de frente si rostro, podía ver su cara de excitación, gemía y en ese momento recordé por qué me gustaba tanto, ella era hermosa. Sus ojos brillaban, su boca pequeña gemía mientras se mordía los labios, hasta pude ver cómo su nariz se ruborizaba y estaba en un tono rojizo.

No sólo me estaba cogiendo a una chica buenísima, me estaba cogiendo a la primera chica que me gustó. Mientras nuestros cuerpos hacían ruido, en silenció imaginé cómo hubiesen sido las cosas si me hubiera animado a hablarle antes, tal vez sería mi novia y no la de mi amigo... entonces sentí culpa de nuevo, mi mejor amigo confiaba tanto en mi, habíamos pasado tantas cosas juntos, me platicaba de sus planes para salir con ella, de lo feliz que lo hacía.

K: Me toca arriba.

Cambiamos de posición, me puse boca arriba y ella se montó en mi, mirándome comenzó a cabalgar, ella tenía el control. Mientras aún sentía culpa, ella comenzó a mirarme de una manera que no puedo describir. En verdad me gustaba mucho.

K: Acábame papi, hazme tuya.

Agarró mis manos y las puso sobre sus pechos.

M: Eres mía hermosa, sólo mía.

K: ¡Si! Soy tuya, soy tu perrita, puedes hacerme lo que quieras, sólo quiero estar contigo.

Le apreté los senos y subimos la velocidad. Ella se movía muy bien, de arriba a abajo. Entonces bajé mis manos y le tomé del culo, no podía creer lo que pasaba.

Cambiamos nuevamente de posición, ella se puso de perrito, pero bajó su parte de adelante hasta la cama y desde mi perspectiva sólo veía su hermoso culo en forma de corazón.

Ahora yo tenía el control. La sujeté de ambas manos y las puse en su espalda. Volteé al espejo y esa imagen aún no se borra de mi mente, desde ahí ella se veía súper pequeña, pero su culo resaltaba mucho.

Era ligera, podía moverla a mi antojo y su coño apretado se sentía delicioso. La tomé del cabello y le levanté la cara, ella se miró a otro espejo que tenía enfrente, podía ver cómo disfrutaba, cómo gemía. Luego la solté y ella nuevamente tocó la cama, la sujeté con ambas manos y aumenté el ritmo.

K: Así más rápido, más rápido, no pares.

M: ¿Te gusta así, perrita?

K: No mames qué rico, más rápido más rápido, Santi destrózame el culo.

M: No me llamo así, perrita. Dime bien.

K: Perdón, Mario cógeme rico más rápido.

M: ¿Quién te coge mejor?

K: Tú, tú me coges más rico ah ah

Así seguimos hasta que terminamos, me corrí en el condón dentro de su concha, luego nos quedamos acostados un rato. Ella me abrazo y me daba besitos en el pecho.

Sentía mucha culpa, pero en el fondo en verdad quería que ella fuera mi novia, mi único deseo en ese momento era que pudiera andar con ella.

No era sólo sexo por placer, era sexo con quién yo quería, sexo con amor.

M: ¿Crees que estuvo bien?

K: Depende de cómo lo veas, a mi me gustó y al parecer a ti también. Así que estuvo bien.

M: Santi se sentiría mal.

K: Santi no se va a enterar.

M: ¿Todavía lo quieres?

K: Lo amo, es el mejor novio que alguien podría pedir, es súper atento y muy lindo. Su único fallo es que no sabe coger.

M: ¿Entonces no piensas dejarlo?

K: Para nada, en verdad lo amo mucho, aunque sí quieres esto podría repetirse de vez en cuando.

No lo pude pedir que me eligiera a mi, ella lo quería, yo sólo era un capricho. En cualquier otra situación no me hubiera importado, pero en ese momento me sentía sólo, mal amigo y como la peor persona del mundo.

Esto se repitió en muchísimas ocasiones, con el tiempo fui perdiendo el sentimiento de culpa, ya no me importaba mucho porque poco a poco fue como si en realidad fuéramos pareja, creamos una conexión hasta el punto en que ella me confesó que sí quería andar conmigo, que lo iba a dejar. Lástima que en ese tiempo yo ya estaba saliendo con alguien más...

(9,27)