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Con mi hijo Kang
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Hace unos meses que me he separado de mi esposo porque nuestro matrimonio ya era irreparable.

Pero desde ese tiempo mi hijo Kan de 20 años se volvió más cercano conmigo, ahora dormimos juntos y abrazados todas las noches, nos besamos apasionadamente en la boca, hasta él me abraza por atrás y me da pequeños besos en el cuello.

Al principio me parecían raros todos estos comportamientos tan cariñosos de mi hijo conmigo, pero luego ya me he ido habituando y la verdad es que ahora me encanta tenerlo cerca para mí todo el tiempo posible.

Luego de unos minutos llego Kan.

-Hola mami- me dijo dándome un beso en la mejilla y otro en la boca.

-Hola amor- le respondí yo mientras le ponía mis brazos en su cuello y fundí mi boca con la suya.

Él aprovechó el beso apasionado para levantarme de la silla y agarrarme mis dos nalgas con sus manos y así continuar besándonos como dos amantes.

-¿Cómo te ha ido en la facultad? Mi amor- le pregunto mientras pongo mis brazos en su cintura para abrazarlo, Kan estudia para ser economista en el futuro.

-Me ha ido muy bien, pero me siento mejor estando aquí contigo- con sus labios busco mi cuello y empezó a dar lambidas en esa zona mientras que con su mano me levantaba la tela de mi vestido para meterme mano en la concha.

He empezado a hacer movimientos para que él me toque más profundo y más rico la concha y está funcionando de maravilla porque mi vagina ya está empezando a humedecerse.

-Muy bien, entrégate a mí, quiero ser tu macho y que tú seas mi puta.

-Por favor, seguí, yo soy tu puta y tú eres mi macho- le respondo mientras él acelera la velocidad de la masturbación y empieza a meter 3 de sus dedos.

Yo ya venía queriendo esto desde hace meses porque desde que me separe deje de ver a Kan solo como mi hijo y lo he empezado a ver como un hombre, mi hombre.

Él solo deja de tocarme la concha cuando siente mi humedad completa en su mano.

-Que concha más rica y húmeda que tiene mi mami- me dice en el oído.

-Es que tú me tocas demasiado rico- le respondo.

Me saco el vestido y quedo completamente desnuda porque no tenía ropa interior puesta, después lo ayudo a Kan a quitarse su ropa hasta que su maravillosa pija queda libre.

Nunca creí que la visión de mi hijo desnudo me excitaría tanto al punto de lanzarme a su pene sin pensarlo y meterlo entero en mi boca con él arqueándose de placer y agarrando mi cabeza para que la mamada sea más profunda.

Siguió acariciando mi cabeza y haciendo movimientos con su pelvis para penetrarme la boca y su pene entraba cada vez más profundo en mi boca.

Era difícil seguirle el ritmo porque embestía muy fuerte, pero, yo ya he chupado muchas vergas antes de la de mi hijo así que he sabido como manejarlo dándole un gran placer.

Él gemía, gritaba pidiendo más, me decía que siguiera mientras que con mi mano le había empezado a tocar los huevos también.

La caricia en sus testículos le otorgaba a Kan un doble placer, entonces, dio un solo grito y una cascada de semen bien caliente inundo mi boca dejando satisfecha mi garganta de beber leche.

-Gracias por la mejor chupada de verga de mi vida, mami, pero ahora me gustaría explorar mi fetiche contigo- me dijo mientras me besaba en la boca otra vez.

Yo ya estaba enterada del fetiche con los pies que tiene mi hijo Kan porque él ya me lo había comentado en repetidas ocasiones así que le permití experimentarlo.

Subí mis dos piernas y mis pies quedaron a la altura de su bello rostro.

Él agarró primero mi pie derecho y me hizo unas caricias muy sensuales, me hizo masajes circulares alrededor de la planta y me toco todos los dedos, ese mismo procedimiento volvió a repetir con mi otro pie.

Luego volvió la atención a mi pie derecho y lo que hizo fue verdaderamente maravilloso: saco su lengua y la paso por toda la planta saboreando mis pies hasta que quedo satisfecho de esa zona y se metió mis dedos del pie en su boca para chuparlos también.

Hizo la misma chupada con el pie izquierdo y me encanto.

-Me encanta tu fetiche- baje mi pierna y con mi pie derecho le empecé a tocar suavemente su pija durante unos minutos que para él fueron la gloria misma.

Saque mi pie de su verga que ya estaba muy erecta y lo mire a los ojos en los cuales vi el deseo desenfrenado de poseerme, de entrar en mí y que me funda con él en un solo ser.

-Penetra a tu mami, cariño- le pedí con la voz ronca por mi excitación.

Nos fuimos al sillón de nuestra sala de estar, el tomo mis caderas y me acomodo para que su pija quede clavada en mi vagina, yo eleve las piernas a la altura de su cintura y con ellas lo abrace mientras empezaban las violentas embestidas.

El sexo con kan es maravilloso, es lo más sublime, la manera en que me embiste mientras entierra sus dedos en mi cintura me provoca mucho placer.

Me dio un beso mientras hacia sus más descontroladas embestidas dándome el más rico sexo.

Durante muchos minutos estuvimos en esa posición hasta que él se corrió e hizo un intento para eyacular fuera de mi vagina, pero yo no se lo permití, apreté más fuerte mis piernas alrededor de su cintura y todo su semen quedo dentro de mi concha.

Con todo el deseo y lujuria que recorría mi cuerpo no me importo quedar embarazada de Kan, es más, si él me preña eso me daría mucho más morbo y el sexo sería diez veces más delicioso.

Luego nos pusimos de costado los dos y él me penetro en esa posición.

Y para suerte mía en la sala de estar hay un espejo lo bastante grande y gracias a eso pude ver a perfección los movimientos de Kan y su pija entrando y saliendo de mi agujero.

Luego de unos diez minutos ya habíamos terminado cansados los dos y nos dormimos en esa posición y yo me dormí con su pene adentro mío.

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