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Cuatro contra una

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Estaba llena de semen y recostada a kilómetros de casa y aunque no sabía porque acepté eso, solo sabía que tenía que irme antes de que regresaran a sesearse más.

¡Pero como terminé cogida y llena de semen en ese taller, pues se los voy a contar!

Regresaba a la Ciudad de México después de un evento en Guanajuato, iba todo bien, ¡pero de repente cruzando la última caseta mi carro empezó a fallar! Me moleste mucho ya que según lo habían checado en Guanajuato y me dieron atole, pero bueno, decidí caminar un poco ya que me había alejado muchísimo de la caseta, ¡mi suerte no podría ser peor cuando vi mi celular sin pila! Caminé una buena distancia hasta que vi un letrero que decía que el pueblo estaba muy cerca, corrí un poco y es que mi ropa no me dejaba hacerlo, unas zapatillas, pantalón de vestir entalladísimo y mi saco que debajo tenía una blusa blanca escotadísima, la verdad no pensé que no eran formas de vestir y menos en un pueblo desconocido, ¡pero necesitaba mi carro!

¡Finalmente llegué al dichoso pueblo y luego de caminar por algunas calles encontré un taller mecánico!

Me acerque temerosa, pero necesitaba ayuda así que toque la puerta y vi a cuatro hombres, pero no como el típico cliché de pueblerino que manejan en mi país, eran tipos educados incluso su vestimenta era buena, tenían uniforme y no ropas llenas de grasa –en que le podemos ayudar señorita –me dijo el mayor de ellos, un señor con cabellos canosos y de buena forma de vestir, al verlo tuve confianza –mi carro se quedó parado, está a unos 15 minutos de aquí”.

El señor amablemente llamo a uno de sus muchachos de nombre Jeremías y le ordeno que me acompañara hasta el lugar y compusiera mi carro, eso me dio mucha alegría, subimos a una camioneta y llegamos hasta donde estaba mi carro.

Después de darle una revisada y tratar de echarlo andar, me dijo que estaba mal del motor y tenía que llevarlo hasta su taller, ¡no me quedo de otra más que regresar mientras el arrastraba mi carro con la mini grúa de atrás!

Llegando al taller me invitaron a sentarme y me regalaron una botella de agua, la desesperación me invadía, ya quería que acabaran, pero nada mas no, de pronto vi como empezaron a beber unas cervezas y platicar entre ellos, no dejaban de mirarme, me sonreían degeneradamente, yo sonreí apara ser cortes, ¡de pronto el señor de pelo cano se acercó a mi empezamos a conversar!

G: ¿Y cómo una hermosa mujer como tu anda sola por la carretera?

L: Jajá, gracia por lo de hermosa, ¡es que vengo de un expo en Celaya!

G: Mi nombre es Gabriel, soy el dueño de este taller, ellos son Jeremías, Leo y Tomas, ¡para que no tengas ningún miedo!

L: ¡No tengo miedo, solo prisa jajá!

G: ¿Gustas una cerveza?

L: Pues no quisiera, pero estoy estresada, ¡está bien!

Me ofreció una de lata, yo la tome desesperadamente, él sonrió y me dio otra, esa la tome más despacio y empecé a relajarme, mientras mi carro quedaba don Gabriel me hacia la plática, honestamente me hacía reír y me interesaba mucho lo que decía, ¡la historia de ese pueblo y la historia de su ex esposa!

L: Jajá, ¡qué buena platica y que sabio salió usted!

G: ¡Uhm, gracias hermosa!

L: ¡Solo tengo una duda, su esposa no era celosa!

G: ¡Nena, mi mujer y yo éramos swinger!

L: ¡No!!! ¿En serio?

G: ¡Si, lo fuimos hasta antes que ella enfermara de cáncer, o sea tengo 4 años sin ir a un club!

L: Pues le confieso que mi esposo y yo, ¡también somos swinger!

G: ¡Mira nada más, qué casualidad jajá!

Lo mire coqueta, honestamente el hecho de saber que fue swinger me daban ganas de probarlo, él no se quedaba atrás inmediatamente su mano acaricio mis piernas, y se juntó más a mí, me endulzaba el oído, tratando de generar una excitación en mí, ¡me abrazo y me susurro al oído!

G: ¡Si gustas te puedo mostrar lo bueno que soy!

L: ¡No pierde el tiempo eh!

G: ¡Una ricura como tú y además swinger, hay que aprovechar!

L: Jajá, ¡pues como que si lo necesito!

G: ¡Vamos a mi cuarto está en la parte de arriba!

L: ¿Y los chicos?

G: ¡Ellos se quedarán trabajando!

Acepte a tener sexo con ese hombre, ya en su habitación el tipo fue muy pasional, me quito la ropa con besos y caricias, eso me prendió poco a poco, sentía sus labios recorrer todo mi cuerpo, su lengua iba por mi cuello, ¡bajando por mi espalda hasta perderé en medio de mis nalgas!

¡El señor era bueno, me estimulaba rico son su lengua y sus manos, el sexo oral era maravillosos, la formad e masajear mi clítoris y estimular mi ano, yo ya estaba jadeando de placer!

L: ¡Gaby, que rico!

G: ¡Que cuerpazo, que coño, mami que rica!

Me acosté en su cama, ¡él se quitó la trusa y dios! Una verga de unos 20 cm colgaba de su pelvis, la llevo directo a mi cara, yo la saboree como dulce, dándole pequeñas mordías y besándole la cabeza, ¡poco a poco se fue endureciendo más!

Le mostré lo buena que era mamando, tragaba toda de un solo golpe, le apretaba sus testículos y le bajaba el cuero con mis dientes, él estaba fascinado, ¡gemía y gritaba del placer que sentía!

G: ¡Mamacita que rico!

L: ¡Uhm! ¡Que deliciosa!

G: ¡Agh!, ¡nena, me matas!

L: ¡Si, grita nene, goza!

Después de hacerlo gozar con mi boca, comencé a cabalgarlo, lo hacía rápido, honestamente quería calar su resistencia, mis mejores movimientos de cadera los sacaba a relucir, el me apretaba las tetas y las mordía, gemía y también se movía rico, ¡yo estaba fascinada con su trabajo y ver como resistía me excitaba aún más!

Me puse en cuatro y el me penetro fuerte, su deliciosa verga me empalaba deliciosos, el tipo me daba de nalgadas y grababa el momento, yo se lo permití además jamás volvería a verlo, movía mi cuerpo también para sentir más su dureza, el aguantaba mucho, gemía, pero no se venía, ¡eso me ponía más y más a mil!

L: ¡Así papi, así!

G: ¡Agh, nena, dios!

L: ¡Que rico coges, sigue, sigue!

G: Que nalgas más ricas, ¡que diosa!

Me acosté y e me cogió de misionero, me besaba el cuello y la boca, me apretaba las tetas, se movía riquísimo, ¡era más alto que yo por ende me encantaba apretarlo con mis piernas y mover mi pelvis!

¡Me levanto las piernas y me hizo unas patitas al hombro, que rico era sentirle su verga así!

Finalmente, don Gabriel termino muy rico, una explosión de leche calientísima me inundo mi vagina, el orgasmo fue maravillosos, nuestros cuerpos sudados aun palpitaban del placer sentido.

G: ¡Mamacita que rico coges!

L: No me decepcionaste, ¡eres un semental!

G: ¡Jajá, gracias, me recuerdas mucho a mi Tere!

L: ¿Por qué?

G: ¡Era una canchera como tú!

L: ¡Jajá, gracias por el halago!

G: ¡Oye, me gustaría hacer contigo lo que hacía con mi Tere!

L: ¿Así? ¿Y qué hacías?

G: ¡Más que decirlo me gustaría que me dejaras hacerlo!

L: ¡Jajá, vale, acepto!

Pero no sabía que al decir eso, acepto empezar una orgia, ¡Gabriel se levantó y abrió su puerta y los muchachos Jeremías, Leo y Tomas entraron a la habitación!

Yo cubriéndome me quede anonadada e incómoda cuando ellos empezaron a desnudarse, ¡los tres con caras de morbo se agarraban sus vergas y se acercaban a mi siguiendo las instrucciones de Gabriel!

G: ¡Vamos chicos, como con Tere!

J: ¡Gracias don Gaby!

Leo: ¡Es usted un buen jefe!

T: ¡Que rica mujer, esta buenísima!

L: ¿Que hacen? ¡Espérense!

Los tres hombres se lanzaron directo a mi como bestias, Tomas se lanzó a mis tetas, Jeremías me empezó a lamer los pies y Leo me besaba la boca, Gabriel se reía y grababa todo, yo lo miraba un poco asustada, no sé si era una violación o no, ¡pero no podía impedir que los chicos siguieran aprovechándose de mí!

Gabriel me arrodillo en la cama y me puso las manos atrás y mientras me agarraba, sus tres muchachos me daban su verga en la boca! Eran vergas de un tamaño aceptable de 17 a 22 cm, ¡Tomas era el que la tenía más grande y era el que me follaba la boca, Jeremías me ponía su verga en mi oreja y Leo me la ponía en los ojos!

¡Los hombres parecían ya conocerse bien ya que se turnaban con la mirada para follarme la boca, Gabriel me besaba el cuello y me empujaba más a las vergas, yo no sabía si llorar o gozar el momento!

J: ¡Que rica boca, uf!

T: ¡Dios eres una puta exquisita!

Leo: ¡Don Gaby, déjenos metérsela!

G: ¡Ok, penétrenla rico!

Tomas el de la verga más grande se acoto y entre Leo y Jeremías me sentaron en él, yo grite al sentir su animal entrar y salir, mientras les mamaba la verga a los dos, ¡y Gaby me chupaba las tetas!

G: ¡Eso mami, déjate llevar!

Leo: ¡Chupas magnifico uf!

J: ¡Sigue, síguele putita!

Comencé a dejarme llevar y a mover mi cuerpo, la verga grande de Tomas me encantaba, ¡también tener dos vergas en mi boca me ponía más y que Gabriel me estuviera mamando las tetas y mi cuerpo era un extra a esa onda de placer!

L: ¡Ah, uf, si, agh!

T: ¡Muévete mami muévete!

L: ¡Que verga más dura, uf!

Tomas se puso de pie y sin sacármela me levanto, Jeremías se acostó y Tomas me pasó a su verga, ahora me movía encima de Jeremías en un tipo perrito, ¡pero Tomas aun quería ensartarme y mi culo fue su nueva víctima!

Con un poco de saliva me ensarto rápido, yo grite, pero al abrir la boca inmediatamente Leo me metió su polla, ahora los tres me follaban duro, uno en cada orificio. ¡Mi vagina, mi ano y mi boca eran penetradas por su feroz hombría, Gabriel se reía y se masturbaba, yo gozaba riquísimo, mis gemidos lo demostraban, los tres chicos se turnaban hora mi ano era de Leo y mientras Jeremías seguía en mi vagina ahora mi boca era llenada por Tomas!

T: ¡Así, mama, que rico, que culo más apretado y que manera de mamar!

Leo: ¡Aj, que culo!

J: ¡Muévete mamacita muévete!

G: Si mi amor, goza, ¡goza como lo hacía mi mujer!

Las palabras de Gabriel me excitaban más, comencé a ser yo quien tomo la iniciativa, mamaba la verga de Jeremías, Tomas gozaba de mi vagina y Leo seguía en mi culo.

Gabriel también volvió a tomar fuerza y me penetro mi culo, Leo y Tomas me metían la verga en mi vagina, tres vergas dentro de mí, era un placer monumental!

L: ¡Agh, si, dios, que rico!

Leo: ¡que rico mi amor!

T: ¡madres, que rico!

G: Que culo más rico, ¡come delicioso!

La rutina fue la misma un y otra vez, me sentía una puta de primera, la reina del sexo, nunca antes cuatro vergas estaban dentro de mí, fluidos y diferentes sabores inundaban mi boca y todo mi cuerpo, ¡el ver como disfrutaban y grababan el momento me hacía cogérmelos más rico!

Todos nos corrimos rico, Tomas fue el que más leche me dio, en mi boca, ano y vagina, Leo también chorreo muchísimo y don Gabriel ni se diga, ¡demostró que era un excelente semental!

J: ¡Dios que rica hembra!

T: ¡Nunca me habían hecho gozar tanto!

Leo: ¡Me dejaste seco amor!

G: Mamacita gracias, ¡por recordarme a mi Tere!

L: ¡Uf, que rico, que experiencia, me dejaron pegajosa jajá!

Pero no termino ahí, una vez descansados, cogí con cada uno individualmente, estuvimos así toda la noche, a mí ya me ardía a la vagina y me dolía mi ano, además de que la boca la tenía seca y seca, pero estos hombres eran insaciables, en especial con Tomas, ¡cogía riquísimo y su verga era un majar!

Finalmente me dejaron en un sofá toda llena de semen y se fueron a su casa, Gabriel me dijo que ya estaba mi carro y que no tenía ningún costo, ¡me dijo que podía dormir un rato y que si me iba solo cerrara bien!

Me metí a dar una ducha de lavadero, me vestí e inmediatamente salí del lugar, sabía que regresarían y me cogerían otra vez, ¡adolorida por todos lados y sin dormir me dispuse a regresar a casa!

Ese cuarteto, aunque no lo planeaba me encanto y quisiera volver a tener otro así y admito que Gabriel y Tomas me dejaron impactada.

¡Saludos su amiga Lety!

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