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David. Un masaje con final feliz

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Llevo una semana con un dolor fuerte en la espalda. Entre el trabajo, alguna mala postura o tensarme demasiado, mi espalda sufre los estragos de todo ello. La medicación no me hace nada y mi jefe me ha dicho que vaya al fisioterapeuta y que me den un masaje, que de seguro me lo solucionan enseguida.

La verdad es que tengo miedo de ir. Nunca he ido al fisioterapeuta y todo porque no sé si seré capaz de controlarme. Seguro que Luis tiene razón y me solucionan el problema en nada, pero no he sido capaz de decirle porque no había ido antes. Bueno ni antes, ni nunca. Mi punto más erógeno es la espalda y me pongo mala de mala solo con acariciarla.

Cuando alguna de mis parejas ha intentado darme un masaje, para mí fue un masaje erótico con final feliz.

Llevo una semana que quiero olvidar, porque nada me alivia y al final voy a tener que ponerme en manos de alguien que me ayude.

Me he puesto a mirar fisioterapeutas y la lista es larga. Hombres, mujeres, en su clínica o en mi casa. Creo que mejor voy a la clínica y decido llamar por teléfono a una que la fisio es una chica. Me da cita para la tarde y encima queda cerca del trabajo.

Tengo cita para las 20 h, será una primera consulta y si todo va bien, me darán el primer masaje. Después del trabajo me paso por allí y al entrar me encuentro a la chica que muy amablemente me atiende.

-Hola, soy Paola. Tengo cita a las 20 h.

-Soy Raquel, si no te importa voy abrir tu ficha ¿vale?

Me abre una ficha y toma nota de todos mis datos. Mientras lo hace, escucho un par de voces en el fondo de pasillo que se dirigen hacia donde estamos.

-Muchas gracias David, nos vemos el próximo día.

-Gracias a ti, hasta el viernes.

El primero se dirige a la puerta y se marcha.

-Buenas tardes –me dice

-buenas tardes –le respondo

-¿Tu eres mi siguiente paciente?

-¿Yo? Pensé que era paciente de ella –digo mirando a Raquel

-Tu fisio será David. Yo tengo que salir ahora a casa de una paciente que me está esperando.

-Ufff -resoplo suavemente. No me puede estar pasando esto

Creo que debería de haber especificado que me atendiera una mujer. Esto me pasa por no puntualizar las cosas. Me giro y miro por el ventanal que hay. No sé ni dónde meterme. Estoy tan nerviosa que estoy a punto de decirles que vuelvo otro día.

-Te dejo su ficha abierta, yo me tengo que ir ya o no llego.

-Claro no te preocupes, si falta algo le tomo nota después.

-Hasta luego Paola. Te dejo en muy buenas manos. – se despide con una sonrisa y sale cerrando la puerta

-¿Paola me acompañas?

-ahhh si –le digo casi en un susurro

Veo como se dirige al ventanal y baja los estores.

-Eres la última paciente y no quiero que nos molesten. Así estamos más tranquilos.

-Vamos acompáñame Paola.

Camino detrás de él. Mide como 1´80, tiene los ojos marrones, pelo moreno, lleva barba arregladita, unos 85 kg, piel bronceada y rondara los 35 años.

Entramos en la sala de masajes. Es un espacio mediano con una camilla en el centro.

-Paola necesito que te quites la ropa.

-¿Qué? – mi cara debe de ser un poema

-¿Es tu primer masaje? –me dice con una sonrisa

-Sí, la verdad es que es mi primer masaje.

-Detrás del biombo puedes cambiarte. Tienes donde dejar tu ropa y he dejado una toalla para que te la pongas al salir.

-Gracias

No es que tenga reparos en quitarme la ropa o que pueda verme desnuda, pero no puedo evitar estar nerviosa. No me ha puesto una mano encima y mi piel se eriza sin más. Me coloco detrás del biombo y me quito el vestido negro que llevo. Es de punto fino, con escote en V y manga larga. Empieza a hacer frio. Debajo llevo un conjunto de lencería de encaje en gris clarito. El sujetador son dos triángulos, al igual que el tanga. Aunque hay un pequeño perchero en el que dejar las cosas, yo lo dejo todo sobre el sillón que hay. Me quito los zapatos y rodeo mis generosas curvas con la toalla. Salgo y me dirijo a la camilla.

-Necesito que te pongas bocabajo. –me indica mientras acerca un pequeño escalón.

-Gracias. –si es que con mi 1´57 ya sabía que no llegaba ni queriendo.

-Necesito que dejes la toalla abierta para poder deslizarla hacia abajo.

Hago lo que me pide y siento sus dedos agarrar la toalla, dejar mi espalda al aire y dejarla sobre mi culo o un poco más abajo.

-Quiero que te relajes, porque solo voy a mirar donde te duele exactamente ¿vale?

Escucho como frota sus manos e imagino que se está poniendo algo en ellas.

-¿Paola me indicas por donde te duele?

-El dolor es como si empezara en el hombro derecho y me baja hacia el costado.

-Está bien, voy a revisarlo y me vas diciendo.

Debe de haberse puesto aceite porque sus manos resbalan por mi piel.

Al sentirlas no puedo evitarlo y mi piel se eriza con fuerza. Interiormente siento mi cuerpo temblar. Muerdo mi labio y me dejo hacer.

Siento como ahora presiona un poco más sus dedos.

-¿Te duele aquí? –me dice al apretar ligeramente sobre el trapecio.

-auuu siii

-Te estoy tocando despacio, tranquila.

Sus manos bajan hacia el dorsal y siento molestias en él.

-Ufff –resoplo suavemente

-Creo que el dorsal está bien, pero esta dolorido. ¿Cuánto tiempo llevas así?

-Una semana

-¿Una semana? Deberías de haber venido antes. ¿Estas tomando algo?

-Si me mando una crema y un relajante la doctora. Pero no me está haciendo nada.

-Sé que estas dolorida, pero necesito darte un masaje para poder poner las cosas en su sitio. Te va a doler un poco, pero mañana te sentirás mejor.

-Está bien. –le digo

Vuelvo a escuchar como frota las manos y las lleva a mi espalda de nuevo.

Siento el calor de estas, como se deslizan y mi piel se eriza. Se mueve masajeando suavemente sin apretar y poco a poco aprieta un poco más.

-mmmm –muerdo mi labio

Sigue deslizando las manos y mi piel se eriza cada vez con más fuerza. Es imposible que no se dé cuenta de mi estado. Siento como tiemblo y no puedo disimular lo que me provoca.

-¿Estas bien Paola, tienes frio? –me dice sin dejar de masajearme

-Si… estoy bien –le digo casi en un susurro

No le puedo ver, pero le imagino con una sonrisa en la boca mientras sigue torturándome. Porque es una tortura para mí. Siento como mis pezones se endurecen y empujan contra la camilla. Siento como mi coño se moja, incluso sintiendo dolor cada vez que trabaja sobre la contractura.

Cada vez que intento ahogar mis jadeos o gemidos siento un escalofrío que recorre mi cuerpo.

-auuu –protesto

-Un poco más y termino. ¿No te gusta que te toquen la espalda?

-No precisamente.

-No dejas de moverte y tu piel no deja de erizarse. No sé cómo interpretarlo. ¿Te estoy haciendo mucho daño?

-Un poco –por no decirle lo contrario.

Esa voz, en ese tono y acompañada de una sonrisa… me pone mala.

Sus manos comienzan a deslizarse por mi espalda, es un masaje por toda ella. Se desliza recorriéndola entera, mis hombros, mi cuello, la parte alta, la parte baja y la parte alta de mis nalgas. Mi piel no deja de erizarse una y otra vez, cada vez con más fuerza y no puedo evitar que se me escape un gemido. He intentado mantenerme lo más quieta posible, pero cada vez me cuesta más.

-Te prometo que es la primera vez que tengo a una paciente como tú. Nunca he conocido a nadie que se le erice la piel una y otra vez de esta manera. La siento como se eriza bajo mis dedos o manos.

Aparta sus manos de mi espalda y levanto la mirada buscando sus ojos. Al levantarla, lo primero que me encuentro es un bulto en su pantalón. Le miro fijamente.

-Lo siento de verdad, pero no sé si eres consciente de tus jadeos y pequeños gemidos que sueltas. –me dice con una mirada canalla que no puede con ella

-Lo siento. Te aseguro que me has hecho daño cuando tocabas en la contractura.

-¿Pero? –me dice mordiendo su labio

-Es mi zona más erógena y por eso no he dejado que nadie me dé un masaje.

Veo como mueve su mano y agarrando la toalla que tengo sobre el culo, pega un tirón y la deja caer al suelo. Seguido y sin poder reaccionar, siento como su mano se desliza entre mis nalgas hacia mi coño.

-¡JODER! Pero si estás empapada. –me dice sin dejar de mirarme

-Ufff joder –protesto al sentir como sus dedos suben y bajan entre mis labios mientras aprieto las piernas.

-No te imaginas como me tienes –desliza la mano por encima de su pantalón

-Me hago una idea –le digo al mirar como desliza la mano

-Sé que esto no es muy profesional… pero

Veo como se mueve y comienza a deslizar sus manos por los muslos, subiendo por mis nalgas y abriéndolas. Dejando una bonita visión de mi culo y mi coño. Estoy tan excitada que no soy capaz de moverme. Estoy en el punto de que solo quiero más y no quiero parar.

Siento como la punta de sus dedos toca la entrada de mi coño y empuja sobre ella. Vuelve a subir y bajar entre mis labios y se escucha el chapoteo de mis flujos. Por el sonido, esta encharcado.

-¡Joder Paola! estas muy, pero que muy mojada.

En ese momento llega a la entrada de mi coño y empuja de nuevo metiendo un par de dedos.

-ufff ¡joder! –resoplo de gusto

Abro un poco más mis piernas y le doy acceso. Sus dedos se deslizan sin problema, follandome con ellos. Gimo sin parar y mi piel se eriza. Su mano recorre mi espalda, la acaricia y esta vez no me contengo. Me retuerzo sobre la camilla y me contraigo en sus dedos.

-mmm siii, joder no pares –no puedo dejar de gemir

Sin dejar de mover su mano, se pone a mi lado y yo deslizo su pantalón hacia abajo. Tiro del bóxer deslizándolo a medio muslo y su polla sale como un resorte. Mide unos 18 cm y es muy gruesa.

Le miro y agarro su polla. Sin remilgos, la meto en mi boca y comienzo a chuparla. Entra y sale, succiono y suelto, disfruto de su polla gimiendo en ella. No puedo evitarlo. El acelera el movimiento de sus dedos y los saca. Le miro, veo como los lame y los chupa. Se mueve un poco y la saco de mi boca. Se coloca en la parte donde tenía la cabeza y me pide que me dé la vuelta.

-Ponte bocarriba Paola.

Me pongo como me dice y siento como tira de mi para dejar mi cabeza colgando. Agarro su polla y deslizo la mano para acercarla a mi boca. Capto lo que quiere hacer. La dirige a mi boca y empuja mientras lleva sus dedos a mi coño. Los mete sin más y comienza a follarme con ansia. Mueve su cadera follandome la boca a la vez que con sus dedos me hace gemir con fuerza en su polla.

-mmmm

Su polla se hunde abriendo mis labios y hundiéndose hasta mi garganta. Siento como babeo sin parar y me priva de aire por segundos al hundirse con rabia.

Mi cuerpo tiembla y mi coño se contrae con fuerza. Me corro en sus dedos y al verlo deja su polla dentro. Mueve sus dedos en mi clítoris con fuerza y saca su polla de mi boca para dejarme coger aire. Azota mi coño mientras se mueve.

Cojo aire a bocanadas y me giro en la camilla intentando ponerme de lado. El me agarra y me mira. Las lágrimas caen por mis mejillas, debo de estar roja como un tomate y siento mis babas por la cara.

-uufff joder como me has puesto –dice resoplando

Desliza la lengua por mi boca y me besa. Me agarra y llevándome en volandas me pega la espalda contra la pared. Yo le rodeo con mis piernas y mis brazos sin dejar de besarlo. Siento como agarra su polla y la lleva a la entrada. En un movimiento de cadera la clava en mi coño y grito mientras él lo ahoga en su boca. No deja de mover su cadera una y otra vez, cada vez más rápido. Grito al sentir como se hunde hasta el fondo y como no puedo despegarme ni un milímetro. Me empotra una y otra vez son saña.

-ah joder siii –resopla sin parar

-Ahhhh

Grito con fuerza una y otra vez. Su movimiento de cadera es brutal. Tanto que después de unos minutos, mi respiración esta tan disparada que empuja con fuerza dejándola dentro y me besa. Nuestras respiraciones están muy agitadas y acaba de parar mi orgasmo. Me estremezco y mi coño se contrae. Clavo los dedos en su espalda y las uñas.

-ufff –protesta

Me agarra por el culo y abriendo una puerta que está detrás suyo, entramos a lo que es como una especie de zona de descanso. Hay un par de sofás y una mesa grande con sillas. En la pared más pequeña hay muebles bajos.

Se deja de caer en el sofá conmigo encima. Me muevo y agarrando su polla la llevo a la entrada de mi coño de nuevo. Empujo sin dejar de mirarle a los ojos hasta que la tengo toda dentro y echo la cabeza hacia atrás, arqueando la espalda y gimiendo con fuerza.

-Ahhhh

Muerdo mi labio y clavando mis dedos en sus hombros comienzo a cabalgarlo. Me clavo su polla una y otra vez. Caigo sobre sus muslos, choco con mi culo sin dejar de gemir y gritar.

-Ahhh joder siii nena, no pares

Agarra mis nalgas y empuja con fuerza al bajar para que la sienta bien dentro. Estoy muy mojada entre flujos y corridas. Su polla se desliza sola. Mi ritmo se acelera y busco llevarle al límite mientras mi coño se contrae en su polla cada vez que subo. Siento que me voy a correr, no puedo aguantarlo más. Mi cuerpo se tensa, se eriza la piel con fuerza y mis pezones están como piedras. Me rodea con sus brazos y apretándome contra el comienza a mover su cadera de una forma brutal, embistiendo sin piedad y arrastrándome a un nuevo orgasmo

-Ahhh ¡joder! ¡joder! ¡joder! Me corro –grito como una loca

Mi coño se contrae sin parar, no deja de mover las caderas y no baja el ritmo. Si sigue así hará que me corra de nuevo.

-Ahhh

Su ritmo no deja que pare mi orgasmo. Es intenso y siento como vuelve a llevarme a lo más alto.

-Eres un cabrón, me voy a correr de nuevo joder!

-si joder correte de nuevo

-ahhhh ¡JODER! ¡JODER! ¡JODER! –estallo en un nuevo orgasmo

Mi cuerpo se estremece. Sus brazos me rodean y embiste contra mi coño hundiéndose descontroladamente. Cojo aire a bocanadas gritando sin parar. Me retuerzo entre sus brazos y poco a poco va bajando el ritmo hasta dejarme sentada sobre su polla.

Mi piel duele por la fuerza que se eriza. Comienza a deslizar sus manos por mi espalda y me retuerzo, me arqueo y gimo. Mis pezones rozan su pecho al moverme. Agarra mis tetas y lleva los pezones a su boca.

-¿tú no te corres nunca? –le digo aun gimiendo y recuperando el aliento

-jajaja ¿quieres que me corra ya?

-No, para nada. Por mi puedes tenerla dura toda la noche. No tengo prisas.

Desliza las manos por mis nalgas, sube por mis costados y sube por la espalda.

-Ufff ¿no has tenido bastante antes? –le digo

-Nunca había tenido entre mis manos una espalda tan sensible Uffffff es brutal -resopla al bajar por ella arañándola suavemente

-¡JODER! No seas malo –le digo mientras mi cuerpo se estremece de placer

Mi coño se contrae en su polla.

-Siéntate –me dice golpeando en el asiento

Me levanto de encima de él y me siento en el sofá. Su polla sigue dura y llena de mis corridas. Le miro y la agarro. Deslizo la lengua por el tronco, por el glande, juego en el frenillo.

-mmmm que gusto por favor! –resopla

Le miro y meto su polla en mi boca. Comienzo a chuparla, succionarla, disfrutarla y devorarla. Entra y sale de mi boca, succiono al sacarla y suelto al meterla, mi mano gira en ella y la aprieto en cada movimiento que hago. Mi boca y mi mano siguen el mismo ritmo. Gimo en ella y el resopla y se tensa.

-Ah ¡joder que boquita!

Follo literalmente su polla con la boca, lo hundo más, menos, mi lengua se mueve por un lado, por el otro, la saco, recorro el glande con la lengua y la hundo de nuevo metiéndola hasta rozar la campanilla. Siento como empuja con su mano sin dejarme salir y arqueo. Me aguanta un momento y suelta. Cojo aire a bocanadas mirándole y deslizo la mano por mi boca limpiando los hilos de babas que cuelgan.

-Me vuelves loco joder – me dice mirándome a los ojos y agarrándome del pelo tirando mi cabeza hacia atrás para que le mire.

Sonrío maliciosamente deslizando la mano por sus huevos y apretándolos suavemente.

Me agarra de la mano y me pone de pie. Me lleva a la mesa y pega mi pecho a esta. Agarra mi pierna y hace que la apoye en ella. Tiene máximo acceso y frota su polla entre mis labios. Se escucha el chapoteo al deslizarla, estoy muy mojada. Chuparla me ha excitado muchísimo. Siento mis labios hinchados y sensibles. Empuja en la entrada y siento como hunde un poco el glande. Se detiene y de un movimiento se clava de nuevo haciéndome gritar.

-joder me vas a partir en dos. Ahhh –mi piel se eriza con fuerza

-Ahhh joder como aprieta tu coño. –empuja clavándola hasta el fondo

El borde de la mesa se clava en mi muslo e intento ponerme de puntillas a la vez que me agarro en el borde de la mesa.

-ufff joder, ya no entra más – le digo

Desliza la mano por mi espalda subiendo y bajando por ella. Sabe el efecto que provoca en mí y la araña.

-Ahhh ¡joder para! Me vuelves loca, no hagas eso –le digo casi suplicante

-Hacía tiempo que nadie despertaba el animal que llevo dentro y sufres las consecuencias de ello – me dice azotándome las nalgas

-auuu joder pica!

Empieza a moverse ligeramente y agarrándome por los hombros me levanta un poco. Apoyo las manos en la mesa y su lengua se desliza por mi espalda. Me arqueo y retuerzo sin que me suelte. Sube hasta el cuello, muerde mi hombro, vuelve por la parte de atrás de mi oreja, muerde el lóbulo y gime con fuerza al clavarse hasta el fondo en mi coño.

-Ahhh joder.

-Y ahora es cuando me corro como un puto animal – me susurra moviendo sus caderas

Suelta mis hombros y me agarra de las caderas. Sus embestidas son cada vez más fuertes. No puede hundirse más, pero choca una y otra vez en el fondo de mi coño. Yo no dejo de gritar y agarrarme con fuerza. El borde se clava en mi muslo y llevando sus manos a mi pelo, lo recoge en una coleta para tirar de mí hacia atrás para que sienta aún más su polla.

-ahhh

Arquea mi espalda al tirar de mi pelo y me azota el culo. Mi coño se contrae con fuerza y el no deja de resoplar y gemir con fuerza.

-Joder como aprietas, esta vez te voy a llenar si –grita sin dejar de embestir

-ahhh ¡córrete joder!

-oh siii joder

Acelera más y más sus movimientos entrando en no retorno y haciéndome estallar de nuevo.

-¡JODER ME CORRO! –estallo a gritos y mi cuerpo se retuerce y estremece de placer.

-Ahhh me corro también! Joder! –se clava en mí y se corre a gritos

Siento sus chorros llenarme, el calor y como mi coño se contrae exprimiendo su polla hasta sacarle la última gota.

-Ufff brutal joder –resopla moviéndose lentamente dentro de mi

-mmmm –me retuerzo en cada movimiento

Poco a poco para de meterla y la saca por completo.

-Ufff estoy sudando –me dice

- Ya somos dos –le digo

Como puedo me incorporo. Las rodillas se me doblan. Vamos recuperando el aliento y nos miramos.

Sonrío y le recorro con la mirada.

-Pedazo aguante te gastas

-te lo dije antes, hacía tiempo que no sacaban mi lado más animal. Eso hace que tenga mucho más aguante.

En ese momento suena el teléfono y lo coge. No sé dónde le ha dado pero entra en manos libres.

-Hola cariño ¿está todo bien? Llevo rato esperándote

-Raquel voy enseguida, la paciente me llevo más tiempo del esperado y estoy terminando un informe.

-Está bien, no tardes. Voy a preparar algo de cena mientras llegas. Un beso, te quiero

-Yo también te quiero. Te veo ahora

Le miro sonriendo

-Creo que el próximo masaje me lo pediré para casa ¿no?

-Sera mucho mejor. Sobre todo con mucho tiempo.

Bromeamos mientras nos vestimos y queda en llamarme para darme cita para el próximo masaje.

(9,25)