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De mujeriego a bisexual: Confesiones de Samir (2)

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Holaaa... cachondos! Espero que sus cuerpos estén listo para otra confesión.

Después de mi experiencia con David (el fisgón de mi equipo de fútbol) comencé a disfrutar el hecho de provocar el deseo en los hombres.

Cuando veo el deseo hacia mi en la mirada de algún chico (generalmente los que ocultan sus preferencias pero son traicionado por sus ojos) les hago saber con algún gesto sexy en mi rostro que me di cuenta y les sonrió!

Normalmente estos hombres reaccionan ruborizados, tartamudeando e incluso con erecciones espontáneas! Y Recordando el consejo de Dalia (mi prima perversa) “no seas un simple hombre en la cama, conviértete en una fantasía hecha realidad”, les dejo volar su imaginación.

Me calienta excitar, provocar lujuria y orgasmos tanto en mujeres como hombres! Y de aquí en adelante soy más flexible.

Paso casi un año desde David y comienzo en la uni, allí conozco a Inés, una diosa! Pelirroja, 1.70 de alto, piel clara y rosada como porcelana, cuerpo perfecto (senos paraditos y culo para irse de boca), labios provocadores y ojos verdes! Desde que la vi me encanto!

De inmediato note el deseo hacia mi cuerpo en sus ojos, pero también algo más! Ella también era experta en seducción me recordaba a Dalia. Era dueña de su belleza y sabía cómo utilizarla. Así que decidí dejar que ella fuera la cazadora y yo la presa. Inmediatamente comenzamos el juego.

Un día la veo entrando a un cubículo en la biblioteca para estudiar con su amiga Isabel (espacios pequeños cuyas paredes son mitad cristal y mitad madera con una mesa y 4 sillas con el fin de estudiar en grupo sin molestar a las demás personas).

Ella me ve y con la mano me dice que entre. Al llegar, ellas están riendo en complicidad e Isabel saluda y dice:

“Qué bueno que estás aquí, me tengo que ir y no quería dejar sola a Inés”

Yo: tranquila se quedará en buenas manos!

Isabel: eso veo! (Escaneando mi cuerpo de arriba abajo mientras se va)

Inés: siéntate aquí a mi lado y préstame tu chaqueta que tengo frío!

Yo me la quito lentamente para que mi playera marque mis pectorales y se levante un poco mostrando mis abdominales.

Los ojos de Inés se abren y me dice mientras me siento a su lado:

“Cómo haces para que no te muerdan”

Yo: pues... yo muerdo primero! (Con voz baja a su oído)

Debido a la visibilidad del lugar y las normas no podía ni besarla, para mi era una batalla perdida, pero ella tenía otra cosa en mente.

Después de colocarse mi chaqueta sobre sus hombros abrió un libro en la mesa y con la mano que estaba entre ella y yo apretó mi pierna subiendo lentamente hacia mi paquete que ya estaba expandiéndose por la sorpresa.

Yo la miro con picardía, pero ella finge estar leyendo como si nada, al tiempo de estar masajeando mi erección sobre el pantalón, el pene comienza a molestarme exigiendo espacio y yo trato de mejorar mi posición pero no puedo. Entonces Inés dice al pasar una página:

“Sácalo...”

Ella quería probar si yo era capaz de seguir el juego, Y mirándola... con una mano solté el botón del jeans, baje el cierre y libere a la bestia a través del bóxer quedando oculta debajo de la mesa. Inés sin pestañear y “concentrada” en su libro toma mi pene y dice:

“Estás muy bien equipado... cuánto aguantarás?”

Yo: más de lo que necesites amor!

Inés sonríe sutilmente y comienza a mover su mano de arriba abajo lentamente, subiendo y bajando por completo la piel que recubre mi glande. Era muy placentero pero no había espacio, así que me estiro hacia atrás levantando mis brazos mientras bostezo reubicando mi cintura y dándole más movilidad.

Ella aprovechó este instante dándole jalones rápidos a mi pene que me tomaron por sorpresa. Me incorpore nuevamente a la mesa pero esta vez quedando a la vista como si estuviera semi acostado en la silla por el aburrimiento.

Seguidamente tomo el celular y lo sostengo encima de la mesa cubriendo con mi brazo parte de los movimientos de Inés y el otro brazo lo coloco por detrás de ella simulando un tierno abrazo.

Ahora Inés puede masturbarme con más libertad pero los movimientos son más visibles. Era muy excitante, por dentro quería tomarla y cogerla en la mesa pero estaba a merced de su mano únicamente para desahogar mi hombría.

Estuvimos así unos 15 minutos con ritmos irregulares y yo aún sin señal de acabar pero disfrutando muchísimo! Ella se estaba cansando por la posición y me dice al oído

“Tú ganas... quieres acabar o no?”

Le doy una sonrisa victoriosa y me reubicó nuevamente en la silla acercándome más a Inés ocultando casi por completo su brazo y mano entre los dos (aun masturbándome, pero más despacio).

Abro un poco más las piernas ya extendidas bajo la mesa, estaba muy lubricado con el líquido preseminal, ella sutilmente levanta la mirada para ver a su alrededor y de pronto...

Comienza a masturbarme a una velocidad sorprendentemente rápida recorriendo por completo mi pene de arriba abajo (esto gracias a que apoyaba su brazo de mí clavándome el codo en el abdomen) y de un minuto a otro comienzo a bombear con mucha fuerza todo mi acumulado semen caliente debajo de la mesa!!!

Fue fantástico! Inés al darse cuenta que ya expulse todo, me suelta el pene, limpia su mano con mi playera y se levanta no sin antes decir:

“Creo que yo gané!” (Se va con mi chaqueta, dejándome sentado con el jeans y playera húmedos por el desastre que acababa de hacer.)

Yo al mirarme tuve que esperar un rato a que no hubiesen personas cercanas para salir directo a mi carro e ir a casa a cambiarme.

Ese día perdí dos clases y un examen importante, las clases no eran problema pero el examen ponía en riesgo la aprobación de esa materia, así que al siguiente día fui a suplicarle al profesor una oportunidad la cual me negó rotundamente.

Manuel (el profesor) era gay declarado y muy afeminado de 30 años aproximadamente, un tipo normal algo pasado de peso y yo sabía que le gustaba ya que siempre que tenía oportunidad miraba mi entrepierna.

En su oficina luego de negarse a darme la oportunidad, decidí crear una nueva opción, muy arriesgada, si...! pero si confío en algo es en mi habilidad de seducción. Cuando me disponía a salir cerré la puerta con seguro, regrese a su escritorio y le dije con voz dominante:

“Manuel... (tuteándolo) tú tienes algo que quiero y yo algo que quieres, vamos a resolver esto de una manera más creativa”

Manuel sorprendido por mi actitud seductora y nervioso, se ajusta en su silla tratando de recobrar la compostura, y yo continúo:

“Todos tenemos necesidades y yo sé que es injusto pedirte un favor tan especial sin ofrecerte algo especial... yo no te pido que me regales la calificación, solo la oportunidad de entregarte un proyecto extra y algo más...”

Me coloco al lado de su silla recostándome del escritorio con las piernas cruzadas (yo vestía jeans negros, playera amarilla y zapatos blancos), mientras coloco una mano cercana a mi entrepierna y con la otra me arreglo el cabello

Podía ver el deseo dominar los ojos de Manuel y su cuerpo temblar (ya estaba en mis manos) entonces el responde con voz nerviosa:

“Algo más..? (Tratando de ponerse serio y continúa) Si estás ofreciéndome dinero...”

Interrumpiéndolo, tomo su mano y llevándola a mi entrepierna le digo:

“Por favor Manuel... estamos en confianza!... Lo quieres chupar?”

Con mi otra mano bajo el cierre de mi jeans y llevo su mano adentro (mi pene se está comenzando endurecer)

Manuel asiente con su cabeza confirmando su deseo y abre la boca humedeciendo sus labios.

Me quito el cinturón y el botón del jeans bajándolo con el bóxer a la vez. Me siento en el escritorio frente a él con mi pene completamente erecto y me saco la playera con ambas manos y le digo:

“Vamos Manuel... mira cómo me tienes”

Y él se abalanza a chupar desenfrenadamente acariciando mis fuertes muslos de futbolista. Me inclino hacia atrás apoyado en mis manos y le digo:

“Oh... sigue así! ...Vamos Manuel... cométela!!!

El me veía detallando cada músculo, tocaba mi torso, saboreaba y observaba mi pene me tuvo hay sentado casi 30 minutos; por momentos yo le decía:

“Espera... me tienes a punto de acabar!”

Hasta que por fin me dijo:

“Lléname la boca de leche... me la quiero tragar...

Lo tome por su cabeza y marque el ritmo enterrando su cara contra mi pene, podía sentir como me olía. Manuel estaba deseando con todas sus fuerzas tragar mi semen así que acelere lo necesario para acabar y fue así como entre:

“Voy... voy... voy... ohh... profe... ahhh

Fui llenado su boca con mi néctar. Tengo que reconocer que no se desperdició nada, lo trago todo y dejo mi pene limpio. Y dijo “sabe divino!”

Me levanto, comienzo a vestirme y le pregunto

“cuál es mi proyecto extra?”

Él toma una hoja, escribe la asignación y dice:

“Te has ganado la oportunidad, aquí tienes”

Yo: pero Manuel esto es muy largo!

Manuel: me dijiste que no te regalara la nota, pero si quieres negociar otra vez me avisas.

Yo sonrío y le digo:

“ok, tienes razón...! (Cuando estoy saliendo le sonrió nuevamente y digo) ... ah que tengas buenas noches!”

Voy caminando buscando información en el teléfono relacionada el proyecto, estoy confundido y preocupado también por otros exámenes en puerta. Y aparece Martin!

Le muestro lo que estoy investigando mientras le cuento lo mucho que tengo que hacer y me dice:

“No te preocupes Samir deja eso proyecto en mis manos”

Martin como ya les conté es mi amigo desde la secundaria, sé que le gusto pero el trata de ocultarlo. Y aquí está él estudiando otra carrera ofreciéndose hacer un proyecto que no tiene nada que ver con sus estudios.

Samir: de verdad harías eso por mi! Cuanto me cobraras?

Martin: Nada! Para eso son los amigos!

Samir: muchísimas gracias (y le doy un abrazo espontáneo).

Al separarnos pude ver por un instante ese deseo reprimido en sus ojos, se sonrojó y se despido rápidamente.

Si... lo sé! Me estoy aprovechando de él, pero como siempre veré la manera de recompensarlo... te espero en mi próxima confesión!

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