A principios de año, la compañía se fusionó con una compañía mas grande y con mas presencia internacional. Por supuesto, hubo despidos, re ubicaciones, ingresaron nuevos empleados, y hasta hubo ampliación de los espacios de trabajo. Para los que no se acuerdan de mis relatos y mi perfil, soy abogado, recibido hace 7 años ya. Trabajo en un estudio de abogados que es sociedad con otros abogados siendo la cuarta firma mas grande de Argentina y Sudamérica. La fusión se dio con una empresa británica que tiene presencia en Asia, Europa y Latinoamérica.
Entre tantos cambios que hubo, yo pase a ocuparme de los contratos y normas de Compliance de la local y de la internacional. Hubo que pulir criterios y aunarlos para que sea algo perfectamente concordante no solo con ordenamientos jurídicos sino con las normas empresariales y societarias.
Esto conllevo a un ascenso y cambio de categoría, la empresa me dio un auto corporativo, ya no tenía que usar el mío, tarjeta platinum corporativa, entre otros beneficios. Hablo 3 idiomas, y según varios socios, era el candidato perfecto para ir a trabajar por 45 días al sudeste asiático.
Yo no quería saber nada con la idea. Ya hace años estuve de vacaciones en Malasia y no la pasé muy bien. Pero me insistieron que en este caso sería Singapur, por trabajo, gastos pagos y no como la vez que fui de vacaciones sin ciertas prevenciones previstas.
Preparé todo acá en Buenos Aires y me encaminé al nuevo destino por 45 días.
Al llegar, me pasó a buscar un auto de la filial en Singapur, me recibieron con bombos y platillos. Junto conmigo, había solo 3 extranjeros más en esa filial. Un brasilero, un uruguayo y yo. Todo el mundo era exageradamente amable conmigo. Según mi compañero uruguayo era porqué entre mas de 15 personas ahí trabajando era el único de mas de 1.83 de altura, rubio, ojos claros y musculoso. Suelen tener un trato bastante especial por los blancos algo hegemónicos según me explicaron. De no creer pero es así.
Después de conocer al equipo, almorzar con ellos y hacer varias videollamadas con Buenos Aires y Londres, hubo que poner manos a la obra. Algunas cosas estaban traducidas al inglés pero muchas otras que no. En una de las reuniones híbridas que tuve, reclamé tener que trabajar con algún socio o compañero que me ayude con el idioma.
Me presentaron a Oanji khua, o algo por el estilo. Mi compañero uruguayo le decía Oaki como un personaje de caricaturas de los 80 y 90 salido de una caricatura en Argentina. Oaki era un asiático nacido en Camboya, con una vida difícil pero que se abrió solo paso entre muchas adversidades y a sus 30 años hablaba mandarín, malayo, inglés y japonés. De hecho no es abogado, estaba como empleado administrativo en la empresa, pero fue contratado por sus conocimientos idiomáticos. 1,62, de contextura muy delgado, de pelo corto, un saco y camisa que le quedaban algo grandes, Oaki era muy risueño, sonreía todo el tiempo y con gran predisposición. Quería que le enseñe español.
Oaki era de los pocos, o el único mejor dicho que sabía comunicarse fluidamente con todos. Por su estatura era divertido verlo caminar por la calle ya que dos pasos míos significaban 6 de él. La diferencia de tamaños entre nosotros era algo bestial, bueh, con todos en ese país salvo con el brasilero que medía 1.75 y el uruguayo que tendría aproximadamente 1,72.
Una de las costumbres de esa filial era que había que salir a beber o a comer después del horario de trabajo. Realmente no quería, no podía. El hotel en el que me quedaba tenía gimnasio y quería ordenar un poco mi dieta y mi rutina ya que por una semana no tuve tiempo de ocuparme del fitness. Les prometí que el viernes iría con ellos.
La semana transcurrió, reuniones, traducciones, Oaki pasaba mucho tiempo en mi oficina ayudándome y realmente me había gustado tenerlo cerca. Sobre todo, porque mi perversa imaginación pensaba como se vería desnudito y enfrentando mi dotación de 23×8. En fin, una tarde le pregunté si vivía con alguien y me respondió que no. Que solo le quedaban su padre y hermano que trabajaban y vivían precariamente en Camboya y que su objetivo era conseguir dinero suficiente para traerlos a vivir con él. Hermoso gesto y palabras. No quiso ampliarme mas su situación familiar y le pregunté: ¿tienes pareja? Lo que provocó que se ría, se ponga colorado, baje la cabeza y la mueva en sentido negativo.
Mirando a través del vidrio de la oficina sonriéndose como era costumbre en él, toma un papel y me dice que le gustaban los chicos pero que era secreto. Me río y le respondo en el mismo papel: ¡a mí también! Abrió grandes sus ojos, se puso serio, se sentó y se puso a trabajar como si lo hubiera ofendido. Pasa que a nivel jerárquico la corporación no ve con buena cara los vínculos entre empleados ni las relaciones entre posiciones de poder, para evitar problemas a futuro. Oaki ni tonto, ni perezoso, y conocedor de las normas, interpretó que lo que hablamos podía perjudicar lo en algo. Mi respuesta fue que compartíamos secreto. Eso en parte lo dejó mas tranquilo.
Días después celebraron en la oficina el cumpleaños del CEO general, quien se encargaba de manejar las filiales en el sudeste asiático con excepción de Japón. Un asiático de unos 50 años recién cumplidos, educado, de mucho dinero, bien vestido y muy conforme con mi trabajo.
Me extiende la invitación al festejo de su cumpleaños, pagaría todo él e iríamos a un restaurante de buena categoría todos los empleados. Por cortesía profesional digo que si. Nos sentamos todos en una enorme mesa cuadrada, muy bien arreglada. De un lado lo tenía a Oaki que desde nuestro secreto, no se me despegaba y del otro a mi compañero uruguayo. La cena fue tranquila y todos charlando en buen tono, de buena manera y sobre saltos. Mucha gente se acercó a saludar al gerente. En teoría era un hombre y su familia también, muy respetados. Momentos después del brindis, aparecen en escena, un show musical, canto, karaoke, baile y el vino había sido abundante.
Había que ir a trabajar y yo me quería ir. Afuera llovía un poco y debía volverme al hotel. Saludo a todos y Oaki seguía sentado mirando a todos con su sonrisa perfecta. Le dije que me iba y si quería que lo alcance a algún lado. Enseguida cambió la cara, se apuró a agarrar sus cosas, y a que saliéramos del lugar. Llegamos al estacionamiento, nos metemos al auto y le pido que en el GPS ponga la ubicación de su casa. Resulta que vivía bastante alejado del centro de la ciudad, y su barrio no era de lo mas amigable con un blanco llegando en Mercedes Benz, a lo que le respondí: ¿es seguro llegar ahí en auto?
Y con una mueca de preocupación me indica que lo deje en la salida que le queda a unas 10 cuadras de donde él suele tomarse el tren a diario. Que ahí estaría bien y el tren pasaba toda la noche.
Ok, nos pusimos en marcha, en el auto fuimos hablando de la fiesta de cumpleaños y de la gente que acercó a saludar. Oaki cambiando radicalmente de tema me pregunta si yo estaba de novio o viéndome con alguien, me dio risa y ternura su pregunta y le dije que no y que desde que había llegado a esa ciudad, no tuve realmente tiempo de conocer a nadie. Sonrío y se puso a mirar por la ventana de su lado.
Llegamos a la estación de tren donde él tenía que bajarse. Abre la puerta, me saluda con la amabilidad de tiempo y empieza a caminar rápido al andén semi iluminado, algo descuidado y él era el único esperándolo.
Saqué el celular, lo llamé y le dije que se suba al auto. Volvió corriendo, se sube al coche y le dije: no es una noche ni un horario para que estes solo ahí. Vamos a mi hotel y ahí vemos que hacemos. Estaba nervioso y repetía que estaba bien, que se podía bajar e incluso ir caminando. Con tono firme de voz le dije que no, y que en el hotel decidiríamos.
Entrando a mi habitación que era similar a un departamento con kitchen aid, horno, mesada, un sofá grande, y habitación con cama king. A Oaki no se le cerraba la boca de ver este lugar. Me cuenta que el vive en un lugar grande como mi habitación y eso era todo.
Me pregunta si podía quedarse a pasar la noche. Le dije que si. Para Oaki respetar las costumbres y cultura era muy importante y necesitaba lavar su ropa para el día siguiente ya que no iba a su casa. Le dije que hay un lavarropas en la cocina y secadora. Mientras él se sorprendía con la lavadora yo me desvestía y me disponía a ducharme. Oaki me ve y no sacaba su mirada de mi cuerpo. Me dice que solo había visto un cuerpo como el mío solo en las películas y en chicos que aparecían en internet. Me reí le dije que se ocupe de su ropa, que primero me bañaría yo y luego él.
Entro a la ducha dejando la puerta abierta, por si le agarraba curiosidad y quería ver más. Por lo poco que pude percibir, me espiaba pero no se animó a más. Me cubrí con la toalla, salí y le dije que era su turno. Tapado con un toallón desde la altura de las axilas, prácticamente voló al baño y cerró la puerta. Increíble su pudor.
Tomé el celular, miré mensajes, lo puse a cargar y me recosté desnudo en la cama, interpretando que Oaki se quedaría en el sillón que también se hacía cama. Casi entrando en sueño escucho a Oaki en la puerta de la habitación cubierto con su toallón y diciéndome que a la ropa le faltaba secarse y que no tenía nada que ponerse. Mi ropa le quedaba 7 u 8 talles mas grandes. Me levanto de la cama y Oaki queda perplejo al ver el tamaño de mi miembro. Balbuceaba ¿qué hacía? ¿Como y donde dormía? ¿Qué ropa usaba?
Yo: ¡shhh ya!
Saqué su ropa de la secadora casi casi seca, la extiendo en unas sillas de la habitación y le dije que para la mañana estarían perfectas.
Que podía dormir conmigo en la cama, usando esa toalla si sentía incomodo conmigo o podía usar el sillón el cual, se lo extendí para que viera que era una cama.
Mirando siempre hacia abajo y serio optó por el sillón cama, y le dije: ¡buenas noches! ¡Que descanses!
Me acosté nuevamente siendo casi las 11 pm. Caigo en un profundo sueño después del día largo que tuvimos.
Mi problema que gran parte de mi noche me empalmo y se me engarrota cual piedra la pija. Si ya dormida llama la atención parada mas aún. A mitad de la noche siento movimientos sobre la cama, me despierto y lo veo a Oaki, cual desconcierto diciéndome que el sillón no era muy cómodo y que prefería la cama. Yo: si dale, si problemas, échate ahí, que duermas bien.
A la hora siento su cuerpo pegado al mío. En comparación de proporciones y tamaño físico era como mi osito de peluche para dormir. Por lo que me doy vuelta y lo cuchareo a ver su reacción. Momentos después siento una de sus manitas deslizándose por mi bajo vientre y acariciando suavemente mi pija semi empalmada. Lo dejé hacer, que disfrute y yo me hacia el dormido. Me posiciono boca arriba para estar mas cómodo y mi pija era un mástil de dura que estaba por la situación.
Minutos después vuelve a llevar su manita a mi pija y empiezo a sentir el calor de su lengua y su boca, que trataban de hacer lo que podían ya que no le entraba completa. Con su manito libre acariciaba mi cuerpo, mis pechos, y las llevaba las dos a mis huevos, a mi tronco, intentaba succionar con un gran esfuerzo. Yo estaba muy caliente ya que hacía varios días sin acción así que intenté controlar el lechazo.
Siento el calor de su cuerpo que se extendía por el mío hasta llegar su boca a mi boca, buscando suavemente darme un beso. Lo dejo acercarse y comienzo a tranzarlo. Él creyó que estaba dormido pero no, lo sujete de la cabeza y me puse a comerle la boca, medio entre su perplejidad y su asombro por mi reacción. Hasta que le pedí que se calmara(l y que lo disfrute. Intentaba rodearme con sus bracitos para abrazarme pero no llegaba. Le expliqué como me gustaba que me la chupen y lo puse a mamar cual ternero a pesar de que no le entraba completa en la boca.
Su culito tal como lo imagine, marroncito, chiquito, lampiño, aguardando a ser desgarrado y desflorado. Le pregunté si me dejaba cogerlo y me dijo que no, que tenía miedo y que nunca estuvo con una pija tan grande. Me masturbo un poco mas y se esforzó por chupármela rico, y finalmente acabé sobre su carita. Le hice una mascarilla de semen por todo lo que largué.
Se fue rápido al baño a lavarse, y volvió cual niño que ya había jugado y se acostó al lado mío quedándose dormido de inmediato.
Lo abracé cual peluche y a la mañana siguiente él estaba ansioso por llegar rápido al trabajo y que no quería que lo vieran conmigo.
Lo alcancé con el auto y lo dejé a 2 cuadras del trabajo. Yo entre como es habitual con el auto. El día siguió con su habitualidad y en un papel le dejé escrito a Oaki que no quisiera volverme a Argentina sin probar su culo.
Continuará.
Muy rico todo
En la foto no se ve todo tu mastil pero si que estas grande y gruesa. Como quisiera comermela. Nunca longe hecho pero es es mi deseo.
Muchas gracias, si estoy escribiendo la parte 2. Pronto estará publicada. Y si, las fotos de acá son reales.
Muy buen relato, saludos desde Uruguay.
Muy buen relato, además de buena dotación según la foto de perfil, saludos de un cubano en Uruguay, espero más relatos tuyos .
Gracias
Me encantan tus relatos colega.