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Desayuno para curar la cruda

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El pasado fin de semana e iniciando bien este mes de julio fuimos mi esposa Maricruz y yo a un convivio con un grupo de amigos a una cabaña que tiene uno de ellos en un poblado cerca de nuestra ciudad, por la cuarentena y evitar que nos cortaran la fiesta decidimos alejarnos un poco de la civilización para convivir entre amigos y pasarnos un rato ameno.

El sábado a las 3 de la tarde y después de terminar con nuestras actividades laborales nos reunimos todos para llevar lo necesario para nuestro convivio, carne, asador, botanas y bebidas, y nos encaminamos cada pareja en su propio vehículo, en total éramos 6 parejas, entre ellos mi compadre y su esposa. Cuando decidimos que él fuera el padrino de bautizo de mi primer hijo todavía no estaba él casado, por eso solo él es compadre.

Total que agarramos camino hacia la cabaña todos en caravana para no perdernos, 6 parejas 6 carros uno tras otro para no perdernos en el camino, la cabaña no estaba lejos alrededor de 35 minutos de nuestra casa cerca y a la vez lejos del ruido, cruzando cerros, pinos y arroyos así que el camino pintaba de lo mejor. Llegamos y de inmediato las mujeres comenzaron a preparar la carne y botanas mientras los hombres con la cerveza ya en la mano poníamos el fuego y platicábamos de nuestros empleos y demás, asimismo las mujeres se ponían al día en sus cosas, total que a una hora de nuestra llegada ya estábamos listos para comer, nos fuimos acercando a la mesa.

Todos contentos conviviendo y disfrutando del lugar y la comida, pasando esta y entrando la noche, pusimos una fogata para que nos iluminara la noche y hacer un encuentro bohemio para relajarnos de nuestras labores diarias, en ratos estábamos todos juntos en rato puros hombres y así fue pasando la noche hasta que estábamos todos muy tomados en particular los hombres.

Las pláticas cuando estábamos todos juntos eran triviales del día a día y temas que nos hacían reír a todos desde chistes a anécdotas, y cuando estábamos los hombres solos pues era un poco más candente la conversación ya al punto tomados pues se nos suelta la boca, y en eso estábamos cuando mi compadre se desahoga conmigo y me platica que trae problemas con su mujer, que sin llegar a ser de consecuencias fatales, si incomodaban un tanto llevar su vida tranquila, por lo mismo en el ámbito sexual pues mi compadre me pidió recomendaciones de donde poder desahogarse sin consecuencias, prácticamente me estaba pidiendo que le recomendara alguna prostituta o algún bar donde pudiera aliviar su frustración, yo me reí de su ocurrencia y después él me dijo que era de verdad que ya tenía casi un mes que no tenía intimidad con su esposa, ninguno de los dos es feo, por el contrario ella hace voltear a verla en la calle, su vestimenta siempre es elegante siempre muy formal, y su bonito cuerpo sin tener nada exagerado.

Estuve a punto de contarle el secreto que teníamos mi esposa y yo lo de nuestras travesuras, pero me contuve primero quería comentar con mi mujer la situación del compadre y a ver si podíamos ayudarle un poquito, ya que antes de nosotros ser matrimonio, mi compadre intento ligar ella por bastante tiempo la pretendió pero nunca se dio que pudieran salir solos, tanto ella como el como que de jóvenes se tuvieron ganas pero nunca nadie dijo nada ni se dio la oportunidad de quitarse las ganas, platicando con Maricruz le propongo que hagamos algo por el compadre, que lo saquemos del trance por el que pasa e ideamos la mejor manera para conseguir nuestro objetivo que sería llegar a un trio con el compadre.

Así que contando con el permiso de ella y trazando entre los dos un plan me dirigí con mi compadre para ir tanteando el terreno y como envolverlo en nuestro plan, llego con el platicando de cosas tranquilas hasta que el de nuevo me pide mi recomendación, le digo que a la mañana que ya se empezaba a asomar lo invitaba a desayunar a nuestra casa, que le tendría un caldo caliente y muy picante para sacarnos la cruda que los dos llevaríamos.

Mientras platicábamos de eso se acerca mi esposa a platicar con nosotros y como ya había previsto antes aleje a mi compadre un poco para poder platicar tranquilos y sin que nadie nos escuchara, cuando ella llega me pide irnos que ya es tarde y tenemos que descansar, en eso la abrazo y le planto un beso que ella me devuelve con cariño y ánimo, y ella me dice en tono de cachondearía “mejor ya vámonos que ya te necesito en mi cama”, y lo dijo enfrente del compadre y él entre risas me dice “vamos matador disfruta tu noche que yo no sé hasta cuándo”, mi esposa un tanto coqueta le dice al compadre: “te acuerdas cuando andabas tras de mí, chance y algún día...” Y en cuanto terminó de decir eso me dice “vámonos”, y tomándome de la mano me jala y nos despedimos de todos y salimos rumbo a nuestra casa.

Apenas nos subimos al coche ella se quita la chamarra que traía puesta por el frio, y se inclina para sacarme el pene y ponerlo en su boca, yo pasé mi mano por su cintura, por debajo del pantalón y todos lados y en cuanto entramos cerro el portón se saca sus pantalones y nos fuimos hasta nuestra recámara metiéndonos mano y en ocasiones la penetraba en alguna pared que la recargaba o en empinada en el sillón, ya en la cama me tumba y se sube para cabalgarme de una manera violenta que nos hace acabar juntos.

En la mañana en cuanto sale el sol, me levanto y salgo a comprar el desayuno, un caldo de camarón que hacen en un restaurant y afortunadamente abren desde muy temprano para los enfermos que origina el alcohol, y en el camino de regreso le marco a mi compadre para invitarle a desayunar y este me contesta que solo se da un baño para refrescarse un poco y que si no fuera porque sabía que había tomado bastante sino se iba directo al hospital a internarse.

Cuando llego a la casa despierto a Maricruz y que se ponga bonita sin exagerar para que parezca que se acaba de levantar, pero si le pido que se bañe y que se lave bien sus partes. Llega mi compadre y salgo a recibirlo burlándome de la cara que la resaca le saco y lo bien que le caería el desayuno, pasamos a la casa y empecé a servir los platos mientras mi compadre preparaba una cerveza, en eso baja mi esposa y nos da los buenos días con un beso en la boca a mí y uno en la mejilla a mi compadre, bajo vestida con un blusón de dormir de tirantes con encaje en sus pechos y de ceda el resto que apenas y cubría sus pompis, descubrimos el compadre y yo que no llevaba sostén porque se dibujaban perfectamente sus pezones por la delgada y transparente tela, y de sus calzones no podíamos ver si traía o no.

Comenzamos a desayunar y platicábamos entre risas todo lo ocurrido la noche anterior, yo aprovechaba para decirle piropos a mi esposa o bien meterle mano mientras mi compadre nos veía y al momento que yo tocaba a mi esposa ella voltea a ver a mi compadre para dedicarle una sonrisa coqueta o me quitaba la mano pero siempre viendo a mi compadre, y en cuanto ella hacia el ademan de retirarme, yo le preguntaba a él “a poco no está bien chichona mi vieja?” O “a poco no está chula esta preciosura que tengo?” Y así muchas cosas para generar un ambiente cachondo.

Después de tanta manoseada de imprevisto dice mi compadre “ya por favor dejen de comer delante de los hambrientos, con esta cruda que me cargo y tras un mes de castidad me siento como burrito en primavera”, mi esposa y yo reímos del comentario y esta a su vez le dijo “a ver, a poco te excitaste viendo como este canijo me mete mano”, y él le contesta que no es de palo además de que “prácticamente te estoy viendo las chichis comadrita”, “está muy hábil le pregunta y te gusta lo que ves?”, él: “claro se ven muy bien” y en cuanto él dice eso yo le agarro uno de sus pechos y lo comienzo a masajear, ella me recrimina diciendo que pobre compadre, y también le dice “compadre si es cierto que esta excitado déjeme ver que la tiene parada y lo dejo que me toque el otro pecho”, este inmediato se levanta y su short parecía carpa de circo, ella le dice “ándele pues présteme su mano” y ella la agarra con sus dos manos y la pone sobre su pecho mientras le dice “suavecito que brusco no me gusta”, y ahí estábamos los tres sentados en la mesa con nuestro desayuno enfriándose, pero nuestra temperatura más que caliente.

En eso dice ella “basta de sobadas” se levanta y con fuerza hace girar la silla de mi compadre diciéndole: “más vale que usted sea discreto y si lo es tendrá esto -señalando su cuerpo- cada vez que quiera”. Dicho lo anterior ella se saca el blusón quedando frente a mi compadre en puro calzoncito negro, bikini liso, y se arrodilla frente a él para bajarle el short con todo y bóxer para sin más tomarla por la cabeza para pasar su lengua desde sus testículos hasta su cabecita, lo hizo tres veces para en la cuarta de una sola meterse todo el miembro del compadre a la boca, y comienza a hacerle según él, el mejor sexo oral que ha recibido. Ella le agarra las dos manos y las pone sobre la cabeza de ella para que la acompañe en la mamada.

Mientras yo los veía ella me hace señas para que me acerque y le saque los calzones y en cuanto lo hago, me acuesto en el piso boca arriba para comenzar a lamer el sexo de ella, hasta que ella me pide que cambiemos y es ahora el compadre quien devuelve el favor a ella metiéndole la lengua en su vagina.

Ella se levanta después de un rato y nos invita al cuarto y en cuanto llegamos me pide que me siente en una orilla de la cama que quiere que la vea como se coge al compadre y dicho esto ella se pone de perrito sobre la cama y diciendo al compadre que se la meta, que quiere que se la coja y que lo haga fuerte como si se tratara de una puta. Este se la metió de un solo golpe y empezaron a coger como poseídos, duro, fuerte, y ella pidiéndole más, más fuerte y de repente suenan dos nalgadas que él le dio, ella diciéndole “siii mas mas hazme lo que quieras soy la puta que siempre quisiste tener, hazme tuyaaa”.

Cambiaron a muchas posiciones, hasta que él se corrió dentro de ella. Cansados los dos el compadre dice que es hora de irse y en cuanto se incorpora mi esposa salta como resorte sin importarle que de su panocha escurran los jugos de ellos, se pone de rodillas y le deja la verga semi erecta bien limpia. Yo me quedé sentado en la cama viendo como mi esposa y mi compadre se alejaban, ella en cuanto bajan se pone el blusón él se recompone sus ropas y dirigiéndose a la puerta, y yo me acerqué a la ventana para ver que sucedía, mientras se encaminaban hacia su vehículo.

Maricruz le decía que cuando quisiera sacarse el estrés ella estaría disponible siempre para él, no le importó que alguien o alguno de los vecinos la vieran con el sol de la mañana y lo transparente de su blusón se podía ver tanto sus pechos como su abultada vagina. Ella se despide de él con un beso apasionado en la boca y tomándolo del cuello, y este a su vez le metía las manos por debajo para tocar sus nalgas, durarían unos 5 minutos en despedirse para cuando el sube y se aleja.

En cuanto ella llega al cuarto de nosotros yo estoy desnudo con mi pene en la mano y ella al llegar se deja caer sobre el para moverse como poseída, y agradeciéndome que le haya permitido cogerse al compadre y que espera que pronto se pueda repetir otro desayuno igual...

Como siempre espero que el relato haya sido de su agrado y les enviamos un cordial saludo.

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