Siempre que se me da, tengo experiencias con hombres maduros, de hecho, fueron ellos quienes me enseñaron todo en la cama y yo les obsequie todo mi cuerpito, mi rosquetito, mi belleza y mi juventud. Solía en esos años pintar mis labios y delinear mis ojos, pero ya no lo hago en mi cara, pero amo pintarme el glande con un buen labial y que me pinten el ano con labial para así tirar besitos cuando me meten esas ricas lenguas húmedas y me retuerzo de placer.
Ahora ando echándole el ojo a un chico que trabaja en un supermercado mayorista de Montevideo, y usan ahí uniforme que consta de pantalón negro y t-shirt roja. Y uno de mis fetiches son las prendas rojas en los hombres… me la poneen bieeen duuura contra el ombligo jajaja.
Voy hasta la sucursal que se encuentra en Paso de la Arena, y lo busco por los pasillos donde están las heladeras de productos lácteos. Allí me encuentro a mi conejito deseado, en cuclillas reponiendo bolsas con yogurt. No es muy alto, 1.73 cm, no más de eso. Tez morena, cabello prieto y lacio, piel joven, cadenita en el cuello, boca pedidora de verga juguetona, expresión de golosina angelical en esos ojos con mirada inocente pero muy zorra a la vez. Abdomen bien plano, brazos fibrosos, con tatuajes, pulseritas de macrame, de diversos colores, un arito en una oreja. Los pantalones malditos pantalones negros y un poco flojos, no me permiten notar el bulto pero si que el culito debe estar bien delicioso.
Paso junto a el y deslizo muy rápidamente mi mano juguetona por su nuquita, levanta y gira la cabeza y me ve. Casi susurrando le digo: "yo también tengo lácteos, ¿querés probar?". Rápidamente nos pasamos nuestros Whatsapp, y me aleje. No estoy para hacer perder el empleo a nadie.
En poco rato, Gustavo y yo, nos estábamos comunicando. Gus tiene 19 años, es pasivo, por el momento. Se enloquece chupando vergas, porongas, pijas, chotas, pirulos, choris, gansos, y pollas en España, excepto que en Uruguay la polla es tan sólo la mujer del pollo jajaja. Me manda 2 videos de colección donde me muestra sus creampies anales y bucales, ¡todo un ilustre tragaleche a sus 19 años! De inmediato me saco la verga y los huevos a más no dar de hinchados y me los filmo con el I-phone bien de cerca para que me la vea toda le muestro bien los huevos, me sacudo el ganso bien grandote y lo hago girar, me meto el dedo indice en el glande y lo masajeo bien morboso, así hasta que me pongo tan loco de placer que me sale toda la leche por el ojo que no tiene pestaña jaja, no he terminado aún, juego con mi leche calentita recién servida para mi conejito y me embadurno toda la chota, no importa si ya desinflo, Gus tiene que comprobar bien la calidad de mis productos lácteos.
A la noche fui hasta el barrio La Teja a buscar a Gus, el vive allí, es pobre en su economía, pero al menos tiene poco trayecto en bus hasta el supermercado en Paso de la Arena. Yo soy químico farmacéutico, vivo en un apartamento en Punta Carretas, con vista al mar. Estoy muy bien economicamente.
Ya en el trayecto hasta mi apartamento, nos hicimos muchas cosas ricas. Los dos estamos bien duchadito y oliendo bien rico. Ya me bajó el pantalón me la mamo un poco, me acarició los huevos, yo le abrí el pantalón y ya le palpe el rosquetito húmedo y ya dilatado deseoso de mi chota bien hinchada. Le metí lengua en los pezones y en la boquita tiernita.
Cuando llegamos y entramos, mi pantalón voló por los aires, Gus se sacó el suyo y se puso con el culo al aire de espaldas a mí y con la mirada en el mar, junto al ventanal. ¡Ayyy por dios santo que ganas de rebolear yaaaa la vergota por ese culo precioso bien formadito y durito!
Nos abrazamos, nos dimos lengua, nos refregamos verga contra verga, él unos 14 cm, la mía mide 16 cm. Gus empezó ya a jadear y a echar la cabeza hacia atrás como un conejito ansioso de macho que lo enloquezca y lo vuelva la puta más petera y tragaleche y entrega culo de todo el Uruguay jaja. Se puso de rodillas suplicando, rogando por favor mi verga, me la mamo con tanto hambre y desesperación, que me acabé no sólo en su boca sino en toda su cara, como un animal lácteo, lo embadurne todo a buenos y abundantes chorros. Gus se reía a más no dar, estaba feliz, saboreaba toda mi leche y yo tomaba con mis dedos la golosina y el ponía toda la lengua afuera para que se la depositara. Pasaba toda la lengua por el borde de sus labios para no perder nada, ¡una auténtica conejita insaciable!
Mi verga tampoco se calmó, y se volvió a poner como una vara de metal. Gus se abrió todo el culo con las manitos morenitas y me puso el ojete bien en la cara, para que se lo viera muy bien sin perder ningún detalle, se lo abrí con los dedos, se lo masajeé en círculos, luego se sentó en mi cara y me refrego el culo a más no dar, me pedía a gritos la lengua, sin paz, sin tregua. Ahora si mi verga de caballo en celo se iba a meter toda bien adentro de ese culo hermoso y hambriento, para darnos el gustaso de la noche, macho con macho, ¡que cosas tan deliciosas nos da la vida! Gus se pajeaba toda su pichicha y los huevos mientras yo me deleitaba bien dentro del ojete del pequeño Gus, ¡toda toda quiero mas adentro mas así bien macho! mientras ambos jadeabamos como perritos y Gus me regalaba todo el culo, ¡todo! ¡quiero más macho! Gritaba mi conejito cochinito mientras se retorcía de placer y lloraba…
¡Mucha leche en toda la sábana!
¡Que noche, Teté!
A la mañana, entre risas y toqueteos ricos, y besitos, lo volvíamos a hacer. Ambos sentimos que no queríamos que ésto fuera un Touch and go más, ¡ teníamos que tener nuestro segundo encuentro!.
Si os gustó mi historia, haré una segunda parte. Besitos en el rosquete.