back to top
InicioAmor FilialEl chorizo de Gabriel

El chorizo de Gabriel
E

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 4 minutos

Con ella solo habíamos tenido una relación de cierta distancia debido a su forma de ser un poco petulante, nunca la había visto con ojos de morbo, pero ese día sucedió algo muy especial, yo había preparado la cena y entre las viandas había unos chorizos, ella de manera jocosa dijo algo como “vamos a probarle el chorizo a Gabriel”, confieso que eso me dio un corrientazo en la parte baja, ella no era dada a comentarios así, pero su doble sentido hizo que pensara en sexo.

Solamente estábamos mi esposa, su hermano y Alba María la esposa de él, que estaban de visita por ser un fin de semana con lunes festivo y ellos siempre aprovechaban a venir desde la capital para pasar estos días en el pueblo. Habíamos tomado dos botellas de vino y apenas estaba destapando la tercera, cuando mi cuñado dice que tiene mucho sueño por el cansancio del viaje, que se va a dormir para que mañana salgamos a recorrer el pueblo desde temprano, su esposa bueno amor pero este vino este delicioso, terminamos y voy contigo.

Entonces les serví más vino y continuamos hablando de mas cosas irrelevante hasta que ella habló de la cena y volvió a referirse a los chorizos ya con un tono algo distorsionado por el vino, dice me encanto el chorizo es lo mejor de Gabriel y me miro con algo de picardía. La verdad solo atine a mirar al piso y decir “que bueno ahí lo tienes a la orden”, mi esposa sonrío pero me miro como reclamando por lo pasado del comentario.

La verdad a mi me dio mucha calentura creo que tuve una erección que se notaba, entonces Alba María me dice que si puedo traerle un hielo para su vino, yo sabía que no podía pararme así, pues se notaba mucho mi falo erecto, entonces hice un giro rápido para ir a la cocina y regrese con el hielo pedido, bueno se terminó el vino y nos retiramos a las habitaciones, deseándonos un feliz sueño cada uno.

Ya a la hora de irnos a dormir estaba con mi esposa que me dice:

–cómo te pereció el chiste de Alba María?

–cual? Le contesto.

–pues eso del chorizo!

–ah no, simplemente me pareció raro que haga comentarios de doble sentido. Cierto?

–pero bueno yo si quiero este chorizo que he probado tanto.

Y se lanzó a darme una tremenda mamada, parecía poseída como si fuera la última o la única vez que pudiera hacerlo, mi erección al sentir sus labios alrededor de mi verga casi que me hacía estallar, ella chupaba con todo, bajaba su lengua desde la cabeza hasta base y me decía “así es que se prueba un chorizo, así es que se come, o quieres que te lo haga ella?” También me decía otras cosas llenas de morbo.

Yo realmente estaba disfrutando, pero los comentarios de mi esposa me pusieron a pensar en Alba María, si pensando en que fuera ella quien estuviera dándome esta mamada poderosa, imaginaba que fuera su boca, sus labios, sus manos en acción con mi pene, entonces más excitación sentía.

Estábamos en eso cuando sentimos un toque suave en la puerta de la habitación, mi esposa se levantó a abrir y yo quede en la cama desnudo y con tremenda erección solo cubierto en algo por la sabana, en la puerta estaba Alba María a quien vi en su piyama de dos piezas muy transparentes eso me dio más morbo, pero yo hacía como que estaba mirando la tele en la que teníamos una película de Netflix, era 365 días.

Ella vino a pedir si le podía regalar algo para desmaquillarse mi esposa le dice que por supuesto, que pase al baño y tome lo que necesite, ella ingresó y de manera algo picara pregunto si estaba interrumpiendo algo, mi esposa le dijo con una sonrisa algo maliciosa que no que tranquila, ella me miro y también a la tele donde había una escena muy erótica y apenas dice “creo que estaban así, me voy para que puedan seguir”, yo tímidamente dije “pues si quieres te quedas”. Hubo como un hielo en el ambiente pero ella solo atinó a decir “está bien siempre he querido terminar de ver esta película, entonces si me lo permiten me quedo”.

Mi esposa me miro algo enojada y yo estaba que no sabía que hacer porque estaba desnudo solo me cubría levemente la sabana, fue entonces cuando ella sin nada de tapujos y de una manera sorprendente nos dice “tranquilos continúen yo sé que se lo estabas mamando, yo los escuche y por eso vine no me aguante la calentura, quiero verlos como si fueran los de la película”.

Los dos quedamos algo en shock, mi esposa apenas dijo “ay no, me da pena” y ella “cual pena más bien pene, si sigue chupando ese pene, ese chorizo que tanto te gusta y que me tiene con la vagina mojada, dale quiero verlos quiero que se la chupes como lo hacías hace un rato y si no te molesta que me dejes chupar a mí también”.

Los dos nos pusimos muy calientes, pero yo no podía decir nada solo pensaba que si daba muestras de que esto me gustaba, mi esposa se pondría celosa o armaría un escándalo, espere a que ella reaccionara y para mi sorpresa tal vez por el efecto del vino, dijo “si te voy a mostrar como la chupo y también si quieres puedes chuparlo”.

Entonces me quito la sabana y continuo con esa espectacular mamada, su cuñada con su piyama transparente se ubicó más cerca de nosotros y se metió la mano entre las amplias mangas cortas y se acariciaba la vagina, con la otra mano tocaba sus pezones por encima de la tela yo estaba a punto de estallar, me parecía imposible estar viendo a la cuñada de mi esposa, a esa señora tan seria, tan acartonada ahí frente masturbándose mientras nos observaba yo también le estaba introduciendo los dedos entre la vagina a mi esposa y uno entre el culito después de lubricarlo con sus propios jugos.

Esto puso mas excitada a Alba Maria que acelero el movimiento de su mano y gemía de manera ahogada tal vez pensando en no despertar a su marido. Apenas pude oír que dijo yo quiero y se acercó a mi verga o a mi esposa no sé, pero metió la cabeza ahí y me lamia la verga y también lamia los labios de mi esposa, que sensación tan impresionante tener dos bocas disputando mi pene, que de vez en cuando se cruzaban y se daban besos intensos entrelazaban sus lenguas como si fueran expertas, el culo de Alba Maria me quedo cerca entonces también lubrique mis dedos con el coño de mi esposa y le fui introduciendo lentamente por el ano.

Fue espectacular sentir ese culito caliente que succionaba mis dedos también al mismo tiempo como se comían mi verga, yo acerque mi cara al coño y empecé a lamer y chupar su clítoris le recorría toda su vulva con mi lengua y llegaba hasta el orificio de su delicioso culito de donde saque mis dedos y a cambio le hice masaje con la lengua, esa mujer entró en convulsiones se torcía y se mojó mucho en su vulva, me pedía que le metiera mas la lengua y le pidió a mi mujer que se subiera un poco para ella lamerle el coño, estaba desesperada quería comer coño, quería comer verga, quería lengua en el culo, quería dedos en su coño, quería estar con todos sus orificios llenos, yo comencé a sentir que no podía mas y les dije me vengo, me vengo ahí mismo las dos en actitud de muy putas se bajaron a chupar más mi verga succionando los testículos y a esperar el chorro de leche que les llegó a sus caras las cuales se limpiaron mutuamente con sus respectivas lenguas. Los tres caímos extasiados y dormimos, ella salió silenciosamente.

Ahora no estoy seguro si fue realidad o si lo soñé, solo sé que mientras desayunábamos Alba Marina comento; “lo mejor que he probado es el chorizo de Gabriel”, todos reímos.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.