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El profesor de Química

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Soy Lety, hace tiempo no escribía un relato y hoy quiero contarles una experiencia en la universidad.

Recuerdo que cursaba ya el quinto semestre de la carrera de nutrición, todo iba bien, pero la verdad Química era mi coco, no podía con esa materia, por más que me esforzaba siempre o sacaba 6 o me reprobaba el viejo panzón, así le decíamos los compañeros.

A mis 21 años, ya era novia de Luis, pero me dejaba cortejar por alguno que otro compañero, siempre me vestía muy llamativa, mostrando mis piernas con sexys minifaldas y medias o mi grande y duro trasero con licras transparente o mezclilla ajustadísima, era muy popular, pero aun así, de besos no pasaba y la idea de ser fiel aun rondaba mi cabeza.

Bueno, volviendo al tema principal, estaba a nada de reprobar esa materia, y no quería hacerlo ya que no podría pasar a mi sexto semestre. Algunos compañeros con los que me llevaba bien me decían que el profesor Ramón, era muy fácil de sacarle las calificaciones, con alguna lanita o con alguna botella, yo al principio estaba dudosa, pero al tener la necesidad de pasar, compre una botella de “jimador” y prepare unos 600 pesos en efectivo, todo para sacar un 8 de perdida.

Al día siguiente espere a que todos se fueran y me acerque al profesor Ramón, si ese viejo gordo, de lentes, con cejas pegadas, que parecía más un vago que un profesor, en ese tipo estaba a punto de tratar de llegar a un acuerdo para no reprobar.

L: ¡Disculpe profesor, quiero hablar sobre mi calificación final con usted!

R: Señorita Flores, usted más que nadie sabe que ya reprobó, no paso los exámenes, no paso las pruebas de laboratorio y las practicas ni se diga, ¡no hay nada que hacer!

L: Pero pro, mire que le parece si le entrego un trabajo final, ¡aunque sea para sacar 6!

R: ¡Los siento señorita, ya es uy tarde!

¡Él estaba a punto de abandonar el aula, cuando lo tomé de la mano y me puse frente el para intentar sobornarlo!

L: ¡Pro, que le parce si hacemos un acuerdo!

R: ¿Un acuerdo? ¿A qué se refiere señorita Flores?

L: ¡Tengo una botella de Tequila para usted, una de un litro!

R: Por un litro de Tequila, jajá se confunde señorita, buenas tardes

L: ¡No! Mire la botella y 600 pesos, para sacar un 8 final, ¡qué le parece!

El me miro muy serio y nuevamente se negó a aceptar las cosas, me salió con un sermón de lo moral, pero yo como necesitaba el 8 para poder conservar mi historial académico que mi padre me exigía, dije lo que no debí haber dicho en ese momento...

L: ¡Ya profe, le doy lo que usted quiera!

R: ¿Que dijiste?

L: Que lo que usted quiera pro, ¡es que en serio necesito ese 8!

El me miro de arriba abajo, ese día traía puesto un short de mezclilla entalladísimo arriba del muslo, mi blusa blanca entallada y unos cómodos converse, Ramón me miró fijamente y me dijo: ¡te espero en mi sala de Química a las 2, lleva tu cuaderno!

Ingenuamente me alegre, pensé que el viejo me haría un examen o algún trabajo para sacarme el 8, así que puntual a las 2 llegue a su aula de Química.

L: ¿Pro, soy Flores, puedo pasar?

R: ¡Adelante, pasa!

Él estaba recostado en su silla reclinable, me miro y me dijo: ¡deja la botella en ese estante y los 600 pesos en ese bote!

Inmediatamente hice lo que me pidió y muy contenta le pregunte que cuanto me sacaría, el viejo me miro y sonriendo me dijo: ¡no nena, eso apenas es para un 6 y tú necesitas 8, falta otra cosa!

Después de decirme eso se puso de pie y se dirigió a mí, cerró la puerta con chapa y me abrazo diciéndome...

R: Flores, sabes que estoy arriesgándome por ti, mi puesto y mi carrera, ¿de verdad crees que una botella y 600 pesos bastan?

L: ¡Pero es que ya no tengo más profe!

R: Jajá, ¡nena en serio eres ingenua o finges!

L: De verdad profe, si quiere mañana le traigo más, ¡pero sáqueme ese 8!

R: ¡Tú tienes algo que quiero y me lo puedes dar ahorita nena!

Después de decirme eso, su mano empezó a acariciarme el trasero, ¡yo anonadada me quede inmóvil sintiendo como su mano recorría una y otra vez mis nalgas!

R: Yo creo que tu cuerpecito si vale un 8 nena, ¡así que si lo quieres debes de ser para mí!

L: ¡Pero pro, eso es inmoral!

R: Jajá, ¡tú que me sobornaste me hablas de moralidad!

L: ¡Pero pro!

R: ¡Si quieres el 8, ven, quítate la ropa y déjate llevar!

No sabía qué hacer, si llorar, golpearlo, reírme o solo salir de ahí, ninguna de las opciones anteriores tomé, ¡y como si estuviera hipnotizada fui directo a donde estaba el!

R: ¡Eso bebe, no te arrepentirás, veras que saldrás ganando tú!

Mientras me decía eso, sus manos agarraban mis piernas y mis nalgas, yo cerré los ojos ya que el tipo me desagradaba por completo, trataba de imaginar otras cosas, ¡pero sus leperadas y la forma tan inmoral y desesperada en que me tocaba, me hacía regresar a mi realidad!

R: ¡Que ricas nalgas, eres la más buena de la escuela y por mucho, siempre me has excitado Flores!

L: ¿Solo me está viendo?

R: Jajá, tú crees que somos de piedra o que, siempre sale la oportunidad con alguna estudiante tonta, ¡así como tú!

L: ¡No me diga así!

R: ¡Mejor cállate y ven aquí abajo, ándale, dame el servicio ya!

Al mirar hacia abajo, me di cuenta que ya tenía el pantalón hasta abajo y su pene parado y en su mano, era un pene normal solo que mórbido, parecía estar sucio la verdad al verlo me dieron ganas de vomitar, ¡pero ya no podía escapar del viejo gordo!

R: ¡Que esperas putita, comételo, comételo ya!

L: ¡Ya voy, deje ponerle un condón!

R: No te quieras pasar de lista, si quieres 8 hazlo natural, ¡que valga la pena!

L: ¡Pero pro!

R: Pero nada, ¡hazlo o vete y te repruebo!

Cerré mis ojos y lo introduje a mi boca, ya a esa edad había chupado antes, pero esa verga estaba horrible, su sabor, su olor, todo, quise sacarla de mi boca, ¡pero el me detuvo con su mano y me empujo más a su horrible pedazo de carne!

R: ¡Así, que rico, uf, que rico chupas!

L: ¡Me lástima!

R: ¡Cállate y chupa, uf, que putita más rica!

Me apretaba la cabeza y no me permitía sacarla de mi boca, el viejo gordo, ¡jadeaba y sus fluidos seminales empezaban a llenarme la boca!

R: ¡Levántate, ven putita!

Después de tenerme mamándosela sin poder respirar, él me puso de pie, me quito mi ropa dejándome solamente en tenis, y empezó a lamerme todo el cuerpo, su rasposa lengua iba de mis piernas hasta mi cuello, mordía mis pezones, me apretaba las nalgas, estaba como desesperado disfrutando de las delicias de mi cuerpo.

Me dio vuelta y él se acomodó en la silla, me tomo de las nalgas y me empezó a empujar hacia su verga, la tenía pequeña, le costaba penétrame ya que mis nalgas le impedían entrar libre, le tuve que ayudar tomándole su verga y ensartándome yo sola.

Sentí su dureza y palpitación, el tipo no duraría mucho, fue entonces que decidí acabar de una vez con todo, empecé a moverme y darme de sentones en él, el tipo gemía y gozaba, movía mis caderas para hacerlo sentir más, ¡sabía que si seguía así el ya no podría aguantar y se vendría!

L: ¡Te gusta, te gusta pro!

R: ¡Chiquita, me encanta, así, así!

L: ¡Si, goza, que rico, goza!

¡Fingía placer para excitarlo más y hacer que se viniera, pero me salió mal, ya que el tipo se puso más duro y agarro más fuerza!

Se puso de pie y me acomodo empinada en la silla, me daba de nalgadas, eran tan fuertes que me hacía gritar.

R: ¡Eso, grita putita, grita!

L: ¡Me lastima, ya basta!

R: Ok, ¡ahora recibirás algo más rico!

Me tomo de las nalgas y las abrió lo más que pudo, y a gran velocidad, empezó a penétrame una y otra vez, él se movía con todo, me molestaba como chocaba su panza en mí, ¡pero admito que lo que estaba haciendo me estaba excitando mucho!

R: ¡Ah, nena, agh!

L: ¡Ah, así, así!

¡Moví mis caderas para darle más placer, el me jalaba el cabello y me daba de nalgadas, admito que me estaba encantando eso, olvide que estaba en el aula de Química y solo gemía y gozaba de cómo el gordo me embestía!

R: ¡Chiquita eres lo máximo!

L: Ah, ¡que duro!

R: ¡Que rica putita, dios mío!

Sabía que él estaría por acabar pronto, pero yo también estaba a punto de sentir un orgasmo, el me apretaba fuerte de la cadera, acelerando sus movimientos, mientras yo también me movía, ¡hasta que de pronto ya no aguanto más y se vino!

R: ¡Dios, agh!

L: ¡Ah, adentro no!

R: ¡Cállate, toma, uf, toma!

L: ¡Dios!

R: ¡Si, que rico, que putita, dios, toma mi leche!

Me lleno la vagina de su semen, que para ser de pene pequeño descargo mucho líquido y aparte me genero un orgasmo, ¡el tipo me ofreció una toallita húmeda y mientras me limpiaba él se acomodaba su pantalón!

R: ¡Uf, que rico, bueno un trato es un trato!

L: ¡Espero que esto sea suficiente profe, me tengo que ir!

R: ¡Claro, será suficiente!

Salí corriendo a las regaderas del gimnasio, me bañe y me lave la boca hasta con jabón, ¡quería borrar todo rastro de que el viejo de Química me había cogido ese día!

Estuve como ida un par de días, hasta la entrega de calificaciones, donde el gordo no me puso ni 5 ni 8, en mi boleta aparecía 10 y una nota en las observaciones que decía “te dije que valdría la pena”

Tuve un alivio ya que pasé a sexto semestre, ¡aunque nuca eh olvidado que tuve que darle as nalgas al gordo de Química!

¡Saludos, su amiga Lety!

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