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Encuentro con Alexia de Coatza, en el puerto de Veracruz
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Tiempo de lectura: 15 minutos

Este relato que les quiero compartir viene a mi mente el recuerdo de Alexia (Nombre cambiado para cuidar la identidad de la protagonista) debido que hace un par de días me llegó una notificación a mi cuenta de ‘Linked In’, la cual indica que me he aparecido en la búsqueda que hicieron dos personas, por curiosidad entro a ver quiénes eran esas personas, y resulta que una de ellas era un ex compañero de trabajo y la otra persona que me buscó, fue una chica que conocí hace años, ella fue mi segunda relación de novios a ‘distancia’.

Por cierto, en el perfil de ella en esta red de contactos puede ver su foto actual y aunque obviamente ha madurado, sigue siendo una hermosa mujer y la madurez le da un toque cachondo, aún recuerdo muy bien como cuando nos vimos por primera vez y ella rondaba los 20 años y yo era mayor que ella con una diferencia de edades de 5 años más que ella.

Como adelanto le diré que después de nuestra relación y después de muchos años, una vez ella me sorprendió con un correo, era vísperas de navidad hace unos 11 años, que me mando un saludo, en esa breve charla me dijo que recordó esa primera vez que nos vimos y lo que vivimos, que aún conservaba el regalo que le hice esa primera vez (sinceramente no recordaba ese detalle). Hoy que nuevamente vuelvo a saber de ella gracias a Linked In, donde veo que ella busco o vio mis datos, me dio gusto saber de ella, y ver su foto me motivó el recordar y platicarles esta experiencia que viví con esta hermosa mujer.

A ella la conocí creo que por alguna charla en un chat, era el año 2001 cuando conocí a una hermosa y ardiente costeñita del sureste de México, de la región petrolera de Coatzacoalcos. A la que por discreción la llamaré Alexia para resguardar su identidad. Yo trabajaba en la ciudad de de México, cuando tuve la oportunidad de ligar con ella en un romance a larga distancia, ella me había comentado entre nuestras largas charlas por la red y telefónica (me encanto su voz, que era sexy y cachondo con ese tono costeño) que recientemente había salido de la escuela y que estaba trabajando en una de las empresas de Pemex estaba iniciando su carrera profesional y vaya que ha tenido éxito ya que actualmente tiene un cargo relevante dentro de la institución, oriunda de un pueblo pequeño cercano a la cabecera Coatzacoalcos, ya casi independizada de su familia ya que ella entre semana vivía en la ciudad petrolera de Coatzacoalcos, Veracruz y los fines de semana iba a su casa.

Nuestro relación de cyber novios fue creciendo día con día, nos hacíamos llamadas nocturnas románticas, donde nos pasábamos largas horas pegadas al teléfono en la noche soñando con algún día poder encontrarnos y hacer realidad nuestras fantasías.

Aunque esa relación de “cyber novios” era un tanto efímera tal vez era lo que alimentaba aquellas relaciones de la época, el velo de la incógnita que te hace desear que algún día se lleve a cabo el encuentro deseado, no conoces a la persona físicamente, tal vez en línea y por teléfono te estas haciendo una idea de quién es esa persona del otro lado, pero no es al 100%, tuvimos un romance a “distancia” y cada que podíamos estábamos en comunicación aunque saliera cara la cuenta del teléfono (en esa época la llamada de larga distancia eran facturadas al precio de oro el minuto) pero internamente sabía que no debía perder las esperanzas y que valían mucho más la pena la espera por ella, aguardando la posibilidad de algún día conocer en persona a mi “novia”.

Mientras tanto disfrutamos que me mandara fotos de ella, alguna donde estaba en una alberca o conviviendo con sus amigas donde se veía hermosa, poco a poco me encantaba esa bella chica, ya que indudablemente era una chica de bonito cuerpo, alegre y sensual.

Poco a poco nos fuimos conociendo, un día que teníamos nuestras llamadas de fin de semana las cuales eran de muchas horas, le propuse encontrarnos para hacer realidad nuestra fantasía, pues ya éramos “novios” pero queríamos dar un paso más a nuestra relación y poder tocarnos y besarnos, para ese entonces nuestras pláticas eran muy normales y con un toque de cachonderia soft, sin ser tan sexosas las sesiones telefónicas, ya estábamos ilusionado el uno del otro.

Le sugerí el poder reunirnos, pero la distancia entre la ciudad de méxico y coatzacoalcos era de aproximadamente 10 horas. Por lo que si yo quería hacer un viaje hasta su ciudad, iba a ser un viaje súper cansado y express y no podríamos disfrutar de nuestro romance, así que le propuse que nos encontráramos en un punto medio, y para ello se me ocurrió la ciudad del puerto de Veracruz la cual quedaba para ambos casi a la mitad de camino ahorrándonos ese tiempo para estar juntos y disfrutar del romance esos días.

Con un poco con desconfianza y dudas ella aceptó mi propuesta, y acordamos una fecha para ese encuentro, iba a ser un fin de semana con puente (día festivo no laborable) para poder disfrutar de nuestro encuentro deseado, por mi parte no quería que esa primera cita fuera en una habitación de hotel, deseaba algo más íntimo, así que me di a la tarea de investigar la renta de un departamento por los días que estaríamos en el puerto, podríamos estar en nuestro nido de amor, no quería un hotel donde ella se sintiera intimidad y del que nos estuviéramos cuidando de miradas indiscretas, ya que éramos muy jóvenes y no estábamos casados, así que mejor un departamento donde pudiéramos hacer lo que quisiéramos.

Conseguir rentar un departamento pequeño que tenía lo justo y necesario para ser nuestro nidito de amor, el cual estaba muy cerca del centro, y a unas cuadras del malecón del puerto y de la zona turística, en las fotos se veía muy agradable y la renta era por día, era el sitio perfecto para nuestra primera cita, hice la correspondiente contábamos los días para encontrarnos por fin.

Para mi Alexia fue mi segunda cita con chicas que conocí por internet hasta ese momento y que no eran de mi localidad, anteriormente tuve otra novia, a la cual visitaba continuamente en el puerto de Veracruz, y por ello sabía que el puerto era el escenario ideal para pasarla románticamente en el malecón con la chica amada.

Por fin la fecha acordada se cumplió, para no desperdiciar tiempo viajaríamos viernes, para poder tener más tiempo de estar juntos, así que a medio día ya estaba abordando un autobús de la ciudad de México con destino a a la ciudad y puerto de Veracruz, que para los que han leído otros de mis relatos sabrán que soy del estado de Veracruz, en la zona centro, y Alexia la protagonista de esta historia, es de la zona sur del estado así que somos paisanos.

El transcurso del viaje se me hizo largo hasta que llegué a la terminal de autobuses en el puerto, ya era como 7 de la noche, después de un viaje de aproximadamente 5 o 6 horas. A los pocos minutos arribó el autobús donde Alexia llegaría, una ilusión y alegría muy grande nos inundó el reconocernos y por fin tenernos frente a frente, muy cariñosa me abrazó y me beso, lo típico con un poco de charla en la terminal y con aquel clima tropical que en mi persona hacía estragos, para ella el clima era natural al estar acostumbrada al clima caluroso de la costa.

Tomamos un taxi para nuestro alquiler, que ya nos esperaba, me imaginaba que esa noche iba y debía ser larga. Imagínense viernes 7 de la noche, en un lugar tan romántico y especial como lo puede ser el puerto de Veracruz, dos jóvenes que nunca nos habíamos visto y esa noche estábamos cumpliendo nuestro más fantasía más anhelada desde que iniciamos la relación, sin duda puedo confesar que desde el primer momento en que la vi en fotos desee poder besarla, acariciarla tenerla entre mis brazos y hacerle el amor a aquella hermosa chica que por teléfono o correo tenía palabras bellas y a veces cachondas que me ponía caliente de solo pensar en poseerla y mientras hablábamos por teléfono o por MSN, a veces me acariciaba la verga pensando en que era ella quien lo hacía y esa noche no podría desperdiciar la gran oportunidad, sabía que ella también lo deseaba y si no de eso me tenía que encargar, por lo que no debía ser precipitado, primero la cita donde la debía cortejar y ella poder tomar la decisión si deseaba estar conmigo íntimamente o no sería el caso, ese era el dilema.

Por fin llegamos al departamento que se encontraba muy cerca de la zona del malecón, así que entre caricias y mimos llegamos abrazados a nuestro recinto, bajamos las maletas y nos instalamos, era una casita muy modesta con todos los servicios, no necesitábamos más, como si cumpliéramos una fantasía de vivir juntos por primera vez.

Una vez que nos instalamos, entre besos y platica felizmente nos preparamos para salir a dar la vuelta en esa noche hermosa que estaba ideal para el romance y teníamos mucho por hacer y platicar, conocernos más allá de las pláticas que habíamos tenido por teléfono, así que nos dirigimos al malecón, mientras nuestra plática era acompañada por la luz de la luna y el mar plácido con su sonido de las olas rompiendo en la playa, nos instalamos en un lugar del malecón donde nos pareció la mejor vista aunque eso no importaba, realmente el estar juntos abrazados era lo más importante en ese momento, la tenía acurrucada en mi pecho, mientras platicamos de nuestras vidas con la finalidad de conocer nuestros gustos, experiencias, y cuestiones de trabajo que enriquecen nuestra percepción de cada uno.

Previamente había comprado unas latas de cerveza para estar refrescarnos un poco e ir rompiendo el hielo, el calor era intenso y aunque la brisa marina refrescaba, el cachondeo de los besos y caricias se fueron avivando en esa velada única, las horas se nos fueron pero no queríamos que esa noche romántica terminara y creo que ya estábamos bastante excitados en ese instante y ya era de madrugada, por mi parte si me ilusionaba hacer el amor con Alexia, mi verga estaba mas que radiante por conocer la intimidad de ella, así que ya calientes regresamos a nuestro nido de amor temporal previo pasamos a comprar a una tienda de conveniencia otra dotación de cervezas para disfrutar esa noche, ya entrando a la casita nos fundimos en besos y caricias, y poco a poco la iba desnudando por el departamento mientras nos comíamos a besos, mientras ella se colgaba de mi correspondiendo a mis caricias, nuestras ropas iban cayendo regadas por las habitaciones del departamento y no había palabra fuera de lugar solo caricias y gemidos cargados de sexualidad éramos dos jóvenes que anhelamos dicho encuentro desde hace muchos días, antes de continuar describiendo el encuentro déjenme decirles que no soy un tipo alto, pero ella era más unos centímetros más bajita que yo, pero con un cuerpo de uva, muy rico y bien definido, de su rostro muy bonita aparentaba menos edad de los que ya tenía, parecía una chica menor a los 18 años aunque ya tenía más que eso y su complexión física le ayudaba a aparentar ser de menor edad.

Continuando con el relato, ya semidesnudos solo en ropa interior nos besábamos aforadamente como si quisiéramos comernos el uno al otro, por mi parte ya tenía mi verga erguida como mástil de aquellos buques que vimos en el puerto. En nuestro recorrido por el departamento la recargue contra la mesa de comedor que había en medio de la habitación, entre besos y caricias, le fui besando su pecho que sabía a deliciosa fruta tierna, con unos pezones ricos que ya estaban más que erguidos por la excitación que le producía mis caricias, la senté sobre la mesa del comedor ya solo tenía un calzón tipo bikini de lencería color negro y su bra del mismo color y textura, del cual hábilmente deslice hacia abajo sus copas par a liberarlos completamente y poder besar sus senos sin barreras, mientras la besaba, mi verga ya estaba justo donde quería estar, frente a su ardiente panocha que aún estaba enfundada en esa prenda íntima, le acariciaba la espalda y llegaba con mis manos hasta sus nalgas así abrasados, mi verga hacía intentos por penetrar la tela de su prenda íntima, mientras ella solo hacia su cabeza hacia atrás disfrutando mis besos y caricias, con una mano me abrazaba y con la otra mano acariciaba mi verga y la dirigía hacia su cueva, tratando de hacer a un lado su diminuta prenda. Aprovechando que la tenía rodeada con mis brazos le desabroche su brasier, el cual una vez desabrochado liberó a sus dos hermosas joyas, ahora si podía chuparlos y lamerlos enteramente. Me dediqué a saborear sus dos ricos botones color café obscuro, mientras ella solo gemía y acariciaba con sus manos mi cuerpo, tratando de meterse mi verga en su ardiente panocha. Baje por su pecho siguiendo la ruta del placer de ese encantador cuerpo hasta llegar al filo de su bikini, entre besos de mi parte alrededor de su prenda, aspirando sus aromas. Mientras que la recostaba en aquella mesa del comedor que era amplio y fácilmente cabíamos los dos, con su cadera al borde de la misma, como si se tratara de una camilla de consulta ginecológica la tenía a esa hermosa doncella frente a mi, casi desnuda y con las piernas abiertas y con las rodillas al aire, su panochita solo era cubierta por la tela de su bikini negro que parecía una gruta inundada de sus jugos internos.

Bese sus piernas y pelvis, para ir haciendo lentamente a un lado su prenda, la cual no quise quitar abruptamente ya que estábamos en el juego previo de la seducción, hice con mis dedos a un lado la tela suave de aquel encaje, logrando observar una papaya dulce y suave al tacto, con poco vello púbico, ella lo tenía bien arreglado, supongo lo arreglo pensando que esa noche tendríamos un encuentro íntimo, me imagino que se aseguró que en nuestro primer encuentro debía dar una grata impresión, se agradece la delicadeza de las chicas por su esmero y cuidado íntimo, y en verdad no me iba a limitar en mamar esa rica panochita lo cual fue parte de mi adiestramiento y perfeccionamiento en mamada de panochas como me lo ha confirmado Pita mi amiga de jalapa.

Estuve dedicado a lamer su cuevita, chupar sus labios íntimos y jugar con su clítoris, mientras ella solo gemía y contoneaba sobre la mesa, con mis labios y lengua hurgaba el interior de su vulva que tenía un delicioso sabor producto de los jugos de su humedad que ya al igual que yo estábamos deseosos por dar ese paso, así que me pegue a su panochita la cual llene de saliva y sus jugos me puse a succionar su clítoris y cada que lo hacía o metía en su interior mi lengua, tratando de pasar por sus partes más sensibles, tenía sus piernas literalmente sobre mi espalda como abrazándome para que no me separara de su panochita y la siguiera lamiendo, mientras con esmero me dedicaba a beber de su delicada flor ella gemía diciendo “…así mi amor… así… que rico… te deseo tanto… que rico… cuanto deseaba este momento…” y jalándome del cabello hacia su panochita rica para que me siguiera comiendo su fruto, así estuve un buen rato hasta que sentí sus espasmos y sus jugos fueron más intensos y entre palabras cortadas solo decía “que rico mi amor… asiii… asii… asiii… mi amor… te amo… que rico me la comes… me vengo… que rico… te quiero mi vida…“.

Por mi parte no podía decir muchas palabras más que “umm que rica estas mi amor… ummmm te gusta??” al estarme comiendo esa rica papaya a lo que su respuesta solo fue entre gemidos “siii… sigueee… no te detengas, me gusta mucho…”, una vez que dejo de tensar su cuerpo decidí explorar rápidamente por su cuerpo tendido en aquella mesa, pasando con mi boca dándole besos en su vientre, ombligo, pezones, cuello hasta llegar a su boca y entrelazarnos en un beso muy ardiente, ella me succionaba como intentando beber de sus jugos, mientras una mano la tenía ocupada en su cuevita dentro mis dedos jugueteaban con su interior para que no bajara el ritmo de su éxtasis, mi palma abarcaba du panocha sintiendo aquellos pelitos que no habían sido tocados por su depilada, mientras mi dedo medio jugueteaba con sus labios, y entraba y salía de su interior solo para sumergirlos en su humedad y una vez lubricado, frotarlo en su clítoris, el cual se sentía duro y caliente, lo frote con frenesí, mientras ella se retorcía de placer besándonos calientemente, Alexia solo estiro su mano para tomar mi verga que estaba dura y caliente para tratar de pajearme y corresponder un poco de lo que ella ya había disfrutado. Sus pies pequeños tenían unas ligeras sandalias para el clima de ahí, con un discreto tacón no tan alto pero que la hacían verse elegante y cachonda como únicas prendas que le quedaban, su bikini que ya estaba todo húmedo de sus jugos y mi saliva, jalada hacia una costado de su pucha. Se veía preciosa con esas dos únicas prendas que hacían un perfecto juego, la escena era más erótica, ella tenía una cara de placer, esperando mi próxima jugada, así que tendida en la mesa solo la jale para colocar su cadera al borde de la mesa para que mi pene pudiera ahora si penetrar su coñito que ya deseaba mi verga, pasando mis brazos entre los arcos que formaban sus piernas mientras mi falo tocaba la entrada de sus labios los cuales como una flor abriendo sus pétalos se ofrecían abiertos y húmedos como el sereno de una madrugad húmeda, permitiendo la entrada de su penetrador, mi verga ya estaba rebosante y con liquido preseminal tocando sus pliegues, y queriendo penetrarla, cuando la punta estaba por entrar en su cueva, ella incorporó su cuerpo y entre besos separa su cadera, para pedirme que me pusiera protección, era verdad que por la calentura del momento se me había pasado el ponerme un condón, ya que no estaba preparado para hacerle en ese momento el amor, pero claro que si iba preparado para ese viaje, ya que era lo que más deseaba desde antes de vernos.

Tuve que dejarla temporalmente recostada sobre la mesa, mientras con velocidad ninja, pero sin denotar nerviosismo o desesperación tuve que de localizar mi pantalón, en qué lugar del departamento había quedado ya que de ahí sacaría de mi cartera uno de los dos condones que portaba en su interior. Una vez colocado regrese donde aún permanecía Alexia en la mesa, llegue con mi falo más que duro y parado, con el que había recorrido el departamento, así que solo su mirada cachonda clavada en mis ojos y me verga que se movía erecta con mi caminar, con su ojito lloroso de líquido preseminal, ella con una sonrisa sexy de aquella chica costera, permanecía en su pose sobre la mesa, llegue a besarla nuevamente una vez que logre abrir el empaque del condón, después de un ardiente beso mientras ella manipulaba mi verga, con sus dedos delgados acaricio y palpo mis huevos, los cuales estaban calientes, se separó para bajar su cara hacia mi falo que ya estaba apuntando hacia su boca, y sin inmutarse solo abrió sus labios para engullir mi verga entera jugando con ella y con una de sus manos lo tomaba de la base separando mis pelos y agarrando mis testículos, hasta meterlo todo, con la otra mano ella me atraía hacia ella, que estaba recostada de lado sobre la mesa del comedor, mientras mis manos acariciaba una su cara, su cabello y otra su pucha, sus piernas y sus tetas ricas, presionando y pellizcando suavemente sus pezones erguidos.

Sus ricos gemidos y los sonidos de mis besos sobre su cuerpo llenaban aquella casa que era entera solo para nosotros, baje por su cuerpo hasta poseer con mi boca esa rica puchita, jugando con su clítoris que tenía ese típico sabor agridulce, cada que mi lengua aprisionaba sus labios vaginales ella solo así que una vez que ya ella estuvo bien caliente por la mamada que le di a su panocha, ya era momento de concluir el acto, así que me coloco el condón en mi húmeda y muy caliente y erecta verga, me coloque en la parte de la mesa donde su cuevita estaba esperándome, y ella solo movía las caderas frotando su clítoris, indicando que estaba muy caliente, no hubo mas palabras, solo miradas de complicidad y deseo.

Cuando sintió la punta de mi glande abrir los pliegues de sus labios vaginales ella al principio me miraba, mientras yo intentaba meter mi verga no tan bruscamente, guiando la cabeza por sus pliegue y hurgando con ellos, untando mi verga en su bollo como si se tratara de una salchicha en medio de un pan de hotdog, lo frotaba y ella solo agitaba la cabeza a los lados y me sujetaba de las manos como queriendo sentir mi verga dentro, como si quisiera guiar mi verga adentro y a la vez acariciando mis brazos para motivar mis movimientos.

Fui introduciendo mi verga en su interior y ella seguía acariciando mi s brazos y hasta que entre totalmente en ella solo se limitó a gemir, y cuando sentía mi verga al fondo ella apretaba con sus manos mis brazos o sentía que trataba de enterrar sus uñas en mi, así estuve bombeando, mientras levantaba sus piernas al aire y sobre mis hombros, mientras besaba el interior de sus chamorros, tobillos, pies o extendía mis manos para estimular sus pequeñas tetas, la veía cerrar sus ojos apretándolos y expresando sus gemidos calientes, así estuve bombeando por varios minutos, hasta que entrelazamos nuestros brazos para jalar su cuerpo hacia mi para besarla mientras yo estaba parado frente a la mesa con mi verga dentro de ella, estábamos fornicando yo parado frente a ella con sus piernas levantadas a mi lado y su pecho pegado a mi, nos besábamos y nos decíamos a los oídos de ambos lo que queríamos oír, los gemidos de cada uno y sus palabras que me indicaba que le estaba gustando esa sesión de sexo, quise cambiar de posición por lo que logre cargarla de la mesa, vaya no sé porque pero no me peso en ese momento, la tenía cargada de sus piernas con mi verga dentro de ella, ella entendió el juego y empezó a darse entonces en el aire mientras la cargaba, que rico, la pasee un rato por la casa, mientras mi verga entraba en su panocha haciendo los ruidos característicos de la unión de nuestros cuerpos húmedos de sudor y nuestros jugos, así la lleve cargando hasta un sillón muy como que estaba en la sala, donde la deposité delicadamente y ahora quería que fuera de otra manera, quería que se apoyará en el respaldo del sillón en una posición de perrito, vaya que la costeñita tenía una cuerpo pequeño pero muy excitante, se puso en la posición que le indique sobre el sillón, y yo llegue por detrás de ella para poder penetrarla de perrito, mientras la tomaba de sus caderas para jalarla hacia mi verga a su vez ella misma movía su cuerpo y en especial sus caderas para que las penetraciones fueran lo más rico para ella, solo podía ver sus ojitos de su cara cuando ella volteaba y con una sonrisa sexy me estaba indicando que lo estaba disfrutando, aún no era tan atrevida de mi parte que le diera sus nalgadas, y no quería que esa primera reunión se echara a perder el erotismo por algo que ella no esperaba de mí. Ahora me senté yo, ya que me estaba cansando el estar bombeando siempre parado desde que habíamos en la mesa de la cocina, así que me tumbe en ese sillón, con mi corazón bombeando sangre a mi verga a todo motor, el mástil aún estaba bastante erecto, así que ella me dijo, vaya el amiguito quiere batalla, así que hizo algo muyyy rico, que no me imaginé que haría, empezó a besar la base de falo, recorriendo con su lengua hasta mis huevos y metiéndose toda mi verga aun con condón en su boca que por cierto era pequeña, pero lo que hizo después fue pararse con sus piernas a mi lado y agacharse como si hiciera ejercicio, poniendo sus nalgas y en especial su papayita frente a mi cara para que se las besara y lamiera pero ella besaba la punta de mi verga, vaya flexibilidad de la pequeña costeña, me estaba ahogando su panocha y sus colita frente a mi, pero intente meter mi lengua en sus pliegues y saboreando los jugos que ya le había sacado mis penetradas, me atasque de sus jugos y ahora si, lo siguiente fue que se sentó sobre mi falo erecto, ella llevo el ritmo de esa penetrada, jugaba con mi verga como se le daba en ganas a veces se ponía en posición de ranita lista para saltar, mientras yo solo la tomaba de sus caderas para guiar sus caídas sobre mi verga, ella con sus manos libres acariciaba sus tetas o extendía sus cabellera por detrás de su nuca, echando hacia mí su cabellera, arqueando su cuerpo para besarnos y decirnos palabras que la calentura nos hacía decir. Ella apretó sus movimientos oprimiendo su interior y agitándose como batidora y eso me hizo bufar más en su oreja, lo cual entendió que era la culminación inevitable de mi primera venida, así que solo me dedique a decirle, “que rica esta estas mi amor… sigue así, me estás haciendo venirme…“ y agilizar sus movimientos y fue cuando mis espasmos de mi salida de la leche solo la tome de las caderas intentando estar lo más dentro posible de ella, que por reflejo natural y animal intenta uno depositar su semilla dentro de esa conchita caliente, pero obviamente tenia condón, así que toda mi leche quedó dentro del mismo, pero ella sintió mis espasmos y también gimiendo, solo decía “así mi amor… Así… también me vengo… aaahh que rico…”

En ese sillón terminamos la primera sesión del resto de esa noche ya que para mi iba a ser un poco larga, pero la excitación de poseer a esa hermosa hembrita hizo que mi ese primer orgasmo para mi fuera memorable y siempre recordable por mi parte y yo espero que para ella también. En fin no hubo lugar donde no tuvimos sexo esa noche y los días que estuvimos hospedados, en su bello y juvenil rostro se reflejaba la lujuria y la satisfacción de nuestro primer encuentro (recuerdo su bello rostro y lo comparó con el de hoy en día con el perfil que tiene ella en Linked In, como una persona que ha evolucionado ya como ejecutiva de Pemex, ahora al parecer radica más cerca de la CDMX).

Después de esa batalla furiosa donde no hubo tregua de ninguna de las dos partes, ya que mientras yo le metía la verga, ella no paraba de moverse, ella disfrutaba y complaciéndome con caricias, gemidos, palabras cachondas al oído, sus ricos gemidos y movimientos de una mujer de la costa, que no es por nada, pero esas nenas si que saben como complacer a un hombre, y con su mirada felina, terminamos nuestros orgasmos varias veces, en uno de los descanso que tuvimos esa noche aproveche para morbosear su bikini el cual era negro y la mancha de sus jugos brillosos delataban que estaba ya cachonda desde antes de que se los quitara, en un acto de fetichismo y cachonderia, los olí y los saboree, pero en eso ella salió del baño, lo cual nos apenó a ambos, ya que yo tenía en mi mano sus bragas junto a mi cara y no supe qué decirle, y creo ella por la pena no dijo más.

En fin terminamos rendidos esa noche de tanto sexo por todo el departamento, entre besos y caricias a su bello cuerpo desnudo, el pinche calor esta cabron en el puerto, así que solo tapados con una leve sabana de algodón me dormí pegado a su cuerpo y una de sus bubis en mi boca, a media noche, ella dormida, baje a mamarle su pucha que previamente antes de dormirnos ella había ido al baño a asearse, por lo que estaba fresquita cuando mi boca la volvió a lamer, con su rico sabor a hembra caliente empezó a humedecerse abriendo instintivamente sus piernas para que pudiera meter mi lengua en lo profundo de su cueva, la estuve satisfaciendo así, y mi verga ya estaba dura nuevamente, había pasado unas horas desde que nos habíamos dormido yo creo que unas dos horas, ya eran casi las cinco de la mañana y yo ya me la quería coger nuevamente, así que ella mientras dormitaba abriendo sus piernas, solo me coloque entre sus piernas con mi verga bien erecta, y en la posición de misionero se la empecé a meter, ella solo gemía con los ojos cerrados, me acariciaba, pero parecía dormida, ya tenía mi verga hasta el fondo y ella solo gemía y me acariciaba a la vez que abría las piernas al máximo y se las acariciaba, estaba muy cansada por el viaje, yo también pero tanto era la lujuria y calentura por aquella bella chica, que me la volví a coger mientras ella dormía.

Este escrito es un tributo para Alexia, que por algún motivo sé que ella siempre me tendrá en su mente como ella lo está dentro de la mía, y lo ha demostrado al escribirme y darme detalles que yo había olvidado como el repetirme el regalo que le di y el cual me dijo que aún lo conservaba, y al saber por medio de LinkedIn que ella me había visto mi perfil. Por cierto todo esto, motivo que buscara entre mis archivos las fotos de ella de cuando nos conocimos para recordarla como era y comparar su madurez, ahora se le nota más ese sexi lunar en su mejilla derecha y se nota que es una mujer sexy y cachonda, me imagino que debe ser más ardiente que cuando tuvimos ese rico encuentro en sus juventud.

Agradezco a ustedes el haber leído mi historia y como siempre trato de ser escribir lo más fiel posible y 100% real, por la rapidez en que trato de escribir alguna palabra o idea a lo mejor no es la correcta aunque trato de darle una repasada a lo que escribo antes de publicarlo, agradezco a las chicas que me han escrito con sus comentarios, como siempre espero me califiquen con y espero sus comentarios en el sitio o a mi correo: [email protected].

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