Nuevos relatos publicados: 16

¿Esto es real... o es un sueño?

  • 5
  • 9.673
  • 9,72 (18 Val.)
  • 8

El relato que les traigo hoy es una historia real, una situación real… o no. Jueguen con su imaginación.

Allí estaba ella, en la cama del hotel, su cuerpo desnudo le daba a la habitación una mágica obscenidad. No podía creérmelo, después de la interminable noche de pasión que hemos tenido y todavía no puedo eludir sentir este fuego dentro de mi cuando la miro.

Esta tumbada de lado sobre la gran cama, las paredes de maderas, una pequeña chimenea, el borde de la ventana nevado, parecía sacado del plano más hermoso que jamás haya visto en una película. Las sábanas la envuelven en perfecta armonía con su oscuro pelo. Los primeros rayos de sol del invierno inundan la habitación como haces de luz dorados por la ventana situada justo al lado de ella y el único sonido audible es el suave canto de los pájaros.

No se mueve, continúa siendo poseída por Morfeo, dios de la noche y de los sueños. No me canso de mirarla, cada detalle me parece hermoso, cada rasgo de su cara, cada curva de su cuerpo vestida solo por la sabana.

Nunca pensé que podría palpar algo así… creí que ya nunca lo sentiría. Hace tiempo soñaba y fantaseaba con hacerlo, pero llegó un día en el que perdí la esperanza harto de encontrarme tan perdido sin ti y sin embargo ahí estabas.

Abres los ojos lentamente y estos tardan en encontrarme un segundo, justo cuando nuestras pupilas se miran, tu mirada me tiene, tu sonrisa me enamora, tu cuerpo me quiere.

Estoy aquí, sentado justo al otro lado de la cama, te observo, te amo con los cinco sentidos.

Con la mano te acaricio la cara y una lágrima cae por tu mejilla. Yo también te quiero mi amor, no hace falta ni que separes los labios, solo necesitaba mírate y al verte verme.

Me siento en la cama, quiero besar esos labios que me buscan mordiéndose, quiero sentir tu cuerpo en mi piel. Enseguida noto tu calor, la sensación es increíble, mi cuerpo entero vibra, las piernas me tiemblan, el mundo entero se para.

Mis manos recorren por tu espalda, estas muy suave. Sonríes, siempre sonríes y no puedo evitar ser feliz cuando me miras así, podría vivir mil años, escuchando tu silencio.

Te beso, te abrazo, te miro. Otra vez el rayo, otra vez el fuego. Te deseo, te beso el cuello, la boca, los ojos… Tus manos aprietan mi espalda desnuda, ¿me sientes?... Mi respiración se entrecorta, por los dioses, cuanto te deseo.

Te insinúas, me provocas, me besas, me muerdes, me activas. Tu boca se abre lentamente dejando escapar un suave gemido casi inaudible, el más sensual que jamás he oído, mientras mis labios recorren tu cuerpo. Un escalofrío me recorre entero. Deseas que te posea, todo tu cuerpo esta sediento de mí. Te abrazo y somos uno, te tiembla suavemente el estómago acompañando tu entrecortada respiración.

Cuantas veces te he soñado mi amor, tantas que te quiero desde siempre y sigo soñándote. Mis manos te recorren, te conocen entera como si un imán dentro de ti las condujera, siento tu cuerpo como mío, los escalofríos me estremecen mientras te deseo y te acaricio recreando tus formas. Te recorro todo el cuerpo sin dejarme un centímetro. Apretamos nuestros cuerpos, quiero sentirte entera sin perder un milímetro.

Nuestras respiraciones se unen, se aceleran. El hormigueo de mi estómago se abre camino por el resto de mi cuerpo. Estamos tú y yo, solos en el universo, no hay nada más, no quiero nada más.

Siento que ya no estoy en mi cuerpo, hemos sobrepasado todos los muros físicos y son nuestras almas las que se mezclan y se retuercen.

Ambos estallamos en una explosión mientras nos abrazamos fuertemente como si quisiéramos traspasar la frontera de nuestros cuerpos, nos miramos a los ojos y una lágrima me sorprende recorriendo mi mejilla lentamente, no intento contenerla, dejo que fluya por todo mí ser, como toda mi pasión… creo que nunca antes había hecho el amor si es esto lo que se siente… amor sincero, sin miedo, sin máscaras, puro.

Te recorro entera a besos mientras con los ojos cerrados sonríes y te muerdes los labios, mi corazón es una bomba, lo siento por todo el cuerpo.

Nuestra respiración vuelve poco a poco a un ritmo normal y tus manos me acarician la cara mientras tus ojos la recorren celosos de lo que ven, como si intentara encontrar una respuesta a una pregunta que nunca se atrevieron a hacer… ¿de verdad eres tú?

Una suave melodía empieza a sonar, primero muy bajito, aumentando poco a poco su volumen. Tu mirada cambia, puedo leer la preocupación en tus ojos y el miedo reflejado en tu rostro, me abrazas fuerte como si no quisieras que me fuese a ninguna parte, pero tus brazos van perdiendo fuerza y el sonido aumenta. Te abrazo para que no tengas miedo, no me iré a ningún sitio mi vida, siempre estaré contigo.

Tus labios se mueven, pero no los oigo, tu piel suave se vuelve sedosa y tu carne se acolcha, no sé qué pasa, la habitación se oscurece… y el sonido sigue creciendo… otra vez no… otra vez … por favor… no te vayas, no desaparezcas…

Otra lágrima recorre mi cara… esta vez noto muy claramente la húmeda gota recorriendo mi cara más afilada que nunca, la melodía… esa melodía que hace que despierte de mi sueño… espero verte pronto mi amor, pienso mientras aprieto la almohada entre mis brazos y hundo mi cabeza buscando un último beso, un último contacto… hasta nuestro próximo sueño… y alargando la mano busco el silencio apagando la alarma del despertador que nos separa cada día.

Muchas gracias por leerme y espero un comentario o alguna valoración.

(9,72)