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Estrenando mi camioneta de aniversario de bodas

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Hola baby, espero que estes bien y te sigas masturbando con mis relatos, de antemano te agradezco el apoyo que le das a mis relatos. Y asimismo te invito a que me sigas en Facebook, me encuentras como Ishtar Flores para que te deleites con mis fotos, mismo nombre que uso en esta nuestra querida pagina de CuentoRelatos. Vengo a compartirte otra experiencia sexual a través de un relato, tratando de ser lo más posible leal a lo que viví. Sin más preámbulo comenzamos, le mando un beso a tu miembro.

Si eres mi fan sabrás que mi marido me regalo una camioneta por nuestro aniversario 25, por cierto, en este aniversario me cogió mi suegro (ya compartí el relato por si gustas leerlo) es una preciosa camioneta color negra con ampliación trasera, es una camioneta todo terreno, así como su dueña. Evidentemente tiene poco tiempo de que la uso, me daba cuenta que tardaba para arrancar, se lo comente a mi esposo Joel y prometió llevarla al mecánico, sin embargo, no lo hizo. Aquel jueves, aproximadamente a las 16 pm, justo antes de llegar al centro de Coyoacán, la camioneta no me permitió continuar, le hable a mi marido, pero por su trabajo no podía irme a traer por lo que me dijo que llamaría al señor Lino su mecánico de confianza, asimismo me dijo que le marcara cuando Lino llegara. El taller del mecánico se encuentra en Taxqueña, por lo que no tardo en llegar. -buenas tardes Verónica, Joel me pidió que viniera por la camioneta- le dije si, gracias y llame a mi señor. -Mi amor ya llego Lino- Joel me dio la siguiente indicación: Deja que Lino se lleve la camioneta al taller y tú te vas en taxi a la casa, escuchaste. Me lo dijo en un tono de mando.

Replique, si amor, e intuí que no quería que llegara al taller con Lino, y estuviera sola con él y sus ayudantes, ya que tenía jóvenes machos, que me miraba con deseo, cuando acudía al taller acompañada de mi esposo, por lo que mi marido, temía que pudieran incomodarme o hacerme algo. -le dije si amor, yo te marco cuando llegue a casa-me dijo voy a colgar porque mi jefe viene para mi oficina, ok, besos, le dije. Lino me dijo que se ofrecía a llevarme, y le dije que esperaría un taxi, me quede parada en aquel lugar, en la ciudad de México, con un calor infernal, y viendo que los taxis de aplicación no me respondían, desesperada por el calor, decidí aceptarle la ayuda del mecánico. En avenida, Taxqueña tengo una amiga, a la que iría a visitar, por lo que el viaje no duraría mucho, le dije que aceptaba su ayuda, y su cara se ilumino y me dijo, permíteme ayudarte y subí a la grúa, la cual por obvias razones estaba sucia y en condiciones poco favorables, al subir lo primero que note era un periódico, de esos que circulan en la ciudad, mostrando mujeres en baños menores. Lino se subió y arranco la grúa, mientras manejaba note, como su mirada libidinosa se perdía en mis piernas y muslos, ya que mi mini vestido, se subía, yo discretamente trataba de bajármelo, pero no servía de mucho.

Le marque a mi amiga y no estaba, Lino escucho y vi una sonrisa en su rostro, le dije déjame en la entrada del metro, pero él me dijo permíteme llegar a mi taller enfrente hay una base de taxi confiables, para que sea mas seguro y yo me quede tranquilo, con un poco de molestia termine aceptando. Cuando llegamos al taller, para mi sorpresa estaba cerrado y Lino se bajó abrir la cortina, me dijo, que no estaban los chalanes, habían ido arreglar un tráiler y no había nadie, entramos al taller, el cual era grande, olía mal y estaba muy sucio, un clásico taller de mecánico. Me ayudo a bajar, y le dije gracias, bueno tengo que irme, pero el me dijo espera deja mostraste lo que tiene la camioneta para que se lo digas a Joel, le comente -no hay problema, haz lo que tengas que hacer- me insistió es para que el cliente no piense que le voy a robar- visiblemente molesta acepte. Antes de abrir el cofre de la camioneta, cerro la cortina y quedamos en obscuridad, solamente un foco alumbraba, y una parte de luz solar que entraba por el patio trasero del taller, me sentí insegura. Lino abrió el cofre y me explico ciertas cosas que francamente no entendí, al no entenderle miré su taller, el cual tenía un sinfín de calendarios de mujeres en bikini y poster de modelos prácticamente desnudas, pero mi sorpresa mayúscula fue cuando di un vistazo a su oficina pude notar que tenía un elegante vestido de mujer en la silla de su oficina. Lino pareció darse cuente y sonrió. Me dijo vamos a revisar la parte trasera de la camioneta, yo intentaba caminar sexi con mis tacones en medio de un muladar. Mientras, me percate por el espejo que él iba viéndome morbosamente mis piernas y nalgas.

Yo iba vestida fiel a mi costumbre, como la meretriz que soy, con un mini vestido muy ajustado a mi cuerpo, que resaltaba mis atributos físicos y era un deleite para los caballeros, el minivestido era color gris, me llegaba hasta la mitad de mis muslos, y al sentarme se levantaba dejando ver ms muslos y algo más, era liso, con mangas que cubrían mis hombros, espalda y brazos, aunque tenia un poco de transparencia que le daba un toque sexi, lo acompañaban unas medias color carne, y unas zapatillas de color gris sin apertura, lo adorne con las joyas que me dio mi suegro por ser su puta, un reloj que me dio uno de mis amantes en un encuentro casual, y mis dos anillos de meretriz, recuperados después de volver a coger con mi suegro, labios rojos y cabello suelto, sumado a que llevaba mi clásico plug anal dorado, con tapa negra en forma de corazón, lucia fenomenal, pero esa vestimenta no era digna de un taller mecánico.

El señor Lino, rondaba en los 45 años, y ciertamente parecido a mi esposo, es chaparro, gordo, aunque un poco mas tosco que mi señor, moreno, con bigote como mi esposo, cabello negro, y poco agraciado, a los que me siguen en Facebook, concluirán que don Lino, es semejante a mi marido, Joel. Por lo tanto, el mecánico no me gustaba y no me atraía, pero por una extraña razón me recordaba a mi señor. Sumado a que olía mucho a sudor, y transpiraba mucho, y tenia un olor a orines en su overol, quizás como es señor de la vieja escuela, no esta acostumbrado a lavar su pene después de orinar. Francamente me sentía incomoda en aquel taller y estando a solas con él, me resultada desagradable.

Lino abrió la puerta y vio que la camioneta tenia, un espacio, me dijo supongo que es para poner las compras del super mercado -solamente moví la cabeza, indicando que si- yo francamente no entendía para que abrió la puerta, fue cuando el muy cínico me dijo, mira Verónica quiero que observes esa parte de la camioneta, yo toda inocente me asome y estire mi cuerpo, dejando ver mi culo al mecánico, le mencione: que quieres que vea no entiendo dije con molestia- fue cuando sentí un arrimos de verga muy duro- -mamacita no sabes cuantas ganas te tengo, me excitaste desde la primera vez que te vi- -desgraciado cerdo, quítate, y el muy cabron me agarro de mi cintura y me dio unos arrimones, no te hagas la esposa decente, si bien que eres una puta, te encanta pintarle los cuernos a Joel -le dije, si lo hago, pero yo elijo al amante- jaja pues ahora yo te elegí, decía, mientras me arrimaba su miembro.

Después me agarro y me puso de pie, quedamos fuera de la camioneta, y en solo un segundo sentí la presión de sus manos sobre mi espalda, después sus manos tocando y oprimiéndome por la cadera mientras intentaba levantar mi mini vestido. Presa del miedo y aturdida por la sorpresa, intente forcejear, defenderme, pero su fuerza fue mayor que la mía, y en la semioscuridad de ese taller, le daba un tinte de terror a momento. Empecé a gritar -el muy cínico, dijo nadie te escuchara, atrás es terreno baldío y si te disté cuenta no hay muchas casas, yo intentaba golpearlo como podía. Superándome en fuerza y tamaño, de un movimiento brusco, me volteo y comenzó a besarme los senos, al verme de pies a cabeza, por un momento quedo en schok, pues yo soy alta y uso tacones altos, tenía una estatura de 1, 80 aproximadamente y el es de la estatura de mi marido, 1 ,65. Se sorprendió de tener una Yegua de ese tamaño y fue cuando yo aproveche para darle un empujón muy fuerte, y así, correr.

El problema es que, con mis tacones, no podía correr con velocidad, sumado a que era un taller muy sucio, por lo que pise aceite que se encontraba tirado en el suelo, y caí al piso, golpeándome muy fuerte, me dolieron las nalgas, este golpe me dejó con las piernas abiertas. Me encontraba, aturdida por el golpe no podía moverme, lo que el aprovecho y se desnudó quitándose el overol junto con su bóxer, saliendo un miembro de tamaño normal muy prieto y cubierto por los sus vellos púbicos, Lino era físicamente muy parecido a mi esposo, y también su miembro, con la única diferencia que el del mecánico era más gordo, -dijo, te gusto, perra, lo vi en tu mirada- sin perder el tiempo, se recostó sobre mí, subió mi vestido a la altura de mi cintura, hizo la tanga a un lado, y con su mano coloco su gordo pene en la entrada de mi vagina, froto la cabeza du su sucio miembro en mi clítoris y lo introdujo de golpe, debido a que su miembro es de tamaño normal, entro de un jalón todo completo, su verga se sentía caliente y dura, me quemaba por dentro, tomándome de los muslos me los dobló hacia adelante mientras iba sintiendo su miembro centímetro a centímetro sentía como me iba abriendo la vagina, dejo caer su gordo cuerpo sobre mi esbelto cuerpo, lo que provocó que la penetración fuera más dura, después buscó mi boca, me negaba a besarlo, fue cuando don Lino, con gran experiencia, realizo movimientos de caderas empujó su pelvis y me lo enterró todo, hasta los testículos, sacándome un grito de dolor, que con el pasar de los minutos fue de placer, mi cuerpo me traiciono –aaah, si, que rico-, dije inconscientemente, mientras arañaba su espalda en señal de que ya estaba gozando.

Eres una perra, bien que te gusta la verga, pero te haces del rogar, -si querido, me encanta. Pero tengo que darme a respetar y sonreí irónicamente- yo ya estaba hirviendo de lujuria, y don Lino, seguía embistiéndome muy duro, después se puso de rodillas, y continuaba clavándome su verga, le dije levántame porque el suelo es duro e incomodo y esta sucio, el respondió, -sucia como tu- y se volvió acostar encima de mí, esta vez fui yo la que busque sus labios gruesos que me recordaba a mi cornudo digo a mi esposo, estiro mis brazos y nuestras manos se unían, mientras su gordo pene castigaba mi vagina –ay que delicioso, lo tienes don Lino- gracias amor, su cuerpo todo sudoroso y manchado por la grasa de los carros, le daban un toque único, a la follada, yo gemía, y escuche sonar mi celular, pero no podía contestar, minutos mas tarde el de Don Lino, sonó pero no quiso contestar, finalmente se apiado de mí y me levanto, mi espalda pudo descansar del duro y frio piso y del enorme peso de su cuerpo.

Por lo tanto, quedamos sentados en el suelo, Lino se sentó y doblo sus piernas de manera que sus talones se acercaron entre sí. Es una posición utilizada también para ejercicios de meditación. Por mi parte, me senté suavemente encima de él y, con mis largas piernas, rodeé la cintura gorda de mi amante. Esta posición, me permitió una estimulación directa de mi clítoris. Por ende, comencé a gemir como puta -mmm, aaaah, que rico. El balanceo suave realizado en esta posición me estaba llevando al paraíso, sumado a que Lino, también le daba placer con sus manos a mi clítoris, por lo que obtenía más placer y me permitió llegar al orgasmo, tuve mi primer squit, mojando el sucio pene del mecánico, -tremenda puta, ya te corriste —yo estaba vibrando y gozando mi orgasmo y solté un desgarrador pero delicioso grito -aaaah, mmm- mis líquidos nos mojaron, comencé a realizar una variedad de movimientos. No me limitaba a subir y bajar. La comodidad de esta postura me permitió forman círculos y otras formas con las caderas. Por momentos, me tiraba un poco hacia atrás y tomaba el control del ritmo. Por lo que el señor dijo, espera puta, coges bien rico, pero aun no me quiero venir- Por lo tanto, Lino para controlar la eyaculación y tener ahora el control, tomo la cintura de su amante para frenar mi ritmo y hacer pequeñas pausas para evitar un final precoz.

Para tomar un respiro, lo mejor fue que comenzamos a besarnos y acariciarnos, mientras el pene seguía en mi panocha, -que rico, papi, no sabía que cogías tan rico, le dije- me besaba muy tiernamente, por lo que el sexo desenfrenado se convirtió en pasión y romanticismo, esta postura sexual nos proporcionó la posibilidad de dar y recibir besos y caricias desde el principio hasta el final del encuentro, ardíamos en deseo y parecíamos los enamorados más cariñosos. Después de varios minutos, volvimos a retomar los movimientos bruscos, yo me echaba hacia atrás y el hizo lo mismo, y su pene salió, nuevamente lo introdujo, y seguimos cogiendo parecía una especie de mecedora, que rico, mmmm aaah gemiamos mutuamente. Nos volvimos a unir en un abrazo, yo sentía su gordo abdomen y su pecho sucio, lleno de pelos, la penetración más la estimulación de zonas erógenas, como eran el cuello, orejas y pechos son las partes del cuerpo más excitantes. En esta posición nos pudimos besar cada una de ellas mientras hacíamos el amor. Lógicamente, el clímax nos hizo llegar a puntos inimaginables. Y volví a tener un orgasmo –aaaah mmmm le mordí el cuello y le arañe la espalda, como muestra del placer que me estaba produciendo- cuando recupere el aliento, no podía creer que aquel gordo mecánico ya me hubiera hecho venir dos veces, sin duda su fealdad la reponía con su manera de coger, igual que mi osito es decir mi esposo, Joel.

Por fin nos pusimos de pie, y yo me agache para besarlo, le quedaba muy alta, y sonaron los celulares, le dije es Joel, déjame responder- donde estas amor, te dije que me avisaras, cuando llegaras a casa- le dije, amor no he regresado pase con mi amiga Carolina (quien vive en Taxqueña) aaa ok, amor, luego te marco- Lino, dijo yo también tengo llamadas y mensajes de tu señor, pero solamente le mandare mensaje, indicando que estoy arreglando la camioneta, Joel le preguntó si yo ya me había ido, a lo cual Lino, le respondió aseverando que yo había tomado un taxi. El mecánico, se hinco y me quito la tanga, la introdujo en su boca, luego se la quitó la coloco en su pene y se masturbo con ella, posteriormente me la metió completamente en mi boca,

Eres una puta tremenda, mirando mi vagina, dijo: ¡Tienes un bizcochito sabroso! ¡Listo para darle de besos!, Me dijo, al mismo instante que se lanzaba sobre de él, a llenarlo de besos, a separarme los vellos de mi vagina, a descubrirme mi clítoris, a darle besitos, a morderlo con sus labios, a estimularlo, a lengüetearlo todito, haciendo que me revolcara de aquel placer: ¡aaagh, aaah, gemia, de placer. Sus manos estaban sobre mi cintura y su boca se presionaba con fuerza sobre de mi monte de Venus. Hacía unos movimientos entre horizontales y giratorios con la lengua, que me estimulaban locamente. –aaaah sentía quebrarme- cuando volvió a sonar el celular, me dijo no contestes, pero alcance a ver que era mi amiga Carolina, le dije es mi amiga, déjame decirle que no me vaya a desmentir con mi señor, ok, dijo Lino. Respondí mientras el mecánico, me besaba mi concha, Carolina dijo: Veronica, me mando mensaje Joel que si te encuentras conmigo, que le digo, y respondí, entre gemidos dile que estoy contigo aaaah por favor, Carolina se percató que estaba en celo: desgraciada, andas cogiendo, jejeje, seguramente con un joven semental y atlético de aquellos que te asechan —dije, si, bye querida, en mi mente comente si supieras que es un gordo y señor, que es el mecánico.

Después Lino, me volteo y vio mi plug dorado anal, - sí que eres una puta, deja quitarlo y saco unas pinzas y de un solo golpe lo saco, aaah, se lo puso en la boca y parecía un bebe con un chupón, después me lo paso a mi boca, ahora yo daba pucheros con mi plug dorado y fuimos a la parte trasera de la camioneta, y en el espacio libre dijo: ponte en cuatro quiero cogerte de perrito, amor quiero romper ese culo sagrado, como pude subi a la camioneta y me acomode, él se puso atrás de mí, Se levantó y de la bolsa del overol sacó una botellita de aceite de bebé, lo vi abrirla y echar un chorrito en su grueso y duro pene, lo embadurnó bien y quedó brillante resaltando las venas y su roja cabeza, se veía imponente, colosal, sentí un escalofrío al imaginarme esa gruesa tranca abriendo mi culito, seguramente me partiría en dos. Me tomó de la cintura y me acomodó boca abajo. Que colita tan hermosa y carnosa tienes no sabes como la voy a disfrutar- expresó. Acariciaba mis nalgas y recorría con la mano el surco entre mis nalgas, lubricando el canal, llenándolo de aceite de bebé. Me dijo que abriera más mis piernas y me metió dos dedos embadurnados de aceite, resbalaron profundo y los empezó a meter y sacar, asegurándose de lubricarme muy bien por dentro, cerré los ojos y gemí levantando más mis nalgas, me estremecía, estaba totalmente entregada a este maduro. Aaagh- se me escapó un gemido.

No puedo esperar a romper tu culo, sabes que no he cogido desde noviembre del año pasado, estoy como burro en celo, yo no respondía pues tenía el plug anal en mi boca, solamente se oían gemidos y pucheros de mi boca. Deseaba que ya me lo metiera, aunque sentía miedo con tremendo pedazo, era tamaño normal pero muy gordo, puso su miembro en la entrada de mi ano, intento meter la cabeza pero no dejaba, despacio lo hizo, pero intento de nuevo y ahora si entro la dura cabeza, después parte del tronco, por lo que comenzó a bombearme, lento y profundo, la sacaba hasta dejar sólo la cabeza y me la clavaba hasta el fondo, cada que me penetraba sentía que me faltaba el aire y gemía al momento que me la sacaba, dentro y fuera, rozando mis paredes por dentro y haciéndome vibrar de placer, yo estiraba mis manos sobre los asientos de la camioneta, comenzó un vaivén de lujuria, ya me tenia bien ensartada en su verga, y comenzó a penetrarme muy duro -zaz, zas-zas- se escuchaba, me jalo del cabello, esa verga me estaba quebrando, chocaba violentamente con su panza gorda, y su pene velludo, destrozaba mi ano, fue cuando en momento de violencia, expulse el plug anal, y grite, aaaaah, desgraciado, me estas partiendo, pero sigue- no podía creerlo que en la camioneta de mi aniversario estuviera cogiendo con el mecánico.

Aagh movía mi cadera acompañando sus ricas y duras embestidas disfrutando tan delicioso coito anal… puse mi dedo acariciando mi clítoris diciéndole: sigue, dame maaas duroo!! La luz de la camioneta se había encendido sumado al sudor de nuestros cuerpos, y yo particularmente sudaba más porque tenía el vestido puesto, prácticamente solamente mis zonas intimas descubiertas, y el calor de la cercana primavera, esa camioneta era una sauna de lujuria. estaba subiendo sus manos por mi vientre cogió mis senos con sus manos besando mi cuello haciendo que me encogiera de hombros por lo que me hizo sentir, era muy morboso y excitante estar con otro hombre que no era mi marido pero que físicamente se parecía a él, solamente que más gordo y también su pene más gordo, abrazándome por detrás, cogiendo mis senos y metiendo paquete entre mis nalgas, en mi camioneta de aniversario, y dispuesta a que hiciera conmigo todo lo que quisiera. Después con sus toscas manos me nalgueaba, castigaba mis carnes, y con sus toscas manos apretó mis nalgas, lo que hizo que su miembro se viera más atrapado y dijo me vengo, y eyaculo en mi ano, salió mucha leche, no era mentira de que no cogia desde el otro año, su leche era muy cremosa y apestosa también. Nuevamente quedo encima de mí, me sentía satisfecha, aunque muy adolorida del ano y rodillas, espalda, por los lugares tan incomodos de coger, piso, días atrás en el cemento, ahora en la camioneta, esta ultima dejaba marcadas mis rodillas, por estar en la posición de perrito, Lino, se quedó pegado a mi, y sus espermatozoides ya forman parte de mi ano, y los que salieron, escurrían por mis muslos, y se pegaban en la camioneta- Lino dijo: voy a tener que lavar esta camioneta.

Salimos de la camioneta, y me comenzó a besar, para después invitarme una cerveza, la acepte, cada quien agarro un embace de caguama y no las tomamos lo que ayudo a mitigar el dolor del sexo duro que teníamos, mi amor aun no termínanos, le dije claro que no, aún falta otro round, sentencie, perdida completamente en mi deseo. Terminamos cada quien su embace de cerveza y me ofreció otro, y al final otro, estábamos brindando con pura cerveza, mientras el fumaba, y me abrazaba, todos nuestros cuerpos bañados, en sudor, fue cuando me quito el mini vestido- a ver, mamita, déjame desvestirte, y se limpio el sudor con mi vestido -no, alcance a decir, y lo coloco en la camioneta, ¿Por qué te pusiste tan brava? Ya sé que no te gusto, pero tu marido también es feo y gordo Respondí, me gusta jugar a la esposa decente, sentir adrenalina, es correcto mi marido también es feo, pero los feos cogen bien rico, al decir esto sonreímos.

Observe el celular, y me di cuenta que eran las 17:30 pm y también me percate que su gordo miembro, estaba erecto, por lo que le dije, demonos prisa, mi marido llega a las 21 pm, tengo que irme a bañar, si perra ya voy, me puse en cuclillas, acerco su sucio miembro, que olia al semen, mis jugos anales, y a pescado, hizo su prepucio para atrás y el dolor fue mas intenso. La escena era asquerosa, Lino ya apestaba todavía mucho a sudor, estaba sucio de grasa y con mucho vello en la parte baja. Su gran barriga sobresaliendo por encima, pero me decidí y acerqué la cara a ese sucio miembro y empecé a besarlo de piquito, me dijo abre la boca al tiempo que me dio una bofetada, por lo tanto aturdida por el golpe, abrí mi boca y el olor era asqueroso pero el sabor era peor, reprimiendo mis ganas de vomitar, empecé a lamer aquel miembro de un sabor totalmente agrio e hice un gesto de desagrado imposible de disimular, pero creo que él estaba tan inundado de placer que ni cuenta se dio. Dirigió mi cabeza de arriba hacia atrás, sin dejar salir su duro falo, ajustando la velocidad y profundidad a su antojo. Cuando alcanzó su máxima extensión, no pude evitar sofocarme varias veces, pues en varios embistes, llegó a tocar el fondo de mi garganta. Luego de un tiempo que pudieron ser segundos o siglos, me soltó la cabeza.

Ahora yo tome el control, porque ahora podía moverme más relajadamente, ajustando la velocidad, y ya que mi saliva había eliminado casi todo el sabor, empezar a sentir lo rico que era sentir ese miembro. Solo de vez en cuando sentía como me tomaba de la nuca, jalándome hacia su pene ya totalmente erecto y me retenía algunos segundos, con mi frente rozando su voluminosa y sudada panza, mientras se entretenía manoseando mis tetitas y pellizcándolas a su antojo. Luego de varios minutos, me tomó de los hombros, y se retiró suavemente. - Bueno bonita, ahora vamos a la parte delantera de la camioneta, llegamos el puso una sábana sucia y se sentó en la parte del volante, dijo ahora tu mi amor, me quede pensando unos minutos, analizando como poderme acomodar en ese asiento tan estrecho.

Así que subí, y sin dudarlo, lo monte para cabalgarlo, mi pierna izquierda quedo enterrada a lado de la palanca y la derecha en el limite de la puerta, ufff mamacita, bien que te sabes acomodar, cuanta experiencia teiens para coger en camionetas, estaba incomoda, pero disfrutando, me movía suave y rápido, sus manos apretaban mis muslos, mis tetas y mi trasero el cual lo arañaba y apretaba como loco. Que delicia era aparearme en mi camioneta nueva, estrenarla con el mecanico, mi regalo de 25 años de casada, era mi escenario de infidelidad y yo estaba como Puma en celo, siendo cogida por don Lino. ¡Ah!! Que rico no mames, uhm, muévete, así, ¡que rico!, decía Lino, mientras mi cuerpo y el suyo se rozaban y resbalaban por el sudor, nuestro sudor ya era uno mismo, asi como nuestros fluidos internos y nuestras lenguas. Siendo una puta de experiencia, me di la vuelta y me daba de sentones que a él lo tenían viendo estrellas, sus manos apretaban mis carnosas nalgas, me jalaba el cabello, y mordía mi espalda.

Inmediatamente, me cargo con sus manos, quede en el otro asiento, y me dijo ahora móntame analmente, respondí, claro papacito tus deseos son ordenes, pensaba quitarme las zapatillas, pero las deje, me acomode y lo volví a montar de un solo golpe, y sin darme cuenta me golpie en el techo y reímos- Don Lino, decía, uhm, que ricas nalgas, ¡y que rico culo!! ¡me la estaba metiendo por el culo! Me dolía, me tenía bien trenzada, pero gozaba como una Leona, me daba sentones, una vez que logro entrar toda la verga, empezó a moverse como un toro poseído, me dolía, pero al mismo tiempo me encantaba tenerlo ahí dentro. Sus embestidas eran magnificas, gemía, jadeaba, recibía de nalgadas fuertes que sus manos quedaban marcadas en mi trasero, me apretaba el cabello como maniático, que rico me estaba empalando. Debido al frenesí, sin querer, tocábamos el claxon varias veces, lo que nos hacia reír, la camioneta me acompañaba en mis gemidos. Finalmente me dijo vamos a salir, aquí hace un calor de los mil demonios, le dije, si, aparte ya me sentía muy incomoda y mis piernas querían acalambrase, por lo incomodo de la posición.

Me dijo ponte en cuatro enfrente de la camioneta y pon tus manos estiradas, lo obedecí y cuando el se puso atrás dijo a chinga, estas bien alta y esos tacones te levantan mas, por lo que trajo un banco de unos 15 cm de alto y se subió en el, ambos sonreímos y me dijo, como lke hace Joel, para montarte, si esta igual de chaparro que yo, le dije, usa tus técnicas. Antes de continuar, saco otro cigarrito y una cerveza, fumamos y bebimos el alcohol ya me había hecho efecto, estaba yo tan caliente que no esperé más, le ordene ya métemela, hay que seguir copulado, me coloque de pie y estire mis manos, recargaba mi cuerpo en el cofre, y el se acercó encima de su banco y me ensarto su pene hasta el fondo; ambos gemimos: “¡Aaah!”, nos quedamos pegados por un momento como perros en celo, y comenzo a girar su cadera, lo que me volvía loca, después de unos minutos, sentía como me escurrían mis jugos internos acompañados de su semen, que ya empezaba a escurrir, yo aventaba mi culo y comencé a moverme, haciendo que su miembro entrara y saliera de mi ano -aaaah que rico, es delicios, me mordía los labios- mi sudor escurría en el cofre, el se acercó, mas y quedo también recostado, cabron me aplastas le dije, pero no le importo, creí que romperíamos el cofre,: “¡ah sí, sí, así, así aaaah!”, yo gritaba más fuerte.

Despues tomo un respiro, saco su miembro, y puso la cabeza de su verga justo en la entrada de mi esfinge y sin previo aviso me la ensartó toda, hasta los huevos. – Ay delicioso, pegué un alarido que se debió haber escuchado en toda la cuadra. Si bien mi ano estaba acostumbrado a recibir grandes cogidas, me dolió pero lo goce, al metérmele de una forma brutal, de un solo golpe me hizo retorcer de dolor, fue como si me hubiera enterrado una daga al rojo vivo, sentí morir, era un dolor terrible, forcejeé, manoteé, empujé su pecho con todas mis fuerzas, movía mi cuerpo, intentando hacerlo menos doloroso, pero lo único que conseguía era mover su verga en mi interior, intenté patalear, y lo que lograba era apretar su verga en mi interior, gritaba, ¡me dijo: esto te mereces por ser una puta infiel! -Si mi amor- le conteste, y me siguió penetrando usando esa técnica. Mientras me daba unas nalgadas, y me mordia la espalda, -aaah que rico, señor, me lastimas, pero me encanta, que me penetren analmente- -ya lo se perra, te encanta la verga- saco su miembro, lo masturbo y nuevamente lo introdujo en mi ano irritado, nuevamente lo saco, con sus manos separo lo mas que pudo mis nalgas y penetro –mmm, asi amor, asi, sigue, hazme tuya, reviéntame, rómpeme, soy una perra en celo, castígame por infiel—en cuanto dije esto, volvió a penetrarme duro, muy duro- mis nalgas chocaban con su cuerpo, mientras su pene entraba en mi ano, me tomaba de la cintura, para poderme embestir con más fuerza -te lo mereces por puta, por infiel, estas bien hermosa y rica, estas bien sabrosa —gracias amor, alcance a decir.

Fue cuando se resbalo del cajón, y por ende, perdimos el ritmo, dijo ven amor vamos a mi oficina, tome la delantera y lo agarre de su miembro, mientras caminábamos, me dijo voy a sentarme en mi silla y me montas nuevamente, inmediatamente le di la espalda y me senté en ese miembro, el arqueo la espalda y presionando mis nalgas contra su ingle, hacia que salieran gemidos de mi boca, mientras me mordía y chupaba mi espalda, continuamos un tiempo así, yo me sentía la conductora de esa silla caliente. Me di cuenta en el reloj de la oficina, que ya eran las 20:32 pm ya teníamos que acabar, por lo que hice la clásica montada con tacones, que ayudaban a quedar en una posición muy rica, -quede ensartada analmente, mientras el me dedeada mi vagina y mordía mis pechos, ufff delicioso –estábamos muy calientes- con sus manos abría mi vagina, jalaba mi clítoris, mis labios vaginales, mientras su miembro castigaba mi ano, me daba unos sentones tan deliciosos y dolorosos, cuando me vino otro orgasmo -aaah mi amor- también orine, lo moje completamente a mi amante en turno- Un buen rato estuvimos haciéndolo en esa posición, que rico era montar ese miembro parado del mecánico, recargando mis manos en su peludo pecho, seguí saltando sobre su pene y a moverme hacia adelante y hacia atrás para que mi clítoris también rozara con su abdomen. Él me tomó de la cadera y me marcó el ritmo del movimiento.

Estaba completamente fascinado y antes de que se viniera, lo desmonte, y me incline para mamarle el pene, le hacia movientes circulares con mi lengua en su glande, y frenillo, para después morderle sus testículos –aaah señora, Flores, que rico lo hace —aquel hombre parecido a mi esposo, lo miraba fijamente a sus ojos, los dos sabíamos que era una experiencia inolvidable, fue cuando el gordo del mecánico, no tardó mucho en venirse; me agarró con fuerza de mis cabellos y abriendo tremendamente los ojos y la boca gritó: aaaah me vengo, ya, que rico, aaaah y sin más ni más soltó grandes chorros de semen dentro de mí; sentí como si su pene fuera un volcán, que soltaba chorros y chorros de su leche. Le succione todo el semen, incluso el que quedo en su silla —y me los trague enseñándole mi garganta ufff eres una Diosa, señora. Le bese los labios, y me levante, me dijo tengo que orinar y lleno su vaso y me dijo bebelos, hermosa y sin ningún reparo asi lo hice, volvió a jalar su miembro esperando que saliera mas semen, pero yo lo había limpiado todo, sin embargo, al orinar sus fluidos de semen y orina, hacían una perfecta combinación y me bebi toda esa orina, aaah, nuevamente le enseñe mi boca, la cual estaba vacía.

Sublime Verónica, ni las putas de la Merced, cogen como tú, vi mi celular y tenia mensajes de mi marido que llegaría a las 22 pm, tenia el tiempo justo para llegara a bañarme, pero como me iría olía a semen, cigarro, grasa, estaba borracha, Lino, salió lo vi que fue a la camioneta y trajo mi vestido le dije gracias querido, pero dijo, no puta, este vestido se queda, que dices, grite, replico y sentencio: mira puta yo con las mujeres que tengo sexo, les quito el vestido y el vestido de la puta mas rica, lo coloco en mi silla de oficina símbolo de mi victoria, -que desgraciado, dije y añadí y como pretendes que me vaya, me dijo aun tenemos tiempo, te llevo en la camioneta del taller, e ingreso hasta tu casa, asi no te verán, le dije ok, pero ya no perdamos tiempo, -ya íbamos a salir, cuando dijo espera, tengo que quitar, este vestido, de aquí, y ahora poner el tuto y así lo hizo.

Mi lujuria combinada con el alcohol, me nublaban todo pensamiento racional, subí a la camioneta del mecánico, y nos dirigimos a mi casa, yo iba en baños menores, con la tanga, medias y tacones, hacia frio, y el me acariciaba mis piernas mientras manejaba. Al llegar a la cuadra de mi casa, vimos a unos vecinos, por lo que tuvimos que esperar, tardaron 20 minutos aproximadamente que se me hicieron eternos, afortunadamente mis hijas me decían ´pr mensaje que llegarían en media hora, finalmente no había nadie, le di las llaves para que Lino se bajara y abriera el sahuan grande, ingresamos cerro la puerta, y me dijo amor ha sido una experiencia inolvidable, ahora fui yo quien lo beso muy cachondamente, dándole besos con la lengua, me agarro mi vagina y me dijo mañana ve por la camioneta, no tenía nada grave, jejeje.

Inmediatamente ingrese al baño, y tarde mucho en quitarme la grasa, fue muy difícil, llegaron mis hijas y yo seguía en ducha, llegamos mamá, dijeron y Estefani, cuestiono: por qué, te estas bañando otra vez, si en la mañana lo hiciste, respondí, ay amor, con estos calores, me quise ducharme, al fin pude terminar de bañarme me puse mi bata y llego mi marido, el cual me beso, y dijo, ya me hablo don Lino, dijo; que le dio mantenimiento completo a la camioneta, respondí, completo, que bien, añadió mañana voy por ella, quieres acompañarme para que después la pruebes, yo dije en mi mente probar, la verga del mecánico, jeje, le dije ok.

Al siguiente día llegamos al taller, esta vez sí estaban los jóvenes, que me morbosean, pero ahora sentía mas picaras sus miradas, intuí que su jefe les comento que me cogió. Uno de ellos dijo, pasen don Lino, los espera en la oficina, y asi lo hicimos, al llegar dijo, Joel cómo estas, señora buenas tardes, mi esposo un tanto serio, por las miradas que me daban los ayudantes, dijo, ya venimos por la camioneta, cuanto le debo, a lo que don Lino, respondió; mi estimado Joel, no es nada, no tenia nada grave, y mi esposo, respondió, asombrado, pero me dijiste que le diste mantenimiento completo asi es, fue completo, sonrió don Lino, haciendo referencia a la cogida que me propino, mi esposo dijo pero si la limpiaste, claro, que la limpie, bueno dame $500, fue cuando don Lino, se levantó para estrechar la mano, de mi marido, y me pude dar cuenta que mi mini vestido estaba en su silla, no me percataba porque su gordura lo topaba me quede perpleja esperando que no lo reconocería mi señor, -mi amor vámonos, dijo mi esposo, claro respondí y justo cuando iba a dar la vuelta vi mi plug anal dorado, se me había olvidado y ahora estaba en el escritorio. Mi esposo dijo, adiós, Lino, gracias siempre tan eficiente, el mecánico respondía, de nada, un gusto atender la camioneta, estimado Joel, adios señor Lino dije tímidamente, adios bella señora. Mi esposo se puso serio al escuchar dicha palabra, hasta luego muchachos, hasta luego señor y señora, se quedaron mirándome, sabían que el mecánico me había cogido. Salimos del taller y mi señor me dijo, bueno amor, a donde quieres que vayamos a estrenar tu camioneta, regalo de nuestro aniversario, en mi mente, dije amor, yo ya la estrene con el mecánico.

(9,20)