Era más grande que yo y era la hija del jefe. Llegó al trabajo como una chica más, pero era evidente que se quedaría con el puesto. Yo me acerqué a ella y comenzamos a platicar y quedamos en ensayar en la semana. Cabe aclarar que, cuando conocí a su papa ensayábamos en su casa y varias veces la vi salir de su habitación para escuchar cuando se duchaba y la veía pasar de regreso a su habitación con la toalla puesta, la conocía desde niños, pero nunca imaginé que si quiera me volteara a ver. Era la clásica niña que todos querían y solo los populares, mamados y extremadamente guapos podrían tener.
Ya en el trabajo tenía la oportunidad de interactuar más con ella y platicando, flirtear lo hacíamos en toda ocasión; pero supongo que los dos sabíamos que era un juego. Me encantaba ver sus piernas, eran muy torneadas, su abdomen plano y un trasero muy grande. Casi no tenía pechos pero su rostro y su abdomen hacían que valiera la pena.
Jugábamos mucho a darnos la mano, acariciarnos la espalda y abrazarnos constantemente, después de eso nos mensajeábamos constantemente y allí fue donde comenzamos a subir el tono de nuestras charlas hasta aceptar que nos gustábamos, algo de química que había entre nosotros se hacía más común, un día saliendo del trabajo la llevamos a su casa, baje de la camioneta y le ayudé a bajar y nos besamos. Parece que todo fue sencillo y esta historia sería sencilla si no aceptara que todo fue porque ella era casada.
Tenía una hija y entre nuestras conversaciones me platicaba del marido, ya sabes, la típica historia de es "es un violento" "no me toca" etc.
Parecía increíble y es que como no tocar a semejante mujer. No solo era la 1 en un millón, sino que era demasiado intensa. Era incrédulo de su historia hasta que después de ese día concretamos una cita para el siguiente martes
Me vestí apropiadamente, camisa, jeans, suéter oscuro. Mi idea era salir pero ella fue al punto. Allí su historia comenzó a tener mas sentido; nos quedamos de ver en un hotel. Llegué a la hora citada y ella estaba sentada en un parabus con un vestido blanco maravilloso.
-Perdón amor llevas mucho aquí, pregunté
-Un poco, pero pensé que tardaría mas no es tu culpa, de hecho llegaste con anticipación a la hora que acordamos.
Tenía razón, siempre me ha gustado llegar temprano.
Había gente en el parabus y cuando ella se puso de pie, todos, hombre y mujeres sin excepción nos miraron. La entrada del hotel estaba a no mas de 50 metros del parabus y vieron como caminamos y entramos al hotel. Le abrí la puerta y miré a todos los que estaban allí. Uno de ellos no apartaba la mirada de mi y movió su cabeza con negatividad. Yo pensaba exactamente igual, para mí era un sueño.
Entramos y pagué, subimos de la mano y entramos. Ella se quitó su chamarra, el vestido blanco era poca cosa comparado con el cuerpo que lo portaba. Era un vestido de una sola pieza con un escote pronunciado, se veían solo parte de sus pechos y llegaba a una de sus piernas en un corte que subía un poquito arriba de su nalga. Entro al baño, ella casi no usaba maquillaje así que entro a perder el tiempo mientras yo conectaba una pequeña bocina y ponía música para ambientar ella salió del baño y me abrazó era mas alta que yo por los tacones que tenía y me hinque para retirárselos, ella descendió de uno y después del otro.
Me puse poco a poco de pie mientras iba contemplando su piel. Era blanca y se marcaba su vestido en todo su cuerpo, cuando mis ojos llegaron a sus pechos noté que no llevaba brasier y mire que el cierre del vestido subía por un costado de su cuerpo. Miré su cuello y sus labios y luego sus ojos. Ella estaba nerviosa y creo que yo estaba mucho mas. La pegue a mi y comencé a besarla, poco a poco, suavemente y probaba el sabor de su saliva. Mi lengua solo rozaba sus labios y nunca tocaba su lengua, mi mano lentamente fue a tocar su trasero mientras con la otra tocaba su nuca sutilmente. Ella tocaba mi pene y desabrochaba mi pantalón. Me hice un poco hacia atrás y me quité el suéter mientras ella me desabrochaba la camisa yo me acerqué hasta ella de nuevo y busqué el cierre del vestido, lo toqué con una mano mientras besaba su cuello baje el cierre mientras ella deslizaba mi camisa por mis brazos hasta que me la quitó. El cierre bajo hasta el tope y se abrió un poco solo fue cuestión de jalar hacia abajo y solo se deslizó por sus piernas dejando en descubierto sus pechos pequeños. No había ya nada en la imaginación sus pechos eran blancos y sus pezones café claro, usaba una tanga negra hermosa ella se movió un poco mientras yo me iba quitando el pantalón y el bóxer, seguimos besándonos hasta encontrar el camino a la cama. Se sentó y si esperaba que me mamara el pene que lo tenía mas duro que nunca y esperé el momento para que lo hiciera.
-No me gusta hacer orales
-Te gusta que te los hagan a ti?
-Casi no me han hecho
Quien sería tan idiota para no hacerle un oral a esa diosa, fue lo primero que pensé, la recosté por completo, su cabeza en la almohada y mientras la besaba suavemente, rozaba mi pene contra su tanga, lo hacía tan fuerte que comenzaba a sentir su humedad y mi liquido como mojaba también su tanga. A diferencia de otras ocasiones hacía todo tan despacio disfrutaba cada espacio que besaba mientras ella por dentro gritaba que la cogiera, que la cogiera ya!
Mis besos fueron bajando lentamente comenzando por su cuello y tocando todo lo que podía mientras mi lengua recorría sus hombros hasta sus pechos. Cuando llegue era maravilloso. Eran muy suaves, pequeños y delicados. Amaba el aroma y sobre todo su piel, cuando se ponía roja si la succionaba o mordía un poco. Llegue a su estómago era bellísimo a pesar de que ella ya tenía una hija no se notaba.
Era plana y seguí mi camino hasta la pelvis comencé con mi lengua a tocar distintas partes desde el principio de la vagina, sentía cómo sus fluidos estaba allí, chupé su tanga estaba sumamente húmeda mientras yo comenzaban a beber de ese dulce manantial de vida. No sabía mal, por el contrario, pero tampoco tenía un sabor dulce, simplemente era indescriptible era Tan maravilloso que podía orinar en mi boca y seguro bebería sin pensar todo lo que de allí saliera. Comencé a introducir mi lengua una y otra vez mientras veía como comenzaba a retorcer su cuerpo con la mano derecha tocaba sus senos. Estaba muy caliente así que levante un poco su cuerpo, quería lamer un poco su ano, quería probar ese sabor y lo hice. Parece que a ella le gusto porque no opuso resistencia, yo estaba en éxtasis.
Mi pene muy duro pero no quería meterme aun quería seguir disfrutando de eso. Salivaba demasiado y tragaba todo para dejar la lengua lo más seca posible aunque era inútil. Pasaba mi lengua de dentro de ella hacia afuera y luego al ano. No resistí la tentación y comencé a meter mi lengua dentro de su ano. Era más maravilloso que estar dentro de su vagina. No olía mal parece que se había bañado antes de nuestro encuentro, no había residuos de nada y seguí hasta donde mi lengua pudo entrar. La movía en distintas direcciones dentro de su ano mientras sentía como escurrían fluidos de su vagina hasta mi lengua. Ella estaba sumamente excitada y me pidió que se la metiera ya! Yo quería seguir jugando ahí. Detesto el sabor a látex después de meter el pene y querer hacer un oral así que no quería dejar lo que estaba haciendo pero ella estaba muy excitada y me jalo sutilmente. Rápidamente trague todo lo que tenía en la boca y me subí a besarla mientras mi pene rozaba su vagina y comenzaba a sentir su humedad.
No tenía puesto el condón así que me pidió que me lo pusiera, esos segundos son valiosos pero no podía decirle que no a una mujer como ella. Me lo puse y volví a la misma posición. Coloqué mi pene en la puerta de su vagina mientras la miraba. Comencé a penetrarla suavemente mientras veía sus ojos y el fuego que había dentro de ellos. La penetre despacio, pero ella no es de las mujeres que quieran las cosas despacio, con sus piernas abrazo mi cadera y me pidió que comenzáramos más duro. Yo comencé a besar morder sus senos mientras arremetía contra ella, mas rápido esta vez, mas fuerte esta vez, la besaba en la boca. Metía mi lengua a que se mezclara con la de ella. Jugaba con su lengua mientras ella con sus fuertes y largas piernas movía mi cadera mientras las abrazaba. Estaba sumamente extasiada y vaya que lo disfrutaba. Dejé de besarla, me tragaba tosa su saliva, todo era sabor dulce y salado. Bajaba a sus senos, los lamía, los chupaba y los mordía. De rojos a blancos y viceversa Así que lo hacía así hasta que ella comenzó a ponerse muy roja me abrazo fuertemente y comenzó a arañar mi espalda y hacer esos gemidos de placer. Sus uñas comenzaron a encajarse mas y mas en mi espalda a medida que me pedía que la cogiera mas duro. En una última ocasión comencé a sentir como sus piernas se ponían mas duras, mordía mi hombro y me arañaba mas fuerte hasta que encajó sus uñas en mi piel y realizó un arañó a lo largo de mi espalda, dejó de poner fuertes sus piernas y las relajó.
-Terminaste?
-No Amor, aún no!
Sudaba demasiado y mi sudor escurría por su cuerpo y era una mezcla de sudor propio y ajeno. Ella limpiaba el sudor de mi rostro y me abrazó.
-No te salgas, cogeme hasta que te vengas.
Eso era sencillo en esa posición, Comencé a cogerla a mi manera. Recuerdas el sabor del látex? No me importó. Baje a lamer su vagina mientras me masturbaba. El pene mas erecto que nunca y volví a introducirlo de nuevo. Esta ocasión si cogí duro muy duro mientras mordía sus senos mientras ella apretaba mi tetilla con sus manos y sobaba mi espalda.
Cogía tan duro y tan rápido que sentí como nuevamente ella comenzó a excitarse, me movía duro, mas duro hasta que por fin sentí como ella estaba lista para venirse, Sentía todo allí dentro y eso me provocaba excitación, sentí como por dentro ella estaba viniéndose y me vine con ella, mi pene una y otra vez hasta que terminó. Me recosté en su pecho y ella jugaba con mi cabello.
-Te gusto?
-Gustarme? Por Dios, se que tengo el infierno ganado! Eres casada pero nunca podría comparar esa sensación.
Nos sentamos en la cama y comenzamos a platicar, desnudos y semi cubiertos no podía dejar de verla. Sus pechos pequeños pero perfectos, sus piernas perfectas y me la había acabado de coger. Ella pensaba que no me gustaba o algo por el estilo pero a partir de ese momento me había enamorado de ella
Hacíamos bromas al respecto de su papá, y si su papá supiera lo que su princesa estaba haciendo y con quien lo estaba haciendo. En fin ella se levanto y fue al baño, yo pedí algo de bebidas a la habitación. Cuando ella regresó del baño y pasó frente a mi me excite demasiado, esa figura era perfecta, tenía el trasero más blanco y hermoso que jamás había visto y las piernas Mejor formadas y torneadas que había podido tener, se paró frente a la ventana completamente desnuda y se asomó, me puse detrás de ella, pene erecto, y la abracé por detrás. Ella se inclinó un poco y yo comencé a rozar su vagina con mi pene.
-Traes condón puesto verdad?
-Obvio no pero no voy a meterlo sólo quiero sentir esto.
Créeme si te digo que pude venir en seguida sólo con ver su trasero pero ella estaba enfocada en lo que había afuera solo veía a la calle y yo movía mi pelvis para sentir sus fluidos recorrer mi pene. Hasta que tocaron en la habitación para entregar las bebidas. Bebimos un poco y volvimos a hacer el amor, nuestro sueño terminaba a las 3 de la mañana. Esa primera noche me hizo pensar que quería esto toda mi vida aunque no sería así y no sabía el daño que al final me iba a provocar pero con la fortuna de conocer esa libertad sexual que reprimí siempre
-O no es así Karen?
A la siguiente semana nos vimos en el trabajo, me encantaba entrar a buscar cosas a las bodegas del lugar porque podía besarla, pero había sido tan excitante nuestro primer encuentro que no podía no excitarme si la besaba. Entramos a una de las bodegas y nos besamos, metí mi mano debajo de su blusa, tocando su estómago y subí mi mano hasta sus pechos. Amaba ese sentimiento de sentir su lisa y suave piel. Apretaba sus pezones mientras se ponían duros. Un pequeño faje mientras ella tocaba mi pene, estaba más que duro. Íbamos a salir ya del lugar cuando me dio la espalda. La tome por la cintura y le pegue mi pene en sus enormes y blancas nalgas. Nos dividan los pantalones, pero eso no impedía que sintiera mi pene erecto en sus nalgas mientras metí mi mano para tocar su vagina. Estaba muy húmeda así que recolecte su saliva vaginal con mis dedos mientras metía uno en su vagina.
-Te voy a coger hasta que grites mi nombre.
Bese su cuello, saque mi mano de su vagina y lamí, mis dedos. Percibí un ligero, muy ligero sabor a orina pero era delicioso.
Ella fue a cambiarse, había comprado un pantalón tipo mallon negro muy hermoso. Se entallaba a sus piernas torneadas y las hacía lucir, se pegaba tanto a su vagina que se notaba su tanga y su hermosa vagina así como si enorme y bello trasero. Ella estaba en su mejor momento.
Comenzamos a trabajar y cada movimiento que hacía me provocaba excitación, en los ratos libres. Se acercaban desconocidos para intentar ligarla pero ella era mía. Un tanto incrédulo de la situación por momentos pero disfrutaba que voltearan a verla. Su blusa era corta y escotada y cada que se agachaba se notaban sus pechos redondos y si mirabas más se notaba sus pezones. Era la gloria.
Cuando terminamos de trabajar, subimos a una covacha para dejar instrumentos, era forzoso pasar un pasillo que conectaba a un ala de la otra. Siempre estaba oscuro y hacía como vestidor en algunas ocasiones. Yo estaba sumamente excitado de verla con ese pantalón.
Veníamos de regreso para descender y al pasar por el pasillo no aguante más, la tome de la cintura, ella venía delante de mi. La pegué contra mi, mi pene estaba más cerca de su trasero. Metí mi mano por debajo de su blusa y sentí sus hermosos pechos
-No, aquí no!
La volteé para tenerla frente a mi mientras iba cerrando la puerta y la fui empujando hasta ella. La empuje bruscamente contra la pared, su cabello largo descendía hasta sus pechos saqué uno de su blusa, comencé a besarla por el cuello, su pecho mientras levantaba su pierna con mi mano y tocaba su glúteo.
-Aquí no, por favor. No traes ni condón aquí no
Desabrócheme su pantalón y lo baje bruscamente, estaba cegado. Me saque el pene por el cierre abrí sus piernas. Ella no podía caer nada porque estaba contra la pared y era evidente que tampoco quería hacer nada. Puse mi pene entre sus piernas y comencé a moverme hasta que sentí donde podía entrar.
-No, así no, no por favor, un condón, no ahhh
Justo sintió como entraba el pene, tome sus manos y las puse contra la puerta mientras comencé a cogérmela, lo hacía duro y ella comenzaba a gemir mientras me pedía que no lo hiciera, mientras yo mordisqueaba su seno y la cogía.
-shhh, shhh. Cubrí su boca con mi mano y la cogía una y otra vez. Quería venirme dentro de ella pero comencé a escuchar cómo subían por las escaleras. Yo quería venirme dentro de ella y me urgía hacerlo ya pero volví en si cuando escuché que se acercaban más. Deje de moverme pero estaba dentro de ella. Sentí mi pene todo mojado mi pantalón estaba manchado, era negro y todo se veía. Seguía aplastándola contra la pared. Mire su rostro, ella estaba asustada supongo que por dos factores. Su papá estaba abajo, llevábamos ya un rato desaparecidos y estábamos a punto de ser descubiertos. Ella vivía felizmente casada a los ojos de los demás y yo básicamente la estaba cogiendo. Poco a poco fui bajando mi otra mano y acomodando su pecho dentro de la blusa. Ella no hacía nada, supongo que le excitaba el que alguien abusara de ella así, de repente y de la nada. Saque poco a poco mi pene de su vagina mientras miraba su rostro. Saqué mi pene por completo y se estremeció un poco, cruzó sus piernas desnudas con vergüenza yo seguía muy excitado. Me hinqué para subir su pantalón pero vi como escurría un hilo de saliva vaginal le abrí de nuevo las piernas con mis manos mientras acercaba mi lengua a su pierna para limpiarlo. Subí la lengua y recolectaba su saliva. Subí y subí hasta que llegue a su vagina. La lamí, la limpié la hice hacia adelante para que no estuviera pegada a la pared, la volteé y limpié por detrás con mi lengua sus piernas hasta su vagina limpié hasta su ano. Nuevamente escuché que venían por las escaleras, subí su pantalón y ella se lo abrochó. Me puse de pie y abrí un poco la puerta para que vieran que estaba abierto. Mi pene estaba un poco húmedo lo metí a mi bóxer y cerré el cierre, me asomé y no había nadie. Salí primero, mi pantalón estaba algo sucio, me quite el chaleco que usaba y cubría las manchas. Bajamos y entramos a cambiarnos. Cuando salimos del lugar todos estaban esperándonos pero nadie se imaginó que estuviéramos juntos. Llegue a mi casa mientras nos mensajeábamos me preguntaba si había terminado. Le dije que no y ella solo me dijo
-No vayas a masturbarte, guárdalo para el martes que nos veamos.
Moría de ganas de masturbarme pero le hice caso y esa noche no me toque para nada. Aunque no podía sacar de mi cabeza esa expresión en su rostro y ese olor, mi bóxer aún olía a su vagina. Ese dulce olor a orina pero muy sutil, muy muy sutil.
Después de lo del trabajo nos citamos de nuevo en el hotel. Ya no necesitábamos cosas previas, ella me esperaba en la recepción. Llevaba puesto su pantalón negro del trabajo una blusa que descubría el ombligo y una chamarra negra de cuero. Pague la habitación y una vez entramos al elevador la empuje contra la pared y comencé a besarla. Su lengua no se movía, de hecho casi no la sacaba. Pero la mía? La mía se mezclaba con la de ella y yo bebía toda su saliva mientras mis manos se metían debajo de su blusa sentía sus senos cómo iban poniéndose duros sus pezones y veía cómo se marcaban en su blusa. Nunca llevo bra en ninguno de nuestros encuentros y yo? Yo amaba eso, salimos besándonos y tocándonos ella tocaba mi pene sobre el pantalón al llegar a la habitación puse su espalda contra mi y pegué mi pene en su trasero, embarraba mi pene, abrí la habitación y entramos mientras nos vamos despojando de la ropa. Quité su chamarra y la tire al piso, levante la blusa y vi sus hermosos pechos redondos cómo subían al mismo tiempo que sus brazos era la fotografía más hermosa me quite la chamarra y me fui directo a su pantalón. Detrás de nosotros había un espejo yo miraba su espalda, delgada y con algunos tatuajes. Veía sus nalgas entalladas en ese pantalón. Lo desabroche y comencé a bajar poco a poco el pantalón mientras miraba por el espejo cómo se iban desnudando sus nalgas. Me hinqué para quitar su pantalón por completo. Abrí sus piernas un poco, moví su tanga y comencé a chupar. Ella movía mi cabello y mi cabeza. Estaba muy excitaba y yo comenzaba a excitarme más y más. Me puse de pie y la empuje hacia la cama, me quite el pantalón y los zapatos en dos movimientos y me le fui encima. Sus pezones estaban rígidos, me gustaba chuparlos y mascarlos. Lamia su cuerpo su sudor, su sabor era agridulce. Apreté mi pene y moví su tanga un poco.
-Ponte un condón, amor, por favor, amor ponte un condón. Cerraba sus piernas y se retorcía. Sus piernas eran fuertes, hacía ejercicio y por eso estaban tan torneadas. Lo que no Sabía es que yo también. Moví sus muslos con mis piernas mientras hacía arriba mientras luchaba con ella con las manos. Con la tanga de lado buscaba la entrada vaginal, sentí que la había encontrado, estaba húmeda. Ella seguía luchando y en un solo movimiento metí el pene hasta adentro. Ella no dejaba de luchar pero poco a poco sus muslos comenzaron a ceder. Mientras me llamaba por mi nombre y decía
-Amor, no, amor ya. Amor aaamor ahhh
Yo seguía arremetiendo duro contra ella, ella me golpeaba en el pecho mientras yo mordía sus pechos, seguía cogiendo mientras ella seguía cediendo. Comenzó a abrazar mi espalda mientras mordía mi pecho sus piernas ya no luchaban, ahora me abrazaban la cadera y yo comencé a cogerla duro, mucho más duro.
-mor, amor el condón, amor, amor no pares. Amor no te vayas a venir. Amor vente! Amor…
En ese último momento sus uñas entraron en mi piel y comenzó a arañar mi espalda. Mientras más fuerte arañaba más fuerte me la cogía. Sentía como mi pene comenzaba a mojarse por dentro y como ella con sus piernas apretaba muchos más fuerte. Araño y araño mientras sus piernas comenzaron a vibrar mientras por dentro sentía como algo estaba mojando por dentro mi pene, apretó fuertemente con sus piernas mis caderas yo metí mi pené hasta el fondo y sentí como se venía mientras sus uñas entraron a mi piel. Esa sensación de dolor y placer al mismo tiempo… Sentí como sus uñas rompieron mi piel y se clavaron dentro de mi espalda. Cuando ella hizo eso yo no soporté más! Era mucha la presión y me vine. Salió muchísima leche mientras sentía como ella seguía apretando Pierre y metiéndose mi pené hasta el fondo y sus uñas en mi piel.
Después de que todo pasó y cuando volvimos a nosotros mismos, mi sudor recorría el rostro y caía en su piel. Sentía el sudor por doquier en especial la espalda pero comenzaba a arder un poco. Sus piernas comenzaron a quitar su nudo y a perder su fuerza
-Salte mi amor, te viniste verdad.
Me incorpore lentamente, aun no terminaba de ponerme en pie cuando ella me jalo y me abrazo
-Perdón mi amor, perdón!
Sentí su mano sobre mi espalda y mire al espejo que estaba tras de nosotros. Tenía heridas y araños en toda la espalda. Fue la cosa más maravillosa y dolorosa del mundo. Me senté frente a ella, mientras ella me veía las heridas. Me hice hacia atrás para recargarme y platicar un poco. Fue al baño mientras yo me puse en pie para poner algo de música. Me senté en la orilla de la cama, ella regresó. Su cuerpo desnudó era perfecto, se montó sobre mi y comenzó a besarme mi pene no tardo nada en buscar su vagina. Yo comencé a besar sus pechos y su cuello. Se estiro Para tomar un condón y ponérmelo. Una vez que lo tenía se metió mi pene hasta el fondo y comenzó a cogerme.
-Te gusta así mi amor?
Vaya que si me gustaba me recosté y deje querer cogiera mientras ella se tocaba y yo tocaba sus pechos.
-Quiero que te vengas
Me incorpore y rodee mi cuello con sus brazos. Levante sus piernas con mis brazos y me puse en pie. Básicamente hacía todo, arremetía contra ella una y otra vez de atrás hacia adelante, sentí como ella comenzaba a mojarse y su saliva escurría por mi pené hasta los testículos. Goteaba la saliva hasta el piso mientras yo arremetía contra ella en el aire. Cogí y cogí hasta que sentí cuando ella se vino y lo hice tan rápido, cuando sentí como de nuevo volvía a venirse, ella gritaba me abrazaba y mordía mi hombro y cuando sentí como iba a venirse de nuevo me vine con ella. Apretó fuerte con las piernas y sola se acomodó con la cadera mientras metí todo mi pene y bufé. Nos quedamos así unos segundos mientras ella se soltó. Quería ponerse en pie pero no se lo permití. Volteé hacia la cama y la recosté nos besábamos cuando ella me dijo:
-Te Amo
La abrace y debo de reconocer que llore un poco por dentro. Me incorpore de nuevo para decirle de la manera más honesta .
-Yo te Amo más de lo que puedas imaginar.
Nos recostamos y comenzamos a platicar más cuando me dijo:
-Quisiera meterte algo por el culo! Alguna vez lo has hecho?
-No!
-Pues quiero hacerlo…
Ocurrieron muchos encuentros con ella, pero recapitule los 4 mejores, viniendo de más a menos cómo la relación. Comenzó a alejarse, lo sentía! Mientras accedía a todo lo que me pedía con tal de no perderla. Reconozco que estuvo mal, pero eso me ayudó a disfrutar del sexo de maneras que jamás lo imaginé. La última vez que nos vimos comenzaba a sentirse la monotonía pero yo estaba mucho más enamorado de ella. Nos citamos en el hotel, ella llegó tarde y yo había llegado antes para preparar la habitación. Tenía todo listo solo faltaba ella. Unos encuentros antes ella había salido a la mitad de hacer el amor, molesta porque pensaba que la engañaba. Ahora veo que lo hacía porque seguro la que me engañaba era ella pero peleamos. Toda esa pasión se convirtió en insultos ella salió del hotel y yo ministros después detrás de ella no íbamos a volver así que nos fuimos cada quien va casa o por lo menos eso creo. La última vez que nos vimos ya no hablábamos mucho así que decore todo para que las cosas mejoraran. Ella entro y comencé a besarla nos quitamos la ropa y ella se sentó en la orilla de la cama completamente desnuda. Yo me hinqué y comencé a besar su vagina ella se retorcía mientras le hacía el oral. Yo metía mi lengua mientras me comía su miel, le puse un cojín debajo de la espalda y metía mi lengua en su ano, si era la última vez la iba a disfrutar Como la primera. Ella estaba excitada pero le faltaba esa pasión. Me puse en pie y le metí mi pene en la vagina, me encantaba como luchaba cada que lo hacía sin condón. Ella luchaba con las manos y las piernas pero siempre terminaba por ceder. Esta vez luchaba más fuerte mientras yo la penetraba. Sentía como se mojaba pero le faltaba algo. Tome su mano y la puse en mi nalga mientras con su otra mano arañaba mi espalda. Ella amaba hacerme daño! Comenzó a nalguearme pensando que era lo que quería. Deje que su imaginación le dejara en claro que era lo que quería. Sus dedos eran largos y con uñas eran mucho más mi pene se ponía más rígido mientras ella me nalgueaba. Sentí que le habían acabado las ideas y puse su mano encima de mi ano, puse su dedo más largo encima de mi ano mientras la seguía cogiendo. Sentí como comenzaba a mojarse más y más y abría más sus piernas. Seguí arremetiendo contra ella. Lo hacía a mi ritmo pero cuando sentí que se mojaba más lo hacía más rápido. Ya se había venido una vez pero parece que le gustaba lo que hacía. Sentía la yema de su dedo masajear mi ano mientras yo seguía cogiendo. Comencé a hacerlo más duro, hasta que metí su dedo en mi ano. Sentí como entraba su uña, se sentía frágil pero su dedo era largo y se sentía más fuerte. Se vino de nuevo pero no pare. Parece que ahora ella tenía curiosidad. Si dedo se movía dentro y después comenzó a seguir mis movimientos de cadera. De atrás hacia adelante lo sacaba. A su ritmo me metía el dedo y yo me movía. Ese pequeño hueso dentro de mi y esos movimientos comenzaron a hacer que perdiera el control, y me deje llevar como lo metía y lo sacaba era como yo me movía rápido y cada vez más rápido hasta que sentí como lo metió por completo y se vino. En ese momento hice lo mismo y apreté fuertemente su pecho. Dolía tener su dedo dentro de mi pero era tan placentero. Me vine no sé cuánto me daba lo mismo hacerlo sin condón. No me salí, ni iba a salirme pero tampoco quería que se saliera. Mire su rostro y era un rostro con una sonrisa de travesura. Saco su dedo y sentí como cuando tienes muerda atorada y por fin pudiste sacarla. Ella miró su dedo, no me percate si había o no residuos de algo, supuse que si y lo metió a su boca. Lo chupo y después me hizo que la besara yo estaba extasiado. Me excite de nuevo comenzamos a coger de nuevo. Mi pene se sentía mojado y sentía como empujaba hacia afuera mi propio semen. La volteé boca abajo y comencé a montarla mientras la nalgueaba. Me salí de su vagina y abrí sus hermosas nalgas. Metí mi lengua en su ano mientras pensaba cómo se siente? Regrese a cogérmela hasta que me vine. Los dos sabíamos que sería la última vez pero nadie preguntó si le había gustado al otro lo que hicimos. Hoy no somos ni siquiera amigos pero cuando pasa y la veo solo pienso las noches gloriosas que me hizo pasar y sonrío. Cuando estoy con alguien más y experimento cosas nuevas la recuerdo y pienso que es un excelente homenaje para su memoria experimentar. Ella sería feliz experimentando eso conmigo, pero volvió a su represión, se casó y después se divorció. Ahora tiene una vida estable con alguien, pero seguro sería feliz experimentando conmigo todos esos sucios deseos que ahora solo viven dentro de ella.