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Llevamos bastante tiempo devorándonos

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Todo sucedió un lunes como a eso de las 8:30 pm yo venía de mi sesión de entrenamiento y se me ocurrió la brillante idea de llamar a una personita (él es casado) y me lleva de ventaja como unos 20 años de edad, yo tengo 18 años, tenemos un año y medio saliendo juntos, que nos vemos a escondidas, ya que si su esposa se entera nos mata.

Yo lo llamé para echarle broma, saber cómo estaba, ya que había llegado de un viaje del extranjero y había durado 2 semanas fuera, y yo andaba más urgida que nunca, durante la conversación yo le pregunto qué iba a hacer mañana, para salir por ahí, y él me pregunta que iba a hacer yo ahora, y yo le contesté acostarme a dormir, entonces él me dice para vernos, y yo le contesto que sí, que me pase recogiendo por el mismo lugar de siempre (es donde él me recoge para que nadie nos vea).

Durante el camino yo le voy dando un masajito en los hombros para que se relaje.

Hablamos de cómo le fue en Nevada, y si había hecho algo fuera de lo común, ya que en un viaje anterior él me contó que dos mujeres le habían propuesto acostarse con él, pero él se negó (además en ese viaje yo también había viajado con él, pero nada pudo pasar).

Durante el trayecto, aparte del masajito, yo le pregunté si le podía decir un secreto al oído, y él me contestó que sí: yo le susurré de lo más sensual que era el hombre más buenote, y que si así se veía con tela cómo se vería en cuero (ya que me encanta verlo desnudo, con sus kilitos de más).

Después de susurrarle al oído, le empecé a acariciar el cabello, (él no sabe que yo sé que eso le excita mucho) con mi mano izquierda, y acariciar su pierna con mi mano derecha, a apretarla suavemente, subiendo cada vez un poquito más hasta llegar a su güevote tan sabroso y grueso que tiene, empecé a apretárselo cada vez más ya que me excita mucho tocárselo.

Él me pide que me quede quieta que si sigo así podíamos chocar con otro carro, y yo me quedo tranquila, aun si antes decirle que es un corta nota.

Pero él como le encanta tocarme me puso la mano derecha sobre el cierre de mi pantalón y empezó a apretarme cada vez más fuerte, y a tratar de meterme el dedo, preguntándome qué siento y si me gusta, y yo le contesto que sí me encanta y que me excita mucho y que me muero de ganas porque él me coja durísimo, que me clave lo más fuerte que pueda.

Llegamos al motel, el mismo de siempre, ya que no podemos estar en sitios públicos, el motel tiene un ambiente así como Aladino, las mil y una noches.

Dentro de la habitación yo le doy masaje en los hombros, en las piernas, eso sí siempre rozando su pene, para que se vaya excitando, mientras él ve el canal Playboy, para decirme que le haga cosas que pasan en ese canal. Él me pide que le dé un caramelo y yo se lo doy, él lo pica por la mitad, y me da la otra mitad en la boca, de repente él me empieza a acariciar mis tetas, a apretarlas suavemente y a besarme.

Él me pide que le bese el ombligo y suavemente me va empujando para que le bese su sabrosura de pene que tiene (y a mí que me encanta mamárselo); empiezo a olerlo suavemente, lo tomo con una mano y me lo meto en la boca y se lo chupo con suavidad, le paso la lengua por su cabezota, le paso la punta de la lengua por la pequeña abertura que tiene ahí y siento que a él le encanta, le sigo pasando la lengua por todo su güevo, eso sí de vez en cuando chupándole el güevo, después le empiezo a chupar las bolas, a darle pequeños mordiscos y a besárselas, mientras que con las manos le acaricio las piernas, él toma mi mano derecha y me la aprieta pidiéndome más.

Él conmigo se excita rapidísimo, el simple hecho de besarlo en los labios hace que se le pare el güevo y tenga ganas de cogerme.

Cuando lo tiene ya grandote y durísimo me voltea y me pone con las piernas bien abiertas para metérmelo mejor, pero antes de metérmelo yo lo tomo con mis manos y me lo paso rozando por mi cuca para sentirlo, cuando me lo entierra me vuelve loca, empieza a mecerse, a metérmelo cada vez más duro y a hacerme gritar de lo sabroso que se siente, y yo me muevo con locura y aprieto para que él se vuelva loco, en pleno movimiento él me pregunta: por donde más me gustaría a mí que él me lo metiera, y yo le contesto que por el culo, y él me pide que tenga un orgasmo primero de esos que a él lo vuelve loco, y empieza a afincarse cada vez más para que yo tenga mi orgasmo. De repente empiezo a tener esa cosquilla rica y empiezo a gritar como una desesperada, entonces me aprieta, me besa, me chupa la tetas fuertísimo, y me pide que me ponga en cuatro, para clavármelo mejor: con una mano se lo agarra y con la otra me toma por la cintura y me lo clava durísimo y se acuesta sobre metiéndomelo cada vez más pidiéndome que levante más el culo y que abra más las piernas.

Me besa con locura y desespero mientras yo le pido que me muerda el cuello y la espalda jalándome el cabello, esto me vuelve loca, me excita a reventar. Luego de sacármelo del culo tomamos un descanso, aún con su güevo erguido él me pide que se lo mame y que me masturbe para él verme y excitarse más, yo con mucho gusto se lo hago (ya que yo le hago y me dejo hacer todo lo él quiera), le lamo ese güevo, se lo chupo cada vez con más fuerza, y esas ricas bolas que tiene, me meto ese dedo como a él le gusta, mientras él mira lo que le hago después, él me quita la mano de mi cuca y la agarra él, empezando a meterme el dedo hasta lo más profundo posible, mientras que yo le mamo el güevo, de un momento nos volteamos y se dispone a metérmelo otra vez por mi vagina, a clavármelo cada vez más duro, a afincarse como a mí me gusta, moviéndose en forma circular para verlo yo por el espejo que está en el techo a menearse para hacerme sentir todos los orgasmos posibles.

Yo le pido que me diga cosas sucias que tanto me excitan, le pregunto qué es lo que más le gusta que yo le haga y él me contesta: lo sabroso que es cuando yo le estoy mamando el güevo y las bolas, que le gusta cuando yo aprieto mi cuca, yo le digo que me susurre al oído lo mucho que le gusta cogerme, mientras que se mueve clavándome fuertísimo ese güevo y apretándome las tetas y luego mimándomelas.

Al cabo de un rato él me dice que está a punto de llegar y yo le digo que llegue en mi boca para saborear y tragar su semen, entonces él lo saca rápido y me pide que me ponga de rodillas y tome su güevo y empiece a mamárselo duro para hacerlo llegar lo mete en la boca y yo empiezo a chupar, a chupar duro hasta que salga toda la leche que tenga su güevo, para tragármela, él se mueve con angustia, con desesperación porque le fascina que yo chupe su leche, hasta llegar.

Nos metimos en el baño para lavarnos, a él le gusta que yo se lo lave y a él le gusta lavarme metiéndome la mano en mi cuca y en mi culo, luego me pasa el jabón por mis tetas suavemente, mientras que yo le enjabono suavecito su güevo, luego nos sacamos el jabón y nos secamos.

Estuvimos en esto como unas dos horas y luego nos acostamos para acariciarnos y hablar de las cosas que nos pararon durante el día.

Supongo que esto él nunca se lo contará a su esposa eso lo hace emocionante, cada encuentro es muy distinto, cuando estamos cerca de personas conocidas nos comportamos como dos simples amigos que sólo los une una linda amistad, sin saber que tenemos bastante tiempo devorándonos en una habitación o en el carro de él.

(9,24)