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Llevé a una zurda feminista a la cama

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Creo que debo comenzar por describirme un poco soy un hombre de 25 años, 1.75, peso 65 kg, más de una vez en mi vida me han llamado fascista y misógino a lo que yo respondo macho, facho, pero buen muchacho. Mi vida ha sido un poco desordenada, nunca he roto el corazón de una mujer, pero a muchas les he dejado de hablar a la mañana siguiente.

La otra protagonista de mi historia es María (el nombre más popular de Latinoamérica buena suerte encontrándola) una zurda feminista radical pro aborto de 1.60 y cabello churon poco pasada de peso, pero con buenas tetas. Más de una vez he recibido insultos de su boca, pero me mantengo firme en mis creencias. Cómo cuando le dije que era asqueroso que no se depilara y no hiciera ejercicio, empezó con su despotricadera de los cánones de belleza, para mí era ridículo yo me pasó una hoja de afeitar en la cara y las bolas y tengo un riguroso régimen de dieta.

Perdón si me alargue, pero quiero que entiendan que por ella no siento amor alguno. Todo empezó con nuestro círculo común de amigos Juan, Sara y Marcela. Estábamos tomando unos tragos de antioqueño. Yo odiaba a Juan, era un idiota aliade que besaba el suelo que pisaban las chicas, un homúnculo carente de personalidad capaz de vender su brazo por un beso en la mejilla, pero que podía hacer mi apartamento era el lugar de reunión de la universidad. Todos estamos en la misma universidad, claro está yo no iba seguir una carrera de mierda como María (Artes).

Sara se fue y Juan tras ella como un perro que persigue sus huesos y la conversación se puso interesante.

"Me da tanto asco los aliades" dije. "La verdad es que las mujeres preferirían estar con un hombre machista a estar con uno."

María se rio "un machista cómo tú?"

"Yo no soy machista" dije porque no me considero uno, solo no soporto a las femilocas.

"Pero si eres un machito, pito chico" dijo María. "Una verdadera feminista nunca estaría con un hombre como tú"

"Esa última parte no" dije "¿qué quieres apostar a que puedo llevar a una feminista a la cama?"

Después de discutir llegamos a un acuerdo...

"Tu apartamento por lo que resta de año, tu pagarás la renta y yo viviré aquí. Será mi nueva casa" dijo ella.

"Si vamos a apostar algo así de grande tienes que apostar algo igual tú, intercambio equivalente" dije.

"No tengo dinero" dijo ella.

"Tampoco quiero eso"

Negociamos un rato y llegamos a un trato con Marcela cómo testigo. Luego de dos semanas ya era hora de cobrar por supuesto yo hice trampa. Verán Sara me había estado coqueteando desde hace un tiempo de forma sutil, pero yo sabía a dónde iba. Y claro María no podía decir que su amiga no era una verdadera feminista.

Ella llegó como oveja al matadero con el rabo entre las patas.

"Terminemos con esto rápido quieres" dijo mientras ponía las manos en la pared.

"No tan rápido" yo había preparado una cámara oculta para disfrutar más de este momento. "Primero quiero que me des tu consentimiento"

"Te doy mi consentimiento"

Para los que se están preguntando que apostó pues el trato era simple 2 minutos con las manos en la pared yo podía tocarla cómo deseará, pero mi amiguito tenía que permanecer enjaulado.

"¿A hacer que?" No sé trataba más que de humillarla un poco más que reconociera que perdió y que sería mi perrita por 2 minutos.

"Ya por favor solo hazlo" dijo ella.

Para mi buena suerte tenía una licra, la que tome de los bordes y bajé hasta el piso junto con sus pantys. Luego empecé a frotar suavemente el exterior de su vagina, luego roces suaves en su clítoris. No digo que sea bueno en el sexo, pero cuándo se trata de tocar a una mujer esa es mi especialidad.

"Dime cuánto te gusta"

"Cállate" dijo ella con la voz quebrada

Metí mis dedos y estaba completamente húmeda. Y con mi otra mano jugaba con sus pechos por debajo de la camiseta.

"Tu coño dice otra cosa"

Ella no dijo nada solo miró el reloj, pero su respiración se hacía más intensa. Faltaban solo 20 segundos le di la vuelta y empecé a chuparle el coño que no estaba depilado. Podía imaginar su reacción... Ese no era parte del trato, pero estaba demasiado excitada. Sonó la alarma.

"Para ya se acabó" dijo María.

Yo no pare seguí chupando con fuerza mientras ella empujaba suavemente mi cabeza lejos de su sexo. Podrá decir que no quería pero estaba cerca del orgasmo. Entre resoplos me apartó con fuerza.

"Ya para se acabó la apuesta" dijo.

La empuje contra la pared y dije "entonces ahora podemos hacerlo bien," y la bese.

Se apartó "que haces?"

La tomé de la cintura acariciando su cuerpo con mi otra mano. "Será nuestro secreto, no le contaremos a nadie". Me respondió mi besó con complicidad.

"Prométeme que no le dirás a nadie" dijo María.

Yo solo baje a chupar su rico coño hasta hacerla gemir, luego le di a probar el sabor de su vagina con unos ricos besos. Ella me quito la camisa como desesperada pasando sus manos frenéticamente por mi pecho sin separarse de mi boca.

Le quite la camiseta dejando libres sus pechos que no sabía cómo los llevaba sin un brazier, era mínimo una copa c para mí una d incluso.

Saco mi pene del pantalón y la chupó cómo pudo mientras y sacaba un condón (ya preparado).

"Creí que no querías que te tocará con mi pito" dije.

"Lo quiero completo destrozándole" dijo ella.

No lo espere, me excito tanto que me puse el forro y la cogí en el piso. Ella gemía desnuda sobre mi frío suelo. Me senté en el sofá y ella se montó encima de mí decidida a hacerme venir. Lo hicimos de perrito cómo pudimos en la incómoda sala estábamos tan excitados que no pudimos llegar al cuarto. Me vine en sus tetas, tomo un baño y se fue.

A veces nos preguntan sobre la apuesta pero nunca respondemos nada.

(7,40)