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Lo descubrí fingiendo dormir

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Llevo ya varios años de divorciada, pero incluso a pesar de eso me sigo llevando bien con la familia de mi esposo, de hecho me siguen invitando a sus fiestas.

Nos divorciamos porque me fue infiel y su familia lo supo, no dudo que lo supieran desde antes, pero cuando llegó la hora se pusieron de mi lado. La verdad es que siempre fue una señora de casa y muy atenta con todos.

Esto último quizá fue lo que me puso en una situación extraña. Yo tengo ya 43 años, no soy una top model ni me considero sexy, soy un poco gordita, tengo unos senos normales, medianos y me gusta lucirlos en escotes, mis caderas no son anchas pero tengo piernas largas.

Bueno lo que pasó fue en una reunión familiar. Era cumpleaños de un sobrino que quiero mucho y casi vi crecer, le celebramos su cumpleaños 25, todo fue muy divertido y bueno normal. Poco a poco se fueron yendo todos y al final solo los sobrinos y algunos de sus amigos celebraban. Me pidieron permiso para quedarse y yo acepte, total nunca tenía invitados. Yo me quedé en la sala y me empezaba a dormir, según yo veía una película mientras ellos jugaban algo de trago o verdad creo que le llamaban. El juego es muy obvio.

Yo sentí un morbo porque se hacían preguntas cada vez más subidas de tono y solo escuchaba.

-Jessica te gusta el semen?

-Si si me gusta aunque a veces sabe algo amargo

-Tenía razón eso me ponía caliente

-Carlos trago o verdad?

-Yo prefiero trago

Todos reían

-A ver tu Marco (mi sobrino) trago o verdad?

-Verdad

Le tocó a una chica preguntarle que no sabía quién era.

-Cuánto te mide?

-Haha que preguntas son esas.

-Responde!

-Parada o así en frío?

Todos rieron y le hicieron burla a la chica que preguntó y respondió tímidamente.

-A ver, así sin estar parada

-16 cm

Todos rieron.

Era verdad no una mentira.

-Bueno que les puedo decir que haga la prueba hahaha

Eso me puso cachonda pero pensé que estaban bromeando

Como ya estaban tomados la chica aceptó y fueron al pasillo. Yo sentía mucho morbo y quería abrir los ojos pero me hacía la dormida, solo me puse un cojín en la cara porque sentía que hacía caras de caliente.

Cuando regresaron le preguntaron a la chica si era cierto y ella dijo que si, se le cortó la voz y todos rieron.

-Edgar te toca verdad ya estás muy ebrio. Dinos qué prefieres sexo rudo o tierno.

-Me gusta romántico

Todos se rieron, pero fue lindo.

Así siguieron otra ronda más hasta que llegó Marco de nuevo.

-Es cierto que te cogiste a la profesora Claudia?

-Ohh eso no se dice

-Vamos no saldrá de aquí

-Bueno es que depende, no me la cogí en el sentido estricto

-Entonces como?

-Pues solo me hizo un oral

-Oye y con ese pene te sale mucha leche? -pregunto Carla que era mi sobrina, me sorprendió que preguntara.

-Pues es que no sé qué es mucho solo me vengo Haha

-Si quieres Carla ve a ordeñar a tu primo hahaha

-Que imbécil

Todos rieron, yo estaba ya caliente y me sentía mojada de pronto me quedé dormida.

Cuando desperté fue en mi cuarto, toda vestida solo sin zapatillas. Me levanté cansada y todos se habían ido menos Marco que estaba en el sofá.

Me metí a bañar y me puse una blusa ligera y unos shorts, se me marcaban mis piernas y caderas, eso me provocaba un poco, exhibirme ahí con mi sobrino.

Desperté a mi sobrino y le dije que se bañara mientras yo preparaba el desayuno.

Había terminado y fui a mi cuarto para recoger mi ropa y meterla a lavar cuando desde el otro cuarto escuché que me llamaba Marco.

-Oiga tía disculpe es que se me olvidó que no tengo ropa interior.

-Vaya, es que oh espera creo que tengo unos bóxer nuevos.

Fui a buscarlos y si tenía un paquete nuevo y se los di. Pude verlo delgado, algo marcado, y en la toalla se le marcaba su polla que se veía gruesa y larga como lo habían dicho.

-Perdón hijo es que

No termine la frase y me salí, pero regresé a los pocos segundos y abrí la puerta nerviosa.

-Solo para decirte que te lleves a…

No termine la frase pues lo agarré sin toalla y miré ese precioso trozo de carne, moreno, gordito, colgando entre sus piernas, cabezón, no podía creerlo era más grande que el de muchos hombres que había tenido y eso que no estaba erecto, me quedé como tonta y él reaccionó apenado y se tapó, yo me disculpé y salí del cuarto.

Nos sentamos a la mesa y estábamos apenados los dos.

-Oiga tía sobre…

-No no te preocupes perdón debí tocar es que bueno hace tiempo que no veo a un hombre y pues creo que es normal.

-No se preocupe tía, yo lo que quería decirle era que no usé los boxers, es que me apretaban mucho.

-Y andas sin bóxer? Marco!

-Perdone tía es que no uso de esos.

-Pero es porque bueno tienes eso así todo ya sabes

-Si es un problema, yo uso de los holgados

-Oye hijo y si no es mucho, es que me da curiosidad, cuánto te mide parado

-Tía, que pena, es que bueno no me la he medido así.

-En serio? -se me hacía increíble que se la midiera flácida pero no erecta, a lo mejor no es una trampa y sospechaba que lo escuché anoche.

-Pues deberías.

-Pues si igual debería ser usted la que dé te y legalidad

-Si verdad hahah pues a ver…

Fui por una regla, estaba caliente.

-Quiero ver, toma mídelo.

Estaba apenado y caliente al mismo tiempo, yo también, se bajó el pantalón y vi ese animal colgando, pero no estaba parado, me sentí mal pero pensé que era porque estaba nervioso se puso la regla y madre mía! De la mitad del tamaño de la regla pero más grueso! No podía creerlo estaba yo toda caliente no estaba pensando bien.

-Pues páralo para medirlo.

Toda tonta yo diciendo esas cosas

-Es que tía, me siento, apenado no se avergonzado mire.

-A lo mejor esto te ayuda.

Y me quité la blusa y me acerqué, le puse sus manos torpes y me empezó a masajear los senos. Yo te empecé a jalar ese mástil que sentí iba creciendo en mi mano, se ponía muy duro como piedra y palpitaba riquísimo yo veía cómo iba creciendo en mi mano con cada jalada que le daba, como plastilina, como una masa iba creciendo y creciendo y yo caliente sentía que me desmayaba solo de verle esa verga enorme, no lo creía!

Nuestra respiración se cortaba y no nos salían palabras, yo tomé la regla de la mesa, me temblaba la mano, y le medí ese mástil erecto, 26c m qué diablos era eso, un animal, mi mano se veía diminuta. Caí de rodillas y solté la regla, con mis dos manos empecé a jalar esa vergota y mi boca comenzó a comerle esa cabeza riquísima, mi lengua lo rodeaba de un lado a otro, se metía en su glande, lo rodeaba, él gemía, repetía “tía, tía” y yo seguía jalando ese mástil con ambas manos, no podía creer que fuera real, me entregué a chuparla, a comerla, le pasaba la lengua desde sus huevos hasta su cabezota, le daba mordiscos y él gruñía y yo lo miraba fijamente a los ojos y él extasiado.

Se la apretaba fuerte con ambas manos como si se me fuera a ir, hubo un momento en que lo tomé con una mano y me empecé a pegar en la cara con su pedazo de polla, sentía su peso en cada golpe, en mis mejillas, en mi frente en mi boca, en especial en la boca, no sé porque me producía tanto placer pegarme en la boca, quizá algún fetiche, mi nuevo fetiche y eso me provocó un profundo orgasmo que recorrió todo mi cuerpo.

Se me vencieron las piernas, se me fue la fuerza de los muslos y solo pude caer frente a él apenas sosteniéndome con las manos en el piso, sentía como se convulsionaba mi vagina dentro de mi, tan delicioso tan rico, duré así varios segundos, cerré los ojos porque se me fue la vista un momento, como cuando te mareas o te levantas rápido, debieron pasar varios segundos. Cuando me recuperé, lo vi a él sentado frente a mi en una silla y monstruo negro, durísimo, mojado, escurriendo de mi saliva y sus fluidos cayendo por su tronco y sus huevos.

-¿Esta bien tía? –agitado.

-Sí, si hijo -apenas pude responder.

Se puso de pie y me levantó de las manos, las puso sobre sus muslos para que me sostuviera, y metió su pollón lo más que pudo, yo no reaccionaba, solo sentía su cabeza intentando entrar en mi garganta con arremetidas, era una muñeca, no tenía fuerzas, solo sentía mi boca bien abierta y esa verga venosa follándome la boca, me sostenía del cabello fuerte y sus caderas empujaban, lo único que recuerdo es que mis manos apretaban sus muslos y después sus nalgas mientras se movían de atrás hacia delante cogiendo por la boca y yo daba arcadas y me dejaba respirar unos segundos y después seguía.

En veces me pegaba fuerte con su verga en mi cara, en mi boca y regresaba a follarme la boca y mientras su tranca empezó a palpitar supe que venía mi leche y empecé con otro orgasmo.

Quizá era sentirme rendida, de rodillas, sujeta del cabello, mis manos aferradas a sus nalgas, y ese tremendo miembro que me impedía gemir o gritar que tuve ese orgasmo, más lento pero intenso mientras sentía los lechazos en mi boca, intente tragar pero al tercero ya no pude y tuve arcadas, su carne salió de mi boca y sentí como dos o tres lechazos fuertes en mi cara mientras tenía las arcadas, estuve a punto de caer de nueva hacia enfrente pero me sostuvo y él se arrodilló frente a mi.

-Siempre la quise ver así tía, llena de mi leche escurriendo, cayendo por su boca, hacia sus tetas.

Yo asentí, creo que dije que sí.

-Ahora quiero metérsela tía, quiero cogerla.

Se me fue la vista hacia abajo y su verga seguía toda parada, dura, llena de leche escurriendo. No podía más. Me levantó y me llevó al sofá.

Por favor si te ha gustado la historia y quieres la segunda parte deja un comentario, y si eres mujer dime si has sentido algo similar, me hará saber que no soy la única que siempre quiso esto.

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