Nuevos relatos publicados: 7

Lo hicimos en presencia de mis suegros

  • 2
  • 42.588
  • 9,38 (55 Val.)
  • 1

Era una tarde lluviosa, estábamos sentados en la sala de mi novio en compañía de sus padres, viendo una película y pasando una tarde familiar de lo más normal.

De pronto mi suegra siente frio y pide a mi suegro ir por una cobija, pero antes que termine la frase; mi novio se levanta voluntariamente y va corriendo donde la habitación de su madre y trae 2 cobijas y las reparte entre sus padres y nosotros.

Mi suegra agradece y dice cuando no, mi bebe de considerado y en eso añado a su comentario diciendo, siempre tierno mi amor, te amo; a lo que él responde: me amaras mucho más luego, con una sonrisa sospechosa; la cual me intriga pero sin sospechar lo que vendría .Él se sienta estira una pierna sobre el mueble y otra deja caer al piso quedando piernas separadas , ahora siéntate en medio me dice y nos cubre con la cobija dejando solo descubierto nuestras cabezas para supuestamente seguir viendo la película.

No pasa ni medio minuto cuando siento sus frías manos recorrer mis muslos de manera lenta y delicada hasta llegar a mis caderas y a la vez me susurra al oído, ¿deseas que continúe? Pero antes que responda sus manos ya están presionando suavemente mis pechos lo que me provoca una sensación de placer. Esta vez me susurra nuevamente: No respondiste amor y me besa el cuello despacito para no hacer ruido y sospechen sus padres que estaban cerca en otro mueble, me gustó tanto sentir esa sensación que dije si con la cabeza.

Entonces empezó a explorar mi cuerpo sin censura, metió las manos entre mis piernas y empezó acariciarme bajo la cobija con esos dedos largos, tanto como pudo y me hizo jadear; por momentos pensé se darían cuenta aunque felizmente el volumen alto de la T.V fueron mi salvación, cada vez estaba más caliente y mojada; cuando sintió mis cálidos fluidos entre sus dedos me deslizó el buzo poco a poco y de manera disimulada me pego junto a su verga que estaba fría y tiesa a la vez, sentirla me dio una sensación de placer y miedo ya que quería sentirla dentro mío, pero su grosor y tamaño me intimidaban, para esto ya me tenía sentada sobre su verga y mis manos acariciándola, todo el frio de la lluvia se había ido y mi cuerpo hervía de placer y solo quería sentir más.

Como era costumbre mis suegros se quedaban dormidos a mitad de película y esta no fue la excepción por eso decidimos hacerlo antes que despierten y nos pillen, él se sentó al filo del mueble y me subió de espaldas sobre él abriéndome las piernas para introducir su verga en un solo empujón y sin tanta delicadeza, lo que me provoco un gran quejido; por eso me tapo la boca y me metía y sacaba la verga con movimientos lentos y alternaba con otros circulares estos me volvían loca y el hecho de tener tapada la boca y cuidar la cobija que no se caiga por si los padres despertaban me excitaba más, pero no contentos con eso nos fuimos a la cocina caminando entrelazados como la raíz a su árbol y mientras me penetraba yo colocaba un tacho con agua para disimular por si los padres despertaban y darles un café instantáneo, nuestro nivel de perversidad aumentaba tanto como nuestras ganas; ya en la cocina no hubo reparos y me inclinó sobre la mesa mirando siempre a la sala y cuidando a los suegros y me penetro tanto como pudo esta vez amortiguo mis gemidos con una servilleta, recuerdo esa tarde como una de las mejores de mi vida porque sentí y disfrute de mi sexualidad al máximo. Me vine a chorros con esa larga verga, una y otra vez gracias a su gran resistencia me permitió ver la gloria.

(9,38)