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Lo que sucede en el metro de la CDMX (4)

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10/07/2020.

Me subí al servicio didi que me lleva al metro y decidí casi llegando quitarme el bra que dicho de paso es muy sexy porque es transparente y de un cuarto de copa, color café; me lo quito tratando de ser discreta pero sin guardar mucho cuidado; el conductor veía desde el retrovisor, supongo que se dio cuenta, porque veía por el retrovisor mientras lo hacía, coincidí con él en la mirada y le dije: “perdón” me estaba apretando y molestando, me dijo que no me preocupara y que con todo respeto se me veían muy bien mis (pezones) a través de la blusa.

Le dije que si quería tocarlas y dijo que si por lo que antes de llegar al metro hay una gasolinera, se detuvo ahí y yo me senté al filo del asiento, se desabrocha el cinturón de seguridad y se voltea, así que con la mano derecha empieza a tocarme por encima de la blusa, no está muy cómodo por lo que no lo hace tan bien, le digo que ya me tengo que bajar porque se me hace tarde, pero que me puede tocar por debajo de la blusa y él ni tarde ni perezoso se acomoda un poco más y mete su mano; me siento muy nerviosa y mojada.

El con la misma mano juega un poco con una de las nenas y después con la otra, juega con mis pezones los cuales ya están muy erectos; la forma en cómo está sentado no le permite hacer más, a mi me gusta cómo lo intenta, me incorporo y me acomodó la blusa para bajar, la situación me excitó demasiado y lo siento en mi panochita porque palpita mucho, quizás por ver cómo pasaban a un lado y saber qué probablemente veían todo el manoseo, no fue mucho el tiempo pero lo disfrute. Le digo que cuánto va a hacer, dijo que nada, que así estaba bien y muchas gracias; él era relativamente joven de tez clara y ojos muy grandes, sus manos muy gruesas con los dedos igual algo rasposos.

Le agradecí y camine hacia el metro excitada por el evento y con mi bra en la bolsa. Los pezones erectos que se notaban a través de mi blusa, y los hombres se quedaban viendo al bajar las escaleras, primero a los pechos y luego a mi, me subí al vagón con el deseo de que algo más ocurriera para seguir así de excitada, pero ahora no había tantas personas y me fui sentada, solo con las miradas de alguno que otro. Al bajar roce sus brazos con mis nenas y nada más. Me fui caminando así al trabajo con mis nenas sin bra y con los pezones muy respingones y entre al edificio en donde me encontré a mis compañeros de trabajo y yo supongo que se dieron cuenta porque era muy notorio que no lleva brasier.

Durante el día en la oficina de uno de mis compañeros a quien considero amigo me senté en un sillón que estaba ahí y que queda más abajo y él con otra niña estaban sentados en las sillas, yo no me di cuenta que me senté de tal forma que me incliné y se dejaba ver las nenas en el espacio que hacía la blusa, platicaba con la niña y de repente volteo y lo vi a él, viéndome las nenas, me di cuenta que se turbo y yo me senté ya bien para no probarlo más. Lo bueno es que lo considero mi amigo. Ustedes que piensan?

14/07/2020.

Subí al metro ya saben del lado de los hombres, ya me había dado cuenta que el vestido se levantaba más de la parte de atrás, las medias se notaban hasta el encaje, me quede pegada del lado de la puerta y conforme se fue llenando quede ubicada con un hombre en cada lado y también al frente, el que quedó de frente, tenía su movimiento limitado, pero aun así pudo poner su mano entre él y mi vestido, empezó a acariciar por encima con el dorso y como veía que no hacía por quitarme y que yo misma me pegue a su mano, me toca la entrepierna y poco a poco va subiendo mi vestido, yo llevo las piernas ligeramente abiertas para evitar caerme.

Levanta el vestido cada vez más con su mano y al mismo tiempo acaricia y dirige su mano ya por debajo del vestido a las nalgas y ahí las aprieta con la mano derecha así que toca mis nalgas, siente que llevo tanga por qué con uno de sus dedos toca la línea de tela que se encuentra separando mi culo; por un momento creo que va a meter sus dedos, pero no, regresa a acariciar mis nalgas y mi pierna y yo me acerco más, y coloca su pierna entre las mías.

Por enfrente, la tanga es muy pequeña y el solo metió la mano en el espacio del pubis y la hace a un lado, acaricia la pierna e introduce su mano en mis bragas, juega con mi clítoris lo acaricia y lo aprieta como pellizcándolo; me siento acalorada y volteo para ver si alguien se está dando cuenta, el de más allá parece que si, porque me ve como sonriendo, pero no hace más, el que me va tocando quiere meter sus dedos en mi panochita pero la posición no se lo permite y aunque voy algo pegada y abro mis piernas no se atreve a hacerlo o quizás no puede, yo de todas formas disfruto su roce y los pellizcos, con la mano que tengo libre acaricio su verga encima del pantalón y quiero bajarle el cierre, pero no soy muy diestra así que se la acaricio primero de abajo hacia arriba, tomándola y apretándola, después vuelvo a intentar bajar el cierre y al no poder lo acaricio de arriba hacia abajo, aunque estaba ya abultado el pantalón y me costaba trabajo y el gimió al sentir mi mano así que mejor sigo tocándolo por encima sintiéndola dura,

Llego a mi estación y tengo que pedir permiso para poder bajar, salgo del vagón y me subo las escaleras, seguramente se me veía mí panochita al aire, porque el tipo dejó mal acomodada la tanga y sé que los que vienen abajo me pueden ver mis labios muy humedecidos.

Me quedé muy caliente así que decido atenderme en la oficina y me corro muy pronto, pero la temperatura no cede y a sugerencia de mi amo decido ir a que me pongan la inyección en el consultorio médico. Así que camino por la tarde hacia allá. Llego y me atiende un médico joven y tímido. Me dice que cuál es el motivo de la consulta y le digo que sólo voy por la inyección que me toca.

El prepara la inyección y para mientras me levanto el vestido descubriendo mis dos nalgas y dejando ver toda mi tanga; me recargo en la mesa de exploración y saco mi cadera. Él se turba un poco y me limpia la zona en donde pondrá la inyección. Siento como risa con sus dedos mi piel y me excita ese momento. Le refiero que mi nena izquierda me sigue molestando y que me preocupa. Termina de ponerme la inyección y me vuelve a acariciar mi nalga con sus dedos y en círculo. Me está tocando de más, me siento muy nerviosa. Me dice que donde me duele y le señalo y él me toca mi nena sobre la ropa y se arrepiente y me dice que debo ir con una ginecóloga.

Me pide mi número telefónico, sé lo doy y me dice que me enviará el contacto. Deseaba sentirme revisada y explorada pero el “ternuritas” no se atreve. Me quedare nuevamente con mis ganas.

(9,30)