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Los sueños de María (Parte 2)

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Un día más María estaba deseosa de sexo, su marido llevaba una semana sin tocarla, su semana del periodo era la peor, y ella andaba caliente a todas horas.  Por fin la odiada menstruación se fue y pudo tener sexo con su marido, pero lamentablemente, fue demasiado rápido, lo disfruto mucho, sí, pero necesitaba más. Su cuerpo se durmió esperando más sexo, más placer.

María cerró los ojos en su cama, aun sentía el semen de su marido en su interior caliente, y con el pensamiento de tener más semen en su cuerpo se quedó dormida, y empezó a soñar.

Un día más de gimnasio, tras una clase en la que quemar toda la energía María necesitaba una buena ducha, estaba tan cachonda, que empezó lavándose y acabo masturbándose metiéndose los dedos y frotándose con fuerza el clítoris hasta alcanzar un intenso orgasmo, estaba cachondísima, no había sido suficiente, mientras se vestía y recogía sus cosas pensaba en llegar a casa y volver a tocarse.

Al salir del vestuario paso por la zona de máquinas, era verano, y María solo llevaba una minúscula falda blanca con vuelo que se movía al caminar dejando ver su culito redondo y terso, una camisa sin mangas que, quizás le estaba algo pequeña, pues los botones que estaban a la altura de sus enormes tetas iban a reventar, y sus sandalias de tacón hacían que su cuerpo con buenas curvas fuera todo un espectáculo. Los hombres que allí estaban ejercitándose no podían dejar de mirarla mientras pasaba, pero no todos se conformaban con mirar

H1: Dioss que culazo!!!... Enterraría mi cara en el!

H2: Yo te iba a enterrar otra cosa en ese culo delicioso!!

H3: Te va a reventar la camisa preciosa, déjanos ver esas tetazas enormes!!

H4: yo te arrancaba la camisa de un mordisco y te comía entera!!

María al oír todos aquellos comentarios no pudo evitar ponerse aún más cachonda, notaba como su coño vibraba y se mojaba, el tanga negro y minúsculo que llevaba bajo su minifalda estaba totalmente empapado y sus pezones duros como piedras de la excitación. Los hombres que allí había no eran los más musculosos que había visto, pero estaban muy bien, atléticos, morenos, sudorosos, y querían meter su cara entre sus tetas y su culo. Uno de ellos le cortó el paso poniéndose frente a ella.

H1: ¿Por qué no te quedas con nosotros a hacer algo de ejercicio guapa?

María: Yo acabo de terminar, ya he hecho ejercicio.

H1: ¿y no querrás quedarte con nosotros a hacer un poquito más?

El resto se fueron acercando rodeando a María, ella excitadísima se mordía los labios, ¿Cómo sabrían sus pollas?, ¿estarían ricas?, podría comérsela a todos allí mismo, si se lo pidieran se arrodillaría y mamaria todas aquellas pollas erectas que estaba viendo bajo sus pantalones de deporte

H2: ¿no contestas?, se ha quedado muda

H3: ¿son nuestras pollas lo que miras relamiéndote?, ¿te gusta comer pollas?

H4: Mírala que cara de vicio, seguro que está deseando arrodillarse aquí mismo a comerse cuatro pollas para ella solita, ¿verdad?

Y María subió aún más su punto de excitación, ya no estaba cachonda, eso se quedaba corto, ahora necesitaba pollas en su boca, a pares, y se dejó llevar, dejo que los tíos la cogieran y se la llevaran a un banco de abdominales, la sentaran y empezaran a desnudarla. De repente María se vio sentada y desnuda rodeada de cuatro pollas duras para ella solita

H1: Venga aquí las tienes, ¿no vas a comértelas?, están así por ti

Dos de ellos se acercaron aún más a María y empezaron a pasarle la punta de sus pollas erectas por la cara, ella, al notarlas cerca de su boca, la abrió al máximo y ambas quisieron entrar en su boca. María con sus manos las agarro fuerte y las ayudo a entrar

H3: Joder, las comes a pares! Que gustazo guapa

H4: Madre mía, estas toda hecha una comepollas profesional, como no sabemos cómo te llamas, te llamaremos así, Comepollas

H1: Si!!! serás Comepollas siempre que te veamos

H2: ¿Te gusta que te llamemos Comepollas?

María como pudo, con dos pollas metidas en la boca asintió, oírles llamarla así hizo que se sintiera más mojada, más cachonda, más puta, ya no era María, era Comepollas, y las comía a pares

H2: Oye comepollas, ¿Cómo tienes el coño?, ¿no nos lo enseñas?, seguro que lo tienes depilado y chorreando, estabas deseando comerte nuestras pollas ¿verdad?

María abrió bien sus piernas mostrándoles su coño totalmente depilado y empapado, llevo su mano a su clítoris y lo froto para después con sus dedos abrir bien sus labios y mostrarles lo que deseaban.

Los dos hombres que tenían su polla en la boca de María, o mejor dicho Comepollas se separaron para ver bien lo que ella mostraba

H3: Dilo

María: ¿el qué?

H3: Di tu nombre, di cómo te llamas

María: Me llamo Comepollas

H2: ¿y que nos enseñas Comepollas?

María: Os enseño lo que queríais ver, mi coño abierto y mojado

H1: Mmmm… seguro que quieres que te lo follemos todos, ¿a qué si comepollas? No sé si lo haremos o no, de momento haciendo honor a tu nombre, solo podrás comernos la polla, si quieres algo en tu coño, tendrás que buscarte la vida, pero tu boca y tus manos son nuestras.

María se sentó a horcajadas en el banco de abdominales dejando su coño contra él, se movía y lo frotaba mientras con su boca y sus manos iba pasando de polla en polla, a cual más deliciosa de todas, a cual más tiesa y dura, le encantaba, se sentía excitada, morbosa y cachonda, se sentía toda una Comepollas.

H4: Como solo puedes con tres pollas a la vez, creo que deberíamos buscar otras opciones, ¿Qué tal tienes tu culo Comepollas? deberías mostrárnoslo.

María paro de comer y pajear pollas, se puso de rodillas en el banco de abdominales y se dio la vuelta, con el culo en pompa y espatarrada les mostraba su culo, precioso y redondo.

H2: Delicioso, sepárate bien las nalgas Comepollas que lo veamos bien

H1: Chorreas tanto de tan cachonda que estas, que hasta el culo tienes empapado Comepollas

H3: Seré el primero señores, ese culo es mío

Y le dio un fuerte azote en cada nalga antes de empezar a frotar su polla durísima en su ano, empujando, intentando entrar. Los otros tres fueron delante de María y empezaron a darle golpes en la cara con sus pollas, ella con la boca abierta intentaba cazar alguna para poder comérsela, ese día era Comepollas, y una buena comepollas tenía que estar siempre comiendo polla.

H4: Así no Comepollas, baja del banco de abdominales, y te agachas, así tienes tus manos y tu boca libres mientras te dan por culo, hoy no puedes dejar una polla sin tocar, comer o follar.

María se bajó como pudo del banco de abdominales, arqueo su espalda y volvió a sentir como una polla enorme entraba de golpe en su culo, hasta el fondo, notaba como sus huevos le golpeaban en el coño empapado, mientras con sus manos cogía otras dos pollas y las pajeaba y abría la boca para que el último pudiera follársela.

Sentía como la polla de su boca entraba hasta atragantarla, una cantidad enorme de babas salía de su boca, a cada empujón del que le metía la polla por el culo, hacía que la polla de su garganta entrara hasta el fondo y le diera una arcada, ella solo notaba más y más excitación, más y más cachondez, se sentía más y más puta, una puta comepollas.

Uno tras otros fueron pasando de su culo a su boca, pasando por sus manos, ella deseaba que le follaran también el coño, lo tenía palpitando de excitación, quería sentirse penetrada y llena por todos lados, le encantaba que le follaran el culo, pero necesitaba más. Cuando le sacaron la polla de la boca lo pidió.

María: Folladme el coño, lo necesito

H1: ¿si Comepollas?, ¿necesitas que te follemos el coño?, no sé, este culito es delicioso

H2: Habíamos dicho que si querías algo en tu coño te lo proporcionaras tu solita, nosotros solo tu culo, sigue chupando puta Comepollas

Uno de ellos se fue un momento, cuando volvió llevaba en la mano una botella pequeña de agua.

H3: Toma Comepollas, si quieres puedes meterte esto mientras te follamos el culo, así te sentirás llena

Dejaron sus manos libres por un momento, y mientras aun le follaban por detrás María empezó a introducirse la botella por el coño. El placer que sintió mientras le seguían follando el culo al ir introduciendo la botella era indescriptible, no paraba de gemir, y gritar, pero enseguida la callaron metiéndole una polla por la boca hasta el fondo, dio tal arcada que empezó a toser, los otros dos, mientras le daban pollazos en la cara, le restregaban sus pollas por su cara y su cuello esperando que María las cogiera con sus manos y siguiera pajeándoles.

Mientras seguían follándola uno tras otro por el culo, la botella de su coño se movía, y a veces se salía, pero ella, soltaba alguna de las pollas que pajeaba para meterla hasta el fondo de nuevo, todo sin dejar de comer polla constantemente.

H4: Uf, Comepollas, yo voy a correrme ya, prepárate porque va toda mi leche en tu cara de puta Comepollas.

H1: Yo también quiero dispararte a la cara, y que te lo recojas todo y te lo tragues.

H3: Podrías follarte el coño con la botella mientras te regamos tu puta cara de semen.

H4: Ven aquí Comepollas, que vas a terminar con nosotros.

Todos se pusieron delante de María mientras ella caliente y excitada, con el culo muy abierto y el coño chorreando, se arrodillo en el suelo con las piernas abiertas, enseñándoles cómo se follaba con la botella, se la metía y sacaba fuerte y rápido.

De repente chorros de semen llegaban a su cara, ella abriendo la boca al máximo intentaba cazar todo lo que podía, algunos chorros cayeron en su cara, otros en sus tetas, en su pelo, y ella mientras seguía y seguía dándole a la botella, sabía que el orgasmo estaba cerca, mientras se metía la botella, con la otra mano se frotaba fuerte el clítoris, estaba a punto de llegar, mientras las cuatro pollas que la rodeaban ya habían descargado toda su leche sobre ella.

Se acercaron y restregaron sus puntas aun con gotas por su cara, ella al notar las cuatro pollas en su cara llego al orgasmo, se corrió como nunca notando todo el semen en su cara, del grito que salió de su boca también se salió el semen que tenía dentro aun sin tragar.

Y con la intensidad del orgasmo de su sueño María se despertó, estaba totalmente empapada, su marido dormía a su lado, al destaparlo vio que su polla estaba tiesa, y no se lo pensó dos veces, siguió siendo Comepollas y despertó a su marido con una mamada intensa, metiendo su polla hasta el fondo de la garganta mientras con la mano se frotaba el coño. Su marido la retiro y le dio la vuelta, la follo salvajemente a cuatro patas mientras ella se seguía frotando el clítoris, llegando al ansiado orgasmo que empezó a sentir en su sueño.

Antes de acabar su marido ella siguió comiéndole la polla hasta que le lleno la boca de semen caliente y delicioso. Era el perfecto final para la aventura de María la Comepollas.

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