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Me cojo a un viejo frente a su esposa sin su consentimiento
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Mi nombre es Janett, y tengo 25 años de edad, y escribo esto para contarles una de mis anécdotas más morbosas que he tenido hasta ahora, porque ya no aguanto más las ganas de contársela a alguien, alguien obviamente que no sea cercano a mi, más que nada porque es algo fuerte la experiencia, y pues ya saben, no es algo que le contarías a un conocido, ni mucho menos a tu familia, y hace poco descubrí esta página, así que mejor he decidido contarla por aquí. Aquí les cuento como fue que cumplí una fantasía que tenía, y que posteriormente se me convertiría en un fetiche.

Bueno antes que nada los pongo en contexto, yo trabajo como barista en un club para adultos cerca de por donde vivo, así que pues si, como ya se imaginaran trabajo semidesnuda, atendiendo y sirviendo las bebidas que se piden en el club, (para los que no sepan, una Barista es algo así como una stripper, solo que en vez de bailar atiendo a las mesas, obviamente semidesnuda, normalmente en lencería y tacones, pero también a veces en minifalda o minishorts).

Pero bueno, dejando claro ese punto continuo, no puedo decirles específicamente cuanto me pagan, pero solo les puedo decir que me va muy bien en cuanto a la paga que me dan, y eso sin contar las propinas que me dejan los señores que van ahí, de hecho, de todas las baristas que trabajamos en el club, yo soy la que más propinas recibe de todas, y no es por presumir ni mucho menos, pero la verdad soy la más atractiva de las que trabajamos ahí, soy rubia, de piel blanca, de estatura mediana, tengo nalgas grandes, y también tetas grandes( aunque si les soy sincera mis tetas son operadas, pero aun así considero que no se nota tanto, ya que tampoco son exageradamente grandes, son grandes pero normales, no es muy notorio a la vista) tengo piernas y cadera bonitas y por lo que me han dicho también tengo un rostro bonito, y aparte de todo esto, soy la más joven de ahí con 25 años. Así que no es de sorprender que sea la que más propinas recibe.

Actualmente vivo sola en una casa que yo misma alquiló desde hace ya más de 6 años, más o menos el mismo tiempo que llevó trabajando como barista en el club. Y como es de esperarse, muchos de mis vecinos y vecinas ya saben de lo que trabajo, la mayoría de ellos son señores y señoras ya grandes, de 50 para arriba, y personalmente a mi no me importa que sepan de lo que trabajo, pero esto me ha creado mala fama en el lugar donde vivo, sobre todo con las esposas de mis vecinos, que por mi trabajo piensan que me gusta ir calentando a sus esposos, y a decir verdad, si me gusta vestirme provocativa y recibir piropos, así que no las culpo por eso, pero como les comentaba, desde que saben de qué trabajo, no tengo una buena relación con ellas, de hecho ninguna de ellas me habla, y la verdad no me importa, con más razón me visto provocativa para calentar a sus esposos y hacerlas enojar.

Pero como les comentaba, tenía ya mucho tiempo sin hablar con ninguna de mis vecinas, esto hasta hace 3 meses, cuando una pareja (una señora y un señor ya grandes), se mudaron a tres puertas de mi casa, ambos como de unos 60 y tantos. Y a decir verdad yo no esperaba nada de ellos, ni tampoco esperaba caerles bien, ni nada por el estilo, y recuerdo ni siquera haber saludado a la señora, ni darles la bienvenida ni nada.

Simplemente actúe indiferente ante la situación. Pero un día que salí de mi casa para ir a la tienda, la señora está que se acababa de mudar también iba saliendo de su casa, y cuando me vio me saludo y me dio los buenos días, lo cual me sorprendió bastante ya que era algo que literalmente no me sucedía desde hace ya bastante tiempo, yo también la saludé y también le di los bueno días, entonces se me acerco y se presentó conmigo. (para no revelar su identidad, voy a cambiar su nombre y el de su esposo):

Laura: Hola que tal, me llamo Laura, y tu?

Yo: Hola, yo me llamó Janett.

Laura: Hola Janett mucho gusto, vives aquí?

Yo: Si jaja, aquí vivo.

Laura: Ah mira que bien, yo me acabo de mudar con mi esposo aquí como a tres puertas.

Yo: Si, si los vi que se mudaron. Pues ojalá y les gusté vivir aquí.

Laura: Si muchas gracias jaja, pues hasta eso se ve muy tranquilo yo creo que si. Oye vas a la tienda?

Yo: Si voy para allá.

Laura: Ah, te acompañó, también ocupó comprar algunas cositas, sirve que platicamos en el camino jajaja

Yo: Si claro, vamos jajaja.

Así que me fui platicando con ella en el camino, y pues me estuvo contando varias cosas sobre ella, como porque se habían mudado, y también me estuvo contando que era cristiana (lo cual se le notaba bastante, más que nada por la personalidad inocente que tenía, y por su vestimenta) y que era muy apegada a todas estas cosas de la iglesia y cosas así. Y que trabajaba como cajera en una farmacia.

Después de decirme esto, como era obvio, me preguntó a mi también de que trabajaba, y recuerdo que en ese momento no quería decirle de que trabajaba, más que nada, porque pensé que si le decía, muy probablemente iba a intimidarla e iba a dejar de hablarme al igual que mis otras vecinas. Así que decidí mentirle, y le dije que trabajaba como contadora, para evitar esto. Entonces seguimos hablando, y antes de despedirnos, para ir cada una a su casa, me dijo que quería invitarme a su casa a comer al día siguiente para seguir platicando, yo primero me negué y le dije que no hacía falta, pero ella me insistió y pues me término convenciendo, así que acepté.

Al día siguiente cuando me estaba arreglando para ir a su casa, me di cuenta de que prácticamente toda la ropa que tenía era provocativa, y no tenía nada por así decirlo formal o por lo menos que no fuera provocativo, pero como era una comida casual, pensé que tampoco habría tanto problema si me iba vestida así, aunque reconozco que si era un poco de mal gusto ya que su esposo también iba estar ahí, y pues no sabía como se lo iba tomar Laura. Pero bueno, trate de irme lo menos provocativa que pude y me fui con una blusa escotada, y con unas mallas negras ajustadas. Entonces llegue, y cuando timbré me abrió la puerta y me recibieron ella y su esposo:

Laura: Hola Janett como estas! pásale, mira él es mi esposo José. Y ella es Janett (le dijo a su esposo.)

Yo: Hola mucho gusto. (Le dije a Don José)

Don José: Hola Janett, el gusto es mío, pásale.

Mientras me decía esto, pude notar como no paraba de mirarme las tetas, y al parecer la señora Laura también lo notó, pero no me dijo nada ni a mi, ni a su esposo, y simplemente se hizo como la que no vio nada y me invitó a sentarme. Como les había dicho esta señora era muy inocente, y al parecer se guardaba todo para ella. Entonces comimos, y después de esto, nos quedamos platicando un buen rato ahí en su sala, y durante todo este tiempo su esposo (Don José) me recorría el cuerpo de pies a cabeza con su mirada tímidamente, trataba de hacerlo disimuladamente para que yo no me diera cuenta, pero pues es claro que si me di cuenta, y su esposa también se dio cuenta, pero ella no decía ni una sola palabra, y seguía platicándome cosas como para ocultar su incomodidad y desviar la atención. Yo aunque si me sentía un poco incomoda, me calentaba bastante saber que el esposo de doña Laura me miraba con deseo, y ella aunque se daba cuenta y al parecer le incomodaba, no hacía nada para evitarlo.

Así que después de haber estado platicando un buen rato, y haber llegado la hora de irme, antes de que me fuera Laura me dijo que quería volver a invitarme a comer otro día, aunque se notaba a simple vista que me lo dijo mas por compromiso que porque realmente me quisiera tener de nuevo en su casa, aun sabiendo esto, volví a aceptar.

Ese día cuándo llegue a mi casa, no podía parar de pensar en las miradas que me dio su maridito, realmente me gustaron y me calentó bastante, sobre todo saber que Laura no dijo nada a pesar de también darse cuenta y sentirse incomoda por ello. Así que la siguiente vez que fui a su casa, me fui vestida más provocativa para ver como reaccionaba Laura, y al igual que la vez anterior, a pesar de que notaba que su esposo (Don José) me recorría el cuerpo con la mirada, ella no decía nada, ni tampoco me decía nada por cómo me iba vestida a su casa, lo cual hizo que yo agarrara más confianza, y cada vez que iba a su casa trataba de irme más provocativa que la vez anterior, y ni una sola vez Laura se quejó o me dijo algo.

Ella se comportaba muy amable conmigo y me seguía invitando a su casa, a pesar de que yo me iba vestida provocativa solo para calentar a su esposo. Y si les soy sincera, esa era la única razón por la que iba a su casa, para calentar a su maridó, realmente no me interesaba platicar con Laura, pero disfrutaba de calentar a su esposo en su cara y que ella no tuviera el valor de decirme algo, y simplemente se quedara viendo incómodamente como le paraba la verga a su marido.

Toda esta situación me generaba bastante morbo, y empecé a fantasear bastante con ello, y en un punto me llego la fantasía y el deseo de querer cogerme a su marido (Don José), y ya sé que suena muy loco, mas que nada porque ese señor es como 40 años mayor que yo, y a decir verdad no es para nada atractivo, es de piel morena y pues ya está viejo, pero me causaba mucho morbo calentarlo frente a Laura que se comportaba como una verdadera sumisa.

Todo esto lo tenía solo como una fantasía, porque obviamente no pensaba pedírselos, además de que Laura era la única vecina que me hablaba y era muy amable conmigo, pero no puedo negar que el solo imaginarme esa situación me excitaba bastante, sobre todo el hecho de pensar que así de inocente como era Laura, probablemente si me cogiera a su esposo frente a ella no tendría el valor de decirme algo, creo que lo que mas me excitaba de esa fantasía, era saber que realmente si la podía cumplir, que era algo posible para mi. Pero pasaron los días, y yo no me podía sacar esa fantasía de la cabeza, y trate de resistir lo mas que pude, pero llegó un día que ya no pude aguantar mas, y decidí cumplir eso que tanto me calentaba.

Laura ya me había comentado, que pronto iba ser su aniversario de bodas, y que iba hacer una comida especial para celebrarlo ahí en su casa, como ella y su esposo acostumbraban hacer, y como era costumbre me invitó, como su familia no vive cerca de ahí y tampoco conocía a otras vecinas o vecinos aparte de mi, pues solo iba ser una pequeña comida para nosotros 3 (yo, ella y su esposo) faltaba todavía un mes para eso, pero decidí esperar, porque me parecía el momento perfecto para cumplir mi fantasía. Así que paso un mes, y llegó el día de su aniversario, yo con antelación ya había preparado todo.

Así que ese día me arregle bastante formal para no levantar sospechas, pero en mi bolso me lleve una lencería negra (la mas provocativa que tenía) y tacones altos transparentes ya saben para qué. Entonces sin pensarlo mas, me dirigí hacia su casa, la verdad iba bastante nerviosa, pues no sabía bien cómo iba acabar esto, y a la vez me sentía algo mal conmigo misma por hacerle esto a Laura, pero ya no aguantaba mas las ganas de querer cumplir esa fantasía, y cogerme a su maridó.

Entonces toque a la puerta, y Laura y Don José me recibieron con con gusto, Laura me agradeció por haber venido, y no tenía ni idea de lo que le esperaba. Estuvimos un buen rato platicando, luego Laura hizo la comida, y ya por ultimo Laura y Don José sacaron sus regalos de aniversario para cada uno. Los dos se veían felices, y yo cada vez estaba más ansiosa y a la vez indecisa por lo que iba hacer, pero al final me decidí y dije:

Yo: -en tono coqueto: Yo también tengo un regalo para uno de ustedes.

Laura: -dijo curiosa: En serio, aww no te hubieras molestado Janett, ¡muchas gracias! Y que es?

Yo: -hablando en tono de juego: A pues es una sorpresita, que te parece si cierran los ojos, y yo de mientras saco el regalo

Laura: jajaja bueno, está bien. Cierra los ojos tú también José jajaja.

Yo: jajaja, ok, espérenme tantito no los abran hasta que les diga.

Laura: no jajaja, tu tranquila te esperamos.

Sin pensarlo más me metí a su baño y me empecé a desvestir rápido, me puse mi lencería y mis tacones, y finalmente salí:

Yo: Listo ya pueden abrir los ojos.

Cuando Laura me vio en lencería y tacones frente a su esposo, se quedó literalmente en shok sin poder decir nada, como ya me lo esperaba yo, y su esposo solo se quedó con la boca abierta mirándome con morbo, pero a la vez de una manera tímida porque Laura estaba ahí viendo todo.

Yo: -con tono de voz retador: Que te parece este regaló para tu esposó Laurita, te gusta?

Laura: -literalmente con la voz temblando: que vas hacer Janett?

Yo: Me voy a follar a tu marido cornudita, ese va ser su regalo, y en tu propia casa y el día de tu aniversario. Y te vas a quedar a ver todo hasta que termine. Ay algún problema?

Laura: -tímidamente y balbuceando: Pu… Pues no sé qué decirte Janett, es que…

Yo: Shhh ya ya ya, es que nada, mira mejor ya hazte a un lado, que ya quiero empezar a cogerme a tu marido.

Laura: -incómodamente: Bueno ya pues, tranquila Janett. No hace falta que me hables así

Le puse una silla para que se sentara, y ella se sentó. De verdad no me podía creer lo que estaba haciendo, todo estaba saliendo mejor de lo que me esperaba, sobre todo no me podía creer que de verdad Laura fuera tan inocente, y no tuviera el valor de hacer algo o decirme algo, aun cuando estaba en lencería y tacones en su propia sala a punto de cogerme a su esposo frente a ella. Si me sentía un poco mal por hacerle eso, pero eran mas las ganas que tenía de cumplir esa fantasía que el respeto que le tenía a Laura, y en ese momento la situación era tan morbosa y sentía tanta adrenalina y excitación, que la verdad me daba igual mi amistad con Laura, y solo quería cogerme a su esposo. Y me excitaba aún más hablarle así a Laura.

Don José no prestaba prácticamente ni atención, sólo se quedaba viéndome mis nalgas, sin siquiera voltear a ver a su esposa.

Yo: Bueno ahora quiero que guardes silenció ¿ok Laurita? No estés interrumpiendo. Tu solo quédate ahí viendo sin decir nada, como lo haces cuando caliento a tu marido, que te sale muy bien jaja.

Ni yo me creía las palabras que le estaba diciendo a Laura, pero estaba tan excitada que ni me las pensaba, y la misma adrenalina que sentía en ese momento me hacía decir todo eso.

Laura completamente impactada y en shock, simplemente asintió con la cabeza y la boca abierta desde la silla donde me estaba viendo.

Sin más rodeos, me acerque a su esposo que estaba sentado en el sillón, vestida con mi lencería negra y mis tacones transparentes y empecé a besarlo, mientras Laura me veía. Don José no ponía ni resistencia, y yo estaba increíblemente excitada por lo que estaba pasando. Luego me pare y le acerqué su cabeza a mis nalgas para qué me las besara, y el empezó a hacerlo, mientras yo miraba a Laura a los ojos con una sonrisa

Yo: Bésamelas todas mí amor, sin pena.

Don José me beso y me lamió prácticamente cada centímetro de mis nalgas, sin siquiera voltear a ver a su esposa, que estaba ahí a un lado viéndonos, literalmente él la ignoraba por completo.

Yo: Ahora quiero que veas como se la mamo a tu esposó por ti, así que pon atención Laurita jaja.

Me hinque y le desabroche el pantalón a su esposo, le saque la verga y empecé a mamársela como jamás lo había hecho con nadie, y Laura completamente en silencio sin comentar nada, y solo viéndome.

Yo: Que te parece Laurita? Te está gustando como se la mamo a tu esposo jaja.

Yo me metía y me sacaba una y otra vez la verga de su maridó en mi boca, mientras me escurrían sus líquidos por la cara, y le dejaba la verga completamente empapada de mi saliva. Don José estaba casi con los ojos en blanco y haciendo ruidos del placer que le estaba dando.

Don José: Ahh que rico mamas Janett, enserio que bien lo haces, ahh…

Yo: Te está gustando mi amor?

Don José: Me encanta Janett, sigue mamando ahh…

Yo: Oíste zorrita, ya viste como tengo a tu esposo. Que no se te olvidé.

Me sentía mal por hablarle así a Laura, pero estaba tan excitada en ese momento que no estaba pensando en mis palabras.

Laura impactada dijo con un tono algo incómodo -Si Janett ya vi

Después de mamársela un buen rato a su esposo, lo acosté en el suelo y me monte en su verga quedando de espaldas a Laura, para que viera mejor como mis nalgas rebotaban en la verga de su marido. Don José empezó a meterme la verga, y yo gemía fuerte para incomodar aún más a Laura.

Yo: Ahh Ahh si, métemela bien mi amor, ahh, que rico ahh, quiero que se te qué bien grabado esto zorrita, mis nalgas rebotando en tu esposo que tanto quieres, lástima que ahora yo la satisfizo por ti cornudita jajaja, ahh si sigue, ahh…

Laura solo se quedaba viendo impactada como me follaba a su esposo.

Estuvimos en otras posiciones y finalmente, Don José me dijo que ya se iba venir, así que me acerque a el hincada, y empezó a tirarme toda su corrida en mi cara, hasta dejármela llena de su leche.

Yo: Bueno, listo Laurita ya acabe con tu esposo, ya te puedes ir (le decía mientras tenía la cara cubierta del semen de su marido, y le soltaba una sonrisa)

Laura solo se levantó de la silla y me dijo tímidamente: -Bueno ya pues.

Yo me vestí, me despedí de ella y su esposo y me fui a mi casa. Después de como 1 semana de lo sucedido y no haber visto a Laura en ese tiempo, me la encontré de nuevo, y la verdad no me esperaba una buena reacción de ella como era obvio de esperar, pero me sorprendió mucho su reacción al verme, ya que me saludó como normalmente lo hacía, y me confesó que le había causado mucho morbo lo del otro día, y que a pesar de que se sintió incómoda, le gustó, y me dijo que le gustaría volver a hacerlo. Yo no me podía creer lo que me estaba diciendo, pero para mi mucho mejor, porqué jamás me había sentido tan excitada como aquél día. Así que en días posteriores, lo volvimos hacer. Y desdé ese entonces empezó mi fetiche por cogerme a hombres casados, sobre todo los que eran mayores y frente a sus esposas, que era lo que mas morbo y excitación me causaba. Y se sorprenderían si supieran la cantidad de señoras que me han permitido hacerlo. Es más común de lo que yo pensaba.

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