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Me le declaré y salí victorioso

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Tengo una cuenta adicional en Facebook, la cual uso para andar en los mundos más recónditos de mi ciudad, ahí he conocido gente y tenido experiencias interesantes.

Un día usando la aplicación de parejas que tiene Facebook, me encontré a Diana, una chica que de yo conocía, pero le había perdido el rastro. En su momento ella y yo hicimos clic, pero yo sabía que ella era casada y con hijos, lo cual técnicamente "no debería ser problema para lo que yo busco", pero creí que era una chica más conservadora, por lo que solo quedamos en una amistad, que poco a poco se apagó.

En fin, la vi ahí, le mandé su "corazón" y más tarde le envié un inbox. No le dije quién era yo, pero si le di algunos tips, para que más o menos me ubicara. Ella entendió perfectamente y me reconoció. Me dijo que estaba teniendo situaciones en casa y pues que se había dado un chance de experimentar. Aclaró que ella no era así, y esas cosas que a veces decimos para sentirnos bien. Después de una larga charla y ponernos al corriente de lo que hacíamos, fui directo al grano, la invité a salir. Obviamente mi intención era pasar a tercera base, pero como tal no se le dije, aunque en mi perfil de esa aplicación, lo dice claramente, yo esperaba que ella lo hubiera leído.

Ella trabaja en una empresa que está a las afueras de la ciudad, donde solo hay algunas otras empresas, pero es un lugar apartado y despoblado, eso podría ser bueno, para poder vernos y poder ocultarnos del mundo por un momento. Dieron las 6 pm y yo estaba afuera de su oficina puntualmente, ella me dijo que traía su coche, que la acompañara a dejarlo en algún sitio, para que no vieran sus compañeros que aún estaba ahí, pero sin ella. Decidimos irnos en su carro y dejé el mío estacionado por ahí, así se levantarían menos sospechas. Ella tomó un camino hacia el fondo de ese parque empresarial, donde no hay nada mas que monte, y algunas oficinas de gobierno, pero que en ese momento estaban cerradas, pues ya no era horario laboral. Nos bajamos del coche y comenzamos a caminar por los senderos de ese parque industrial. Ella estaba muy apenada, al parecer, si era la primera vez que "se portaría mal". Que, aunque yo no le hice ninguna propuesta o indirecta, creo que ella si sabía para que estábamos ahí.

Pasó media hora, la tomé de la mano y la invité a sentarnos en una banca, la miré directo y le dije "vamos a dejarnos de rodeos, ya te dije que me gustas mucho, y que quisiera estar contigo más cerca, que solo amigos, ya aceptaste que viniera, por lo que supongo que tú también"... Ella sonrió y se hico pequeñita, pequeñita, me dijo que yo también le gustaba, pero no estaba segura lo que estaba haciendo. Entonces la besé, le lancé hacia ella con mucho entusiasmo. Ella aceptó sin problemas el beso, comencé a tocar su pierna, luego me fui hacia la parte interna de su muslo, lo que la hizo estremecerse. Ella hizo lo mismo, comenzó a llevar su mano a mi entrepierna, donde se encontró una verga lista para la acción. La comenzó a frotar y se escuchaba como ella hacía pequeños gemidos, lo cual me calentó muchísimo.

Unos minutos después ella se alejó de mí, y me preguntó “¿qué vamos a hacer?”. Le dije que si podíamos irnos a su coche, para tener un poco más de privacidad, para lo cual ella accedió. Ya arriba de su carro, me pidió que me quitara la camisa, pues quería sentir lo que yo presumía en mis fotos de perfil. Accedí y me la quité, ella comenzó a tocarme el pecho, los hombros, los brazos, y sonreía mientras lo hacía. Me dijo que desde que vio mis fotos, se le antojaba tenerme cerquita, pero estaba inquieta, porque sabía que ahí no podríamos hacer gran cosa. Le dije que si estaba dispuesta entonces a dar en siguiente paso, me respondió que si, entonces me desabroché el pantalón y como pude, me saqué mi verga, que estaba a punto de reventar. Ella la vio y se puso de todos los colores, me preguntó “¿Qué quieres hacer?...”. Le dije que me hiciera la mamada de su vida, "chúpamela como si de eso dependiera tu vida"... ella se rio tanto, pero yo sabía que no era burla, era más bien de pena.

Comencé a masturbarme mientras ella solo veía, me bajé la piel de mi pene, hasta que dejé expuesto todo el glande, ella sin darse cuenta abrió la boca mientras me veía hacer mi trabajo. Después, quitó mi mano y puso la suya, empezó a hacerme una deliciosa puñeta, primero despacio, después comenzaba a hacerlo más y más rápido. Recargó su cabeza sobre mi pecho, como quiero acercarse más a mi pene, hasta que en un momento, comencé a sentir sus suaves labios en mi verga, los tenía húmedos, tersos.

Comencé a sentir como su lengua daba un tour por todo el tronco de mi pene y hasta arriba. Diana comenzaba a excitarse, lo sentía fielmente. Yo veía como empezaba a mover su pubis, como un reflejo ante la situación en la que estábamos, sollozaba un poco, haciéndome saber que seguía con algo de culpa, pero que de verdad disfrutaba lo que estaba haciendo. Yo me sentía todo poderoso, ella es una alta ejecutiva en la empresa que trabaja, y yo, un simple mortal, la tenía ante mí, haciéndome una deliciosa mamada. Yo fantaseaba en decirle a todo su equipo de trabajo, que la gran Diana, me había mamado la verga, y que seguro un día iba a ser mía.

Después de un rato, en que ella estaba haciendo un extraordinario trabajo, se levantó y se secó los labios, me dijo que no era el momento de tener sexo, pues no se sentía cómoda, pero me dijo que si podíamos terminar dicho plan otro día. Le dije que sí, pero que definitivamente no me iba a ir con esa erección, así que, debería seguir su trabajo o mientras me llevaba a mi carro, me iba a masturbar hasta dejarle todo su asiento lleno de mi semen. Ella sonrió y me dijo que sí, pero me dijo que no traía toallas o papel para limpiarme, le dije, entonces "trágatelos". Ella dejó de sonreír, con algo de sorpresa, y me dijo rotundamente que no.

Le dije que si lo había hecho antes y me respondió que no, entonces le pedí que lo intentara, que siempre había una primera vez. Después de besarla y hacer algunas estrategias, la convencí. Ella de verdad estaba muy caliente, yo creo que eso sirvió para convencerla. Así que regresó a lo suyo, me hacia una mamada, que podría decir, nadie lo había hecho al igual que ella. Era una mujer experimentada, quizá solo con su marido, pero vaya que había aprendido cosas. Lamía mi glande, después se iba a mis testículos, los chupaba con tal fuerza, que sentía que me los arrancaba, pero eso me encendía.

La quité de mi pene y la agarré de su cola de caballo, empecé a masturbarme de forma tal, que temía que mi leche saliera disparada hasta el techo del carro. Comencé a decirle cosas sucias y al parecer, eso la encendía más. Incluso hasta le externé mi fantasía de decirle a sus subordinados. "Les voy a decir que su jefa es mi puta, que me cogí a la jefa que los hace trabajar todos los días"... ella me pedía que se los aventara en la boca, eso me hizo saber, que quizá me había mentido cuando dijo que no tenía experiencia en eso.

Pasaron los minutos y sentí como venía el chorro de leche, ella abrió la boca y empezó a recibir toda la carga. Como si fuera agua, movía su rostro para que le cayeran mis mecos en todo su rostro. Se acercaba a mi verga, para que los residuos que me habían caído, terminaran embarrados en su frente, en sus mejillas. A ella le gustaba que se vinieran en su cara!!! y no me lo había dicho la muy cabrona. Después de que me vine, comenzó a chuparme la verga de nuevo, quitaba los excesos de semen con los dedos, para después seguir mamando.

Usó mi camisa para secarse el rostro, me dijo que al menos tenía que pagárselas de algún modo. Me llevó a mi coche y ahí me bajé sin camisa, pero aprovechando que ya estaba oscuro, no sentí vergüenza. Le pedí su teléfono y los intercambiamos. Hicimos una cita para otro día, que por supuesto, les platicaré como estuvo.

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