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Me reencuentro con mi hermana y gozamos como dementes
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Lula, mi hermana mayor, viajo a EEUU en 2019 para hacer un master en economía en Boston. Graduada con honores en la Facultad, su carrera era meteórica. Antes de viajar, trabajaba en una consultora internacional, que como tenía oficinas en Boston, le ofrecieron trasladarla para que pueda hacer el master y trabajar.

Luego vino el Covid, y por fin, tres años después la volvería a ver en persona. Se iba a quedar en casa, yo feliz. Ah, yo no estudié y me casé a los dieciocho años con Patricio, Pato. Me lleva 10 años, es Ingeniero y Director de una empresa constructora. Por problemas en mis ovarios, no hemos tenido hijos, aunque estamos por empezar un tratamiento. Yo tengo 25 años, voy al gimnasio todos los días y no trabajo.

A las 17 estaba en el aeropuerto esperando a Lula. Cuando cruzo la puerta y me vio, vino corriendo nos abrazamos y las dos lloramos.

-Titi, que hermosa que estas pendeja. Sos una diosa. Me dijo.

-Claro, la reina de las diosas lo dice. Hija de puta, te operaste las tetas. No me dijiste nada.

-Varias cosas no te dije hemanita.

Se dio vuelta y le hizo una seña a una chica que estaba a unos dos metros.

-Titi, te presento a Melanie, mi novia. Dijo Lula casi con vergüenza.

Melanie era una chica terriblemente hermosa, ojos celestes tremendos y un cuerpo escultural.

-Hola Melanie, bienvenida, y un gusto conocerte. Dije y nos dimos un beso en las mejillas.

-Preferí decírtelo personalmente. Si te molesta, no te hagas problema, nos vamos a un hotel. Dijo mi hermana.

-No seas boluda Lula. Vamos a la camioneta.

En viaje a casa, me contó que con Melanie se conocieron apenas ella llegó a Boston, que era modelo, y que hubo flechazo de inmediato. Dos semanas después de conocerse, se fueron a convivir juntas.

-No me avergüenzo de estar con Melanie, pero tuve miedo de contarte, no sé, que te caiga mal.

-Lula, por favor, lo único que me importa es que estés bien y seas feliz.

-Somos muy felices. Durante el encierro, al contrario que otros, nuestra relación se afianzo. Y ella aprendió castellano, para como ahora, poder integrarse.

El resto del viaje charlamos de sus estudios, me contaron que había una posibilidad de que vinieran a vivir a Buenos Aires si ella conseguía trabajo.

Llegamos a casa, acomodaron sus cosas en el dormitorio de invitados y bajamos a tomar un café. Al rato llegó Pato.

-Lula, vos te fuiste a estudiar o a ponerte tetas y convertirte en una bomba total. Estas hermosa cuñada.

-Sos un cerdo. Pato, hermoso, que alegría verte. Vos sí que estas muy lindo.

-Seguro. ¿No me presentas a tu amiga? Dijo Pato.

-Ehh. Si. Melanie, te presento a Patricio. Pato. Mi cuñado. Pato, ella es mi novia.

-Hola Melanie, un placer conocerte y bienvenida a nuestra casa. Por fin veo que empezas a vivir. Con razón estas radiante, con ese brillo en los ojos. Me pone muy feliz verte así Lula. Dame un abrazo.

-Gracias Pato. Te quiero cuñado. Dijo y lo abrazó con todo. Lula tenía lágrimas en el rostro cuando se soltaron.

Melanie le paso el brazo por los hombros.

-Tranquila. Ves que está todo bien. Dijo Melanie y Pato me miró.

-Tenía miedo que la rechacemos por estar de novia con Melanie. Dije.

-Dejate de joder boluda. Dijo Pato y le acaricio la cabeza.

Pato se fue a dar una ducha y cambiarse, yo con ellas fui a la cocina a preparar la cena. Luego de un rato de charla…

-Titi, que lindo y sexy que es tu marido. Esta para comerserlo. Dijo Melanie.

-¿Perdónnn? Dije riéndome.

-Una tiene ojos, y semejante hombre, enciende a cualquier mujer. Dijo Melanie.

-A mí como un volcán. Pero, ¿A vos también? Dije.

-Por supuesto, con tu hermana, no sabes la cantidad de tipos que nos comemos. Somos pareja, nos amamos planeamos casarnos, pero cada tanto…

-Wow, voy a tener que controlarlas entonces. Dije y nos largamos a reir.

-¿Qué vas a tener que controlar amor? Dijo Pato entrando a la cocina.

-A estas dos. Cuentan que cada tanto… y Melanie dice que sos muy lindo, sexy, y estar para comerte. Mirá las lesbianas. Dije.

-Bisexuales sexualmente, lesbianas sentimentalmente. Dijo Lula.

-Eso es ser open Mind. Mira las cosas que nos estamos perdiendo. Dijo Pato y me lo quede mirando sin hacer comentarios. Lula vio mi cara y cambio de tema.

La cena transcurrió tranquila. El café lo tomamos en el living, junto a un whisky. Aunque no lo demostraba el comentario de Pato me había molestado. Comentaba con Lula por unas amigas y vi que Melanie me miraba los pechos con insistencia y las piernas. No le di importancia.

Cuando nos fuimos a acostar, y Pato trato de abrazarme.

-¿Qué cosas nos estamos perdiendo Pato?

-Titi, nada, fue un comentario picante, nada más.

-Pues no te creo. Y creo que te excita la idea de hacerlo con Melanie y Lula.

-Titi, por favor. Estás equivocada, no es así.

-Pues tus ojos no dicen eso. Me esquivas la mirada. Haces eso cuando te jode hablar de algo. No me tomes por boluda. Lo pareceré, pero no lo soy. Y tu comentario me hace preguntarme si no estarás con la famosa picazón del séptimo año.

-Mi amor, estas haciéndote una película equivocada totalmente. Te repito, fue un comentario picante, nada más.

-Si estas en metiéndome los cuernos, cometiste un error. Si no lo estás haciendo, me hiciste entrar en duda. Error. Lo peor que me pudiste hacer es hacerme dudar de vos. Sos un boludo. Hasta mañana.

Dije y me fui a otro dormitorio. De repente, empezaron los gemidos, eran Lula y Melanie, que evidentemente estaban haciendo el amor. Por momentos se reían por momentos gemían con todo. Se decían cosas en inglés, en castellano. Escuche bien claro como Melanie le pedía a Lula que le chupe la concha. Me empecé a excitar al escucharlas. La imaginaba a mi hermana chupando la concha y escuchaba como Melanie gozaba sin parar. Lleve una mano a mi concha y metí dos dedos. Muchas veces me he masturbado, siempre pensando en Pato. Incluso frente a él. Pero esta vez, era pensando en ellas.

Me levante y con cuidado abrí la puerta de su cuarto como para poder verlas. Mi hermana acostada, Melanie sobre su boca, apretándose los pechos y gimiendo. Mis dedos entraban hasta el fondo de mi concha. Con la otra mano apretaba mis pechos como Melanie lo hacía. No pude acallar un gemido y Melanie me vio. Se quedó quieta y le dijo a Lula que me miró.

Melanie se levantó, caminó hacia mí, me hizo entrar, y cerró la puerta. Fuimos a la cama y nos sentamos las tres. Lula me tomo la mano que tenía en la concha y la apretó entre sus manos.

-¿Qué pasa Titi?

-Nada, nada y todo. Sigan, me voy a mi cuarto.

Me fui y me acosté llorando. Como deje la puerta abierta, Lula me escucho y vino al cuarto donde estaba. Cerró la puerta y se acostó a mi lado. Me puse de costado, y ella me abrazo como cuando éramos chicas.

Cuando me desperté estaba sola en la cama. Fui a mi cuarto por una bata y vi que Tato no estaba. Baje a la cocina y Lula con Melanie estaban desayunando.

-Hola. Dije por todo saludo.

-Hola, respondieron las dos.

-Hace un rato se fue Tato. Estuve hablando con él. Ahora juntamos nuestras cosas y nos vamos a un hotel. No quiero quilombos Titi. Y me jode mucho que tengas problemas con Tato por nuestra culpa.

-Lula, Melanie, no quiero que se vayan. De ninguna forma. Y si se van, pues atrás me voy yo. Y el problema con Tato no es por su culpa. Es por culpa de Tato. Su comentario fue horrible. Y como le dije, me sembró la duda sobre sus acciones y pensamientos.

-Titi, me juro que no fue su idea, que se quiso hacer el chistoso. Te ama hermana.

-Lula, el antes de engancharse conmigo estaba re metido con vos. Me lo reconoció cuando empezamos a salir. Y al principio, no fueron pocas las veces que se equivocó mi nombre cuando hacíamos el amor. Nunca dije nada, ni a vos ni a él.

-Por eso te jodió tanto. Entiendo. Lo único que te puedo decir es que no solo nunca paso nada entre nosotros sino que además, nunca me dijo nada, ni un comentario. No lo hubiese permitido. Te pido por favor que me creas. Dijo llorando mi hermana.

-Lo sé, se como sos Lula, no serías capaz de algo así.

-Todo porque yo…

-Melanie, tampoco. Por favor, Lula, hace tres años que no te veo, que no te puedo tocar, abrazar. Quédense.

Melanie la miro a Lula y le dijo que sí con la cabeza. Nos servimos más café y nos quedamos charlando.

-Fue increíbles verlas gozar anoche. Nunca había visto a dos mujeres en la vida real. Eran hermosas haciéndolo, y como gozaban. Me excitaron.

-Lo notamos. ¿Nunca estuviste con una mujer? Me pregunto Lula.

-No, nunca.

-¿Te masturbaste por nosotras o con nosotras? Pregunto Melanie que estaba sentada a mi lado.

-Con Uds…

-¿Puedo? Pregunto Melanie y la miro a Lula que se alzó de hombros.

-¿Puedo qué? Pregunte yo.

-Besarte. Dijo Melanie y sin esperar respuesta me dio un beso hermoso. Cuando retiraba los labios, fui yo la que la beso a ella.

-Es distinto, puede ser suave, duro, divertido, pero es distinto, aunque usemos consoladores. Dijo Lula cuando deje de besar a Melanie.

-¿Por qué decís que es distinto, en qué? Pregunté.

-Los hombres, la mayoría no tienen la sensibilidad que tenemos nosotras y aunque se esmeren, no nos dan todo el placer que podemos gozar. Algunos sí, y son geniales. Nosotras vibramos diferente.

-Entiendo.

Nos fuimos a bañar, nos cambiamos y fuimos de paseo a un shopping. Tato no me llamo ni yo a él. Almorzamos en un restaurant y volvimos a casa. Ellas subieron a su cuarto a dejar las cosas que habían comprado, yo deje una bolsa en la cocina y subí a cambiarme. Melanie salía de su cuarto y me miró a los ojos desde que subí la escalera. Estaba a unos cinco metros y no me sacaba los ojos de los míos.

-Te deseo. Me dijo cuando estuve casi enfrente de ella.

-Yo… fue lo que alcance a decir cuando al estar frente a ella me tomo de la mano me condujo a su cuarto.

Lula estaba sentada en la cama y sonrió. Melanie me desvistió mientras me besaba, me acariciaba y volvía a besar. Sí que eran diferentes los besos, la energía que transmitían. Cuando estuvimos las dos desnudas nos acostamos, comenzamos a besarnos con todo, sus manos parecían de seda acariciándome. Voltee la cabeza y vi que Lula nos miraba.

-Vení. Le dije. Se sacó la ropa y se unió a nosotras.

El primer beso que me di con mi hermana fue tremendo, alucinante. Melanie se puso a chuparme los pechos y yo le pedí a Lula se pusiera para chuparle los de ella. Las tres gemíamos sin parar. Melanie se acostó boca arriba y me dijo que me siente en su boca.

Me chupaba en una forma impresionante, nada que ver con Pato, era otro el placer, era otra cosa lo que Melanie me daba. Lula, de rodillas a mi lado, me besaba o me chupaba las tetas. Tuve un orgasmo tremendo, quedé temblando.

-Es mi turno. Dijo Lula y se acostó en el lugar de Melanie, entre mis piernas

Mi hermana me chupaba la concha mejor que Melanie, que tomo las piernas de Lula, las levanto y me las dio para que las sostenga. Ahora Melanie chupaba la concha de Lula, y esta la mía. Las tres gemíamos sin parar. Vi como Melanie se metía tres dedos en la concha y se pajeaba mientras chupaba. Lula se movió apenas centímetros y comenzó a chupar mi orto. Nunca una lengua lo había tocado y una sola vez Pato intento meterme un dedo pero fue tan brusco que no lo deje seguir. Ahora mi hermana me lo penetraba con su lengua. Me volvía loca, me hacía desear que lo penetre.

Me levanté y me acosté boca abajo.

-No sé como pero cójanme. Dije.

-Así no. Dijo Lula.

Melanie acostó e hicimos un 69. Tímidamente, chupaba su concha, mientras ella me llenaba de placer chupando la mía. Lula chupaba mi orto, y metió un consolador en mi concha, no era muy grande, pero hizo que estalle en otro orgasmo. Lula lo notó y apoyo un dedo en mi culo, totalmente ensalivado y relajado por su lengua. Lo fue metiendo de a poco, sin causarme dolor. Era una sensación que me provocaba lujuria, estaba sintiendo placeres que nunca había sentido. Vi como Melanie llevaba una mano hacia Lula y le metía un consolador en la concha. Yo le metí tres dedos en la concha y las tres nos empezamos a masturbar con todo. Las tres gemíamos y gritábamos de placer. Lula gritaba como loca.

Acabamos las tres juntas. Nos sentamos en la cama y nos besamos dulcemente.

-Te amo Lula, te amo. Dijo Melanie.

-Y yo a vos, mi amor. Dijo mi hermana.

Las tres nos sonreímos. No me preguntaron nada. Nos duchamos, nos cambiamos y fuimos a la cocina.

-Titi, que vas a hacer con Pato.

-Le voy a dar lo que quiere. Quiere probar cosas nuevas, bien, no tengo problemas.

-Loca, ni se te ocurra pensar siquiera en hacer algo con nosotras. Dijo mi hermana.

-Claro que no, tampoco va a saber lo que hicimos ni lo que vamos a seguir haciendo.

-Despertó a una fiera dormida. Pobre Patricio.

Durante la semana que Lula y Melanie estuvieron en casa, todas las tardes hacíamos el amor. Deje que Pato vaya recomponiendo la relación pero seguía el “castigo” de no hacer el amor. Melanie consiguió trabajo como Modelo, y volvieron a Boston a buscar sus cosas. Unos días después, una chica que recién empezaba en el gimnasio, me tiro onda. Salimos del gimnasio y fuimos a casa. Asesorada por Lula, había comprado cremas y consoladores que tenía escondidas de Pato.

Tuvimos una sesión de sexo genial, las dos gozamos como locas. Ella tenía muy buen cuerpo y 19 años. Nos bañamos y esperamos que llegue Pato. Las dos estábamos con leggings y remeras ajustadas.

-Pato, te presento a Tatiana, compañera del gimnasio. Vinimos a tomar un café y charlar. Se saludaron y él se fue a duchar.

Tatiana se fue y el bajo.

-Te gustó. Dije.

-Amor, no empieces otra vez.

-Entonces se sincero. Te gustó.

-Sí, me gusto.

-Bueno. Vos queres vivir experiencias nuevas. Entiendo y después de pensarlo y charlarlo con Lula y Melanie, me hicieron entender que no tiene nada de malo, al contrario, que puede ser beneficioso para la pareja. ¿Vos opinas lo mismo?

-Eh… puede ser, no sé.

-Yo hable con Tatiana, y quería conocerte. Cuando se fue, me dijo que no tiene problemas en que hagamos un trio.

-Titi, ¿Vos estas hablando en serio mi amor?

-Si Pato, hablo muy en serio. ¿Queres hacer el trio o no?

-Ehh. Si, no tengo problemas.

-Genial. Ah, te cuento, también hable con uno de los profes del gimnasio. Si te parece bien, viene a cenar mañana y hacemos un trio con él.

-¿Cómo? ¿Qué estás diciendo?

-Amor, te propongo experiencias nuevas. Un trio con un hombre, otro con una chica, quizás después una fiesta swingers con otras parejas, o hacerlo con una travesti. Si vamos a probar, probemos todo. Vi una película de un gangband que me voló la cabeza, una chica con cinco tipos. Mmm.

-Titi, vos estás loca, ni en pedo voy a dejar que otro tipo te toque. Que es esta locura.

-Lo que vos planteaste, experimentar. ¿Para cuándo queres que le diga a Tatiana?

-Nunca, estamos muy bien como estamos Titi, ni mujeres, ni hombres ni fiestas swingers.

Yo había grabado la charla en el celular. Se la pasé a Lula y Melanie. Todavía se están riendo.

Después de 10 días de “ayuno” me hizo el amor como loco. Ah, con Tatiana nos vemos dos veces por semana para disfrutar y gozar.

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