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Mi compañera de clases

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Todo surgió ese día en aquella fiesta de recreación universitaria. Pues somos estudiantes de medicina y frecuentemente organizamos reuniones los fines de semana para despejar el estrés de la semana.

En una de esas fiestas estábamos ya pasados de tragos y consumiendo alguna que otra sustancia ilícita, cuando se nos ocurre calentar la fiesta ya que estábamos algo aburridos y nos dedicamos a jugar verdad o desafío. Yo soy una chica de mente abierta aunque un poco retraída a la hora de jugar ese tipo de juegos. Todo iba bien, preguntas leves para comenzar y luego subir la intensidad de las preguntas.

Entre verdades y desafíos ya algunos estaban en ropa interior y ya sabíamos muchos de los secretos más íntimos de los participantes. Hasta que llega mi turno y una de mis compañeras me pregunta que si ya había estado con alguien de mi mismo sexo, lo que afirmé con la cabeza, luego me pregunto que se sentía. Y en un arrebato de valor le dije que si quería saber tenía que probarlo ella misma y valorar si le gustaba o no (Ella es una morena lindísima de facciones finas y una sonrisa que enamora a cualquiera, además tiene un cuerpazo de infarto).

Entonces ella sin decir más nada, se para de su sitio y se dirige a donde me encontraba sentada y se sienta a horcajadas sobre mis piernas y me planta un apasionado beso , a lo que yo me quedo paralizada del asombro ya que todos pensábamos que ella era totalmente heterosexual.

Luego de esto se para agarrándome de la mano y llevándome a su habitación ya que ella era la dueña de la casa.

Ya estando en su habitación comenzamos a basarnos más intensamente y le quité la ropa con desespero. Quedando expuesta con su cuerpo totalmente desnudo dejando ver un par de senos grandes y un tatoo en el medio de estos. Fue tanta la excitación que comencé a basarlos y juguetear con mi lengua sobre sus pezones y le daba pequeños mordiscos.

Luego fui bajando besando su abdomen hasta llegar a su pelvis, la cual estaba completamente depilada. Me quedé unos minutos mirando ese coñito delicioso que iba a disfrutar.

Continué besando sus muslos hasta que quedé frente a frente con esa vagina que estaba llena de fluidos de la excitación que tenía. Le pase la lengua desde la vagina hasta el clítoris y soltó un leve gemido. Seguí jugando con mi lengua en su clítoris, su respiración ya estaba entrecontada y se empezaba a agitar. Hacía movimientos circulares, movimientos de arriba hacia abajo y daba pequeñas mordiditas. Los gemidos se escuchaban en la habitación hasta que se escuchó un grito en el que pedía que le metiese dos dedos, y eso hice. La comencé a penetrar con mis dedos poco a poco. Primero dos y luego tres, sólo se escuchaba sus gritos de placer pidiendo que no parase. Eso me tenía excitada al máximo, ya que para mi no hay nada mas reconfortante que saber que una mujer está loca de placer gracias a mi. Llegó un punto en el cual dio un grito y explotó en un maravilloso orgasmo en el cual sus fluidos recorrían su vagina y yo los recogía con mi lengua, pues adore su sabor y era una pena desperdiciar el fruto de mi trabajo.

Nos quedamos un rato abrazadas en su cama hasta que nos quedamos completamente dormidas y no supimos más nada de la fiesta. A la mañana siguiente su madre entra a la habitación y se queda totalmente estupefacta al ver a su hija completamente desnuda con quien se supone que era una compañera de aula. Y para mi sorpresa sólo se echó a reír y pregunto que tal había sido la noche a lo que la hija contestó que había sido la menor de su vida.

Ya ha pasado una semana desde entonces, hoy es sábado nuevamente y hay otra reunión, creo que no puedo esperar hasta la noche.

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