Hola, me llamo Adriana. Mi historia es algo loca.
Soy una mujer madura, bonita, siempre me gustó y disfruté mucho el sexo.
Tuve mis primeras experiencias sexuales siendo muy joven, por eso se despertó en mi ese gusto por lo sexual. Me casé ya mayor, a los 32 años, era un hombre grande, guapo, follábamos todos los días, muy rico. Pero era extremadamente celoso, no podía salir, no trabajar. Estaba desesperada. Sufría mucho, quería morir, siempre me decía que yo le era infiel, y yo pensaba, que idiota, ni siquiera me deja salir. Así es que dije: la próxima vez que pueda salir voy a follar al primero que me guste, así tendrá de que acusarme.
Un día estábamos cenando en un restaurante muy bonito, y había un mesero… wow. No podía más que pensar: Cómo será su polla.
Era joven, alto, moreno, barbado, súper amable, con una sonrisa… espectacular, así que dije este es.
Escribí en una servilleta mi número de celular y llámame si te gusto sólo en horas de la tarde.
Al otro día me marcó, le dije que me parecía muy guapo, que quería follarlo y mamar su polla. Él me dijo que si era broma, le dije No.
Le di mi dirección, nos citamos al día siguiente.
Llegó, atendí la puerta desnuda. Apenas me vio me besó y se agachó a chupar mis tetas, gemía rico, me escurría flujo por las piernas, él se dio cuenta y de inmediato sacó su polla, era flaquita pero larguísima y dura, me la metió un poco. Yo le dije quítate todo y culeame, te gustó?
Me dijo: mucho. Se quitó todo y me hundió su verga muy profundo, era larga dolía, pero me gustaba, solo quería que me atravesara, que me follara sin parar, yo le decía: come papi, come cuca, dale no pares, no pares que te mamare la verga hasta que explotes.
El me daba duro, sudaba, yo tenía esa raja empapada, sonaba su verga, resbalaba…
De repente paró y me dijo voltéate bebé, quiero culearte duro, yo le hice caso, le dije que me llenara el culito de leche, y uf me enculo y casi sale al otro lado, No me dolió porque era flaquita, sentía muy rico en mi culito, y el gritaba y gozaba, se movía como loco, yo también porque soy caderona, mis nalgas brincaban, él se apoyaba en mis tetas.
De pronto me dice: me voy a venir, le dije: hazlo, yo voy por mi tercer orgasmo, dale papi, muévete, el empezó a pegarse profundo, a casi convulsionar y sentí su leche llenando mi orto… ufff. Me quedé un rato así para que la leche no saliera.
Dormimos como media hora y se fue…
Ahora somos novios. Yo con 50 y él 30.