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Mi madre me coge en las vacaciones (3)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Un par de meses después de aquellas vacaciones antológicas,  mi madre me llama por teléfono para ver si a principios de agosto podía escaparme una semana al Resort de Lía.

“Me gustaría, pero estoy empezando a salir con una chica.”

“Traela…, vos sabes que por la plata no hay problemas.” Me dijo mi madre.

“Dejame hablarlo y te cuento.”

“Dale, sabes que la vamos a pasar bien.” Me dijo.

Esa noche, Clau vino a cenar al departamento.

“Clau, mi madre nos invita una semana de vacaciones al caribe, a un resort un poco especial. Ya estuvimos y la pasamos genial.”

“Que buena onda. ¿Por qué decís que es especial?” me preguntó.

“Porque puertas adentro de las cabañas, se puede gozar con todo del sexo, y dan “servicios” especiales.”

“¿Qué tan especiales?”

“Como que mí la chica que hacía la habitación, el primer día me chupó sin que diga nada.”

“Vos sabes que yo muy mente abierta no soy…” me dijo.

“Por eso te lo aclaro.”

“Y si yo no voy, ¿vos irías?”

Como la relación recién empezaba, realmente no tenía ganas de perder la oportunidad de volver.

“Si, claro que iría.” Dije seguro.

“Ah… ¿te puedo contestar mañana?“

“Si, claro. Ah, otra cosa te aclaro. Mi madre, va como Susana, una amiga, no en rol de madre.”

Al día siguiente me contestó que sí, aunque me dijo que le daba un poco de vergüenza ir con Susana.”

Le avisé a mi madre, que de inmediato hizo las reservaciones, con Lía.

Llegó la fecha, y llegamos al resort, Lía nos esperaba con una copa de bienvenida.

“Es un gusto tenerlos nuevamente con nosotros, haremos lo posible para que la pasen mejor que la vez anterior. Veo que ha traído una invitada Sr. Tim, espero que ella también disfrute…” dijo Lía con una leve sonrisa.

Fuimos a las cabañas, almorzamos y por la tarde tomamos sol y nos metimos al mar. Mi chica estaba con una bikini que mucho no mostraba. Mi madre la miraba como si preguntara para que había venido Clau si era tan pacata.

Cenamos, y luego tomamos uno de los recordados tragos. Nos sentamos los tres fuera de nuestra cabaña y pedimos otra ronda de tragos. Clau ya estaba un poco tocada por el primero, el segundo, directamente la dejó al borde del sueño. Susana se fue a su cabaña y nosotros entramos a la nuestra.

Clau se acostó solo con la tanga y 5 segundos después estaba dormida. Fui nuevamente afuera, y veo que Lía y la hermana venían con dos tragos cada una.

“Sr. Tim, ¿recuerda a mi hermana? Por favor, recuerde que si necesita algo…” me dijo Lía, y siguió caminando a la cabaña de Su, y entró.

Tomé el trago e hice pasar a la chica. Apoyé el trago en la mesa de luz, y la besé. Clau dormía. Me acosté, y puse a la chica a chuparme la pija. Hice que ponga su culo para poder tocarlo, y al hacerlo noté que estaba seca. Le di un suave golpe en el culo y empezó a chupar con más ganas. Un nuevo golpe y su concha se empezó a humedecer. Apenas mojé uno de mis dedos en sus jugos y se lo metí en el culo. Lo movía con fuerza, y ella cada vez gemía más.

Estaba disfrutando esa chupada cuando Clau se despertó y se quedó mirando como la chica me chupaba.

“Tim…”

Me puse de rodillas al costado de la cabeza de Clau, y metí mi pija en su boca.

“Chupale la concha.” Le dije a la chica.

Clau trato de sacarse la pija de su boca pero no pudo, trataba de que la chica no llegue a su concha.

“Está bien, no tengo problemas le dije a Clau.”

Puse a la chica en cuatro, de forma que mi chica viera bien, y la empecé a coger por la vagina. Golpeaba sus cachetes, tiraba de su pelo, y la chica no daba más de placer. Clau miraba y se comenzó a tocar la concha. Yo la miraba y sonreía.

De pronto la chica, llevó su mano a la concha de Clau y metió dos dedos. Ella no se opuso. La estaba pajeando una mujer. A Clau los ojos se le daban vuelta, gemía y gemía. De repente llegó a un fuerte orgasmo. La chica se salió de mi pija, y con una Claudia totalmente entregada, hizo un 69. Volvió a meter los dedos en su concha y le chupaba el clítoris. Mi chica gemía como loca. Yo, que había vuelto a meterme en la concha de la chica, disfrutaba de sus gemidos. Metí dos dedos en su boca, los humedecí bien y los metí en el culo de la chica, que dio un brinco. Apoyé mi pija en su orto, y lo comencé a meter. La chica quiso salirse, pero un golpe en su espalda la hizo desistir. Poco a poco la fui metiendo toda.

Claudia miraba azorada como ese culo se comía mi pija, y la chica lloraba y gemía al mismo tiempo. Caliente, la chica le chupaba la concha sin parar, ahora eran tres los dedos que le metía. Estuve un rato con el culo de la chica, y luego, fui a su boca, para que la limpie. Mientras me chupaba, llevé sus dedos al culo de Clau. Quiso negarse, pero la chica se sentó en su boca y la forzó a chuparla.

Nuevamente empezó a meter los dedos en el culo de Clau, ella trataba de moverse pero no podía. Me acerqué a ese culo que nunca había poseído y la chica levantó más las piernas de Clau, haciendo más fácil la penetración. Clau pedía por favor que no la meta. Lentamente la fui metiendo y sacando cada vez más profundo. Ella dejó de pedir y comenzó a gemir. Poco a poco fui aumentando la velocidad y la fuerza. La chica le chupaba el clítoris y ella misma se metía dos dedos en la concha.

Cuando acabé en su culo tuvo un orgasmo gigante, y la chica, acabó en su boca, llenándola con sus jugos.

Me salí de Clau, y tomándolas de las manos a las dos fuimos a la cabaña de Susana. Clau apenas podía caminar de los tragos y de mi pija en su culo, pero no se negaba.

Cuando abrimos la puerta, Su y Lía estaban haciendo un 69.

“Sr. Tim, estábamos recordando sus vacaciones.”

“Veo, y parece que eran buenos recuerdos…”

La chica se acercó a Lía y le dijo algo al oído.

“Sr. Tim, la Sra. Puta está lista. Permítame.” Dijo Lía y me empezó a chupar la pija. Clau y la chica miraban. Su, se metía dos dedos en la concha y dos en el culo.

Cuando estuve listo, puse a su de costado, corrí su pierna y la metí en el culo de una.”

“Ese es un macho, si, rómpeme todo el culo.”

La chica se acostó con las piernas abiertas, Lía puso a Clau en 4 patas haciendo que chupe esa concha y ella le metió un consolador en el culo. Clau quiso evitarlo y recibió un golpe en la espalda.

“Niña, Ud. debe entender que para recibir placer de un hombre, debe entregar placer, entregar todo su cuerpo. El Sr. Tim, va a cuidar de Ud. y hacerla gozar, pero primero debe aprender a entregarse.”

Mi madre gemía y apretaba sus pechos. Yo me deleitaba viendo como sodomizaban a Clau con un consolador, mientras yo lo hacía con mi madre.

Lía dio una vuelta más de rosca e hizo que mi madre y Clau hicieran un 69, con mi madre abajo. Yo aproveche y metí mi pija en la boca de Claudia, mi madre se ocupaba de su concha, feliz. Lía, seguí con el consolador en el culo de Clau, y ahora la hermana, metía otro en la concha. Clau se retorcía de placer siendo penetrada por tres lados. Cuando llegó a un orgasmo, saque la pija de su boca, y la enterré en la concha de Susana. Clau chupaba su clítoris, súper excitada.

Un rato más de entrar y salir, y me vine en la concha de Su. Saque mi pija y la puse en la boca de Clau que con mucho ahínco la dejó bien limpia, mientras seguía teniendo orgasmos con los consoladores, mientras Susana la chupaba.

Un rato después, Lía y su hermana se fueron, Clau cayo rendida igual que Su. Nos fuimos a nuestro cuarto y nos dormimos.

Cuando me desperté entre a darme una ducha mientras Clau dormía. Cuando salí del baño, ya se estaba despertando.

“Hola Tim, amor. Que noche, no doy más. Me hicieron mierda. No he tenido nunca orgasmos tan intensos.”

“Viste, aquí el sexo se disfruta más.” Le dije.

“Yo estoy loca o le chupé la concha a tu madre mientras vos la cogías.”

“A Susana, le chupaste la concha a Susana.”

“Dios mío, no lo puedo creer.”

En ese momento, golpean a la puerta avisando que traían el desayuno. Dije que pasen y era Lía.

“Buenos días Sr. Tim, Srta. Me apena no haber llegado a tiempo para secarlo, Sr. Tim. Por favor, permítame chuparlo así me castiga por llegar tarde.”

“De acuerdo.” Dije

Me chupaba y lamía todo el pene, jugaba con su lengua. Clau miraba impávida como Lía me chupaba. De pronto Lía la miró a Clau, y clavándole los ojos le dijo: “Señorita…”

Clau con cara de susto, se puso con ella a chuparme. Era un placer ver a las dos, pero sobre todo a Clau de rodillas chupando con la vista baja. Estuvieron un rato así, hasta que Lía se puso en cuatro en el borde de la cama. Mojó dos dedos en su concha, y se los metió en el culo. Clau la imitó.

“Sr. Tim, por favor castígueme por no haber llegado a tiempo y a ella por no haberlo atendido como se debe esta mañana.”

“No, eso queda para esta noche, ahora quiero ver como hacen la X y llegan al orgasmo juntas, como dos buenas putas mientras yo elijo a quien le acabo en la boca.”

Lía la puso en posición a Clau, y se empezaron a frotar sus sexos, apretaban sus pechos y pellizcaban sus pezones. Los orgasmos se comenzaron a suceder, uno tras otro, de cada una de ellas. Clau se metió dos dedos en el culo y gritaba de placer.

“Sin sacarte los dedos del culo, me vas a chupar hasta hacerme acabar en tu boca.” Le dije a Clau.

No hizo falta decirlo dos veces, chupaba como loca, mientras Lía apretaba sus pechos y retorcía sus pezones. Acabé con todo en su boca y ella no dejó caer una gota.”

Lía se vistió y se retiró de la cabaña diciendo: “Espero que disfruten su desayuno”

Clau quedó acostada, tratando de recuperar la respiración.

“Esto es una locura, me duermo cogida y me despierto y me cogen una mina y mi macho. Guau”

“Esta noche quiero que sea tu noche, si tenés alguna fantasía que podamos cumplir, cumplírtela.”

“Si, dos, aunque pueden ser juntas. Ser la perra de Su y Lía, y que después vos me hagas lo que quieras, por donde quieras y como quieras, quiero ser tu sumisa, que me castigues por haber sido la perra de ellas.”

“Listo.”

Salimos de la cabaña y nos encontramos con Su, mi madre. La miró a Clau, y como si supiera de su fantasía, le dio un beso en la mejilla, pero su mano le apretó el culo.

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