back to top
InicioAmor FilialMi padrino me enseña a coger (2)

Mi padrino me enseña a coger (2)
M

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 7 minutos

Cuando el viernes me llamó Juli, mi amiga y novia de mi primo Quique, la esperaba, conociendo a Quique sabía que iba a contarle lo que habíamos hecho.

-Hola Zoe… ¿Cómo estas amiga?

-Genial, para que te voy a mentir. Dije.

-Lo imagino. Quique me conto. ¿Ahora me crees lo que te conté?

-Sí, claro que te creo. Y me alegra que estes tan feliz. ¿Entre nosotras, estamos bien? ¿No estás enojada conmigo?

-No, nada que ver. Dejate de joder. Al contrario, me alegra que estes bien, que ahora sepas lo que es el placer.

-Me alegro, no estoy arrepentida, pero no quería que nuestra amistad se dañara. ¿Te contó la pregunta boluda que le hice?

-¿Sobre cuál de las dos coge mejor? Sí, me contó. Me salvaste de hacer yo esa pregunta, jajaja. Típica de mujer celosa. También me dijo lo que te contesto: “habría que juntarlas y compararlas”. Dijo Juli.

-Es un desgraciado. ¿Qué pensás? Pregunté.

-Vos y yo estuvimos en una cama con dos tipos, y ni nos tocamos un pelo. Nunca me intereso tener sexo con una mujer. No tengo problemas en juntarnos, estar los tres juntos. Pero… siendo el tercero Quique, pienso que puede pasar cualquier cosa.

-Yo le dije bien claro que no me van las minas. Pero cuando estuvimos en esa cama, ninguna de las dos sabía gozar como sabemos ahora. Y sinceramente, no me interesa saber cuál de las dos coge mejor.

-¿Entonces no queres que nos juntemos?

-Sí, me gustaría, pero no para competir entre nosotras. Me gustaría para ver como gozamos a un hombre increíble. Y juro que sería la última vez con mi padrino.

-Justo me está llamando. En cinco te llamo.

Me quedé contenta al saber que con mi amiga, estaba todo bien. En menos de cinco minutos me volvió a llamar.

-Bueno, parece que tiene nuestros teléfonos intervenidos el desgraciado. Me llamó para decirme que mañana a la mañana vamos a una quinta en Escobar, frente al río. Y nos quedamos hasta el domingo a la tardecita.

-Qué bueno, como lo van a disfrutar con el tiempo que está haciendo, unos días de verano tremendos. Dije.

-Si, Zoe. Y me dijo que te espera que esta noche vengas cenar, te quedes a dormir, y mañana vayamos los tres a la quinta… ¿Qué vas a hacer?

-Uff, no sé. ¿Vos que pensás? ¿Qué querrías que haga?

-Que es un hijo de puta. Piensa coger todo el fin de semana. Me gustaría que vengas…

-No sé… te juro que no sé. Hasta último momento no lo voy a decidir.

-Fijate.

Estuve toda la tarde pensando que hacer, por un lado me excitaba terriblemente pensar en volver a estar con Quique, entregarme totalmente a él. Por otro, no sabía como iba a sentirme haciéndolo frente a su novia, principalmente porque era mi amiga.

Finalmente, decidí ir. Me decidió que Juli me dijera que le gustaría que vaya. Cuando llegue al departamento de Juli, él no había llegado.

-Cuanto me alegro de verte. Me dijo Juli mientras nos saludábamos con un beso en la mejilla.

-Te aclaro algo de entrada, estoy: histérica, excitada, histérica, excitada.

-Pues yo no estoy mejor. Veni, deja tu bolso en este cuarto. Y si querés, date una ducha y cámbiate.

Me estaba bañando cuando escuche que Quique la saludaba a Juli. Segundos después, empezaron los gemidos de ella y como le decía que se detenga.

-Amor, Zoe esta en la ducha, pará por favor, desgraciado…

Y sus gemidos se detuvieron. Me terminé de duchar, me seque, me puse una bata de toalla, y fui al cuarto a cambiarme. No me había sacado la bata cuando lo escuché.

-Hola…. Que sexy te ves con esa bata. ¿Por qué no te la dejas?

-Hola, Quique, escúchame. No quiero que pienses…

-Vamos a la cocina, Juli está preparando la cena.

No me dejo terminar de hablar. Me cerre la bata de forma que no se viera nada. Fuimos a la cocina y Quique sirvió vino para las tres.

-Les cuento, mañana salimos bien temprano, así no nos jode el tráfico. Antes de llegar, hay un mercado, ahí vamos a comprar comida. La bebida ya la tengo en el auto.

-Me parece bien, así disfrutamos todo el fin de semana. Dijo Juli.

Durante la cena, los cruces de miradas entre los tres, fueron intensas. Ahí me di cuenta, que con Juli estábamos a su merced, que haría con nosotras lo que quisiera. Terminamos de cenar, y cuando nos fuimos a dormir, yo iba a mi cuarto cuando escuche que Juli.

-Veni a nuestro cuarto…

-Me pongo algo y voy. Dije.

Cuando me estaba poniendo la tanga ya estaba totalmente mojada. Me puse el brazzier y fui. Quique estaba acostado en el medio de la cama, Juli a su izquierda y los dos miraban una película en el Tv. Me acosté a la derecha de Quique. Miraba la pantalla, sin mirar. Esperaba que algo sucediera.

-¿Cómo se sienten?

-Nerviosa, caliente… Dijo Juli.

-Nerviosa… Dije.

Quique puso su mano en mi pubis y se sonrió.

-Y caliente… Dijo.

-Si… Dije.

Quique se levantó y nos pidió que nos acostemos una junto a la otra. Nos quitó las tangas y luego nos separó las piernas. Primero se puso a besar y chupar la concha de Juli. La miraba y la escuchaba gemir. Nuestras manos estaban una junto a la otra. De pronto sentí como me la tomaba y apretaba. Me miro gimiendo y me dijo:

-Me está matando con la lengua.

Quique siguió chupando y cada tanto me miraba a los ojos. Yo me empecé a tocar, y él me dio un chirlo en la mano para que deje de hacerlo. De pronto, se levantó y paso a mi concha.

-Desgraciado, no me podes dejar así caliente, seguí, estoy por llegar. Dijo Juli y apretándome la mano con todo.

-Tenes que aprender a compartir… Dijo riendo Quique.

Ella quiso masturbarse, pero tampoco la dejó. Me chupaba la concha haciéndome mierda, me solté de la mano de Juli, y ahora yo apretaba la de ella. Juli miraba como Quique me chupaba la concha y se mordía los labios. Se movió un poco y tomó mi mano y la llevo a su concha. No tuvo que decirme que hacer. Metí dos dedos y nos miramos. Las dos estábamos totalmente excitadas.

Escuchar la risa de Quique cuando vio que la masturbaba a Juli fue tremendo. El desgraciado no tuvo que decirnos y nosotras nos tocábamos. Como él no dijo nada, Juli se puso de rodillas y con mi mano en su concha, empezó a besarme los pechos. Cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, Quique se detuvo. Las dos lo miramos. Él se puso de pie y se empezó a masturbar parado a los pies de la cama.

Las dos nos tiramos de cabeza a chupar su pija. Las dos besábamos la pija, le pasábamos la lengua, y en varios momentos, nuestros labios se rozaban… y nos mirábamos dudando de avanzar… las dos nos estábamos masturbando, mientras él nos miraba sonriendo.

Quique se empezó a masturbar con todo y acabo en nuestras caras, cubriéndolas de semen. Yo fui quien chupo su pija limpiándola por completo. Juli se puso a pasar su lengua, limpiándome el semen que tenía. Cuando solté la pija de Quique, ella paso sus labios por el resto de mi rostro y por último por mis labios, que separe para que ella termine su trabajo.

Cuando lo hizo, yo fui besando y chupando todo su rostro, y como ella, deje para el final sus labios. Y para limpiarlos, no cambie la forma en que lo venía haciendo y le di unos besos hermosos en sus labios, que estaban separados. Me separe unos centímetros y nos miramos a los ojos. Las dos nos sonreímos. Nos acostamos, nos abrazamos y nos largamos a reír. Quique se rio con nosotros y las dos fuimos al baño.

-Que tipo hijo de puta, me hizo poner a mil. Perdoname Zoe, pero estaba muy caliente. Después que puse tu mano en mi concha me di cuenta. No quise forzarte.

-Olvidate, yo también estaba super caliente, hasta me sirvió para descargar calentura. Y cuando me chupaste las tetas, Dios, que placer. Y ese final, perdóname vos, que te bese casi de prepo.

-Te digo que me gustó. Pero el hijo de puta no nos cogió a ninguna de las dos, fue todo para calentarnos.

-Y lo logró.

Cuando volvimos a la habitación, Quique estaba sentado tomando un whisky. Y sonreía con malicia.

-Parece que se calentaron un poco…

-Desgraciado, nos pusiste a mil. Dije.

-Y nos dejaste calientes a las dos, sos un hijo de puta.

-¿Quieren más?

-Si, claro que sí. Dijimos a dúo.

-Pues ahora va a ser todo para mí. Dijo.

Nos hizo poner boca abajo, y yo fui la primera en “sufrirlo”. Separó mis piernas, y para mi sorpresa, hizo sentar a Juli en mi cintura, y separar con todo mis cachetes. Su lengua empezó a chupar mi orto, y por supuesto a dilatarlo. Se fue abriendo gentilmente, dejando que su lengua me entre todo lo que podía. Estuvo un buen rato haciéndolo y dándome un placer tremendo.

Sentí que un dedo entraba en mi orto y no era el de Quique. Su lengua siguió jugando, pero solo por los alrededores, el dedo de Julia, entraba y salía de mi culo. De pronto no volví a sentir la lengua, me gire para mirar y Quique estaba de pie, cogiendo la boca de Juli.

-Te gusta cogerla guacha, y a ella, parece que también, dale con todo. Dijo Quique.

Juli metió un segundo dedo en mi culo, escupiéndolo para lubricarlo. Me estaba volviendo loca, sobre todo saber que era una mujer la que me estaba masturbando el culo.

-Es muy puta, fíjate como goza tus dedos, y vos, vos chupando mi pija. Sos la reina, la pija es tuya, y vos haces con su culo lo que quieras. Le dijo Quique.

La hija de puta, metió un tercer dedo y mi culo gozaba como loco, yo gemía de placer y soñaba con que Quique me meta su pija. Juli me hizo tener un orgasmo y Quique se dio cuenta y se rio con ganas. La hizo acostar boca abajo a Juli y pensé que por fin me iba a romper el culo con su pija.

Pero no, me dejo muy caliente y se puso a chupar el orto de Juli. Yo lo miraba re caliente. Hizo que me acoste en la espalda de Juli, y que le chupe el orto. Eran dos lenguas las que jugaban en su orto. Juli gemía sin parar, y nos insultaba. Quique se puso de rodillas y me puso la pija en la boca.

Juli estaba totalmente sometida por mí, estaba sobre ella, no se podía mover. Yo chupaba la pija de Quique y de una metí tres dedos en el culo de Juli, que dio un grito de placer. Yo estaba loca, totalmente loca chupando la pija y metiendo y sacando los dedos con todo del culo de Juli, que no paraba de gritar de placer. Lo miraba a Quique y disfrutaba mi chupada. Así estuvimos un tiempo hasta que él dijo:

-Es la reina, tendremos tiempo Zoe. Me dijo y saco la pija de mi boca.

-Hijo de puta. Le dije deseando que me acabe en la boca.

-¿Estás muy caliente? Preguntó Quique.

-Muy es poco… dije.

-Dale para que te chupe la concha. Me dijo mirándome a los ojos.

-Yo…

-Hacelo. Me dijo imperativo.

Él metió su pija en el orto de Juli, que grito de placer. Quique me miró y haciéndole caso, me senté delante de Juli. Ella levanto la cabeza y me miro a los ojos. Me acomodé y Juli comenzó a chuparme la concha con todo, y metió dos dedos.

-Zoe, que rica concha que tenes, me la voy a comer toda, mientras mi macho me rompe el culo. Dijo Juli.

Quique bombeaba con todo en el culo con todo, Juli gemía y me chupaba la concha sin parar, yo, miraba extasiada como Juli, una mujer, me estaba dándome un placer tremendo. Cuando Quique acabo en el culo de Juli, ella enterró tres dedos en mi concha y me mordió suavemente el clítoris.

Juli se dio vuelta y limpio por completo la pija de Quique. Yo estaba completamente exhausta, con un orgasmo que no terminaba nunca. Cuando limpio toda la pija, vino hacia mí y nos dimos un tremendo beso.

-Parece que no resulto tan malo estar con otra mujer. Dijo mi padrino mirándonos besar.

-Porque vos sos un hijo de puta, que podes hacer que hagamos cualquiera sin decirnos nada. Somos tus esclavas. Dijo Juli.

-No mi amor, son dos mujeres que están disfrutando el sexo. Y recién empezamos…

Un rato después nos dormimos. Yo tratando de imaginar lo que vendría.

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.